Carsharing, un respiro para el bolsillo y para el medio ambiente

El concepto de carsharing o coche compartido nació en Suiza en 1987. Desde entonces muchos otros países de Europa y de todo el mundo se han adherido a esta nueva alternativa de movilidad, que ya cuenta con más de 900.000 usuarios a nivel mundial. Actualmente se calcula que el servicio de carsharing está presente en más de 600 ciudades de 18 países en cuatro continentes, y cuenta con una flota de más de 30.000 vehículos.

Y es que, el carsharing es «la otra forma de tener coche»: más barata, más ecológica y más inteligente. Más allá del uso de un servicio, el carsharing, y en general lo que se ha denominado economía colaborativa, supone, en realidad, un cambio de mentalidad y de modelo de consumo que pasa por comprender que «disfrutar» y «tener acceso» es mejor que poseer.

La actual crisis global, a la que se suma el auge del uso social de Internet, ha propiciado el crecimiento casi exponencial de las plataformas que permiten compartir recursos, pero sobre todo de su número de usuarios. Esta nueva economía prima el «usar» frente al «poseer», y apuesta por un consumo más eficiente, sostenible y responsable.

Lo que se ha denominado recientemente economía colaborativa abre un mundo de posibilidades casi infinitas que van desde el uso compartido del coche, el alquiler por horas, o el intercambio, pasando por la compra-venta de libros usados, hasta las plataformas de propietarios particulares que alquilan sus casas o sus habitaciones para uso turístico en ciudades de todo el mundo. Una nueva mentalidad que ha transformado algunos de los sectores más tradicionales como el transporte o el sector cultural.

Los ciudadanos de todo el mundo cada vez están más conectados para consumir, educarse, viajar o financiarse de manera conjunta, horizontal y directa. A este tipo de consumo colaborativo –el ejemplo más reciente del valor que tiene Internet en este sentido– la revista Time lo ha calificado recientemente como una de las diez ideas que van a cambiar el mundo.

El consumo colaborativo, que ya ha sido bautizado como «el trueque del siglo XXI», es, ni más ni menos, aquel que se dedica a aprovechar los recursos para crear riqueza: desde intercambiar o revender billetes de avión que no pueden ser utilizados por cualquier motivo –ya existe una web donde puede hacerse, Changeyourflight.com–; la compra- venta de segunda mano de ropa para bebés; la plataforma de intercambio de alojamientos de vacaciones Mytwinplace, o los denominados bancos de tiempo (para el trueque de servicios).

Esta nueva forma de consumo es un respiro no solo para el bolsillo, sino también para el medio ambiente, porque genera un importante ahorro de materias primas asociado a la menor producción y uso de bienes y servicios.

Compartir coche para compartir gastos

Entre estas nuevas formas de consumo colaborativo destaca una: el carsharing. En palabras de Gabriel Herrero-Beaumont, socio fundador de Bluemove Carsharing, el usuario de este tipo de servicios para compartir o alquilar coche por horas gasta de media 80 euros al mes, frente a los 500 que gasta un propietario de coche.

Durante unas jornadas sobre Share Economy y Consumo Colaborativo organizadas recientemente en Madrid por la Asociación Española de la Economía Digital y OiuShare, el responsable de Bluemove señaló que «con el carsharing no hay que convencer del uso de un servicio, sino de un cambio de mentalidad». A su juicio, se trata más bien de «un cambio de paradigma en la movilidad compartida, haciendo especial hincapié en la sostenibilidad».

Este modelo más sostenible de transporte «es fundamental para armonizar las ciudades, ya que su correcta combinación con el transporte público y la bicicleta reduce drásticamente la huella de CO2 y la contaminación acústica», señala el responsable de Bluemove. A esto hay que añadir las importantes oportunidades de negocio que genera. Blumove reivindica, por otra parte, que los vehículos privados «han robado el espacio público en detrimento de parques, espacios de ocio o jardines».

En Europa existen cerca de cuarenta operadores de carsharing que trabajan en más de 250 ciudades europeas, con una flota de más de 10.000 vehículos. Los principales operadores trabajan principalmente en Alemania, Austria, Bélgica, Holanda, Reino Unido, Suiza, Dinamarca, Finlandia, Francia, Italia, Noruega, Suecia y España.

Uno de los países europeos más avanzados en esta materia es Suiza, en cuyas principales ciudades circulan vehículos en la modalidad de carsharing. Según datos del operador Mobility, en Suiza el carsharing ya tiene cerca de 90.000 usuarios, con una flota de casi 2.000 vehículos. Zúrich es actualmente la primera ciudad del mundo en el uso de este tipo de transporte.

carsharing_avancar

El primer operador español de carsharing, Avancar, nació en Barcelona en 2005 y en la actualidad cuenta con más de 9.000 socios, una flota de 130 vehículos y cincuenta zonas de aparcamiento distribuidas por toda la ciudad. En 2012 la compañía se unió a Zipcar, que cuenta con más de 750.000 socios en todo el mundo.

Los socios de Avancar pueden reservar su coche por Internet o mediante su móvil, abrirlo con su tarjeta de socio y conducir. Cada reserva incluye el carburante y el seguro. También hay una práctica aplicación para móviles o mensajes de texto SMS, entre otras opciones.»No es que seamos unos revolucionarios, nos consideramos más bien embajadores del cambio», señalan desde Avancar, que definen sus servicios como «un soplo de aire fresco para el bolsillo», ya que permite ahorrar una media de 4.000 euros al año con respecto al coche particular.

«Los cambios en los hábitos de consumo de la población, motivados en parte por la crisis económica, han impulsado nuevas alternativas de transporte y de tendencias de consumo, como pagar por el coche solo cuando se utiliza», recalcan desde Avancar. Según una reciente encuesta realizada por esta compañía, un 75% de los barceloneses estarían dispuestos a vender su coche particular y un 66% se mostraron interesados en utilizar el carsharing como una alternativa de movilidad.

El carsharing eléctrico

Cada vez más ciudades comienzan a ofrecer servicio de carsharing con vehículos eléctricos, como es el caso de Pamplona, gracias a Carsharing Navarra, que cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de la ciudad e Iberdrola, o San Francisco, para los que se comienza a utilizar puntos de recarga de electricidad renovable. La compañía Car2Go, perteneciente al grupo alemán Daimler, puso en marcha a finales de 2010 en San Diego (Estados Unidos) la primera red de alquiler de coche eléctrico compartido del país.

La flota arrancó con 300 coches del modelo Smart fortwo, todos ellos eléctricos, disponibles para su alquiler los siete días de la semana y las 24 horas del día.

Sin necesidad de hacer una reserva con antelación ni compromiso alguno en la devolución del vehículo a una hora o en un lugar concreto se paga por el servicio de carsharing dependiendo de los minutos que se utilice el coche. El objetivo, según explica el presidente y consejero delegado de Car2go «es que el cliente sienta con este servicio que está utilizando su propio vehículo y no un servicio de alquiler de coches».

En Madrid, la compañía hotelera NH ha implantado recientemente el carsharing eléctrico en sus hoteles junto a Respiro Car Sharing. El vehículo seleccionado para este proyecto ha sido el Nissan LEAF, 100% eléctrico, con cero emisiones de CO2 y muy silencioso. Esta iniciativa ha convertido a NH en el primer grupo hotelero a nivel nacional en ofrecer un servicio de alquiler de coches no contaminantes.

Durante la primera fase, el carsharing eléctrico operado por Respiro comenzó en el Hotel NH Eurobuilding, y desde el pasado mes de enero también es posible encontrar este servicio en otros hoteles NH de la capital: el NH Alberto Aguilera, NH Alcalá, NH Habana, NH Nacional, NH Pacífico, NH Parque de Las Avenidas, NH Príncipe de Vergara, NH Sanvy y Hesperia Hermosilla, cuyos coches Respiro compensan sus bajas emisiones a través del programa CeroCO2 de la organización Ecología y Desarrollo (Ecodes).

Con la ampliación de este acuerdo con NH Hoteles, Respiro ya ofrece el servicio de carsharing en 53 puntos repartidos por todos los barrios del centro de Madrid a sus socios, que pueden hacer sus reservas telefónicamente, vía web o desde su smartphone y acceder a cualquiera de los coches con los que cuenta Respiro.

«Cada coche compartido supone la retirada de la circulación de al menos 15 vehículos privados, reduciendo significativamente su impacto en el entorno», señalan desde Respiro. «Ya sea con el 100% eléctrico o con el coche de bajas emisiones compensadas, el carsharing es una solución sostenible de movilidad cuando el coche es necesario», añaden, señalando que, además, el coche multiusuario puede suponer un ahorro de costes de entre 2.000 y 5.000 euros al año gracias al sistema de pago por uso.

Otra de las compañías de carsharing más importantes, Bla Bla Car, también se dedica a conectar de forma fácil y rápida conductores con pasajeros para compartir coche. Se trata de una organización internacional creada por Frédéric Mazzella en 2004.

Desde entonces la compañía ha llegado a estar presente en diez países (Francia, Italia, Reino Unido, Polonia, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo, Portugal, Alemania y España), un mercado potencial enorme. Según sus datos, actualmente en España el 80% de los conductores viajan solos.

En este sentido, desde Bla Bla Car explican a Revista Haz que el transporte es generalmente el segundo gasto más importante del presupuesto doméstico, después de la vivienda. «Con las subidas del precio de la gasolina, el ahorro económico en transporte es un incentivo que cobra fuerza año tras año», aseguran. Actualmente, la compañía a nivel europeo cuenta ya más de tres millones de usuarios inscritos y un millón de conductores, con una media de 600.000 usuarios que viajan al mes y más de 3.000 millones de kilómetros compartidos por la comunidad.

Entre todos los usuarios de Bla Bla Car se calcula un ahorro estimado de 255 millones de euros al año, a lo que se suman 700.000 toneladas de CO2 ahorradas a la atmósfera hasta mayo de 2013.

Las empresas del sector coinciden en los retos a los que se enfrentan y que les ha llevado a crear este tipo de compañías pensadas para ahorrar euros al bolsillo e impactos negativos al medio ambiente: las carreteras están repletas de vehículos ocupados por una sola persona, lo que, a todas luces, es un despilfarro de combustible, aumenta las emisiones de CO2, llena las vías y las colapsa. Ellos solo ponen en contacto gente con las mismas necesidades, en este caso viajeras, y, además, contribuyen de manera cotidiana a cuidar la atmósfera.

La experiencia de los usuarios

Los problemas a los que responden este tipo de compañías también son sencillos: uno tiene que viajar a algún sitio y, o no sabe conducir, o no tiene coche, o tiene coche pero no puede pagar los peajes o la gasolina. O simplemente se aburre viajando solo y quiere charlar y conocer gente.

La solución para todos ellos es la misma: entrar en una de estas webs y ofrecer el propio vehículo o buscar uno ajeno; siempre detallando la fecha, el punto de partida y el punto de destino. En cualquiera de los casos, compartir o alquilar por periodos concretos de tiempo, el resultado es similar: ventajoso, según su experiencia.

Algunos de los usuarios consideran que el alquiler por horas o el compartir coche es algo «mucho más sensato económica y ambientalmente», y lo consideran la opción más cómoda a la hora de, por ejemplo, utilizarlo tanto de manera individual como a nivel empresarial.

Otros usuarios «esporádicos» –que coinciden con el perfil de jóvenes que viven en los centros de las grandes ciudades– se consideran «encantados» con este tipo de servicios, ya que ahorran al moverse en transporte público, y en ocasiones puntuales, a la hora de ir de compras, visitar amigos que viven en las afueras o bien organizar excursiones de fin de semana, hacen uso del carsharing.

Todos –empresas o particulares– explican que la mayor ventaja se encuentra en el ahorro de los gastos fijos que supone tener un coche propio: talleres, seguros, mantenimiento, impuestos, etc. El alquiler se realiza por horas, no por días, por eso es sencillo planificar el uso puntual que se va a hacer del vehículo. «Solo pagas por lo que utilizas», señalan.

Les gusta la idea de vivir sin coche, especialmente en el centro de las grandes urbes, donde «es imposible aparcar», pero aún les gusta más la idea de disponer de él siempre que lo necesiten de forma cómoda y económica y después devolverlo sin más preocupaciones.

Otros usuarios, que viven fuera de sus lugares de origen –normalmente en ciudades caras en cuanto a nivel de vida–, gracias al carsharing pueden disponer de coche siempre que lo requieran sin el agobio de pensar que «no pueden permitirse tener un coche».

A todos los usuarios, empresas y compañías implicadas en esta novedosa opción de transporte le salen las cuentas. Y el futuro inmediato se vislumbra esperanzador. Según un estudio de la consultora estadounidense Frost & Sullivan, se espera que los usuarios de este servicio alcancen los 4,4 millones en Estados Unidos y los 5,5 millones en Europa para el año 2016.

@LauramArribas

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Comentarios

  1. Según tengo entendido, en Amovens, la web donde comparto, me explicaron en atención al cliente para un trabajo de la universidad que carsharing es el alquiler por horas y carpooling es el coche compartido…

  2. Buen artículo Laura!

    Únicamente permíteme un par de comentarios. En cuanto al carsharing debemos diferenciar entre empresas con flota de vehículos propia que ofrece alquiler por horas/días y debes ser miembro usuario, que sería el carsharing tradicional.

    Y el P2PCarsharing o bien el alquiler de vehículos entre particulares, que consiste en una plataforma a través de la cual propietarios particulares de vehículos, los ofrecen en alquiler a otras personas particulares. COmo es el caso en España de SocialCar.com

    Y además el Carpooling, que consiste en compartir un trayecto, un conductor ofrece a cambio de un importe ocupar los asientos libres para compartir su coche durante ese trayecto, como es el caso de BlablaCar o Amovens, entre otras en España.

    Espero que sean útiles estas breves aclaraciones.

    Un saludo