La inteligencia emocional, una herramienta útil en la lucha contra el ‘bullying’

Cinco escuelas de Madrid y Extremadura están participando en el proyecto ‘En sus zapatos: un espacio de empatía activa’, desarrollado por la Asociación Teatro de Conciencia para resolver conflictos sin el uso de la fuerza o la violencia. Una nueva estrategia para reducir el acoso escolar, que afecta a casi un 20% de los escolares, según el informe de ‘Asignatura Empatía’.
<p>Pax Dettoni, fundadora de Asociación Teatro de Conciencia, en CEIP Vicente Aleixandre de Torrejón de Ardoz. Firma: Teatro de Conciencia.</p>

Pax Dettoni, fundadora de Asociación Teatro de Conciencia, en CEIP Vicente Aleixandre de Torrejón de Ardoz. Firma: Teatro de Conciencia.

Hace pocos días se presentaban en Madrid los resultados del proyecto Asignatura Empatía, puesto en marcha por Samsung en colaboración con el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte para formar e informar a los escolares sobre el bullying. A través de un vídeo visto desde unas gafas de realidad virtual, los participantes en la iniciativa han podido ponerse en la piel de un joven acosado y comprender de una forma más directa la raíz de sus problemas.

Han sido unos 1.400 los alumnos de 1º de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), pertenecientes a doce institutos públicos de la Comunidad de Madrid, los que han participado en el programa. Tras ver el vídeo, un 38% de ellos ha declarado que denunciaría ante los profesores una situación de este calado; un 26% llevaría el caso ante los responsables en temas de acoso; un 24% a los orientadores, y un 18% a los compañeros.

Sin embargo, uno de los datos más preocupantes que se han extraído del informe ha sido el 19% que asegura sentirse identificado con el protagonista del vídeo. Un buen número de menores de entre 12 y 13 años que creen haber sufrido algún tipo de acoso, tanto desde el punto de vista offline, a pie de aula, como online, principalmente a través de las redes sociales.

Este problema ha ido in crescendo con la llegada de las nuevas tecnologías a las manos de los adolescentes. El acoso que antes un alumno sufría solo en sus horas escolares ahora se ha extendido a las 24 horas del día a través de Internet, y las medidas que se adoptan desde los centros escolares para mitigar este mal son pocas o nulas.

Según datos de Save the Children, en 2016 uno de cada diez alumnos sufrió algún tipo de violencia, física o psicológica, incluyendo la exclusión, las amenazas, la difusión de rumores y robos o daños a la propiedad.

Uno de cada tres reconoció haber agredido físicamente a otro compañero y uno de cada dos, haber insultado. Un 20% del total de agresores no sabe por qué lo hace; otro 20% lo hace por molestar o por gastar una broma; un 10%, porque tiene manía al agredido y otro 10% por venganza.

Uno de cada tres alumnos reconoció haber agredido físicamente a otro compañero en 2016 y uno de cada dos, haber insultado.

Soluciones al acoso escolar

Como respuesta a esa falta de estrategias para sensibilizar al alumnado y prevenir situaciones de bullying y ciberbullying, algunas escuelas han empezado a implementar el proyecto En sus zapatos: un espacio de empatía activa. Éste ha sido puesto en marcha por Pax Dettoni a través de la Asociación Teatro de Conciencia, fundada por ella.

“Más que a prevenir o solucionar un problema, el proyecto está dirigido a proponer una forma de convivir”, asegura, añadiendo que con su trabajo “queremos construir convivencia escolar, familiar y social”. Y para ello se utilizan herramientas basadas en la educación emocional.

Dettoni explica que se trabaja con todos los agentes implicados en la educación, desde los propios alumnos hasta profesores, padres, madres y tutores. La idea es dar herramientas para ayudar a convivir y a resolver conflictos sin necesidad de usar la violencia. “Una es la Educación Emocional, un instrumento para la gestión de las emociones y para potenciar la empatía activa. Otra es el Teatro de Conciencia, que implica usar el juego, la experiencia y lo que uno aprende con todo su ser, no solamente con lo intelectual”, apunta.

Según la responsable del proyecto, se trabaja con todos los alumnos que conforman el aula, y no sólo con los que se han detectado problemas. “Desde nuestro punto de vista no hay niños agresores ni niños víctimas, sino niños que han sufrido agresión y niños que han recibido agresión”.

Siguiendo esta lógica, la metodología trabaja sobre aquello que ocurre dentro del niño que agrede. Por ejemplo, sobre la incapacidad de sanar el dolor emocional sufrido previamente, y que le lleva a vivir muchas de sus situaciones cotidianas como amenazas ante las que reacciona con frustración, rabia, odio y miedo. O la falta de herramientas para gestionar esos sentimientos negativos, que le llevan a la necesidad de manifestar agresividad con violencia.

También se intenta generar la capacidad de desarrollar empatía o sentimientos de compasión hacia la persona sobre la que ejerce la agresión, ofrecer recursos para solucionar conflictos de una forma positiva y creativa y, por supuesto, enseñar a perdonar al contrario.

“El alumno que comete agresión lo hace porque detrás hay unos motivos que le llevan a ello: ha recibido en su piel los comportamientos agresivos de otros. Así, cualquier niño que ha sufrido agresión puede ser un futuro niño que cometa agresión hacia otro niño o hacia sí mismo; y todos los niños, que están testimoniando y avalando esas agresiones, también forman parte”, afirma la portavoz de Teatro de Conciencia.

En estos momentos la metodología de Dettoni se está aplicando en cinco centros educativos, todos de primaria, cuatro de ellos localizados en la Comunidad de Madrid y uno en Extremadura. “Los perfiles que presentan son diferentes, de manera que luego el modelo sea replicable, escalable y adaptable en distintos contextos”, comenta.

En concreto, están desarrollando el proyecto en una escuela rural, en otras en pequeñas ciudades de la periferia y también de Madrid ciudad. “En unas los alumnos tienen padres y madres españoles; en otros todos provienen de múltiples nacionalidades; hay algunas con alumnos refugiados, y otras con niños con trastornos en la conducta”, enumera la fundadora de la asociación.

En todas ellas se han puesto en marcha talleres de diez horas por cada aula de 25 alumnos. También encuentros de seis horas para dar recursos educativos a los maestros; y de dos horas para padres y tutores, “donde invitamos a reflexionar sobre la educación basada en la no-violencia”, comenta la portavoz.

Sostenibilidad del proyecto

Desde la Asociación Teatro de Conciencia explican que las Administraciones Públicas no están dando respuestas contundentes al problema del acoso escolar. “Los colegios públicos no tienen recursos para formarse en esta línea, ni para implementar un proyecto de estas características. Por ello, tomamos nuestra iniciativa privada para llevarlo a cabo y buscamos socios financiadores para realizarlo”.

De hecho, la organización acaba de lanzar una campaña de crowdfunding para poder ampliar su ámbito de actuación. “Invitamos a personas que como nosotras creen en una educación donde la prioridad también pasa por desarrollar la parte humana del individuo y puedan apoyarnos con su donación”.

Por otra parte, también cuentan con acuerdos con el sector público -el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y el CNIIE (Centro Nacional de Innovación e Investigación Educativa del Ministerio de Educación) acaban de concederles una subvención-, además de buscar apoyos en el ámbito empresarial. “En aquellas empresas que tienen la sensibilidad de responsabilizarse con su entorno, con su Revista Haz y que pueden hacer donaciones y financiar escuelas”.

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