Teletrabajo para personas con discapacidad

Aeerc engloba a empresas dedicadas a las relaciones con los clientes -es decir, plataformas y servicios de contact center– que se sirven de diferentes canales de comunicación: SMS, email, teléfono, chat, videoconferencia, etc. José Luis Goytre, su presidente y el principal impulsor de Discatel, empezó en 2006 a plantearse esta iniciativa tomando nota de otras experiencias, principalmente extranjeras.

El teletrabajo resultaba una solución laboral única para muchos candidatos, bien por estar alejados de núcleos urbanos o bien por su reducida movilidad. Goytre tenía el ejemplo en su propia familia. Así la Aeerc creó el Grupo de Teletrabajo y Discapacidad, germen del posterior proyecto Discatel, contando con el respaldo del Real Patronato sobre Discapacidad.

Desde entonces, el presidente no ha cesado de exportar su plan, lo que él denomina “una verdadera labor de apostolado”, a través de muchos foros empresariales para que otros se unan a la causa: “Creo que había suficientes motivos y armas de marketing para ir vendiendo esta idea y esta ha sido poco a poco asumida por un buen número de organizaciones”.

Trabajar en casa, calidad de vida
Goytre comenta que una de las empresas que se mostró muy receptiva desde el principio fue Fundación DKV Integralia, pues ya contaba con experiencia previa en inserción laboral de discapacitados. La fundación tiene actualmente a 230 trabajadores en plantilla con diversidad funcional. Para José Luis Goytre ha debido producirse algo de “efecto dominó”, dado que los consejos de administración de las empresas cada vez están más concienciados con la discapacidad “y esta ha pasado a formar parte de los planes de responsabilidad social cada vez más claramente”.

Marcos Díez es coordinador de equipo en la Fundación DKV Integralia desde 2007. Trabajar en casa es, en su caso, sinónimo de calidad de vida. Valora mucho el esfuerzo realizado por su empresa y considera importante mostrar ante la sociedad que el teletrabajo es una opción viable. Relata su día a día: “Me hacen llegar el trabajo diario por correo electrónico, reviso el de cada empleado, saco los reportes correspondientes y organizo los horarios del grupo de forma que queden cubiertos todos los servicios”.

Está conectado en todo momento durante sus ocho horas de jornada con sus compañeros. Le basta con un teléfono con voz IP para recibir llamadas y comunicarse internamente, aparte del software normal que lleva cualquier PC. Para él, trabajar fuera de casa supondría “un esfuerzo muy difícil de asumir durante muchos años” por la enfermedad que sufre.

Telecentros rurales

Alejandro Fernández es consejero delegado de Sertel, empresa dedicada a servicios de telemarketing que emplea personas con discapacidad desde 1989 y que también se ha sumado al proyecto Discatel. En toda la estructura de la organización, hay más de 500 personas con diversos tipos de discapacidad, lo que se traduce en un 35% de la plantilla global de esta empresa de Fundación ONCE.

En el apartado del teletrabajo, Sertel ha dado un paso notable: ha creado unos telecentros rurales, una novedad que da empleo a personas que no pueden desplazarse hasta núcleos urbanos. De momento, existen cuatro telecentros (dos en Castilla-León y dos en Extremadura) que dan trabajo a 20 discapacitados y están ubicados en espacios cedidos por los ayuntamientos locales.

Aparte, otras 9 personas trabajan desde sus domicilios dentro de este proyecto, perfiles que suelen ser “de muy difícil inserción”, según Alejandro Fernández. Aquí la tecnología informática juega una baza importantísima. Sin estas herramientas, estas personas no podrían trabajar. “Ellos buscan poder rendir como otros empleados. Por eso las tecnologías están ahí, para que todos los trabajadores seamos iguales”, explica.

Fernández se muestra en contra del “hábito de buscar puestos de perfil bajos para personas con discapacidad” y a favor de “abrir nuevos nichos de trabajo” para estos trabajadores. Las tecnologías han demostrado ser un instrumento poderoso de igualdad. Prueba de ello es que Sertel tiene servicios enteros cubiertos con equipos formados exclusivamente por invidentes.

Teresa García Fernández, responsable de Selección y Formación de Sertel, explica que la presencia de diversas discapacidades se da en todos los departamentos de la empresa y el proceso de selección es igual de exigente para todos. Quizá sean las personas con problemas visuales las que tienen un reto más difícil ante sí, o quizá la oferta de puestos sea más limitada para ellos. Teresa reflexiona: “Esta circunstancia, esta dificultad, hace que se impliquen un poco más que otras personas”.

Marceliana Hernández forma parte de la plantilla de Sertel. Comenzó a trabajar en enero de 2006 como teleoperadora para un servicio de Sanidad de la Junta de Castilla y León. En su casa de Zamora recibe llamadas de pacientes y concede citas médicas de atención primaria, básicamente, además de otras para una especialidad o para pruebas diagnósticas, por ejemplo.

Hasta hace unos años trabajó en plataforma, pero su enfermedad visual la obligaba a tener una persona siempre pendiente de sus desplazamientos. Esta mujer que dice ser “luchadora y decidida” se siente mejor trabajando desde su domicilio, aunque admite que a veces echa de menos las relaciones con los compañeros. En su caso concreto, y por el estado de su vista, ha preferido acogerse a la jornada partida para poder respetar unos descansos indispensables para recuperar fuerzas.

Repunte de resultados en 2012

La actividad profesional de relación con clientes a través de contact centers da empleo a más de 100.000 personas en toda España. Este segmento ha tenido un crecimiento anual del 10% acumulativo y es el quinto sector a nivel europeo por puestos de trabajo en plataformas, según datos de Aeerc. Tanto en España como en Europa, estas actividades han crecido “de manera exponencial en los últimos 30 años”, con un futuro bastante prometedor por delante.

Con respecto al proyecto Discatel, los resultados registrados en 2009 fueron muy alentadores: las empresas adheridas al proyecto dieron empleo a 200 personas con diversidad funcional en plataformas de contact center, y a un total de 21 personas por teletrabajo. Un éxito, según el presidente de Aeerc, que no ha podido repetirse “por la dureza de la crisis”.

2010 llegó como un “jarro de agua fría” porque ya se notó mucho la situación del mercado. La actividad de los contact centers empezó a desacelerarse mucho. Aunque en 2011 ya se advirtió un cierto repunte, los resultados son algo mejores desde que se inició 2012. A finales de junio de este año se había conseguido la inserción de un total de 404 personas con discapacidad en plataforma, y 39 más por teletrabajo, siendo este último un segmento que ha crecido “bastante menos de lo esperado”, según José Luis Goytre. Insiste en que Discatel “no es una obra de caridad, sino una labor profesional”, para despejar cualquier duda.

El objetivo de Aeerc de cara a 2015 es logar que el número de trabajadores discapacitados incorporados sea de 500 personas en plataformas y 100 más por teletrabajo.

Discatel ha sido elegido como Ejemplo de Buenas Prácticas de Integración Laboral por Cruz Roja de España. Recibió el premio al Personaje del Año otorgado por la Asociación Empresarial Interitis-Asimelec en 2009 y el Premio de la Fundación Dintel en 2012.

Por Nuria García

Fotografía: Sertel, de Fundación ONCE