Intervención Asistida con Perros: De mejor amigo del hombre a terapeuta

HAZ29 marzo 2014

Por Marina Sanz
@Compromiso_Empr

Mejorar la psicomotricidad en personas con alguna discapacidad, reforzar la autoestima en mujeres víctimas de violencia de género o estimular la empatía de menores en riesgo de exclusión social es posible gracias a la Intervención Asistida con Perros (IAP).

Con ese propósito nace hace dos años Entrecanes, de la mano de Carolina Duarte, una joven psicóloga asturiana que ha sido seleccionada por la Universidad Europea de Madrid-UEM en los Premios Jóvenes Emprendedores Sociales por su pasión y su visión de mejorar el entorno.

Jugar estimula los sentidos y permite regresar por un momento a la infancia. Si además se juega con animales, en especial con perros, el estímulo es aún mayor «porque desarrolla el contacto social, nos hace recordar de nuevo lo que es ser niño». Así explica la joven psicóloga Carolina Duarte, fundadora de Entrecanes, los beneficios de la Intervención Asistida con Perros (IAP).

Entrecanes es una asociación dedicada a las intervenciones asistidas con perros, terapia, educación y actividades ubicada en el Principado de Asturias, que ha sido seleccionada por la Universidad Europea de Madrid[+] (UEM) en el marco de los Premios Jóvenes Emprendedores Sociales 2013. Factores como el liderazgo, el impacto social, la sostenibilidad o la innovación han sido claves para su elección.

El equipo de Entrecanes está compuesto por diferentes profesionales del mundo de la salud, la educación y el mundo canino.

«Nuestro objetivo principal es mejorar la calidad de vida de las personas con las que trabajamos y, para ello, recurrimos a una herramienta innovadora: las intervenciones con perros, que usadas como tratamiento complementario o incluso principal, ayudan a facilitar cambios en los usuarios distintos a los producidos por intervenciones tradicionales», explica Carolina.

IAP, multidisciplinar y de amplio calado

Las intervenciones asistidas con perros (IAP) consisten en procesos terapéuticos, educativos o de ocio en las que el perro forma parte integral del proceso, actuando como motivador y reforzador para la mejora en la calidad de vida de los pacientes.

Pero ¿por qué un perro? Según Carolina, «nos permite aprender cosas nuevas, es un catalizador emocional indiscutible y para muchos de nuestros usuarios es un puente hacia el contacto con otras personas». La evidencia científica –que se ha incrementado durante estos años– y su propia experiencia así lo ratifica: «Nosotros tomamos estas cualidades del vínculo perro-persona y las ponemos al servicio de objetivos y técnicas terapéuticas convencionales, evaluando los cambios que se producen en el usuario y en su entorno».

Los beneficios de las IAP inciden en todas las áreas de la persona (motora, cognitiva, emocional…), por lo que Entrecanes consigue llegar a un gran número de colectivos, desde personas con discapacidad, adolescentes en riesgo de exclusión social y/o con medidas judiciales, víctimas de violencia de género o abuso sexual, mujeres con cáncer de mama… Así, nuestro trabajo llega a un gran número de personas que encuentran en el espacio de trabajo con el terapeuta canino la motivación para hacer cambios en su vida», resume Carolina.

El valor añadido, desde el punto de vista del emprendimiento social de Entrecanes, se cimenta en su origen. La organización comenzó a trabajar en entornos aururales donde –debido a la dispersión geográfica asturiana– las personas tienen mayor dificultad para acceder a los recursos en este tipo de tratamientos. La detección de esta necesidad y la posibilidad de llevar los perros hasta el lugar donde se desarrollan las terapias ha permitido que muchas personas de estas áreas hayan podido acceder a estas terapias.

El hecho de que Carolina esté compaginando su labor en terapia asistida con Animales con el tratamiento en análisis aplicado de la conducta con niños y niñas con autismo y otros trastornos generalizados del desarrollo, le ha hecho observar que otras asociaciones y fundaciones podían beneficiarse de este tipo de intervenciones dado el potencial para motivar a sus usuarios.

«Nunca dejamos de investigar qué colectivos o desde qué áreas podemos cambiar la realidad que nos rodea, bien sea a través de talleres de sensibilización en salud mental, bienestar animal, sesiones educativas, sesiones terapéuticas en centros residenciales o individuales. El objetivo: mejorar la calidad de vida de las personas con las que trabajamos».

Es difícil cuantificar qué colectivo obtiene mayores beneficios, ya que para cada persona «calidad de vida» significa algo distinto. Por ejemplo, explica Carolina, «en el caso de personas con algún tipo de discapacidad o miembros de la tercera edad los cambios afectan a todas las áreas (motora, cognitiva, comunicativa…).

Sin embargo, en menores, es riesgo de exclusión social, la mejora de las relaciones con su entorno y de herramientas de habilidades sociales, son los beneficios más significativos a nivel general. Por otro lado, en mujeres víctimas de violencia de género, la posibilidad de acercarse a otro ser humano, la autoconfianza o la potenciación de la autoestima son algunas de las ventajas observadas».

En general, los resultados recabados han sido muy positivos en todos los colectivos, así como con las personas de su entorno que se involucran en este tipo de terapias: cuidadores, familia, profesionales… financiación privada. Actualmente, la mayoría de los proyectos están financiados por las familias de los usuarios y por las propias asociaciones con las que trabajan.

Los buenos resultados obtenidos le han permitido mantener algunos proyectos durante años, convirtiéndose en la terapia principal del usuario. La financiación es uno de los escollos que tienen que salvar, pero también el propio desconocimiento sobre lo que son las intervenciones asistidas con animales en general y con perros en particular.

«Lo que intentamos es sensibilizar a usuarios e incluso a otros profesionales de que las IAP están respaldadas por profesionales tanto del área de la salud como del mundo canino que aseguran el bienestar del usuario y que es posible medir e incluso extrapolar los logros obtenidos a la vida diaria de la persona», enfatiza la fundadora de Entrecanes.

Paulatinamente, han ido a lo largo de estos dos años, logrando su objetivo, que es concienciar de los beneficios reales de este tipo de terapias. De hecho, si bien de momento suelen desplazarse a domicilios o a las asociaciones para realizar las sesiones, se están planteando disponer de su propio local para aumentar el número de personas a las que poder dar asistencia.

Principalmente, Entrecanes trabaja en Asturias y esporádicamente en Galicia. Sin embargo, colabora con otras entidades dedicadas a las intervenciones asistidas con animales en toda España, ya sea a través de la formación o la colaboración directa.

Reconocer la pasión por mejorar la sociedad

Seleccionados en la quinta edición de los Premios Jóvenes Emprendedores Sociales de la Universidad Europea de Madrid (UEM), Carolina reconoce que «este reconocimiento nos ha aportado, por un lado, mayor visibilidad al darse a conocer el trabajo de la asociación y, por otro lado, la posibilidad de estar en contacto con otros emprendedores formando una red de colaboración e incluso de inspiración para poner en marcha nuevos proyectos, gracias a la Youth Net Action».

Asimismo, también reconoce que la parte de formación del premio también es muy interesante «en términos de viabilidad del proyecto y direccionalidad de nuestras propias propuestas».

Carolina confiesa que el proceso ha merecido la pena: «Es un orgullo que reconozcan no solo tu trabajo, sino también tu pasión y tu visión de lo que podría mejorar el entorno en el que vives. Y como guinda del pastel conoces a otros jóvenes que comparten parte de esa visión».

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