Cambio climático, el gran desafío mundial del siglo XXI también en salud

El cambio climático es uno de los principales retos ambientales y sociales, con graves efectos sobre la salud. De hecho, la OMS ya advertía en un informe en 2014 que el cambio climático causará unas 250.000 defunciones adicionales al año entre 2030 y 2050 solo debido a cuatro causas seleccionadas.
HAZ24 junio 2016

Con el objetivo de conocer la magnitud de esta problemática y concienciar y determinar cuáles podrían ser las posibles acciones para frenar el cambio climático, el Instituto DKV de la Vida Saludable presenta la sexta edición de su Observatorio de Salud y Medio Ambiente DKV Ecodes, al que se suma la Red Española del Pacto Mundial, y en el que trata un tema de candente actualidad, sobre todo tras la firma del Acuerdo de París de diciembre de 2015: Cambio climático y salud, actuando frente al cambio climático para mejorar la salud de las personas y del planeta.

El informe ofrece algunas claves, herramientas y propuestas que permiten conocer las relaciones entre el gran desafío global del siglo XXI y la salud. Todo ello desde el punto de vista de la salud pública y mundial, y los importantes beneficios directos, indirectos y cobeneficios que la lucha frente al cambio climático puede tener para todos:

1. Desafío de salud. El cambio climático afecta a la salud de manera directa, incidiendo sobre la mortalidad y la morbilidad, especialmente por olas de calor, inundaciones y fenómenos meteorológicos extremos, así como de forma indirecta, a través de impactos sobre los ecosistemas, que provocan, por ejemplo, cambios en los patrones de enfermedades transmitidas por mosquitos o por el agua, sin olvidar las afecciones sobre los sistemas sociales en aspectos como la seguridad alimentaria, la capacidad laboral, el desplazamiento de la población o la salud mental.

2. Riesgo de mañana. Los efectos del cambio climático en la salud ya se están sintiendo hoy y las proyecciones para el futuro representan un riesgo elevado para la salud humana que puede revertir muchos de los logros en salud pública alcanzados en los últimos 50 años.

Entre otros efectos, destaca el relacionado con la seguridad alimentaria. El cambio climático podría aumentar en un 20% el riesgo de sufrir hambre y malnutrición para el 2050 ocasionando más de 500.000 muertes extras previstas para el año 2050 en el planeta en comparación con un futuro sin cambio climático, como recoge en un artículo en The Lancet el Dr Springmann. La reducción de la productividad agrícola ocasionada por el cambio climático podría ser la causa de un exceso de mortalidad atribuible a los cambios en la dieta y en el peso corporal que puede originar.

Por otro lado, está aumentando el número de fenómenos meteorológicos extremos, como huracanes, ciclones o tormentas tropicales, causando más de 60.000 muertes anuales. El número de desastres naturales relacionados con la meteorología se ha triplicado desde los años 60 y afecta sobre todo a países en desarrollo. Sólo en 2015 hubo 32 grandes sequías y 152 episodios de inundaciones, relacionadas directamente con el cambio climático.

Además, el mundo es hoy más cálido, no solo en temperaturas medias globales, sino también por olas de calor más frecuentes e intensas. Entre 2001 y 2009 se produjeron en España 13.000 muertes ocasionadas por este fenómeno, debidas al agravamiento que provoca de diversas enfermedades crónicas.

3. Contaminantes. Actuando para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero se protege de forma evidente la salud humana de los efectos directos e indirectos del cambio climático. Las actuaciones de mitigación llevan asociados numerosos beneficios en términos de calidad del aire, salud humana y beneficios a los ecosistemas.

4. Impacto tangible. Una visión de la acción frente al cambio climático desde la salud pública puede ser más poderosa para el cambio que otros enfoques. La perspectiva de la salud pública tiene el potencial de unir a todos los actores tras una causa común: la salud y el bienestar.

Estos conceptos, más tangibles y esenciales que las toneladas de CO2 en la atmósfera, son comprendidos y reconocidos en todas las poblaciones, independientemente de la cultura o del nivel de desarrollo, como refleja The Lancet.

5. Beneficios colaterales de salud. Las medidas más sencillas frente al cambio climático, como potenciar el transporte activo a pie o en bicicleta o cambiar a una dieta con menos proteínas animales no solo luchan frente al cambio climático sino que tienen importantes cobeneficios en otros ámbitos de salud: mejora de la calidad del aire, mejora de la salud cardiovascular, sobrepeso, obesidad, diabetes, cáncer, salud mental, reducción de accidentes de tráfico, de enfermedades respiratorias y cardiocirculatorias…

6. La comunidad sanitaria. Los profesionales de la salud deben ser pioneros en la respuesta a la amenaza para la salud que representa el cambio climático. Al igual que han luchado en diferentes momentos históricos contra otras amenazas como el tabaco, el VIH o la polio, deben hacerlo frente al cambio climático.

8. Infraestructuras sanitarias. El incremento de fenómenos meteorológicos extremos como inundaciones y olas de calor supone un riesgo directo para la salud de las personas, pero también indirecto a hospitales, centros de salud y otras infraestructuras sanitarias y de socorro. Las infraestructuras de salud pública deben ser resistentes a los riesgos del cambio climático para proporcionar servicios de salud adecuados a la población.

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