Crecer juntos compartiendo conocimiento

Nada invitaba, en estos momentos de crisis, a convocar un Foro Iberoamericano de Fundaciones Empresariales. ¿Para qué otro encuentro? No es el momento.

Ya hay muchas convocatorias similares. ¿Por qué las fundaciones empresariales? Esperábamos escuchar comentarios de este tenor, pero la verdad es que nos resultó muy fácil obtener el apoyo y los recursos para organizar el I Foro Iberoamericano de Fundaciones Empresariales. Pienso que mucho tuvo que ver el lema que inspiró el Foro: «Crecer juntos compartiendo conocimientos».

Y, EFECTIVAMENTE, la elección de este lema no fue casual. Se alimenta de varias convicciones. La primera es que si el proceso de globalización nos está enseñando algo, y ciertamente durante esta crisis lo estamos experimentando con una virulencia particular, es que «los problemas de uno hoy son problemas de todos». Esto ha sido siempre así, pero ahora lo percibimos con más claridad. La segunda lección es consecuencia de la anterior. Precisamente porque los problemas son colectivos se necesita el concurso de todos los actores para resolverlos: sector público, sector privado y tercer sector. Es preciso incrementar nuestra colaboración, impulsar el trabajo conjunto, promover las alianzas entre las organizaciones.

Si de verdad queremos tener impacto, si de verdad deseamos transformar la sociedad, porque de eso se trata, el trabajo de las fundaciones no consiste en distribuir dinero ni en multiplicar sus actividades y programas, sino en generar un cambio real, si de verdad queremos incrementar la eficacia de nuestras organizaciones es urgente compartir nuestros esfuerzos, nuestros éxitos y también nuestros fracasos, que dejan de serlo, precisamente, cuando los transformamos en aprendizajes compartidos.

EL CONOCIMIENTO ES UN ACTIVO QUE TIENE UNA CARACTERÍSTICA MUY PECULIAR: es un bien que crece al compartirlo. Compartir el conocimiento en el campo social exige ponerlo a disposición de toda la colectividad. En este sentido, las posibilidades que ofrece actualmente la red para difundir nuestros conocimientos son casi infinitas. Pero no sólo para difundirlo sino también para generarlo.

Se ha convertido en un lugar común mencionar el fenómeno de las wikis como ejemplo del enorme potencial que puede tener el trabajo colectivo, la creación de una comunidad en la que todos están invitados a participar y en la que no existe más jerarquía que el propio conocimiento puesto al servicio de los demás.

¿POR QUÉ NO SOÑAR EN UN APPLE STORE DE LAS FUNDACIONES EMPRESARIALES, en el que se intercambien no aplicaciones de software para nuestro último modelo de iPod, sino lecciones, iniciativas, propuestas, conocimiento, tecnología para el trabajo social? Pero lo cierto es que no hay que soñar, porque la realidad va en este caso muy por delante.

Hace apenas un mes decidimos crear en Linkedin el grupo de debates Foro Iberoamericano de Fundaciones Empresariales, y en este momento hay más de 200 organizaciones participando en la «conversación»; decenas de debates en marcha y una propuesta para desarrollar conjuntamente un modelo de rendición de cuentas específico para las fundaciones empresariales.

UNA DE LAS PREGUNTAS QUE NOS VENIMOS HACIENDO en la Fundación Revista Haz, desde hace algún tiempo, es si las fundaciones llegarán a desaparecer y, si es así, cuándo. Que nadie se inquiete, todavía no sabemos la respuesta.

Nuestra inquietud no nace de los efectos de la crisis económica, eso es algo que no nos preocupa en exceso. La mayoría de las grandes innovaciones sociales han surgido casi siempre en época de crisis o en contextos muy difíciles. La actual crisis económica sin duda inducirá a algunas organizaciones a recortar sus actividades. Pero la crisis puede ser también una oportunidad para que revisemos los modelos tradicionales de enfocar nuestra contribución en favor de los demás.

POR ESO, EL VERDADERO NOMBRE DE LA RESPONSABILIDAD SOCIAL se llama innovación, que es la capacidad para crear y gestionar lo nuevo, y eso sólo puede hacerse asumiendo un cierto riesgo.

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