Ecoinnovacion, una oportunidad para las empresas

Los ejemplos de proyectos ecoinnovadores dentro y fuera de España son numerosísimos. Desde los proyectos Osirys o Kubik, liderados ambos por Tecnalia, hasta muchos otros en campos tan amplios como la agricultura, la calidad del agua, los residuos, el transporte, la eficiencia energética, el consumo y los productos sostenibles, el reciclaje o la biodiversidad.

Según explica a Revista Haz la responsable científica de Kubik en Tecnalia, Inés Apraiz, se trata de una infraestructura experimental a escala real. «Kubik es un edificio singular para la I+D+i orientada al desarrollo de nuevos conceptos, productos y servicios para la mejora de la eficiencia energética en edificación».

Dispone de las capacidades experimentales para reproducir las condiciones de uso y aplicación a las que se verán sometidos los elementos constructivos, instalaciones y demás sistemas, permitiendo la validación de los mismos en las condiciones de servicio.

Kubik dispone de un sistema de monitorización con más de 800 sensores que registran las condiciones interiores y exteriores de la instalación experimental y las condiciones meteorológicas; así como sistemas de generación y climatización convencionales; suministro de energía eléctrica de generación distribuida de origen fotovoltaico y eólico; una instalación de geotermia de aire y de agua, y un gestor inteligente de la energía.

«Lo más novedoso de Kubik es que se trata de una infraestructura singular full scale, completamente desmontable y reconfigurable a tres niveles: estructural, envolvente y de suministro energético, que se está utilizando para investigar nuevas oportunidades de negocio en eficiencia energética para sistemas tan diversos como fachadas, ventanas y sombreamiento, cubiertas, climatización, iluminación, ventilación o comportamiento acústico de elementos arquitectónicos en condiciones normales antes de su lanzamiento al mercado», recalca Apraiz.

En el mismo sector Tecnalia lidera además el proyecto europeo Osirys con el objetivo de lograr edificios más saludables. «Su objetivo es desarrollar nuevos materiales de construcción que permitan mejorar el aislamiento acústico y térmico de los edificios, mejorar la calidad del aire interior y una reducción de la energía embebida del 25%», señala a Revista Haz la responsable de Osirys, Miriam García.

Los materiales que se están utilizando son biopolímeros y fibras naturales alcanzando un contenido en materias primas naturales y renovables por encima del 75%.

«Actualmente se están desarrollando seis paneles diferentes, cada uno de ellos destinado a una función específica: mejorar la transpirabilidad del interior y el exterior, eliminar elementos nocivos del aire, mejorar el aislamiento, proteger frente al fuego, etc. Los paneles se podrán montar en sistema lego y en función de las necesidades se incluirán unos u otros», añade García.

Se van a fabricar tres prototipos que se validarán experimentalmente en la infraestructura Kubik de Tecnalia, en un edificio real de Visesa en Euskadi; y en otro edificio situado en la ciudad de Malmö, Suecia, realizando por tanto la validación en dos climas muy diferentes.

El proyecto europeo de Osirys –con una duración de cuatro años y financiado por la Comisión Europea dentro del VII Programa Marco para Acciones de Investigación, Desarrollo Tecnológico y Demostración– es un consorcio multidisciplinar compuesto por dos grandes empresas con capacidad de investigación (Acciona y Amorim); ocho pymes con capacidad de investigación (Tecnaro, Omikron, Conenor Oy, Enar, UNStudio, Bergamo, SICC y Collanti Concorde); seis centros de investigación (Tecnalia, VTT, Fraunhofer, Aimplas, IVL y Netcomposites) y dos sociedades públicas (Ayuntamiento de Malmö Townhall, Suecia, y Visesa, España).

Otros ejemplos de ecoinnovación a nivel europeo son el de la pequeña compañía alemana con sede en Berlín ECF Farmsystems, reconocida en 2013 durante el Cleantech Open Global Forum, uno de los eventos más Silicon Valley (California), y creadora del ECF Containerfarm, una mini unidad agrícola diseñada en torno a un contenedor de transporte que puede producir eficazmente alimentos en entornos urbanos. El contenedor alberga un acuario para piscicultura y, sobre este, un invernadero para cultivar verduras.

El sistema utiliza los desechos de los peces y el dióxido de carbono procedente de la acuicultura para estimular el crecimiento de las plantas del invernadero situado sobre el contenedor. El agua que se introduce en el sistema se utiliza dos veces: para el tanque de los peces y, después, para las plantas. El Containerfarm produce, según sus responsables, ahorros de agua de hasta el 90% y una reducción en el uso de espacio de hasta el 70% en comparación con la agricultura convencional.

Por su parte, la jovencísima empresa belga EcoNation, nacida en 2009 en Gante, ha desarrollado el dispositivo LightCatcher, que permite sustituir la luz eléctrica capturando la luz natural e introduciéndola en los edificios.

Se trata de una cúpula de policarbonato equipada con una serie de espejos que se orientan hacia el cielo y detectan el punto de mayor luminosidad. Si una nube tapa el sol, LightCatcher utiliza un sensor para reajustarse automáticamente. El dispositivo también emplea espejos para amplificar la cantidad de luz natural que entra en el edificio. Estos dispositivos se alimentan gracias a un panel solar integrado, por lo que no es necesario conectarlos a la red eléctrica.

Por Laura Martín
@LauramArribas
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