María Benjumea: "El emprendedor español juega ya en primera línea"

Del 5 al 7 de octubre se celebrará en Madrid la tercera edición de South Summit, que a partir de este año tendrá un hueco especial para los emprendedores sociales. Así se lo ha confesado su máxima responsable, María Benjumea, a ‘Revista Haz’, que explica que tanto en éste como en muchos otros ámbitos las TIC se han convertido en un motor de innovación de obligada inclusión.

Esta semana tendrá lugar en Madrid la tercera edición de South Summit (del 5 al 7 de octubre en el espacio municipal La N@ve), que este año reunirá a cien potentes startups relacionadas con el mundo de la salud, la educación, la moda, la alimentación, con el entorno industrial, las finanzas, el turismo, los medios de comunicación y otros muchos ámbitos en los que las TIC están siendo un motor de innovación difícil de salvar.

La gran responsable de este evento es María Benjumea, fundadora de Spain StartUp, la entidad encargada de organizar South Summit. Reconocida en el entorno emprendedor tecnológico español, Benjumea tiene claro que en las próximas ediciones la economía social contará con un espacio propio en su ‘encuentro’ de startups. Así se lo contó a Revista Haz.

Entre los 100 finalistas de la Startup Competition, que acudirán a presentar sus proyectos a South Summit 2016, hay un importante número de emprendimientos con un marcado carácter social. Sin embargo, no hay ningún apartado en el certamen que haga brillar a la economía social. ¿No se lo plantean?

Claro. No está todavía montado, pero queremos que este año haya un espacio dedicado a ello. Sé que quedan pocos días, y que será difícil llevarlo a cabo estando a estas alturas tan poco estructurado, pero no existen imposibles. Probablemente sea algo pequeño, pero de buena presencia, para empezar a involucrar a agentes del sector de cara a próximas ediciones.

¿Corre alguna idea por su mente?

Todavía no, pero os tendremos informados. Me encantaría colaborar, por ejemplo, con el Grupo Lezama, una cadena de hostelería fundada por un sacerdote con espíritu empresario que acoge, forma y da empleo a exreclusos. ¿Cómo? Durante la celebración del South Summit también organizamos lo que nosotros llamamos el Social Summit, actividades de ocio para finalistas y partners fuera de las jornadas. Y nos estamos planteando ofrecer un cóctel en el Café de Oriente, gestionado por el Grupo Lezama, que está junto al Palacio Real.

¿Es este carácter social un factor a tener en cuenta a la hora de seleccionar a las 100 finalistas?

No, para el South Summit la innovación es determinante, pero lo es aún más la calidad del proyecto: escalabilidad, proyección, el equipo de personas que lo llevan a cabo… En cualquier caso, de esta manera han sido seleccionadas startups cuya actividad es positiva para el medio ambiente o para ampliar el acceso a la educación, entre otros aspectos.

¿Qué es lo que los inversores valoran más a la hora de apostar por un proyecto?

Por regla general, los inversores lo que quieren es ver crecer su dinero, para que apuesten por un negocio tienen que estar convencidos de que va a tener éxito y de que va a multiplicar su inversión.

Por eso es importante que un proyecto emprendedor tenga un buen equipo de personas detrás que convenzan, que den confianza al inversor. Pero, por supuesto, también evalúan la capacidad de innovación del proyecto, es decir, si realmente está respondiendo a una necesidad existente en el mercado y si tiene competidores; la posibilidad de escalabilidad, si tiene o no visos de crecimiento; observan detenidamente en qué fase de desarrollo está… diversas variables que indican si un proyecto es viable y rentable.

¿Está cambiando en España esa actitud de invertir sobre todo a corto plazo de la que se quejan muchas empresas innovadoras que necesitan tiempo para desarrollarse?

Hay inversores para todo pero, insisto, todos quieren ganar dinero, si no se llamarían de otra manera. Dependiendo del tipo de fondo que gestiones, así será el recorrido máximo de tu inversión. En cualquier caso, el emprendedor que tiene un proyecto sólido debe ser consciente de que hay dinero y de que debe trabajar duro para conseguirlo, no llorar porque no consigue inversión.

En estos casos suelo ser muy crítica, siempre de forma constructiva, porque me horroriza el victimismo y el lloro. Y así se lo hago saber a las startups: si tu proyecto es bueno, ponte las pilas, cúrratelo y haz una presentación que deslumbre. Cuanto mejor sea lo que tú presentes, más capacidad de negociación vas a tener con el inversor.

Este año la organización ha evaluado a más de 3.000 empresas para elegir a esos 100 finalistas. ¿Cuál ha sido el sector con mayor número de representantes?

Educación, sin lugar a dudas. Nos ha impresionado la gran cantidad de proyectos que nos han llegado en este campo. Y en cuanto a calidad, este año ha destacado Health and Wellness. En la competición hay diez materias, y cada una de ellas suele tener diez finalistas, pero este año el campo de la salud ha acaparado doce propuestas muy difíciles de seleccionar. Y, sin embargo, no tenemos ningún partner relacionado con este ámbito. Es inconcebible.

¿A qué cree que se debe?

Bueno, he de decir que hay varias empresas interesadas, pero aún no han dado el paso. El de la salud es un sector muy intensivo en investigación, cuyos agentes están empezando a darse cuenta de algo fundamental: que no pueden seguir adelante por sí mismos y que deben contar con la ayuda de esos nuevos emprendedores con visión, con ideas, con proyectos de futuro (Vid. Desayuno CE: Cómo combinar rentabilidad social y económica en la investigación farmacéutica).

Pero no son los únicos…

Claro que no, toda esta revolución de emprendedores tecnológicos es muy reciente. Cuando yo empecé en el 2013 a buscar apoyos para poner en marcha South Summit, muchas de las empresas que se planteaban ser partners lo hacían desde sus departamentos de RSC para ayudar al ‘pobrecito’ emprendedor.

Hubo que hacerles entender que ese no era el camino, que a ellas les interesaba invertir en ese emprendedor capaz de identificar la innovación para no quedarse desactualizadas. Gracias a ello, desde entonces se ha dado un salto cualitativo muy importante.

¿Qué sectores han sabido entenderlo y aplicarlo mejor?

Pues la verdad es que algunos de los más dinámicos han sido, con gran sorpresa, sectores tan tradicionales como el de las infraestructuras. Yo estoy maravillada con la transformación en la que está inmersa Ferrovial, que lleva con nosotros desde el primer día, consciente de que necesitaba innovarse.

Por el contrario, a las energéticas les está costando más. Quitando a Repsol, que ha sido pionera, hasta este año no habíamos conseguido atraer la atención del sector. Sin embargo, en esta edición tenemos a tres grandes: a Endesa, Iberdrola y a Gas Natural Fenosa.

¿Y fuera de las fronteras españolas? ¿Llaman los emprendedores españoles la atención de los inversores extranjeros?

Por supuesto, el emprendedor español juega ya en primera línea. Ha alcanzado un importante grado de madurez y es más consciente de que compite en un mundo global en el que no existen fronteras.

Por otra parte, nosotros el año pasado contamos con unos 140 inversores internacionales, entre ellos Accel Partners, un fondo de inversión presente en EEUU, Reino Unido e India. En 2014 vinieron al South Summit por primera vez, a España por primera vez. No había invertido en ninguna startup española nunca, pero ese año invirtió en cinco. Desde entonces no han faltado en ninguna edición. Es el mejor ejemplo que tengo de la evolución de nuestro entorno emprendedor tecnológico.

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