Haití: esperanza entre el caos

HAZ9 abril 2010

A través de los medios de comunicación hemos percibido cómo la tragedia de la desnutrición, la inseguridad y el descontrol sacudían de nuevo a Haití tras el terremoto sufrido el pasado 12 de enero. El seísmo, con epicentro a 15 kilómetros de la capital y una magnitud de 7,0 grados, ha dejado cifras de más de 220.000 muertos y cerca de 400.000 heridos. Pero el drama continúa en uno de los países más pobres del mundo y se vuelve más complicado continuar informándose de la situación a más de dos meses de la sacudida.

Los medios han dado su visión de la tragedia, una visión que en ocasiones no ha pasado más allá de los límites del aeropuerto, pero que los humanitarios allí presenten y distribuidos por todo el territorio haitiano afirman dista mucho de la realidad. Ha sido una de las mayores tragedias acontecidas desde 1770 en Latinoamérica, pero lo cierto es que la ayuda humanitaria ha llegado y ha funcionado a pesar de la demora en su organización. Para comprender la dimensión de las consecuencias es necesario abordar la situación haitiana antes del seísmo. El contexto político y las condiciones de extrema pobreza de Haití son tan culpables de la tragedia como el propio temblor de tierra.

Ellos lo saben bien. Antonio Bruel, coordinador general de Cruz Roja; Paloma Escudero, directora general de UNICEF; Marisa Salazar, directora de comunicación de Cáritas; Olivier Longue, director general de Acción contra el Hambre, y Carlos Ugarte, responsable de relaciones externas de Médicos sin fronteras (MSF), se han reunido convocados por Revista Haz, para hablar de la situación pasada, presente y sobre todo futura de Haití.

¿Cuál es la situación actual desde el punto de vista de los daños sufridos, estructura de gobierno, la ayuda recibida, la eficacia en la distribución de la ayuda, etc.?

Carlos Ugarte. Para entender el panorama hay que echar un vistazo a la situación anterior al terremoto. En Haití hay casi un 80% de la población viviendo en la pobreza y eso afecta también a la construcción de las casas, que no estaban preparadas para resistir terremotos; tienen un gobierno muy debilitado, entre otras cosas por la continuada injerencia de la comunidad internacional en sus asuntos internos y el factor de desestabilización política que ha venido jugando permanentemente su vecino del norte, y por otra parte, la intervención de la Misión Naciones Unidas (Minustah) ha estado muy centrada en temas de seguridad, sin participar para nada en programas para combatir la pobreza o promover el desarrollo económico y agrícola del país.

Es necesario tener en cuenta este contexto porque sólo así se podrá entender por qué las consecuencias del terremoto han sido las que han sido en términos de muertos y heridos graves y por qué se han producido algunos problemas de coordinación ante la falta de un gobierno fuerte.

Durante las primeras semanas MSF ha dispuesto doce quirófanos repartidos por distintas áreas de Puerto Príncipe y en ciudades próximas, con cerca de 500 expatriados y 3.200 haitianos trabajando con nosotros. Ahora hemos pasado a una segunda fase donde nuestros equipos médicos están más centrados en atención posoperatoria, rehabilitación y fisioterapia a los heridos, así como en atención psicológica, no sólo a la población en general si no también a nuestro propio personal local, porque hay trabajadores que han perdido su familia y su casa.

Actualmente, hay más de un millón de personas sin hogar; se aproxima la temporada de tormentas tropicales y huracanes y las condiciones límites en las que se encuentran van a afectar a la salud, y hay escasa cobertura de vacunación. Esto va a dificultar la situación cuando se den circunstancias de hacinamiento en improvisados campos de desplazados.

Olivier Longue. Nosotros seguimos muy de cerca la nutrición infantil. Descoordinación siempre hay en tragedias de esta magnitud, pero no hemos detectado picos de desnutrición aguda. Tenemos una serie de indicadores de vulnerabilidad que nos dicen cuándo a un niño de hasta cinco años le falta comida, y eso, a día de hoy, no ha sucedido. Ahora, más allá de estos fríos indicadores de supervivencia básica, se entiende perfectamente que los damnificados exijan más apoyo. Está claro que si me pasa algo y me pones un micrófono de una televisión delante seguramente te voy a decir que me falta de todo, pero nuestro seguimiento en los puntos mal vulnerables de la zona devastada muestran que la respuesta ha sido importante y bastante eficaz.

Ahora hay que velar para que la reconstrucción no se lleve a cabo como en Somalia. Se pensó que mandando una fuerza internacional para reconstruir el país se iba a salvar a la gente y el resultado ha sido un estado fallido desde el 92. Preocupa que la cantidad de ayuda que está llegando sea muy difícil de coordinar para que sea beneficiosa en la reestructuración este país, que estaba muy desestructurado.

Hay quince años de fracaso de la ONU y no por falta de medios, porque la inversión de la comunidad internacional ha sido considerable y, precisamente, ahí se ven las limitaciones de la ayuda internacional. Hay unos elementos de debilidad estructural muy preocupantes.

Desde la humilde postura de las ONG podemos apoyar para que disminuya el sufrimiento humano, para que no haya tasas de mortalidad tan altas… pero lo importante es ver cómo se reconstruye y reestructura un país.

En Haití hay 15 años de fracaso de la ONU y no por falta de medios, porque la inversión de la comunidad internacional ha sido considerable. Ahí se ven las limitaciones de la ayuda internacional. OLIVIER LONGUE, ACCIÓN CONTRA EL HAMBRE

En catástrofes como ésta se critica mucho la falta de coordinación entre los principales actores de la ayuda internacional. ¿Es inevitable un cierto desorden inicial o, en el caso de Haití, esa falta de coordinación se ha visto agudizada por la inexistencia de un gobierno anterior fuerte y consolidado?

Antonio Bruel. En un primer momento se produjo una demora de seis o siete días para poner en marcha las unidades de atención humanitaria por el bloqueo logístico.

Se ha impedido que los humanitarios desplegáramos nuestras capacidades a tiempo.

Esto no había ocurrido en otras operaciones, como en el tsunami. La arquitectura de la operación logística ha perjudicado mucho, porque cuatro días de demora, sobrevolando los aviones por República Dominicana sin poder aterrizar en Puerto Príncipe, es una demora muy importante.

Sin embargo, la capacidad de intervención de las organizaciones desde el tsunami ha mejorado muchísimo. La organización de clusters que la ONU aprobó tras el tsunami no han dado mal resultado.

Los clusters son un mecanismo de coordinación para organizar la ayuda humanitaria por sectores. Por ejemplo, el cluster de agua establece el objetivo de ofrecer cinco litros por persona. Cuando yo he estado allí, ya se estaban distribuyendo siete litros y se esperaba llegar a los diez en una semana.

No se puede afirmar que la coordinación en general no ha funcionado, y más teniendo en cuenta las circunstancias y que las oficinas y el personal de la ONU fueron muy afectados.

La población española ha respondido ante la tragedia con independencia de los vínculos culturales o históricos con la región afectada, que en este caso eran más débiles. ANTONIO BRUEL, CRUZ ROJA

Paloma Escudero. Un mes después, nuestra valoración es que a los diez días la ayuda humanitaria estaba abierta y los compromisos de los grupos de coordinación de los clusters se estaban cumpliendo. Agua, nutrición, medicina, con dificultad, estaban llegando y para el tema de protección de infancia y de recoger a menores no acompañados disponíamos de más de treinta campos. La evaluación interna es positiva. Ahora de lo que se está hablando más es de la importancia de no precipitarse con la reconstrucción y acordar muy bien las estrategias a medio plazo: educación, agua, estructuras…

Carlos Ugarte. Yo creo que los humanitarios hemos cumplido. Me niego a dar esa visión que se ha dado en los medios de comunicación de que esto no funcionaba, me niego, entre otras cosas porque me atengo a los números. Una sola ONG, como es nuestro caso, ha atendido en 40 días a 28.000 heridos, muchos de los cuales han precisado cirugías mayores.

Es difícil hacer una valoración, pero ¿pensáis que la respuesta de Naciones Unidas ha estado a la altura de las circunstancias?

Paloma Escudero. La ONU, obviamente, nunca ha trabajado en unas circunstancias tan difíciles. Los primeros tres días mueren 102 personas de la organización y muchas de ellas eran las personas con capacidad de decisión. En el caso de UNICEF los grandes directivos no se encontraban en Puerto Príncipe cuando tuvo lugar el terremoto y tardaron en llegar a pie a la capital 48 horas. Los primeros dos o tres días se emplearon en identificar a los fallecidos y sólo se recuperó la capacidad de decisión cuando llegó el personal de Nueva York. Sólo después de transcurrida una semana tuvimos realmente las capacidades desplegadas plenamente y pudimos poner en marcha la operativa.

Marisa Salazar. Caritas Haití tenía mil voluntarios y hemos estado trabajando codo con codo con ellos. La Iglesia ha sido muy golpeada. Algunas personas que tenían que decidir murieron; estuvimos casi toda la noche sin encontrar al director de Caritas Haití, y la única manera que tenía de reconocer a las personas que estaban vivas era, sorprendentemente, por e-mail. Lo que muchas veces ha servido en otras emergencias en ésta no. Nos llegaban cosas por carretera desde Dominicana, la ONU nos cedió a los tres días dos campos y son con los que seguimos atendiendo.

Hemos respetado el modelo de cooperación que nos caracteriza que es el servicio a la Cáritas local en todos los aspectos y la coordinación con la red internacional.

¿Cuál es vuestra opinión sobre la intervención de los Estados Unidos y el papel del ejército en tragedias como ésta?

Olivier Longue. La imagen del helicóptero con soldados equipados con material sofisticado aterrizando frente a la cúpula del palacio presidencial caído ha sido muy perjudicial porque ha creado la ilusión de que podían restaurar la normalidad en Haití.

Antonio Bruel. Nosotros decimos que cada uno tiene que ocupar el lugar para el que es óptimo.

Carlos Ugarte. El problema no es sólo que el ejército haga cosas para las que sea más o menos óptimo, sino también la imagen que transmite a la población.

Esa imagen de «Bienvenido Mr. Marshall», que dieron los medios de comunicación con la llegada de los marines norteamericanos, estoy seguro de que ha reconcomido por dentro a muchísimos haitianos teniendo en cuenta el elemento desestabilizador que ha jugado EEUU con Haití, por ejemplo con ocasión del derrocamiento de Aristide, elegido por el 75% de la población haitiana. Por eso MSF ha vuelto a sacar su bandera de independencia. ¿Ustedes quieren estar aquí? Muy bien, pero en nuestros centros médicos no entra personal armado, ni utilizamos sus convoyes; cada uno a lo suyo, separemos churras de merinas.

Hablando de la imagen que han dado los medios de comunicación, ¿por qué pensáis que el mensaje de que ha funcionado bien la coordinación no llega a la audiencia y qué se podría hacer para que las imágenes llegaran sin esa carga de dramatismo?

Carlos Ugarte. Nosotros somos muy críticos con el mensaje de muchos de los medios de comunicación. Las razones son varias. Primero, hay que recordar que no se había dedicado ni una línea antes del terremoto a la situación de permanente crisis humanitaria en la que vivía la población en Haití. Segundo, cuando se ha empezado a hablar de Haití y salvo honrosas excepciones, se ha transmitido una información absolutamente descontextualizada. A esto hay que añadir el vergonzoso tratamiento que se ha dado con algunas imágenes. En los atentados del 11-M, un referente muy próximo, se demostró que se puede informar exhaustivamente sin emitir las imágenes que hemos visto en Haití. Para contar la dimensión del drama no hace falta sacar una pala excavadora llena de cuerpos mientras son arrojados a una fosa, porque eso es una falta de respeto absoluta hacia la dignidad de las personas.

Se suele cargar la mano con la nota dramática cuando hay muchas noticias positivas que quedan sin cubrir. Por ejemplo, el trabajo incansable del personal sanitario haitiano atendiendo a sus compatriotas, a pesar de haber sufrido las consecuencias del terremoto en sus propias familias y bienes. A título anecdótico, los primeros días los corresponsales de las televisiones decían: «Los heridos se acumulan sin que nadie les preste atención». Y nosotros teníamos hospitales distribuidos por toda la ciudad donde desde el primer momento se estaba atendiendo las 24 horas del día a la gente.

Después nos enteramos que los periodistas vivían en el aeropuerto –donde había comida, agua, seguridad– y prácticamente informaban desde allí. Luego llegaron los americanos, les echaron del recinto del aeropuerto y empezaron a moverse por la ciudad, por los barrios periféricos como Cité Soleil y conocer la realidad de lo que se estaba haciendo.

Es importante que realmente se reconstruya el país, no sólo sus viviendas e infraestructuras, sino también a nivel de gobierno, de instituciones, de su propia economía…, que no vuelva a caer en el olvido. CARLOS UGARTE, MÉDICOS SIN FRONTERAS

Paloma Escudero. Ahora ya no se dedica ni un minuto a Haití y ya no hay tantos medios para ver cómo se ponen en marcha los colegios, cómo se están habilitando viviendas temporales…

Olivier Longue. La opinión de la coordinadora de ONG es que no todo es tan negro. Hay periodistas, por ejemplo los primeros que cubrieron la tragedia desde TVE, que han hecho una cobertura buena y sería interesante dar un premio a esos corresponsales. Yo creo que hay medios que han ido a buscar directamente la tragedia en detrimento de los hechos. Hoy ya no se habla tanto de Haití, pero casi mejor. Como había equipos de corresponsales que llevaban tres semanas y ya lo habían contado y filmado todo iban a buscar cosas morbosas. La duración de la cobertura quizás ha sido excesiva. Sería interesante que volvieran al mes o a los tres meses.

Paloma Escudero. Nosotros tuvimos que realizar un llamamiento masivo «desaconsejando» el acogimiento y adopción internacional, como queda claramente estipulado en la legislación nacional e internacional, ante propuestas aparecidas en los medios de comunicación.

Marisa Salazar. Los medios de comunicación en España están como están, nos guste o no, pero también el sector de la ONG tiene muchas limitaciones y le cuesta transmitir una imagen de coordinación.

No vamos a cambiar a las televisiones, pero si tenemos grandes elementos que hay que aprovechar, por ejemplo, que nos vean juntos. Por más que lo contemos, a veces no estamos tan juntos como la sociedad demanda.

Inevitablemente en estos casos siempre surgen acusaciones sobre la corrupción en el reparto de la ayuda. ¿Qué se podría hacer para aumentar la transparencia en la gestión de los desastres humanitarios?

Olivier Longue. Precisamente para evitar esa reacción las ONG hemos elaborado un informe conjunto con un mensaje unificado. Es la primera vez que al mes de un desastre las más de treinta ONG españolas que han intervenido en la emergencia han puesto sus cifras en común. Me parece un gran paso.

Paloma Escudero. Un fenómeno nuevo que ha surgido y que requiere un fuerte consenso por nuestra parte son las nuevas peticiones de entidades públicas y privadas solicitando fondos y actuando como organizaciones humanitarias sin serlo.

Nosotros hacemos un esfuerzo enorme de transparencia y gestión de fondos y la gente necesita saber que cuando da dinero está llegando a su destino. Hemos recibido muchas preguntas sobre fondos que nosotros no controlábamos porque no se han realizado a través de nuestros medios habituales. No es nuevo, pero ahora ha sido masivo. Tenemos la responsabilidad de dar ejemplo de transparencia, de rendición de cuentas y de comunicar a los medios de comunicación el destino de ese dinero, porque pocas veces se tiene una respuesta tan generosa de los españoles.

Tenemos la responsabilidad de dar ejemplo de transparencia, de rendición de cuentas y de empezar a invitar a los medios de comunicación a saber dónde ha ido a parar ese dinero. PALOMA ESCUDERO, UNICEF

Efectivamente, da la impresión que la sociedad civil española ha tenido una respuesta muy generosa ante la tragedia. ¿Cuál es vuestra opinión al respecto?

Carlos Ugarte. La nuestra es extraordinariamente positiva, pero muy parecida a la obtenida en el tsunami. Yo creo que la sociedad española a MSF en concreto la tiene bastante identificada como una organización especializada en situaciones de emergencia. Tenemos más de 480.000 socios y colaboradores en España, muchas empresas entre ellos, extremadamente fieles, que a pesar de la crisis económica que sufre el país han respondido a la emergencia. A los siete días del inicio de la catástrofe pedimos a los donantes que desviaran sus contribuciones a nuestro fondo de emergencias. Hemos recaudado 70 millones de euros largos en todo el mundo, nueve en España.

Marisa Salazar. Haití es comparable al tsunami, pero hay que valorarlo muy positivamente porque estamos en una situación de crisis y hemos recibido contribuciones de pensionistas con prestaciones mínimas.

Nosotros hemos sido la tercera Cáritas del mundo, nuestra recaudación ha sido de 26 millones de euros. Parecía imposible.

Paloma Escudero. La respuesta de la sociedad española ha sido extraordinaria. Si la comparamos con lo que se ha recaudado en otros comités nacionales de UNICEF en el mundo, España está muy por delante de Japón, Francia, Italia, o sea de países con gran tradición de donar.

También destacaría el papel de las empresas, que se han movido con sus empleados y sus clientes, y han tenido una respuesta extraordinaria, muy por encima del tsunami. Hemos recaudado 170 millones de euros a nivel mundial, en España nuestra recaudación se acerca a los nueve millones de euros.

Antonio Bruel. Para nosotros lo más importante a destacar es que la población española ha respondido ante la tragedia con independencia de los vínculos culturales o históricos con la región afectada, que en este caso eran más débiles. Esto no ocurre en casi ningún país.

Otra nota importante es la aparición de actores no tradicionales dentro de las propias organizaciones. Por ejemplo, cuando llegamos a Puerto Príncipe había 50 mexicanos de la Cruz Roja que estaban distribuyendo 7.000 toneladas de comida, 50 colombianos con 2.000 toneladas, multitud de coreanos del sur… Han aparecido una serie de actores no tradicionales, que habían estado apartados, presumiblemente, por el modelo de cooperación occidental que ha sido predominante hasta ahora.

Para terminar, ¿qué reflexión planteáis de vuestra vivencia en Haití a más de un mes de la tragedia?

Carlos Ugarte. Nosotros hemos trabajado durante mucho tiempo para poner a Haití en las agendas internacionales. Ahora el miedo es que después del boom que ha supuesto toda la cobertura se olviden los compromisos. También nos preocupa que Haití no vuelva a la dramática situación en la que se encontraba antes del terremoto.

Es importante que realmente se reconstruya el país, no sólo sus viviendas e infraestructuras, sino también a nivel de gobierno, de instituciones, de su propia economía…, que no vuelva a caer en el olvido, como ha sucedido a lo largo del tiempo allí y en otros tantos contextos que no son Haití.

Olivier Longue. Al final ha sido un desastre natural que no es tan natural. Se ha producido un terremoto con epicentro en la capital y agravado por unas edificaciones muy deficientes. En este terremoto sorprende muchísimo el número de heridos, muy superior al de cataclismos similares, y eso se ha debido a la deficiente construcción. La lección positiva es que hay que trabajar más en la prevención de los desastres.

Marisa Salazar. La gran lección comprende tres puntos. El primero es el de incidir sobre las causas del porqué pasan estas cosas. Las monjas que están allí dicen que sabían que esto iba a suceder. La Iglesia, los misioneros llevan toda la vida allí denunciando las causas de la pobreza en Haití y creemos que habría que escucharles. Segundo, la transparencia. Hay que explicar por qué nuestro modelo de cooperación no nos permite asignar todo el dinero que hemos recaudado en un periodo pequeño de tiempo; eso nos permitirá aclarar la diferencia entre emergencia y ayuda humanitaria al desarrollo.

También incidir en que en este momento de la historia la cooperación tiene que dar paso a nuevas realidades y ser creativa, aceptar nuevos actores. Y tercero, la coordinación entre nosotros. Nos gustaría encontrar más puntos de encuentro de cara a la sociedad española, que ha demostrado que sigue creyendo en nosotros.

En este momento de la historia la cooperación tiene que dar paso a nuevas cosas y ser creativa, aceptar nuevos actores. MARISA SALAZAR, CÁRITAS

Paloma Escudero. En UNICEF tenemos el reto de atender a un millón y medio de menores de 18 años, más las mujeres, que también son nuestro ámbito de actuación. Pero el reto sobre todo es velar para que la reconstrucción no reproduzca problemas que ya hemos vivido. Haití en el pasado era uno de los principales focos de tráfico ilegal de menores, en 2010 se había reducido un 50% el presupuesto social de salud y de educación, por tanto ya veníamos trabajando en un ambiente complicado para garantizar las políticas básicas de los menores. Se tienen recursos, se tiene la voluntad política…, es el momento de poner en marcha las políticas adecuadas para atender a esta población.

Antonio Bruel. Esta operación tiene que dar oportunidad para identificar al actor óptimo. Hay que aprovechar y abrir ese debate. En un territorio tan pequeño se ha puesto muy en evidencia la presencia de multitud de actores con distintos mandatos y características, y es el momento de aprovecharlo para valorar y definir sus capacidades y conocimientos para que en el futuro las emergencias se puedan abordar con mayor profesionalidad y eficacia.

Cuando la emergencia se desarrolla en un espacio mayor y más abierto, los fallos o las ineficiencias no se ven tan claramente que cuando se desarrollan en un territorio tan pequeño.

POR ESTHER BARRIO
Comentarios

  1. Estoy buscando Carlos UGARTE de Bilbao, antiguo amigo del tiempo pasado en Ibiza. Soy Karine su amiga francesa. Por favor me gustaria tanto saber de el …. si alguien puede darle mi email que lo haga. Pienso mucho en el. Mil gracias por adelante