3 diferencias entre las empresas españolas y anglosajonas

HAZ18 octubre 2013

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El voluntariado corporativo es relativamente joven en España, aunque en otros países, especialmente del mundo anglosajón, existe ya una larga experiencia en facilitar la implicación de las plantillas en acciones de voluntariado. A pesar de esta diferencia de edad, no se puede sentir sino envidia al analizar cómo enfocan y gestionan las iniciativas de voluntariado corporativo empresas de países como Reino Unido o Estados Unidos.

¿En qué se aprecian las mayores diferencias?

– Análisis del contexto social y sus necesidades antes de decidir qué hacer y cómo hacerlo. Como ejemplo, IBM y su proyecto Transition to Teaching, donde se pretende abordar el reto del escaso número de profesores cualificados en materias como matemáticas o ciencias en los colegios estadounidenses. IBM ha optado por responder a este reto animando a sus jubilados a que se formen en estas materias y en habilidades pedagógicas para poder reforzar la capacidad educativa de los colegios en estas materias.

– Vinculación íntima con el negocio de la empresa o “core bussiness”. Son empresas que tienen una visión más amplia de su negocio y de cómo responder a los retos sociales a partir de su actividad y expertise. Un ejemplo claro es la multinacional alimenticia General Mills que empezó su programa de voluntariado corporativo en África en 2008. A partir de esa experiencia, incluso impulsó la creación en 2011 de la ONG estadounidense Partners in Food Solutions, que pretende mejorar la capacidad, eficiencia y calidad de los productores locales de alimentos. A la nueva organización también se han adherido otras empresas como Cargill y DSM.

– Compromiso de empresa y voluntario con el proyecto.  También se aprecia esta mayor madurez de los programas de voluntariado en otros países al ver iniciativas como el Programa Pulse de GKM o Business Conectors de Businnes in the Community. Ambos proyectos destacan por la duración del voluntariado, alrededor de los seis meses, que el empleado pasa colaborando en una ONG mientras sigue percibiendo el salario y el resto de beneficios sociales, igual que cualquier otro empleado. En el primer caso, los proyectos deben estar relacionados con la salud, normal tratándose de una farmacéutica, y en el segundo caso debe tratarse de iniciativas de desarrollo local en localidades más desfavorecidas y dando prioridad al entorno rural.

¿Y en España?

En España, el voluntariado corporativo ha evolucionado desde sus inicios a principios del 2000 hasta ahora. Un dato positivo es el creciente número de empresas españolas que ya cuentan con programas de voluntariado corporativo –sólo en 2013, seis nuevas grandes empresas españolas se han incorporado al programa de voluntariado de Hazloposible-, aunque todavía queda mucho recorrido hasta alcanzar el nivel de los ejemplos anglosajones mencionados.

Un buen ejemplo de empresa en España que sí ha conseguido vincular su programa de voluntariado corporativo con su negocio es Accenture, cuyo programa Pro Bono a ONG funciona con éxito desde 2003. Hace tres años, el Grupo Accenture a nivel internacional dio un paso más y tras analizar el contexto cambiante y las necesidades sociales del momento, decidió poner el foco de su programa en el empleo de los sectores más vulnerables, con una acción que, junto con Fundación Seres y Compromiso y Transparencia, ha culminado en Juntos por el empleo, un proyecto de impacto colectivo que implica al sector empresarial, sector público y organizaciones sociales.

Muchas empresas españolas ven clara la importancia de unir el programa de voluntariado corporativo con su área de negocio pero, al mismo tiempo, es imprescindible el análisis del contexto que les permita identificar una necesidad social real a la que puedan dar respuesta desde su programa.

Por Diego Lejarazu

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