Los filántropos 'millennials', afines al emprendimiento social y las inversiones de impacto

El Informe de BNP Paribas sobre 'Filantropía Individual 2017' elaborado por 'The Economist Intelligence Unit', estudia cómo las nuevas generaciones están conformando el futuro de la filantropía.
HAZ3 mayo 2017

El Informe Filantropía Individual 2017 (disponible en inglés), basado en entrevistas realizadas a filántropos de la generación millennial y a expertos internacionales en filantropía, concluye que las cinco principales características de la mentalidad de los filántropos millennials son:

  1. Interés por el emprendimiento social: los millennials creen que apoyar a los emprendedores y a las organizaciones con ánimo de lucro (frente al tradicional apoyo a organizaciones sin ánimo de lucro) es la opción más sostenible para conseguir sus ambiciones filantrópicas. Los sectores preferidos por los emprendedores sociales son las FinTechs, EdTechs, las energías renovables y la alimentación y agricultura.
  2. Enfoque global: los millennials son más globales en sus causas y en su alcance geográfico que los baby boomers. La generación más joven quiere replicar su éxito en distintos lugares, mientras que los baby boombers se centran en una sola región.
  3. Deseo por el ahora: los millennials no quieren esperar antes de devolver a la sociedad, quieren empezar a lograr cambios desde ya.
  4. Uso diferente de las redes sociales: los millennials utilizan los canales digitales de manera diferente a los baby boomers, no solo para promover sus causas, sino también para encontrar beneficiarios, donantes, talentos y para formarse.
  5. Cultura colaborativa: los millennials creen que pueden ser mucho más efectivos si están conectados con otros filántropos a través de redes internacionales o locales de forma que puedan identificar oportunidades de cofinanciación y coinversión e intercambiar buenas prácticas.

“En los últimos años, hemos visto que los clientes buscan cada vez más un impacto positivo en la sociedad”, explica Sofia Merlo, CEO de BNP Paribas Wealth Management. “Los millennials están sobrepasando los límites de la filantropía tradicional con un espíritu colaborador mucho más fuerte y un mayor uso de la inversión de impacto, el emprendimiento social y las oportunidades de cofinanciación”.

“Comprender y anticiparnos a las motivaciones y valores de los jóvenes inversores high net worth es una ambición esencial para lograr nuestro objetivo de transformar la experiencia que les ofrecemos como nuestra siguiente generación de clientes”, añade Vincent Lecomte, CEO de BNP Paribas Wealth Management.“Esta nueva experiencia que estamos construyendo en colaboración con nuestros clientes y con algunas Fintechs nos permite ofrecerles servicios innovadores, oportunidades de networking y un acceso a nuestro programa de formación para las nuevas generaciones”, explica.

¿Cómo gestionan los ‘millennials’ su legado familiar?

Los millennials consideran que no tienen por qué sentirse atados a su legado familiar; quieren buscar un equilibrio entre el legado y la innovación. Mientras que algunos emprenden el camino ellos solos, creando estructuras independientes y buscando indicadores de rentabilidad, otros se mantienen alineados con los intereses y objetivos familiares pero incorporando prácticas más modernas. “Lo que hace a una familia diferente del resto es el apoyo que exista en su seno. Estudiamos los proyectos filantrópicos juntos y decidimos si queremos apoyarlos o no”, declara Koon Ho Yan, 32 años, creadora de la Fundación EasyKnit, Hong Kong.

En la búsqueda de impacto, los millennials adoptan un enfoque específico con respecto a sus inversiones. No dudan en romper con las generaciones previas, utilizando inversiones de impacto, evaluaciones de impacto o soluciones híbridas. Los millennials mezclan sus iniciativas de inversión y sus actividades filantrópicas, contrariamente a sus predecesores. “Cuando me uní a la Fundación, el 40% de la cartera se destinaba a inversiones de impacto. Entonces empecé a preguntarme por qué no todas nuestras inversiones eran inversiones de impacto,” comenta Stéphanie Cordes, 27 años, vicepresidente de la Fundación Cordes, EEUU.

Siendo una generación muy orientada a los resultados, los jóvenes filántropos utilizan los medios digitales para evaluar y monitorizar de manera continua indicadores relevantes que les permitan medir el impacto de sus actividades. Ejemplos de estas tecnologías se destacan en el informe, incluyendo entre ellos, el Mapa de Datos del Centro Europeo de Fundaciones, que ofrece información sobre cómo gestionar una fundación en 80 países distintos o las métricas IRIS, diseñadas para medir el retorno social, medioambiental y financiero de una inversión.

“Hemos cambiado nuestra estructura organizativa para asegurar una gestión más profesional de nuestra fundación y ahora medimos nuestra rentabilidad. Para nosotros es muy importante facilitar información clara y transparente sobre nuestros objetivos estratégicos y sobre nuestra evolución a nuestros principales accionistas y al público en general”, declara Lavinia Jacobs, 36 años, presidente del Consejo de Administración de la Fundación Jacobs, Suiza.

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