Sobre la crisis de refugiados y la responsabilidad social corporativa en Alemania

No todo son escándalos y malas noticias para el gobierno corporativo y el 'compliance' en Alemania. Muchas empresas germanas están mostrando su mejor cara y tratando de participar directamente en la integración de los miles de refugiados que llegan a Alemania a diario provenientes de Siria.

Estas iniciativas no sólo están realizándose por las grandes multinacionales como Daimler o Siemens sino que también pymes regionales aúnan esfuerzos para integrar en el mercado laboral alemán a los refugiados con capacidad de trabajar e interesados en formarse profesionalmente.

Así la Región de Stuttgart incluso aporta datos concretos. Para ello, la Cámara de Comercio e Industria (IHK) ha realizado una encuesta en la que han participado 770 empresas. De los resultados se desprende que un 80% de los encuestados están interesados en contratar refugiados. Una tercera parte incluso está dispuesta a ofrecer formación profesional a los refugiados tal y como ha explicado el presidente de la Cámara de Industria y Comercio, Georg Fichtner.

Prácticamente el 50% de las empresas realizaría la formación o contratación por motivos sociales. De hecho la integración laboral realizada tras la crisis provocada por la guerra en la antigua Yugoslavia se considera un gran éxito y ha servido para integrar a gran cantidad de trabajadores de dicha región en la economía alemana.

Sin perjuicio de la predisposición e interés, los refugiados deben de tener suficientes conocimientos de alemán y aportar en la medida de lo posible información sobre la formación recibida hasta la fecha. De hecho las cámaras de comercio que han participado en la encuesta reclaman que las autoridades alemanas adopten las medidas necesarias para facilitar y acelerar la incorporación laboral de los refugiados ya sea en programas de formación profesional o en puestos normales.

Las empresas necesitan seguridad jurídica y que los candidatos dispongan de los permisos de trabajo necesarios por un mínimo de dos años. Asimismo reclaman que se amplíe la formación profesional a jóvenes hasta los 25 años en lugar de 21 años para los refugiados que quieran optar por esta vía.

Por otro lado, las empresas reclaman se suspenda el salario mínimo para prácticas con una duración superior a tres meses. Las prácticas son una herramienta muy útil para empresa y trabajador para poder comprobar su aptitud y para que el segundo pueda adquirir conocimientos prácticos lo antes posible.

Las Cámaras de Industria y Comercio Alemanas ofrecen a empresas interesadas el asesoramiento necesario además de colaborar en la búsqueda de prácticas y puestos de formación.

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