¿Cómo medir y auditar las inversiones de impacto? A debate

Las inversiones de impacto han experimentado un salto cualitativo en España. Hace apenas tres años el concepto era totalmente desconocido en el sector financiero. En la actualidad nadie cuestiona la existencia de esta nueva clase de activo financiero ni su creciente peso. La discusión ahora se centra en temas más técnicos y sofisticados.

¿Cómo mejorar el reporting y la medición? ¿Qué metodologías son las más apropiadas para informar a los grupos de interés? ¿Cómo combinar mejor las motivaciones y los perfiles de los distintos inversores? ¿Qué información sobre el retorno social hay que proporcionar a los inversores con carácter predictivo?

Para discutir algunas de estas cuestiones, CE reunió a algunos de los principales expertos en un desayuno coloquio bajo el título de La medición y auditoría de las inversiones de impacto.

En el Salón Belagua del Hotel NH Príncipe de Vergara se dieron cita, Carlos Martín, de Sustainability Fans; Beatriz Alés, de Compass Group; Carlos Delgado, de Deloitte; Lidia del Pozo, de BBVA; Javier Garayoa, de SpainSif; Agustín Vitorica, de Gawa Capital; Lucila García, de Fundación Seres; María López, de IE Business School, y Francisco Soles, de Creas.

Tras presentar brevemente su organización, en su opinión, ¿cómo se deben medir las inversiones de impacto? ¿Es conveniente auditar esas mediciones?

carlos-martin2Carlos Martín. Sustainability Fans trata de incluir en la agenda de los decisores las cuestiones relativas al impacto social y medioambiental de sus operaciones. Por otra parte, pertenezco a SROI Network International y a SROI Network España de reciente creación.

Mi opinión es que deben existir herramientas y metodologías, aceptadas por todos, que permitan coinvertir y proporcionar una confianza y estabilidad al mercado de las inversiones socialmente responsables y las inversiones de impacto. Actualmente existen varias metodologías (SROI, IRIS, Social Acounting Auditory, etc.), cada una de ellas viene apoyada por unas organizaciones que aseguran que la metodología se aplica correctamente y cuyo enfoque difiere en función de los objetivos que se persigan.

Lo que me interesa subrayar es que las diferentes metodologías que se utilizan para medir el retorno social de las inversiones de impacto son complementarias.

Javier-GarayoaJavier Garayoa. El Foro SpainSif está centrado en el impulso y estudio de las Inversiones Socialmente Responsables (ISR). El concepto de ISR no es un concepto cerrado y cada dos años hay una revisión conceptual para adaptarlo a las nuevas tendencias.

Hace un par de años decidimos incluir las inversiones de impacto dentro del concepto de ISR. Hasta entonces, a la hora de analizar las ISR, solo se incluían los aspectos sociales, medioambientales y de gobierno corporativo (ASG) de las empresas analizadas, pero no el impacto social que generaban.

Nos pareció interesante incorporar las inversiones de impacto porque los aspectos de medición van ganando cada vez más peso y, precisamente, las inversiones de impacto se diferencian por destacar más el retorno social como elemento clave de las inversiones.

Por otra parte, la inclusión era un paso muy coherente, pues resulta lógico que no se puedan separar los aspectos relativos al criterio de inversión y los concernientes al retorno social alcanzado.

En relación con el tema de la medición creo que debe haber una medida estándar, que ésta se debe verificar externamente y que la auditoría debe ser el tercer paso. Es decir, la secuencia sería, primero, estandarización de indicadores, segundo, verificación por parte de terceros y, en tercer lugar, auditoría externa.

Por otra parte, yo creo que las inversiones de impacto están mucho más avanzadas en la estandarización de las metodologías y los indicadores que las ISR convencionales.

Los inversores tienen que poder visualizar los retornos sociales desde el principio. Los grandes actores en el sector de la inversión no quieren promesas sino realidades. Javier Garayoa

Beatriz-AlesBeatriz Alés. Como auditora solamente he tenido una experiencia con las inversiones de impacto analizando un fondo de inversión en Costa Rica.

En mi opinión, lo más crítico es conseguir la modelización de las métricas de inversión de impacto. Actualmente hay poca información, probablemente porque todavía hay pocos actores con experiencias y metodologías contrastadas que se puedan estandarizar.

En los EEUU está más desarrollado este concepto porque cuentan con grandes instituciones filantrópicas privadas, como la Fundación Rockefeller o la Fundación Kellog, que han liderado la inversión en este campo. En España, sin embargo, el liderazgo lo han impulsado las instituciones públicas.

carlos-delgadoCarlos Delgado. Por mi trabajo en Deloitte estoy más familiarizado con el sector financiero que con el sector social, pero desde nuestra compañía identificamos unas tendencias que apuntan en la dirección de las inversiones de impacto.

Por una parte apreciamos que cada vez hay un mayor interés de los inversores por los aspectos relacionados con el retorno social de sus inversiones; es cierto que esa demanda y oferta de información no la tenemos integrada todavía en nuestros sistemas de verificación, pero el interés está ahí y no se puede despreciar.

La segunda tendencia procede de los reguladores que cada vez exigen proporcionar mayor y mejor información y esas nuevas demandas de información apuntan también a la medición del retorno social.

Agustin-VitoricaAgustín Vitorica. Gawa Capital nació en el año 2009 con la idea de levantar fondos de impacto social. En el 2010 cerramos nuestro primer fondo de 21 millones de euros. En este momento estamos levantando nuestro segundo fondo que esperamos cerrar a finales del 2014 y conseguir doblar nuestros activos.

Nuestro perfil inicial de inversores estaba compuesto de un 75% de financial first (inversores que priorizaban la rentabilidad en primer lugar y en segundo el retorno social) y un 25% de social first (inversores que priorizan el retorno social en primer término y el retorno financiero en segundo lugar).

Nuestros reportes mantenían originariamente este equilibrio: un 75% de información financiera y un 25% de información social. Lo interesante es que la demanda de información sobre el impacto social por parte de nuestros inversores ha ido ganando peso y ahora el contenido de la información es de un 50/50, e incluso un poco mayor la información sobre el impacto social.

Esta realidad nos ha hecho cambiar nuestra estrategia en el sentido de que hemos tenido que consensuar con nuestros inversores las métricas sociales seleccionando un conjunto de 24 indicadores, procedentes de la metodología IRIS.

¿Por qué IRIS? Porque ya tenía desarrolladas las métricas en los dos sectores en los que trabajamos: inclusión financiera y cadenas inclusivas con agricultores. Las métricas sociales en el área de inclusión financiara se centran en cuatro campos: alcance (número y perfil de los clientes), temas de gobierno y sostenibilidad, empleo y protección del cliente, esta última muy orientada a tratar de no sobreendeudar al cliente.

Estas métricas nos ayudan no solo a seleccionar nuestras futuras inversiones sino a influir positivamente en las que ya estamos presentes. Para verificar que los impactos se están produciendo contrataremos los servicios de una de las cuatro agencias de rating actualmente existentes, que disponen de una metodología de rating y medición social contrastada.

Lo que me interesa subrayar de todo este proceso es que a nosotros quien nos ha empujado a medir el retorno social han sido nuestros inversores.

Dos tercios del mercado de capitales está movido por los fondos de pensiones y las compañías de seguro, cuyo rol en las inversiones de impacto es marginal, y es marginal porque todavía no hemos conseguido estandarizar el retorno social. Agustín Vitorica

lidia-del-pozoLidia del Pozo. En el BBVA estamos apoyando a las empresas sociales a través de Momentum Project, que es un programa que proporciona formación a los emprendedores y también les ayuda con un fondo de inversión de impacto. El fondo ha invertido hasta el momento 7 millones de euros en 18 compañías españolas. También estamos trabajando en México y Perú.

En nuestro caso las empresas que apoyamos no tienen mucha experiencia a la hora de medir, por lo que gran parte de nuestro trabajo es didáctico, centrado en convencerlas de la conveniencia y utilidad de las métricas.

Es importante señalar que cuando seleccionamos una empresa en la que invertir ya llevamos un año con ella, capacitándola y asesorándola.

Actualmente estamos financiando un 60% de las empresas que participan en Momentum. El primer fondo fue aportado en su totalidad por el BBVA y, en el segundo fondo, abrimos la puerta a inversores externos: clientes institucionales y de banca privada.

En relación con las métricas hemos utilizado diversas metodologías y al final hemos desarrollado nuestro propio modelo en función de los intereses de los inversores.

Es un modelo que viene a ser un mix de las diferentes metodologías existentes (IRIS, LBG, etc.), que utiliza 30 indicadores de los cuales 20 son comunes y el resto se adapta al sector de cada empresa.

Un detalle que merece la pena resaltar es que para que los grandes grupos financieros apuesten de verdad por este sector hay que involucrar a los responsables del negocio, en nuestro caso a los responsables de análisis de riesgos; este no es un campo reservado a los responsables de RSC, sino propio de las operaciones de negocio.

Para que funcionen las métricas tienen que ser consensuadas con las organizaciones, no se les puede imponer un set de indicadores por los inversores. Lidia del Pozo

maria-escorialMaría López. Yo destacaría que aunque se han hecho unos avances muy importantes en las metodologías de impacto, todavía estamos muy lejos de saber cuándo se causa un impacto positivo o negativo.

Si hablamos de microfinanzas, que es una de las industrias más desarrolladas en este campo, con más de 30 años de recorrido, todavía está por demostrar que la inclusión financiera del cliente no le genere sobreendeudamiento, le ayude a aumentar los ingresos, que sus flujos de caja sean sostenibles, etc.; es decir, todavía existen muchas incertidumbres sobre el impacto real, entre otras cosas, porque el impacto sólo se puede medir a largo plazo.

Por eso, en mi opinión, el énfasis se ha poner en estandarizar, en tratar de llegar a una definición o un lenguaje común. Creo que vamos en la dirección correcta, se han hecho importantes avances pero creo que estamos muy lejos de poder auditar todavía.

Soy más partidaria de que existan consultores externos que verifiquen que ese impacto se está realizando más que de realizar una auditoría externa. Por otra parte esos consultores externos tienen que tener unas capacidades muy específicas que, hoy por hoy, no se encuentran fácilmente en el mercado.

francisco-solerFrancisco Soler. Nuestra Fundación, Creas, arranca en 2008 y hasta la fecha ha realizado tres pequeñas inversiones, una de ellas fue el Hub de Madrid, y me quiero referir a este proyecto porque la elección de esta inversión ya pone de manifiesto las enormes dificultades de medir el impacto social de los proyectos.

¿Cómo medimos el impacto social de la creación del Hub? No es sencillo, porque se trata de un proyecto que no tiene una incidencia tan directa en una determinada población, como algunos de los proyectos que se han mencionado aquí.

Actualmente estamos buscando nuevos inversores que se sumen a los pioneros que iniciaron esta aventura. Nuestros inversores desde el origen son social first, la gran mayoría son profesionales o empresarios con preocupaciones sociales.

Nosotros no tenemos expertise en temas de medición, este campo lo dejamos en manos de nuestro socio, que es la Fundación Ecología y Desarrollo.

La metodología que utilizamos por el tipo de proyecto que realizamos es el SROI.

Es importante participar en el consejo de administración de las empresas en las se invierte para ayudarles a medir el impacto. Las organizaciones no tienen muchas veces ni la capacidad ni los recursos para evaluar el impacto. Francisco Soler

Lucila-GarciaLucila García. El enfoque de Fundación Seres es un poco diferente porque la herramienta de medición que hemos desarrollado está orientada no tanto a medir el impacto de la inversión social en la comunidad, sino los beneficios que genera esa inversión para la propia empresa.

¿Por qué? Porque aunque existen muchas metodologías enfocadas a medir el impacto social (IRIS, SROI), sin embargo faltan metodologías que ayuden a la empresa a la hora de tomar una decisión sobre donde focalizar su acción o inversión social.

La empresa puede ayudar de muchas maneras, nuestra herramienta trata de indicarle cuál es la mejor opción en función de sus activos, capacidades, etc. Y también intenta hacer visible los beneficios que esa decisión genera a la propia empresa.

La herramienta inicial la desarrolló McKinsey y nosotros le ayudamos a adaptarla aplicándola inicialmente a ocho empresas.

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