Transparencia, la promesa política

Por tercer año consecutivo, la Fundación Haz analiza las webs de los partidos y fundaciones políticas con representación en las Cortes Generales, para conocer su grado de transparencia.

La primera impresión que se desprende de los nuevos resultados es que los partidos españoles y, más aún, sus fundaciones vinculadas, todavía tienen mucho trabajo por hacer para alcanzar los niveles de transparencia que la sociedad actual les exige.

La buena noticia es que por parte de las organizaciones políticas, ya se ha creado una conciencia sobre la necesidad de rendir cuentas y, poco a poco, están iniciado este camino sin retorno que beneficiará al conjunto de la sociedad.

Este hecho esperanzador se ve reflejado en la evolución positiva de los indicadores que recogen la información más sensible de los partidos políticos (Tabla 1), como es la que corresponde a las Personas que componen el partido (que aumentó en 22 puntos porcentuales con respecto a 2012), la de Cumplimiento de las promesas electorales (diez puntos porcentuales), o la referido a la Información económica (siete puntos porcentuales).

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Sin embargo, estos aumentos no son suficiente, pues siguen siendo mayoría los partidos que no publican los contenidos de estos indicadores.

Por otra parte, los resultados sobre la transparencia de las fundaciones políticas invitan a una reflexión profunda sobre las medidas que deberían tomar dentro de estas entidades, para asumir sus responsabilidades sociales y rendir cuentas.

En este sentido, cabe destacar que solo cuatro fundaciones (10%), de las 39 que componen la muestra del análisis, publican sus estados financieros a través de las páginas webs, tres (8%) publican sus estatutos y solo dos (5%) ofrecen información sobre los resultados de sus actividades.

Teniendo en cuenta estos resultados, es comprensible que los ciudadanos españoles sigan percibiendo como segundo problema de la sociedad actual «el fraude y la corrupción», seguida por «los problemas de índole económica» (tercer problema) y «los políticos, la política y los partidos en general» como cuarta preocupación, según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas publicado en febrero de 2014.

En los próximos meses entrará en vigor la Ley de transparencia, acceso a la información y buen gobierno, aprobada en diciembre 2013. Algunas instituciones como el Senado o el Tribunal de Cuentas han renovado recientemente sus páginas webs para adaptarse a las exigencias de la nueva norma.

Sin embargo, la transparencia no puede limitarse a la publicación de los sueldos de los miembros políticos, el desglose de sus dietas o el balance de cuentas del partido y la fundación. La transparencia debe entenderse como una herramienta que va más allá de publicar una ristra de datos según una ley orgánica. Su objetivo final es mejorar la sociedad y la convivencia, uniendo a los ciudadanos con sus representantes gracias a la confianza.

Y eso, habitualmente, no lo consigue ninguna ley, sino la voluntad.

Dónde reside la transparencia

La Fundación Haz, en su misión de fortalecer y devolver la confianza de la sociedad en las instituciones españolas, ha vuelto a revisar la definición de transparencia para identificar los elementos que deben darse para su cumplimiento.

A lo largo de estos tres años de investigación y análisis de los partidos políticos y, más recientemente, de sus fundaciones, se ha observado que para dar cuentas de las actividades que realizan, la información publicada a través de sus páginas webs debe cumplir con cuatro condiciones:

1. Visibilidad: Este elemento se refiere a la situación de los datos dentro de la sede electrónica. Para cumplir con él, los contenidos deben ser localizados de manera sencilla y rápida por parte de los usuarios.

2. Accesibilidad: Relacionado con el elemento anterior, hace referencia a que la información debe estar disponible para cualquier usuario, sin necesidad de registrarse en la página, ni de solicitar un permiso para consultar los contenido.

3. Actualidad: La información publicada debe corresponder al último ejercicio cerrado legalmente. En este caso, la fecha de referencia es 2011-2012, aunque para la información económica se ha tenido en cuenta el último informe de fiscalización publicado por el Tribunal de Cuentas, que corresponden a los ejercicios de 2009, 2010 y 2011.

4. Integralidad: Este último elemento se ha incorporado en el análisis de este año como resultado de las experiencias anteriores.

Hace referencia a la necesidad de que la información sea completa y exhaustiva, es decir, los contenidos deben cumplir íntegramente con los indicadores y no parcialmente.

En este sentido, las áreas de Personas o Estructura directiva son especialmente sensibles, ya que algunos partidos no han cumplido con estos indicadores porque publicaban algunos, y no todos, los perfiles de sus directivos y/o cargos electos.

Evoluciones positivas, pero insuficientes

Como se señalaba al inicio, las primeras conclusiones de Transparencia, el mejor eslogan 2013 revelan que los partidos políticos están evolucionando positivamente hacia la transparencia y la rendición de cuentas, aunque de manera muy lenta.

Bien dice el refrán que «las cosas de palacio van despacio» y el sector político lo cumple en exceso, como revela el informe. El cumplimiento de los indicadores más sensibles hace tener esperanza en la regeneración política, ya que cada vez son más las organizaciones de esta índole que se toman en serio su responsabilidad social y su compromiso con la ciudadanía.

En este sentido, destacan positivamente los indicadores relativos a las áreas de Quiénes somos (83%) y Programa (64%), concretamente, este último indicador ha obtenido el mayor aumento porcentual con respecto al año anterior, siendo Amaiur el único partido que actualmente no aporta información sobre su posicionamiento en temas claves para la sociedad.

Sin embargo, el resto de indicadores, aunque muestran mejoras, no alcanzan el cincuenta por ciento del cumplimiento.

Solamente el área que informa sobre los Afiliados de los partidos se aproxima con un 46%, mientras que el resto de áreas obtienen resultados muy bajos. Las materias más deficientes en grado de transparencia son las referentes al Cumplimiento y a la Información económica, las cuales obtienen un 17% y un 21% respectivamente.

Profundizando en los resultados del análisis, se puede afirmar que los partidos políticos tienen pendiente la rendición de cuentas sobre el cumplimiento de sus promesas electorales, como desvela el indicador de Informe de gestión (6%), siendo UPyD el único partido de los dieciocho de la muestra, que publica este documento actualizado y visible en su web.

También destaca negativamente el dato relativo al apoyo social, solo UPN hace público el Número de afiliados, mientras que el resto de partidos lo omite o lo menciona en otros documentos dificultando su visibilidad.

En cuanto a la información económica, a pesar de la nueva regulación a punto de entrar en vigor, sigue mostrando altos niveles de opacidad. De los 18 partidos con representación en las Cortes General y que, por lo tanto, perciben subvenciones públicas para su funcionamiento, solamente Coalició Compromís, Esquerra Republicana, Izquierda Unida, Partido Popular, Unión Progreso y Democracia y Unión del Pueblo Navarro hacen público el Desglose de sus fuente de ingresos y las partidas de gastos (33%).

Sin embargo, a la hora de exigir información más específica y detallada como sucede con los indicadores de la Memoria explicativa de las cuentas generales, los Préstamos y créditos otorgados a la institución y deudas condonadas, o el Informe del Tribunal de Cuentas, el número de partidos que publican dicha información se reduce a la mitad o menos, es decir, dos o tres, en el mejor de los casos.

informe_fundaciones_politicasPor otro lado, las fundaciones vinculadas a partidos políticos, muestran una evolución de resultados más pausada todavía.

En este punto, cabe señalar que se ha ampliado la muestra de fundaciones con respecto al análisis anterior, para adecuar la selección al criterio que sigue el Tribunal de Cuentas en su último Informe de Fiscalización de los estados contables de los partidos políticos y de las donaciones percibidas por las fundaciones vinculadas orgánicamente, ejercicios 2009, 2010 y 2011, aprobado en octubre de 2013. En total son treinta y nueve fundaciones analizadas, trece más que en 2012.

Con respecto a la Información económica y de Gobierno, destacan en positivo que hay más fundaciones en 2013 que hacen públicos sus estados financieros (10%), sus estatutos (8%) y un código de buen gobierno (2%). Sin embargo, los porcentajes son tan bajos, que el balance general revela unos grados de opacidad inaceptables.

Debido a que la muestra es más amplia, algunos porcentajes han disminuido en la Tabla 2 de Evolución del grado de transparencia de las fundaciones políticas. Este es el caso de la información de Contacto, la publicación de la Misión, Estructura directiva o Patronato.

Transparentes, translúcidos y opacos

A la hora de determinar el nivel de transparencia de los partidos y fundaciones políticas, Compromiso y Transparencia ha valorado tanto el número como el tipo de indicadores que se han cumplido, es decir, las formaciones políticas y sus fundaciones han sido clasificadas como transparentes, translúcida u opacas en base a los siguientes criterios:

Transparentes: aquellos partidos que cumplen, al menos, con 16 de los 25 indicadores de transparencia, entre los cuales deben incluirse los estados financieros y el informe del Tribunal de Cuentas. En el caso de las fundaciones, deben cumplir con 11 de los 15 indicadores, entre los que deben incluirse los estados financieros y el informe de auditoría externa.

Translúcidas: en esta categoría los partidos deben cumplir, al menos, 12 de los 25 indicadores de transparencia. Las fundaciones clasificadas en este grupo solo cumplen con siete indicadores.

Opacas: este grupo lo componen los partidos y las fundaciones políticas que cumplen con menos indicadores de los señalados en el grupo anterior, es decir, menos de 12, en los partidos, y menos de siete en el caso de las fundaciones.

De acuerdo con los criterios expuestos arriba, solo hay dos partidos transparentes que lideran el ranking: UPyD (19 puntos) y Esquerra Republicana (16); UPN (16), Izquierda Unida (14) y Esquerra Unida i Alternativa (13), quedan clasificados como translúcidos, mientras que el resto de formaciones se califican como opacas.

En el ranking de las fundaciones políticas, Fundación Alfonso Perales (12 puntos) y FAES (11 puntos), son las únicas entidades transparentes; Fundación Sabino Arana (9), Fundación Progreso y Democracia (8) y Fundación Rafael Campalans (7) alcanzan la categoría de translúcidas, mientras que las 34 fundaciones restantes son opacas.

Más voluntad, menos reformas

Después de obtener los resultados y las conclusiones expuestas anteriormente, Fundación Haz insta a los partidos y fundaciones políticas para que se tomen más en serio los indicadores del informe Transparencia, el mejor eslogan.

Los niveles de opacidad que presentan ambas instituciones no pueden ser aceptados en ningún sistema democrático, de lo contrario, los ciudadanos no delegan la soberanía nacional en sus representantes, sino que cada cuatro años renuncian a ella en manos de los cargos electos.

A punto de entrar en vigor la recién aprobada Ley de transparencia, acceso a la información y buen gobierno, los partidos políticos y sus fundaciones vinculadas todavía tienen mucho camino que recorrer si quieren ser entidades transparentes y comprometidas con la rendición de cuentas.

En una exposición de Elcano Talks, en el Real Instituto Elcano de Madrid, Miguel Ángel Gonzalo, webmaster de la web del Congreso de los diputados, comentaba que algunos miembros del hemiciclo son reticentes a la hora de publicar determinada información a través de la página web.

El principal argumento es que los partidos minoritarios pueden utilizar la información publicada para acusar de derrochadores a los partidos más votados, porque el presupuesto de estos últimos es mayor y, por lo tanto, pueden invertir más en dietas, coches oficiales o asesores. Ante este razonamiento, cabe señalar que la transparencia no puede ser entendida como otra arma arrojadiza en los debates del Congreso o el Senado.

No se trata de competir en ver quién publica más información sobre el partido o ver en qué se gastan el presupuesto los representantes políticos.

Si quienes ejercen el poder no cambian su actitud frente a la transparencia, facilitando información, permitiendo el acceso a los contenidos que genera la actividad política y atendiendo las necesidades de la sociedad de la información, de manera voluntaria, al final se impide que la ciudadanía evalúe por sí misma la labor política con objetividad y criterio propio.

Recuperando una de las frases más míticas del cine norteamericano reciente, «el miedo puede conducir al lado oscuro de la fuerza», por lo tanto, para construir un sistema democrático sólido, fuerte y duradero, solo puede haber espacio para la confianza y el compromiso entre gobernantes y gobernados.

Descarga Transparencia, el mejor eslogan 2013 aquí.

Por Beatriz C. Martisi
@Bc_MaRTiSi
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