Agua, el desafío que viene

Según algunos expertos, el agua se ha convertido ya en el mayor y más importante desafío –económico, ecológico, tecnológico y social– de este siglo. El agua es un recurso limitado al que todas las personas deberían poder acceder en igualdad de condiciones, pero mientras a una buena parte de la humanidad le basta con abrir el grifo, millones de personas en todo el mundo carecen de agua potable o saneamiento básico.

Los océanos contienen el 97% del volumen total de agua, otro 2% es agua helada y solo un 1% es agua potable. Esta proviene de la superficie de la tierra (ríos, lagos…) o del agua subterránea.

La realidad es que el agua potable está desigualmente repartida y la mitad de la población mundial no tiene acceso a un sistema de suministro de agua potable.

Mientras, las estadísticas actuales son inquietantes: una de cada seis personas carece de un acceso regular al agua potable, mientras en otras partes del mundo se barajan cifras de despilfarro: solo para producir el alimento diario de una persona se requieren entre 2.000 y 5.000 litros de agua.

Según las últimas cifras publicadas por la ONU y ONG especializadas, actualmente unos 1.100 millones de personas en todo el mundo no tienen acceso al agua potable. Más del doble, 2.400 millones, no disponen de servicios de saneamiento adecuados. En este sentido, se estima que algo más de dos millones de niños mueren cada año a causa de la falta de acceso al agua potable.

Estos mismos datos indican que las enfermedades vinculadas con el agua son la causa del 80% del total de las enfermedades y muertes en el mundo en desarrollo, una situación que resulta trágica si se tiene en cuenta que se trata de enfermedades que se pueden prevenir fácilmente.

Según cifras de Naciones Unidas, en el año 2050 la población del planeta será de 9.000 millones de personas, lo que conllevará un aumento considerable del consumo de agua, sobre todo en aquellos países que actualmente se denominan emergentes: India, China, Sudáfrica, Brasil, Rusia o Indonesia, entre otros.

El agua se destina principalmente a agricultura, uso doméstico, ganadería, producción y electricidad. Con diferencia, la agricultura es la actividad que más agua necesita: 4.815 litros es el promedio de consumo de agua diaria de cada ciudadano de la Unión Europea, según su huella hídrica. Los productos agrícolas son los que más agua consumen, por eso desde la UE se han recomendado recientemente cambios en la dieta y una mayor eficiencia en la agricultura.

El agua es indiscutiblemente el recurso vital por excelencia, y su importancia para la vida es algo que no niega ya ningún experto. Preservarla es por tanto crucial. Para empezar, un uso más eficiente y sostenible de los recursos hídricos se traduce en grandes beneficios y mejores condiciones de vida.

Este año Naciones Unidas ha querido poner el foco en la importancia de la cooperación, y para lograrlo aporta datos como este: en muchos países de África, niños y mujeres dedican más de 40.000 millones de horas anuales a recolectar agua, y Unicef estima que a nivel mundial unos 2.000 niños menores de cinco años mueren cada día por enfermedades relacionadas con la calidad del agua –diarreas en la mayoría de los casos–. «Los números pueden ser fríos, pero son vidas reales, de niños reales», señalaba la ONG el pasado 22 de marzo con motivo del Día Mundial del Agua.

El agua y la innovación

Precisamente la innovación es una de las piezas clave para la preservación y gestión sostenible del agua. Así lo defiende, en declaraciones a Revista Haz, Carolina Rodríguez, delegada de Medio Ambiente de la Dirección de Programas Internacionales del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), que explica que a nivel europeo ya existen diversas iniciativas de innovación e investigación sobre agua.

«La Comisión Europea (CE) ha establecido como una de las áreas prioritarias en innovación la mejora de la eficiencia hídrica. Como consecuencia de esta prioridad, la Dirección General de Medio Ambiente, en cooperación con la de Investigación e Innovación, está desarrollando una propuesta para la puesta en marcha de una Asociación para la Innovación Europea en Eficiencia Hídrica (EIP, por sus siglas en inglés), explica, añadiendo que esta «es la iniciativa estratégica más ambiciosa y relevante que está siguiendo la CE en relación a la mejora de un recurso tan valioso como el agua a través de la I+D y la innovación».

Según sus datos, la escasez de agua y las sequías «ya afectan a un tercio del territorio de la UE, las inundaciones han causado unos costes económicos y humanos enormes, y la contaminación de las aguas sigue siendo un tema pendiente en Europa que supone un riesgo cada vez mayor para la salud».

A su juicio, «estos y otros son retos prioritarios para la sociedad, porque tienen un vínculo directo con muchos y muy variados sectores». «Las ideas innovadoras que incorporen a todos los actores y a las diferentes disciplinas implicadas pueden proporcionar soluciones eficaces y sostenibles y contribuir a alcanzar una posición de liderazgo de Europa para superar estos retos», agrega.

Los resultados previstos del EIP sobre el agua incluyen, entre otros aspectos, innovationsites para identificar barreras a la innovación, acciones, prototipos y soluciones en relación a los desafíos particulares de las aguas; difusión de los avances y soluciones innovadoras; eliminación de las barreras a la innovación en agua –reglamentación, normalización, barreras financieras, técnicas, sociales, etc.– que dificultan la entrega exitosa de innovaciones en el mercado, y marketplace para promover la interacción entre aquellos que sufren problemas de agua y los que pueden aportar soluciones posibles, independientemente de su ubicación geográfica.

Adicionalmente a esta apuesta a nivel europeo, de la que España forma parte desde su inicio en la definición de su Plan Estratégico de Implementación a través de la participación en el Grupo Director de Alto Nivel de la secretaria de Estado de I+D+i, Carmen Vela, esta experta apunta que España «lidera además la primera iniciativa de coordinación europea en el sector del agua, JPI Water, en la que 18 países europeos –que acumulan el 90% de la inversión en investigación sobre agua– aunarán esfuerzos para lograr una mayor eficacia».

La iniciativa JPI Water, presentada oficialmente en pasado mes de febrero, cuenta con dos millones de euros de fondos europeos. El sector del agua en España tiene una tasa de crecimiento media del 5% y una facturación de alrededor de 23.000 millones de euros al año.

La finalidad, según explicó durante la presentación del proyecto Carmen Vela, es sencilla: hacer frente de un modo conjunto e inteligente a uno de los mayores retos del futuro: el agua. JPI Water se enmarca dentro del Espacio Europeo de Investigación, y tiene el objetivo de garantizar la coherencia de todos los programas nacionales de investigación en este campo.

A su juicio, iniciativas como esta «demuestran que la coordinación y el apoyo mutuo entre países son herramientas clave para la transformación de la investigación y la innovación a nivel europeo». Además, añadió, «España ocupa el segundo lugar en Europa tanto en volumen de negocio del agua como en la investigación sobre el tema».

JPI Water, para explicarlo de modo sencillo, pretende coordinar, de un modo eficaz y sostenible, la I+D+i europea sobre agua a través de una mayor armonización de las actividades de financiación y apoyo a la investigación de los países socios, para lo que se potenciará una agenda estratégica con actividades conjuntas que abarcarán desde proyectos de investigación a infraestructuras científicas, pasando por la movilidad de investigadores. El objetivo a medio y largo plazo es alcanzar una mayor competitividad europea en la industria del agua, un sector con cada vez mayor peso en la economía global.

Las empresas y la gestión del agua

Las empresas dedicadas a la gestión del agua, como es el caso de Aguas de Barcelona (Agbar), también tienen mucho que decir en este sentido: «El único Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) conseguido es el acceso al agua, aunque todavía queda camino por recorrer a nivel global», señalaba durante el pasado Día Mundial del Agua el presidente de la compañía y de la Fundación Aqualogy, Ángel Simón.

En este sentido, Simón se refirió a la celebración del Año Internacional de la Cooperación en la Esfera del Agua –este 2013– como «una oportunidad para liderar y participar en iniciativas basadas en el diálogo y la cooperación que permitan alcanzar el ODM relacionado con el agua: reducir a la mitad antes de 2015 el porcentaje de personas sin acceso sostenible al agua potable y a servicios básicos de saneamiento, como ocurre con muchos países del África Subsahariana, muy precarios en cuanto al acceso al agua».

Desde la Fundación Aqualogy recientemente se lanzó la iniciativa WaterDate, una aplicación solidaria para smartphone que pretende concienciar del problema de la falta de agua a través de un sencillo juego.

En la página web Waterdate.es se puede encontrar información en torno al agua, así como el juego de descarga gratuita –disponible en Apple Store y Google Play–. A esto se suma el compromiso de donar a Unicef la cantidad necesaria para que 1.000 familias del África subsahariana puedan disponer de acceso al agua potable al menos durante un mes.

A través del juego, Maji, una niña africana, muestra la distancia que debe recorrer todos los días hasta llegar al agua potable: un largo camino, en el transcurso del cual va formulando preguntas y respuestas, y aportando datos, cifras y comparaciones gráficas relacionadas con el saneamiento y el acceso al agua en los países en desarrollo. Al final del juego, Maji invita a compartir la app utilizando las distintas plataformas –Twitter, Facebook, e-mail y SMS– con el objetivo de colaborar a difundir la información.

Otras compañías como Ferrovial, que dedica parte de su negocio a la construcción de infraestructuras relacionadas con el agua, también apuesta por la responsabilidad social a la hora de su gestión.

La empresa española recibió en 2010 el Premio Europeo de Medio Ambiente en la categoría de Cooperación Internacional por su proyecto Maji ni Uhai (El agua es vida), desarrollado junto a la ONG Amref para proveer de agua potable e infraestructuras sanitarias a 51.000 personas en Tanzania.

El proyecto, que beneficia a cinco comunidades del distrito de Serengueti, tiene una duración de tres años y un presupuesto de 1,8 millones de euros, de los que la compañía aporta el cien por cien de la financiación, además de la base tecnológica del proyecto, voluntarios para la elaboración de estudios técnicos y seguimiento de las obras, así como la transferencia de su know-how a las comunidades locales.

Por su parte, Amref presta los servicios logísticos para la ejecución directa del proyecto sobre el terreno. Los gobiernos regionales de la zona de intervención también están implicados en la iniciativa.

La iniciativa de Ferrovial incluye la construcción, protección y rehabilitación de 557 infraestructuras sanitarias y de captación y suministro de agua como pozos profundos, anillos filtrantes, sistemas de gravedad y letrinas en colegios y dispensarios, además de la formación a técnicos locales para el mantenimiento de estas nuevas infraestructuras. El proyecto se ocupa también de poner en marcha una campaña de sensibilización en buenos hábitos de higiene, con el fin de controlar y reducir las enfermedades derivadas del agua. Así, la población femenina ve reducida la carga de sacar y llevar el agua a casa y las niñas tienen más oportunidades de ir a la escuela.

El pasado mes de febrero Ferrovial ponía en marcha otro proyecto de suministro y saneamiento de agua en Pacurita, Colombia, para la optimización y potabilización del sistema de acueducto del corregimiento de Pacurita (departamento de Chocó). Con un plazo de ejecución de 18 meses, este proyecto garantizará el acceso al agua potable a unas 1.300 personas.

En este caso, la ONG encargada de su ejecución es Ayuda en Acción. Ferrovial, a través del programa de responsabilidad corporativa Infraestructuras Sociales, financia y apoya el proyecto con el trabajo de voluntarios profesionales de la organización y la colaboración de la alcaldía de Quibdó, la Fundación Pies Descalzos y la empresa EPM, para la sensibilización, realización de campañas y formación de trabajadores locales.

Más allá de los grandes proyectos sociales de las empresas, o las actuaciones de gobiernos e instituciones a nivel global, es el momento de reflexionar sobre los actos particulares, cotidianos y del día a día de cada uno, y plantearse si generan un impacto en el entorno positivo o negativo, beneficioso o perjudicial.

Con el esfuerzo pequeño de cada individuo y familia es posible paliar los problemas de escasez y así dar tiempo a la ciencia y a la tecnología a encontrar solución a este problema global. No solo hace falta agua, sino una nueva forma de pensar: pasar de vivir en función del individualismo a comprometerse con el planeta, y sobre todo con el futuro.

Una buena gestión de este importante recurso que es el agua por parte de todos es el primer paso para luchar contra la desigualdad.

¿Sabía que…?

En el día a día es posible realizar sin esfuerzo actos sencillos que contribuyan a ahorrar agua. Y es que, solo un 1% del agua del planeta es potable, y se desperdicia mucha. Además, ahorrar agua contribuye a la reducción del tratamiento de las aguas residuales. Aunque el ahorro sea modesto, siempre es valioso:

– Lavarse los dientes con el grifo abierto gasta un promedio de 35 litros de agua potable y hacerlo con él cerrado ahorra hasta 19 litros.

– Un grifo abierto desperdicia de 5 a 10 litros de agua que se van por el desagüe cada minuto; si se llena el lavabo para afeitarse solo se utilizarán 5 litros de agua.

– Ducharse en lugar de llenar la bañera ahorrará hasta 7.000 litros de agua al año.

– Poner la lavadora y el lavavajillas cuando estén llenos del todo ahorra hasta 80 litros de agua. Un ciclo completo de la lavadora gasta aproximadamente 230 litros de agua potable.

– Lavar los vegetales y verduras con el agua corriendo puede malgastar hasta 15 litros de agua potable. Lavar la fruta y la verdura en un bol ahorra hasta 10 litros.

– Lavar el coche con manguera puede suponer un gasto de más de 500 litros de agua potable.

– Tirar de la cadena del inodoro solo cuando sea necesario –no utilizarlo de cenicero o papelera– ahorra entre 6 y 8 litros de agua con cada descarga y también evita la sobrecarga de las depuradoras de aguas residuales.

– Reparar los grifos que gotean y vigilar los grifos mal cerrados puede ahorrar hasta 180 litros.

– Nunca debe tirarse el aceite por los fregaderos. Flota sobre el agua y es muy difícil de eliminar.

– Descongelar los alimentos a temperatura ambiente, nunca bajo el grifo, puede suponer un ahorro superior a los 15 litros de agua.

– Cuando sea necesario renovar los electrodomésticos es importante buscar la etiqueta ecológica (AA+).

– En lugar de utilizar sistemas de riegos automáticos convencionales para los jardines, es mejor colocar sensores de lluvia que interrumpen su funcionamiento cuando hay precipitaciones.

– Para los jardines es importante utilizar plantas autóctonas que consumen poco agua y dejar crecer el césped disminuirá la evaporación del agua, especialmente si el verano es muy seco.

– Regar siempre a primera hora de la mañana o al atardecer supone un gran ahorro de agua. En las horas de sol el 30% del agua se evapora y además quema las plantas.

– Una alternativa muy buena es la de instalar un depósito para recolectar agua de lluvia. Con ella se podrán regar jardines y huertos y se ahorrarán cientos de litros de agua.

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