Crowdfunding, la democratización del capitalismo

Ricard Valls4 septiembre 2013

En 1884, a falta de presupuesto para finalizar el pedestal de la Estatua de la Libertad, se pidió a los estadounidenses a través de un escrito de Joseph Pulitzer en el New York World que ayudasen con microdonaciones a terminar el que fuera y es hoy en día su estandarte de libertad.

Más de 125.000 ciudadanos realizaron pequeñas aportaciones, recaudando en seis meses más de cien mil dólares. Simbólicamente, esta primera recaudación colectiva de fondos representa a la perfección la base del crowdfunding o financiación colectiva tal y como se conoce en la actualidad: con libertad para crear, libertad para emprender, libertad para construir un mundo mejor, sin jerarquías ni intermediarios; oferta y demanda en estado puro.

El crowdfunding de origen anglosajón tiene una larga trayectoria (Vid. Grandes hitos del crowdfunding), pero es ahora cuando el contexto socioeconómico lo ha elevado a su punto más álgido. El crowdfunding es un sistema de recaudación de fondos que pone en contacto, a través de una plataforma online, a personas que necesitan recursos para llevar a cabo un proyecto con potenciales donantes o inversores.

Este sistema alternativo de financiación ha encontrado en Internet su aliado perfecto; la red de redes es el mejor door to door para pedir recursos, tanto económicos como de colaboración (crowdsourcing), con el mínimo desembolso posible y el máximo alcance. Se cuentan por decenas el número de plataformas de financiación colectiva que existen en España (más de 50) y por cientos las de todo el mundo (536 al finalizar 2012, según el informe Crowdfunding Industry Report. Mayo, 2012. Crowdsourcing.org).

Es habitual que el proceso siga los siguientes pasos (Vid. Infografía: Los engranajes del proceso crowdfunding): se plantea la idea, se establece un objetivo monetario y se fija un límite de tiempo para conseguirlo –con frecuencia no superior a los 90 días–, tras aprobar el proyecto, se lanza la campaña en una plataforma online y comienza la recaudación de fondos en masa. Si se logra el objetivo económico, la plataforma transfiere los fondos a los proyectos si, por el contrario, no se alcanza el objetivo de recaudación, la práctica más habitual es reintegrar el dinero a los financiadores.

El crowdfunding ha ido evolucionando y adaptándose a las posibilidades que ofrecen tanto los proyectos como las plataformas y las motivaciones de los donantes; un término que puede generar cierta controversia, porque, aunque el acto de donar no exige una contraprestación, algunos modelos de financiación colectiva ofrecen recompensas por las aportaciones realizadas. Este es el caso del crowdfunding basado en recompensas o preventa (Reward-based crowdfunding).

Se trata de peticiones de fondos que a cambio ofrecen a los usuarios recompensas no monetarias, que pueden incluir desde la mención en los créditos de una obra, hasta objetos de merchandising o el propio producto para el que se están recaudando los fondos (libro, disco, cómic, gadget…).

Este es el tipo de crowdfunding que más éxito está cosechando; ejemplo de ello es el Elevation Dock, un dispositivo que funciona como soporte para el iPhone y iPod cuya principal ventaja es que se puede retirar el aparato ¡con una sola mano! Gracias a esta sencilla innovación su creador, Casey Hopkins, ha logrado recaudar 1.464.706 dólares antes de su fabricación a través de la plataforma Kickstarter.

Hopkins había solicitado 75.000 dólares para poder llevar a cabo el proyecto, pero sus expectativas se vieron desbordadas gracias a la favorable respuesta de 12.521 financiadores que, a cambio de la compra anticipada, consiguieron el producto a un precio promocional (59 dólares) por debajo del precio de mercado (90 dólares).

También los proyectos discográficos reciben mucho respaldo por parte de los usuarios, tanto de los que apoyan incondicionalmente el trabajo de sus cantantes favoritos y les ayudan a editar un nuevo disco como de aquellos que escuchando los primeros acordes de un grupo anónimo apoyan su lanzamiento en el mercado.

En el año 1989 el grupo de rock extremeño Extremoduro fue el primero en editar en España su álbum gracias a las donaciones de sus seguidores, que compraron papeletas de mil pesetas para apoyar a la banda con su primer disco, Rock Transgresivo, aportando 250.000 pesetas para su edición.

Los datos respaldan estos ejemplos. Los proyectos de crowdfunding basados en donación y recompensa crecieron en el 2012 un 85%, alcanzando los 1.400 millones de dólares en todo el mundo (2013 CF The Crowdfunding Industry Report, Massolution. 2013).

Probablemente el modelo basado en la donación, el llamado donation based crowdfunding, es la alternativa de crowdfunding más conocida. Las organizaciones no lucrativas encuentran en estas plataformas de crowdfunding, y en este modelo en concreto, un nuevo público al que dirigirse; de este modo pueden lograr financiación para sus iniciativas gracias a la solidaridad de los millones de internautas que hay en la red, sin necesidad de que exista una relación previa (socios o donantes). Además, el crowdfunding puede llegar a desarrollar una base social de donantes para las organizaciones.

Para ello es fundamental un buen plan de comunicación antes, durante y después de la campaña.

Antes, porque en los primeros días de recaudación el círculo más cercano a la organización es imprescindible. Según datos de la Asociación Española de Fundraising, en las dos primeras semanas de lanzamiento es necesario alcanzar el 20% de la recaudación total (Crowdfunding. Financiación colectiva en clave de participación. AEF, marzo 2013). Este público cercano y conocido será el donante de entre el 20 y 30% de la cifra objetivo.

Durante, porque pasada las dos primeras semanas habrá que buscar financiación en otro público desconocido pero potencialmente afín, que debe cubrir entre un 50 y 60% del total del objetivo, según este informe. El restante, entre un 10 y un 30%, vendrá de donantes contagiados por prescriptores y exdonantes.

Después, porque rendir cuentas de los resultados obtenidos es la mejor campaña para convertir a los nuevos donantes, antes potenciales, en una nueva community fundraising. Porque «si trabajas un proyecto bien, puedes lograr financiación, que está muy bien, pero además puedes conseguir una parte muchísimo más interesante: posibles inversores, testear el producto, prepromoción, interés en el proyecto y, en general, mucho ruido», explica Borja Prieto, uno de los creadores de la plataforma MyMajorCompany.

MiGranodeArena fue la primera plataforma española en ver este potencial en el sector social y suma en sus cinco años de vida más de 700.000 euros destinados a más de 600 organizaciones no lucrativas, según datos ofrecidos por su creador, David Levy.

Crowdlending y crowdcapital

Además del modelo de donaciones y de aportaciones a cambio de recompensa, el crowdfunding también se presenta como una excelente alternativa para conseguir un retorno financiero. En este sentido existen dos modelos, el basado en préstamos y el basado en participación en el capital. En este último, denominado equity based crowdfunding o crowdcapital, los participantes reciben a cambio de su dinero acciones de una compañía, obteniendo dividendos como cualquier accionista.

Este servicio es el que ofrece SociosInversores, una plataforma de financiación colectiva que pone en contacto a pequeños inversores con empresarios y emprendedores para que estos puedan crear su negocio, porque, como explican, «en una situación económica de crisis, en donde escasea el crédito bancario, cualquier ciudadano puede ser un potencial inversor colectivo».

Los proyectos nacen con necesidades tan amplias como su temática, siendo los de base tecnológica, científica y de innovación los que más éxito cosechan. En el portal de SociosInversores se encuentran proyectos que nacieron con una necesidad financiera de solo 2.500 euros, como es el caso de una web-buscador de hoteles adaptados a personas con discapacidad, y los hay también de cien mil euros: los propios creadores de SociosInversores hicieron uso del crowdfunding para su expansión por Latinoamérica.

Finalmente y en una línea similar se encuentra el crowdfunding basado en préstamos (lending based crowdfunding), también llamado peer-to-peer lending o p2p lending, que, como su nombre indica, consiste en que personas particulares prestan dinero con o sin intereses a pequeñas y medianas empresas. Este reciente modelo –data de 2010– tiene su origen en Reino Unido con la creación de la plataforma Funding Circle. En España ha llegado de la mano de Loanbook y Arboribus, que explica así el modelo: «Mediante un sistema transparente de información, permite a las personas escoger a qué empresas le prestan el dinero, cuánto y en qué condiciones.

Como resultado, estas empresas pueden acceder a un canal alternativo de financiación, más rápido y con la posibilidad de obtener mejores condiciones que las que obtienen en sus entidades financieras habituales». Estas plataformas de crowdlending sirven para financiar empresas que hayan demostrado su solvencia (en torno a 2-3 años) y ofrecen un buen rendimiento a los inversores que prestan sus fondos.

En 2012, el modelo de crowdfunding basado en préstamos creció un 111%, recaudando 1.200 millones de dólares, y, aunque en menor proporción, las cifras del crowdfunding basado en capital también fueron positivas: en 2012 recaudó 116 millones de dólares, registrando un crecimiento del 30%, según el informe de Massolution.

Las empresas se apuntan al crowdfunding

Tanto es el auge que está teniendo el crowdfunding que nadie quiere perderse la recogida de los huevos de oro que esta gallina está produciendo. Ya son varias las empresas que están utilizando este sistema de financiación para vender sus productos; se trata de acciones de marketing en estado puro.

Este es el caso de Microsoft, una de las empresas pioneras en el uso del crowdfunding con fines comerciales. Abanderados de la educación y desarrollo de los más jóvenes, la multinacional de Bill Gates ha creado una plataforma web llamada Chip In donde los estudiantes y personal docente de EEUU pueden escoger el PC o tablet que deseen y pedir a sus amigos y conocidos que se lo subvencionen; Microsoft aporta el 10% del importe. Los afortunados deben elegir entre productos que oscilan entre los 350 y los 1.000 dólares, pudiendo adquirir uno de menor importe si no se logra el objetivo fijado.

Del mismo modo, cualquier estadounidense puede comprarse el nuevo modelo de Chrysler a través de Dodge DartRegistry solo necesita persuadir a unos cuantos amigos generosos. La idea es que el futuro propietario del coche vaya eligiendo su vehículo al gusto y solicite fondos para hacerse con él con un importe máximo de 30.000 dólares a lo largo de un límite de 90 días.

Los mecenas del coche en cuestión pueden elegir la parte que quieren subvencionar (ruedas, sistemas de seguridad infantil, aire acondicionado…). ¡Y a disfrutar del nuevo coche! O no. Porque la obtención de la financiación no está ligada a un compromiso de compra, dando total libertad para el uso del dinero en otros menesteres, eso sí, Chrysler alude a la «decepción» que generará a sus donantes «al no verles conduciendo el brillante y nuevo Dodge Dart» para lograr la venta.

Un paso más allá es el que da Amazon. La multinacional ha visto en Facebook un gran potencial para vender sus tarjetas regalo. La idea es la siguiente: los usuarios de Facebook que asocian su cuenta a la de Amazon ven en su página de la red social un recordatorio del próximo cumpleaños de sus amigos y le invitan a, además de enviar una felicitación, aportar dinero para una tarjeta regalo que podrá canjear en la tienda Amazon el homenajeado. Una vez seleccionado el importe, toca invitar a amigos comunes a que se sumen al regalo para que el día en cuestión el cumpleañero reciba un aviso en su muro del regalo realizado por sus amigos. Con esta idea ingeniosa, Amazon pone en un buen aprieto a aquellos amigos de Facebook poco generosos.

Los retos del crowdfunding

Aunque el mundo del crowdfunding mueve unas cifras a tener en cuenta, su corta historia hace que la interpretación de las mismas y la visión de futuro sean diferentes dependiendo del experto a quien se consulte. Los resultados del informe Crowdfunding Industry Report son muy halagüeños: en 2012 se obtuvieron 2.806 millones de dólares a nivel mundial a través del crowdfunding, una cifra nada desdeñable si además se compara con los 1.470 millones de dólares que se recaudaron en 2011, registrando un crecimiento del 91%, que, además, no cesa; recientemente Massolution ha estimado las nuevas cifras para 2013, publicadas en el informe 2013 CF The Crowdfunding Industry Report, que prevé unos ingresos para este año de 5.100 millones de dólares.

En España, Ricard Valls, de Zohar Consultoría, relativiza el volumen de las cifras: «El crowdfunding representa solo el 0,3 por ciento de las donaciones del mercado filantrópico español, es decir, cuatro o cinco millones de los 1.200 que se mueven en España». Sin embargo, apunta un dato positivo: el aumento del 20% anual de las donaciones online. Aunque el fenómeno del crowdfunding es relativamente nuevo en España, se pueden adelantar algunos de los retos que tendrá que enfrentar en el futuro inmediato si quiere sobrevivir:

1. Sostenibilidad. La mayoría de las plataformas españolas no son rentables ni lo serán en el corto plazo. Actualmente existen varios modelos que deberán evolucionar radicalmente si quieren ser sostenibles en el largo plazo. La sostenibilidad se basa en muchos casos en el cobro de una comisión, que ronda el 5-8%, sobre los proyectos financiados, aunque algunas ofrecen este servicio gratuito. Este último es el caso de Microdonaciones o MiGranodeArena, que nacieron bajo el paraguas de una fundación y su viabilidad económica descansa en los recursos que la propia organización aporta.

El crecimiento de este modelo está muy condicionado por los recursos limitados de la fundación. La alternativa más viable que tienen estas plataformas es comenzar a cobrar una comisión por sus servicios de intermediación.

En segundo lugar se encuentra el caso de Goteo y MyMajorCompany. Las dos plataformas ven el crowdfunding como un elemento más de una oferta de servicios más amplia: formación, asesoramiento, marketing… En el caso de Goteo, los cursos y acciones de formación, y en el de MyMajorCompany, los servicios de representación, comunicación y marketing a los artistas, así como los acuerdos con las grandes compañías (Grupo Prisa).

Por último, el modelo de las plataformas de crowdlending y crowdcapital por su propia naturaleza tiene un enfoque más sostenible económicamente, el éxito en estos casos va a depender de la escalabilidad del modelo, es decir, de que sean capaces de incrementar el número y la calidad de los proyectos exitosos financiados.

2. Regulación o autorregulación. El equity crowdfunding en España no ha alcanzado todavía las cifras de otros países, como EEUU o Inglaterra, y quizá por esa razón no ha merecido todavía la atención de los legisladores. La regulación legal suele comprender dos aspectos principales: la primera se refiere a la posibilidad de hacer ofertas públicas de acciones y la segunda a las condiciones de la oferta.

En abril de 2011 la SEC aprobó en EEUU la Jumpstart Our Business Startups Act, conocida como JOBS Act, ampliando las posibilidades de oferta pública y compra de acciones a determinadas organizaciones y el 5 de julio pasado aprobó una normativa para desarrollar la utilización del canal de Internet para comercializar las ofertas con ciertas restricciones (Vid. Adoption of New Rule 506(c): General Solicitation in Regulation D. Offerings).

No hay ninguna duda de que las plataformas de crowdlending y crowdequity, al actuar como intermediarios financieros, requieren de una regulación legal para proteger al inversor. Es muy probable que la regulación de estos nuevos canales se acelere en los próximos años, pues muchos de los inversores de capital riesgo están emigrando a estas plataformas al ser los costes de transacción muy inferiores (Vid. ¿Sustituirá el crowdfunding al capital riesgo?), y, también, al constituir un canal muy eficaz para prestar a la pequeña y mediana empresa.

Así lo ha visto, por ejemplo, el gobierno de David Cameron que apostó el pasado diciembre de 2012 por estas plataformas de crowdfunding en Reino Unido para realizar préstamos a los pequeños y medianos empresarios. Funding Circle y Zopa recibieron respectivamente 20 y 10 millones de libras para los proyectos de inversión que albergaban en sus plataformas, según informa el portal GrowthBusiness.

En España, Gregorio López-Triviño, socio de Lánzanos, confirma que «las plataformas españolas ya están en conversaciones con el ministerio competente para establecer legalmente las líneas de esta materia». Muy probablemente la reciente aprobación en Italia del nuevo marco legal (Decreto Crescita) que, entre otras novedades, regula el equity crowdfunding, haya desperezado a los políticos españoles.

Aunque David Villaseca, director de SociosInversores, se queja de que las organizaciones de crowdfunding en España siguen muy lejos de recibir un apoyo institucional, como en el Reino Unido, y en ocasiones hasta tienen que hacer frente a la competencia directa de la administración pública que lanza plataformas propias; es el caso de EmprendeXL, una plataforma para la financiación de proyectos empresariales impulsada por el Ministerio de Sanidad y Asuntos Sociales.

Diferentes son las demandas de regulación por parte de las plataformas de donación y recompensa. En este caso están dirigidas a reclamar un régimen fiscal más favorable para este tipo de donaciones.

Estas plataformas llevan exigiendo desde hace tiempo que la futura Ley de Mecenazgo incluya una deducción del 100% en las donaciones que no superen los 100 o 200 euros, así como otras reclamaciones de la misma naturaleza. En esta línea el pasado mes de junio un grupo de plataformas lanzaron la campaña YoApoyoelCrowfunding  exigiendo una regulación específica de la financiación colectiva.

3. Diferenciación. La mayoría de las plataformas de donaciones y recompensas ofrecen servicios muy similares. En un sector con pocas barreras de entrada, en las que cualquier organización puede bajarse de la red una herramienta para canalizar microdonaciones de manera gratuita o por un precio irrisorio, las organizaciones de crowdfunding tienen que empezar a pensar qué otros servicios adicionales ofrecen a su comunidad de donantes o inversores para retenerlos. La diferenciación va a suponer un plus de servicios a los usuarios: información, formación, segmentación, especialización, networking

4. Selección, selección y selección. Ya se trate de proyectos sociales en busca de donantes o de iniciativas empresariales en busca de inversores lo que va a resultar crítico en el futuro es ser capaz de seleccionar buenos proyectos: proyectos con un fuerte impacto social o empresas con un retorno económico atractivo. Las plataformas que mejor sepan seleccionar estos proyectos serán las que se lleven el gato al agua. No es ninguna casualidad que Kickstarter haya añadido una sección con el nombre de Best of Kickstarter 2012, adicional a su sección de estadísticas que actualiza diariamente con información sobre los proyectos que han tenido éxito.

De cualquier manera, sean cuales sean los retos y dificultades, lo que no puede pasar desapercibido es que durante el año 2012 más de un millón de proyectos fueron financiados mediante crowdfunding; más de un millón de proyectos que sin el crowdfunding no se habrían materializado. Y es que como aquella imperiosa Estatua de la Libertad que se instaló hace más de 125 años en la isla que lleva su nombre y espíritu, lo que para todos está claro es que el crowdfunding ha llegado para quedarse.

Por Javier Martín Cavanna y Esther Barrio
@jmcavanna y @Esther_Bame

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Comentarios

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