La RSC de tu empresa, clave para captar o retener a jóvenes con talento

HAZ5 abril 2013

Con la colaboración de

La llamada generación de los millenials son jóvenes de entre 20 y 35 años, muy preparados pero con una visión diferente de la empresa y su relación con ella. Varios informes analizan su percepción social y su implicación, y ofrecen conclusiones interesantes a tener en cuenta por las empresas que cuentan con una plantilla importante de jóvenes y quieren retenerlos.

En el año 2020, la generación de los millenials –jóvenes nacidos entre 1980 y 1995- serán el 50% de la fuerza laboral en el mundo, sustituyendo a la generación de los Baby Boomers. Una de las mayores preocupaciones de los CEO de las grandes empresas, según recoge el informe Millenials at work- Reshaping the workplace publicado por PwC a principios de 2012, es la creciente dificultad por encontrar el talento que necesitan para hacer crecer su negocio.

Encontrar y retener a esos jóvenes trabajadores con talento y con las habilidades que las empresas necesitan en pleno siglo XXI será uno de los mayores retos de la gestión de recursos humanos a nivel global, pero también entrarán en juego otros aspectos de la empresa como su cultura corporativa, su RSC e incluso, los programas de voluntariado corporativo.

El reto no se presenta fácil para las compañías, si se atiende a las aspiraciones e intereses de la primera generación “nativa digital”, cuya afinidad con el uso de la tecnología les hace valedores de una mejor comprensión de la que es ya una de las herramientas clave de negocio para las empresas: el mundo digital.

¿Qué priorizan los millenials en su búsqueda de trabajo? Para los jóvenes encuestados en el informe de PwC, el desarrollo profesional rápido es una de sus mayores prioridades. No se sienten cómodos en estructuras empresariales rígidas y reclaman poder desarrollar más competencias y habilidades; no se conforman con actuar, y quieren participar en la toma de decisiones a todos los niveles. Otro punto que les importa mucho es la conciliación entre vida laboral y personal y señalan que, en ese sentido, a menudo las empresas incumplen sus promesas. Por otra parte, están muy abiertos a cambiar de empleo si sus expectativas no se han cumplido.

Otro criterio destacado es su interés en trabajar en compañías que admiran como consumidores. El 88% de los encuestados buscan empresas cuyos valores de responsabilidad social corporativa encajen con los suyos propios. Y un 86% están dispuestos a cambiar de trabajo si esos valores dejan de estar alineados con los suyos. Y ojo, no resulta nada fácil engañarlos: su condición de nativos digitales les hace expertos en la detección de “medias verdades” o engaños, y demandan, sobre todo, transparencia.

Ese deseo de coherencia de la empresa en la que trabajan con sus valores e ideales refleja otra característica de los millenials: su compromiso con las organizaciones de la sociedad civil. Los millenials interactúan con las ONG a través del voluntariado, donaciones o simplemente, estando conectados con alguna ONG o causa social a través de las redes sociales –Facebook, Twitter-, por email o en otras aplicaciones de sus smartphones. De ahí que los programas de RSC con organizaciones sociales de la comunidad donde opera la empresa o un programa de voluntariado corporativo alineado con los valores y la RSC de la compañía sea un atractivo para mejorar el compromiso de estos empleados.

En el año 2011, Deloitte realizó una encuesta sobre el impacto del voluntariado en la compañía que partía de la idea de que la vinculación que siente la plantilla hacia su empresa tiene el poder de crear una ventaja competitiva difícil de imitar. Para ello, Deloitte analizó la conexión entre la participación en actividades de voluntariado corporativo y el compromiso de la plantilla, y comparó los datos de los trabajadores entre 21 y 35 años que hacían voluntariado corporativo frente a los que no hacían voluntariado.

Las conclusiones demostraron que aquellos que participaban en acciones de voluntariado corporativo se sentían más identificados con su empresa: un 55% se sentía más orgulloso de trabajar ahí frente al 36%; el 37% estaba muy satisfecho con su progresión profesional frente a un 21%, y un 57% recomendaría su empresa a sus amigos frente a un 46%.

A pesar de estos informes hay algo claro: son una generación muy exigente y con una visión de la cultura corporativa y de su relación con la empresa muy distinta de la que tenía la generación anterior.

Los programas de voluntariado corporativo son, además de una vía para el cambio social, una herramienta más de gestión de estos jóvenes que puede contribuir a mejorar su vinculación en la empresa si se adapta a sus aspiraciones y deseos: potenciar a través del voluntariado el desarrollo de nuevas competencias y habilidades; facilitarles formas de participación que se adapten mejor a su necesidad de conciliación profesional-personal; darles un papel más relevante y transformador en la configuración de esos programas de voluntariado corporativo, y por supuesto, es imprescindible no perder de vista la coherencia de esa y cualquier otra acción de RSC de la compañía con los propios valores de la empresa.

Por Diego Lejarazu
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