Periodismo ambiental, un aliado para salvar el planeta

Se dice que el periodismo es un oficio que implica un compromiso con la sociedad. Y en el periodismo ambiental este es doble: concienciación, formación –no solo información–, divulgación o sensibilización se suman a esta ecuación.

Pero más allá de esta particular visión, con la que sin embargo coinciden muchos expertos y profesionales del sector, este es un tipo de periodismo especializado cuyas cifras en los últimos años hablan de un auge creciente, que lo ha convertido en un área de elevado interés, muchas veces estratégico, en todas las sociedades.

Y es que las informaciones sobre medio ambiente afectan a las decisiones de empresas energéticas, de automoción, constructoras o de ingeniería, además de gobiernos, organismos internacionales y consumidores y ciudadanos de todo el mundo.

Que el sector del periodismo atraviesa una importante crisis no es nada nuevo: pero que, pese al momento complicado que atraviesa este sector, el periodismo ambiental despunta con un importante potencial y futuro quizá no lo es tanto.

La sensibilidad social existe, el público demanda, quiere saber sobre temas ambientales, porque, cada vez en mayor medida, los retos globales a los que se enfrenta el mundo pasan por el medio ambiente.

Se trata de temas que van a ser clave en el futuro más inmediato: el crecimiento poblacional, la escasez de recursos, el agua, las energías limpias, las nuevas tecnologías o la gestión de residuos son solo alguno de ellos. Y más allá de los grandes debates ambientales, la sociedad y el público quieren estar informados sobre aspectos más cercanos: soluciones, oportunidades de cambios, nuevos negocios.

Durante su visita a España hace unos meses para participar en las I Jornadas Internacionales de Periodismo Ambiental el prestigioso editor de Medio Ambiente del diario británico The Guardian –decano en Europa en este tipo de información–, John Vidal, lanzó un mensaje claro: «El periodismo ambiental es todo: es energía, ecología, economía, sociedad, consumo…».

«Las noticias relativas al medio ambiente están en todas partes y cruzan transversalmente todas las secciones del periódico», aseveró.

«Mi trabajo es hacer el mundo más grande, que los lectores entiendan que no todo se reduce a su casa o su entorno, que el mundo está ahí fuera y que ambas cosas están conectadas», señalaba Vidal.

A su juicio, «un tema global o internacional como el cambio climático es en realidad local, personal. Y necesitamos establecer el vínculo entre lo más personal y lo más global, para que se convierta en interesante», explica.

En este encuentro sobre periodismo ambiental –inaugurado por el secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, con una contundente frase: «Los riesgos que nos acechan son y seguirán siendo noticia»–, la idea más repetida giró en torno al papel clave de esta especialidad del periodismo, calificada como «imprescindible», y para el que es necesario valentía para asumir «no solo retos, sino también riesgos».

John Vidal coincide en este aspecto: el medio ambiente toca temas emergentes: ciencia y tecnología y su transferencia a países en desarrollo, entre otros asuntos clave. «El tema ambiental no desaparecerá, solo puede fortalecerse, inevitablemente, porque habrá una competencia por los recursos disponibles», sentencia.

Un papel más allá de la información

El periodismo ambiental tiene por tanto una dimensión fundamental: la de la sensibilización, la concienciación y la formación. «La comunicación ambiental influye en los ciudadanos, cambia tendencias», señalaba recientemente el director de Comunicación de Ecoembes, Antonio Barrón, durante la inauguración del curso de verano de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y la Cátedra Ecoembes de Medio Ambiente Los nuevos escenarios de la comunicación ambiental, celebrado en La Granja de San Ildefonso (Segovia).

Esta influencia, sin embargo, es un proceso «de largo recorrido y requiere tiempo». En el caso de la sensibilización en materia de reciclaje, al importante papel de las empresas que ponen en el mercado los envases y las administraciones públicas, que legislan y proveen de las infraestructuras y medios para hacerlo, se suma el más trascendental: el de los ciudadanos, sin los que el proceso no sería posible. «Llegar a ellos es la pieza clave para que funcione el proceso, y los medios de comunicación son la principal vía», apuntó Barrón.

Según explica a Revista Haz la presidenta de la Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA), Clara Navío, «debemos estar preparados para llegar a los públicos más diversos: el más especializado, pero también el ciudadano corriente; y eso solo se consigue haciendo bien nuestro trabajo».

Asimismo, el periodismo ambiental también es una herramienta clave para dar visibilidad y difusión a las buenas prácticas en esta materia que se llevan a cabo desde empresas e instituciones.

«Son muchas y muy interesantes, y pueden servir de ejemplo para replicarse», añade Navío. El papel del periodista ambiental es saber transmitirlo y que el mensaje cale.

En este sentido, agrega la presidenta de APIA, «la formación continua de los periodistas especializados en medio ambiente es básica, porque los nuevos retos que se imponen así nos obligan: nacen nuevos medios, nuevos canales, todo a un ritmo vertiginoso; y no podemos quedarnos al margen».

Y es que cada vez son más los soportes y medios para comunicar información ambiental; y entre los retos de futuro están precisamente el saber adaptarse a esos rápidos cambios de manera que los aspectos ambientales lleguen a la sociedad y consigan despertar el interés por ellos.

El siguiente paso, a partir de ahí, es la concienciación y la sensibilización; y por supuesto la formación. Un ciudadano formado es un ciudadano que toma decisiones (de compra, de comportamiento, de actitud…) y que piensa a gran escala para actuar localmente, porque sabe que los gestos individuales consiguen cambios globales.

«El objetivo prioritario de este tipo de periodismo es, precisamente, crear conciencia y criterio ambiental en el receptor y en la ciudadanía. Y por eso, más que en cualquier otro tipo de periodismo, el ambiental debe ser un periodismo riguroso, porque existen muchos intereses económicos, políticos y empresariales detrás», añadía en este foro la presidenta de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), Elsa González.

«Este oficio es sin duda un compromiso con la sociedad a la que uno como periodista sirve», recalcaba Juan Ramón Lucas –periodista de radio y TV y miembro de la junta directiva de la ONG conservacionista Seo/Birdlife– en la conferencia inaugural de este curso de verano de Ecoembes y la UPM.

A su juicio, el periodista es un servidor público que no debe perder de vista ese compromiso. «A veces, estamos tan inmersos en la rapidez e inmediatez de cumplir los plazos establecidos, que olvidamos nuestro papel clave», señalaba.

«Es tan voraz lo cotidiano, que no tenemos tiempo para detenernos y ser conscientes del verdadero sentido que tiene lo que hacemos: la responsabilidad que contraemos con nuestros destinatarios», afirmaba.

La especialización en periodismo no es el futuro, «es el presente». Y ahora más que nunca, el periodismo ambiental «es necesario, es imprescindible», defiende Juan Ramón Lucas.

«En este momento de saturación de información y canales, al periodista se le obliga a ser más periodista que nunca», dice, y en lo que se refiere a defensa y protección del entorno, «este es un territorio en el que no siempre se puede cumplir la máxima de tomar distancia: hay que comprometerse y tomar partido», opina.

«El medio ambiente es un compromiso ineludible que debemos tener todos como ciudadanos, pero que como periodistas debe ser doble», asevera Lucas. Porque, según defiende, el medio ambiente es un tema fundamental y de consenso.

«En estos tiempos críticos, en los que todo está en cuestión, empezando por el propio periodismo, la vigilancia del entorno y la protección de nuestro planeta es la única movilización absolutamente incuestionable», sentencia Lucas. Y por ello, el periodismo especializado en medio ambiente se convierte –no porque sea mejor o peor especialización– en imprescindible, porque aborda este territorio de consenso.

Lucas va más allá y asegura que, para que el periodista ambiental pueda hacer una reflexión acertada de la relevancia que tiene su propio papel, «el primer paso es creerse de verdad la trascendencia de lo que hace por encima de los temas más presentes en los medios: lo político, lo escandaloso, lo que aparece en las portadas».

El periodista ambiental «debe trabajar para poner más en valor lo que hace, por la relevancia incuestionable de la materia que trata», afirma.

«Debemos pelear en esa dirección, internamente en las redacciones, y hacia el ciudadano y la sociedad, convenciéndole de la importancia de movilizarse en este ámbito. Porque este tema es el único ante el que de verdad tendremos que responder a nuestros hijos: la herencia de una tierra vivible», concluía Juan Ramón Lucas.

Nuevos retos, nuevos canales

Los periodistas del sector tienen claro que los nuevos tiempos han traído nuevos retos y nuevas dificultades a la hora de contar los temas relacionados con el medio ambiente, pero también han puesto a su disposición nuevas herramientas, nuevas aplicaciones, nuevos canales: las redes sociales, por ejemplo, «ahora son una herramienta potentísima y muy a mano para contar historias; teniendo olfato y sabiendo utilizarlas pueden ayudar mucho», señalaba durante su intervención el corresponsal científico del diario El Mundo, Miguel G. Corral.

«Afortunadamente, en la actualidad hay muchas formas de hacer periodismo ambiental, de difundir historias ambientales de forma masiva y no es necesario hacerlo a través de los medios convencionales», señalaba, refiriéndose a las nuevas plataformas online surgidas tras el cierre de algunos periódicos tradicionales, los blogs o redes sociales como Twitter, «donde puede narrarse minuto a minuto una gran cumbre internacional sobre cambio climático, publicando solamente tweets«, afirma Corral.

Ahora la relación entre los medios y periodistas con la audiencia es directa, bidireccional: y el propio receptor puede ejercer de fuente de información, algo que estos periodistas consideran «positivo y necesario» porque enriquece su oficio y les da «pistas» sobre los temas que más preocupan a los ciudadanos.

«Estas nuevas formas de comunicación permiten hacer un periodismo ciudadano y cívico cuyo mejor ejemplo es la protección del medio ambiente», recalca.

El cambio ha sido espectacular. Rafael Ruiz, histórico periodista ambiental del diario El País, recuerda la época de los noventa, «cuando el hecho de que en tus artículos aparecieran palabras como cambio climático o destrucción de la costa llevaba directamente a que te etiquetaran de ‘radical’», porque «el tema ambiental en los grandes medios era una mera pose». Después, señala, «el tiempo y los acontecimientos empezaron a darnos la razón».

Sin embargo, la crisis a partir de 2008 hizo que este tipo de periodismo sufriera un importante retroceso. «La gravedad de hechos como el paro o los desahucios hacía que pareciera un lujo hablar de sostenibilidad o de cuidado del medio ambiente; sin ser conscientes de que esta crisis ha venido en gran medida, por no respetar los límites racionales del consumo de materias primas, o la construcción desmesurada». «¿No es hora de hablar de otro tipo de crecimiento?», reflexionaba Rafael Ruiz en su intervención.

Hoy todo ha cambiado y la clave para la adaptación es ser imaginativo y estar en constante movimiento; además de hacer uso de otras herramientas que son de acceso libre para el periodista y que le pueden descubrir grandes historias: el periodismo de datos y de investigación ahora es más sencillo gracias a normas como la Ley 27/2006, que permite solicitar cualquier dato público relacionado con el medio ambiente que la administración está obligada a proporcionar ,»y que puede revelar exclusivas no publicadas y aportar mucho valor añadido a nuestro trabajo», recalcó en este foro Mar Cabra, periodista de investigación y especialista en análisis de datos.

Sensibilización: lo que no se valora, no se protege

La nota optimista la puso en este foro de expertos el naturalista, divulgador ambiental y escritor José Luis Gallego. Colaborador habitual de radio y prensa, bloguero y conferenciante, Gallego apuesta, no tanto por los datos –a su juicio el exceso de ellos entorpecen el conocimiento–, sino por la seducción ambiental, en lugar de la simple «comunicación».

«Navegamos en un mar de datos que complica las cosas cuando tratamos de tocar el corazón de la gente», asevera. «Recibimos más información que formación y eso no funciona si lo que pretendes es convencer al ciudadano de a pie de que el medio ambiente también va con ellos», añade Gallego.

A su juicio, «estamos enganchados a esa necesidad de conocer y transmitir datos, sin antes conocer qué es cada cosa». A las conocidas cuatro C del periodismo –conocer, comprender, contrastar y contar– el divulgador añade una más: conectar; «porque su deseo es conectar, ese es su afán», afirma.

El divulgador explica cosas que, en ocasiones, el periodista ambiental da por sabidas: conceptos habituales para él y para el público especializado al que a veces se dirige, como Agenda 21, obsolescencia programada, Smartcities, huella ecológica, transgénicos, o energía fósil, no son cercanos al ciudadano corriente. La clave es «socializar» esos conceptos, porque esa es la única forma de conseguir cambios. «Informar para formar y cambiar», afirma.

Como dijo el gran periodista Ryszard Kapuscinski, «el verdadero periodismo es intencional; se fija un objetivo e intenta provocar algún tipo de cambio en el otro».

Y es que, lo que no se conoce no se valora. Y lo que no se valora no se puede proteger. «Hablemos de naturaleza, porque es maravillosa; démosla a conocer, porque entonces la apreciaremos y todos haremos algo por protegerla», fue el mensaje más repetido por Gallego.

Por Laura Martín
@LauramArribas

Comentarios

  1. los periodistas ambientalistas como su servidor se ha encontrado en ciertas ocasiones frustrados por los grandes intereses que hay de por medio en el medio que he laborado cuando nos toca que abordar el tema del medio ambiente llámese minería y destrucción ambiental como reservas naturales, estos obstáculos permiten que el mundo real en que vivimos no tenga cambios, yo espero que el mundo entienda que estamos a tiempo de salvar a este planeta con ideas altruistas que permitan un solo fin y adaptándonos al cambio climático.
    su amigo periodista Benjamín Zepeda Carranza
    con formación en Gestión de Riesgo y Cambio Climático.

  2. Buenos dias ¿¿¿ Ecologia ??????
    Mi indignacion es la siguiente, nos gastamos una cantidad dn los vehiculos modernos y me entero que lo que no contamina en ciertos Km lo contamina de golpe en las carreteras con el dichoso filtro de particulas.
    Veo que nadie comenta ni hace leyes sobre esto, me he encontrado con el filtro de particulas dichoso que esta según ellos saturado, solución:
    a/ Cambiarlo 3.200 -€ Bien
    b/ Limpiarlo con liquidos no es solución definitiva 585 -€
    c/ Vaciarlo y tranformar programa ordenador

    Que hacen con ellos.
    a/ Los tiran a la basura !! a contaminar con los restos de ceniza del gasoil ¡¡
    b/ El liquido con la ceniza a la coaca !! a contaminar con los restos de ceniza del
    gasoil mas produsctos quimicos ¡¡
    c/ El mas grave a contaminar como un coche viejo !!!! BIEN ¡¡¡¡ ademas con toda la jeta lo anuncian los talleres por ionternet

    QUE HACEN LAS ITV. LAS PATRULLAS DE POLICIA
    En california inmovilizan los vehiculos, LES PONEN UNA MULTA POR CONTAMINACIÓN 3.000 DOLARS Y OBLIGAN A INSTALAR UN FILTRO NUEVO Y PASAR LOS CONTROLES.

    Que esperan hacer aqui
    a/ Perseguir las web que lo anuncian, anularlas y multarlas.
    b/ Las ITV inmovilizar los vehiculos y obligarlos a instalarlos.
    c/ Las patrullas no pueden hacer como los controles de alcolemia.
    O CONTINUAREMOS IGUAL En España el que sigue las leyes es un ? tonto ¿

    BAYA VIVA LA CONTAMINACIÓN

  3. Muy acertados los comentarios realizados. Me uno a que haya una comunicación asertiva para la defensa del medio ambiente y el planeta tierra en general a fin de seguir creando conciencia y sensibilizarnos sobre este grave problema que es de todos.