Esplai la Florida: Educación en valores

HAZ31 octubre 2011

Fomentar la participación, la solidaridad, la autonomía y el liderazgo, entre otros valores, es uno de los principales pilares que movió a Merche García Villatoro, emprendedora social de Ashoka, a implantar el modelo educativo Esplai. Esta metodología, basada en la educación en valores durante el tiempo libre, es la columna vertebral de varios centros en toda España, que tuvieron su germen en el Esplai La Florida de Hospitalet de Llobregat.

27 años después de su fundación, cientos de niños han pasado por sus aulas de juegos, de debate, de formación y de participación.

Merche García Villatoro decidió orientar su formación académica a las ciencias puras. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que había algo dentro de ella que la hacía sentirse muy próxima a las causas sociales y, en concreto, a la educación de los más jóvenes. Así, puso toda su energía al servicio de los niños y adolescentes, especialmente a aquellos que estuvieran en situaciones desfavorecidas, para contribuir a educarles en valores. Bajo este propósito, arranca en 1984 en Barcelona, el centro de educación en tiempo libre Esplai La Florida, el germen de lo que después sería una auténtica red de más de diez centros diseminados por toda España.

Merche es una figura clave en el ámbito de la educación juvenil e infantil en España durante los últimos años, que preside la Federación Catalana de Esplai y forma parte de la Fundación Catalana Esplai, entidad que agrupa a más de 65 centros en toda Cataluña.

Esplai, un concepto centenario en Cataluña

En Cataluña, 100.000 niños y jóvenes participan anualmente en alguna actividad de tiempo libre. De hecho, el concepto de Esplai es «centenario» en esta comunidad y parte de una visión de la educación entendida como un proceso holístico en el que están comprometidos tanto los centros educativos, los profesores, la familia, como la administración pública, es decir, que involucra más piezas que únicamente la escuela formal.

De esa manera, en lugar de transferir la responsabilidad sobre los problemas que afectan a la juventud de un agente a otro –por ejemplo, las familias culpan a los colegios, los colegios a las administraciones y así sucesivamente–, el concepto Esplai entiende la educación como un proyecto común en el que cada actor tiene un papel importante que jugar y solo necesita la oportunidad y las herramientas correctas para cumplirlo.

Para Merche, que defiende la práctica de valores en el tiempo libre como eslabón imprescindible para completar el ciclo educativo infantil, «este concepto de educación se cimenta sobre los valores de la solidaridad, el espíritu crítico y civismo, entre otros». En último término, lo que se busca es, involucrando a todos los actores del proceso educativo, estimular la capacidad de aprendizaje de los niños. Para ello, las herramientas que se utilizan son talleres temáticos, juegos, excursiones y campamentos que, en realidad, no son el fin en sí mismo, sino el medio para enseñar a los niños valores fundamentales.

A este respecto, Merche reconoce que «en cierta manera, somos la envidia de los profesores, porque ellos tienen que centrarse en la educación tradicionalmente entendida, sin embargo, nosotros podemos dedicarnos a ayudarles a ser mejores personas». En definitiva, de lo que se trata es de ofrecer un aprendizaje de habilidades y aptitudes, así como una formación en valores, que completa la formación que se recibe a través del sistema educativo formal.

Este sistema de educación en valores tiene un sentido y una utilidad real, especialmente si atendemos al actual panorama educativo y social que está atravesando la juventud. De hecho, si bien España ha reducido la tasa de abandono escolar temprano en casi 3 puntos durante el último curso, hasta llegar al 28,4%, aún sigue estando lejos de la media europea, que es del 15%. A ello hay que sumarle una muy baja media de participación juvenil en organizaciones ciudadanas y una tasa de desempleo juvenil que supera el 43%, frente al promedio del 20,4% de Europa, lo que pone de manifiesto que uno de cada dos jóvenes españoles no tiene empleo.

Ante este escenario, las soluciones que se plantean nacen fundamentalmente de cursos de apoyo especializado en el caso de jóvenes en riesgo de exclusión, sesiones formativas para estimular el interés de los jóvenes en carreras técnicas o en formación profesional, entre otras actividades. Sin embargo, no está generalizado un sistema que ahonde en la necesidad de ofrecer a los jóvenes herramientas que interioricen, con el fin de enfrentarse por sí mismos, a una situación de por sí desasosegante, como es la falta de un futuro profesional.

Para ello es vital transmitirles valores como la empatía, el trabajo en equipo, el liderazgo o la participación democrática, que les sirvan de base para afrontar la actual situación. Aunque hay iniciativas dirigidas a niños y jóvenes durante su tiempo libre, muy pocas tienen como objetivo complementar la educación formal. Además, este tipo de actividades llega casi siempre a un sector de la población muy concreto: niños y niñas de familias con rentas medias o medias-altas y casi siempre están dirigidas a mayores de 13 años.

Esplai La Florida nació precisamente con la vocación de ayudar a niños desde tres años en un entorno desfavorecido. De hecho, a diferencia de otros centros ocupacionales que se enmarcan dentro del concepto de Esplai, el de La Florida se caracterizó por ser, en cierta medida, «atípico, debido a su ubicación –un barrio de Hospitalet de LLobregat con carencias–, a los profesionales involucrados y a las connotaciones sociales.

1984, Esplai La Florida.

En 1984, en el barrio de La Florida en Hospital de Llobregat (Barcelona) existían una serie de carencias y una problemática social, que hizo oportuno el establecimiento del primer Esplai por parte de Merche García. Su fundadora tenía 17 años. Hoy lo explica así: «Se trataba de un barrio con viviendas pequeñas en las que los niños no podían estudiar en casa, no tenían espacio físico, había tráfico de drogas y un ambiente de alto absentismo escolar. La metodología Esplai nos permitió educar en el tiempo libre, dándoles valores que les ayudaran a salir de esa situación».

Al principio, Merche comenzó a trabajar con jóvenes de 6 a 12 años, con el propósito de que no quedaran fuera del circuito de integración. Así surgió el centro de Esplai, que después abrió su rango de edad y acogió a niños desde tres años hasta jóvenes de 18 años. Hoy, 27 años después hay 180 niños en el Esplai La Florida, un proyecto vinculado a la Fundación Cataluña de Esplai. De hecho, está financiado por la Generalitat de Cataluña y por el Ayuntamiento de Hospitalet. Asimismo, reciben ayuda del Ministerio de Educación a través de la Fundación Catalana Esplai, colaboraciones puntuales de alguna caja de ahorros y de las familias.

Por otro lado, todos los alumnos que participan en las actividades pagan una cuota, que contribuye a que se puedan desarrollar las actividades. Para que puedan participar niños y jóvenes de todos los niveles económicos se aplica un sistema de precios flexibles.

De Cataluña al resto de España

Merche inició su actividad en Cataluña, pero hace unos años sintió la necesidad de llevar esta experiencia a otros lugares de España, con el propósito de implantar un verdadero modelo de educación en el tiempo libre, considerando que es clave para la formación integral de niños y jóvenes. Durante los últimos dos años Merche ha trabajado para crear una red de entidades afines a su proyecto. En los últimos doce meses ha puesto en marcha un centro Esplai en Sonseca (Toledo) por el que pasan diariamente cerca de cien jóvenes, en Gines, Umbrete y Cazalla de la Sierra (Sevilla), en Guía de Isora (Tenerife) y en Paterna (Valencia).

El porqué de estas localizaciones lo explica Merche atendiendo a los resultados del estudio de necesidades que realizan y de los apoyos locales recibidos. «Realizamos un análisis de la situación educativo y social de cada región, prestando atención a factores como la tasa de fracaso escolar, de inmigración, de delincuencia juvenil. Asimismo, verificamos las actividades dirigidas a la infancia y juventud en su tiempo libre y en función de ello proponemos proyectos de educación en valores para los niños desde los tres hasta los 18 años».

En paralelo, la labor de Merche se centraliza en la coordinación de los numerosos actores que trabajan con jóvenes y niños en cada zona, aportando en cada caso solo lo que falta para llegar a una visión integral de la educación.

Los nuevos centros que se han creado en Toledo, Sevilla, Tenerife o Valencia ofrecen actividades propias y también sirven para unificar los recursos ya existentes creando itinerarios educativos completos.

En ese sentido, Merche reconoce que es una labor de coordinación y de consenso en la que es muy importante tener en cuenta que, en ocasiones, hay «mucho interés y buena voluntad por parte de los agentes locales, pero no hay recursos económicos».

En tiempo de crisis, las administraciones públicas, y en concreto, las regionales y locales están viendo cómo los presupuestos destinados a actividades educativas para niños y jóvenes han ido mermando progresivamente. Es en este punto en el que el apoyo financiero de las familias, fundaciones, cajas de ahorros e incluso empresas privadas «es de agradecer», reconoce. Además de establecer estos centros en puntos estratégicos de España, Merche quiere crear una red estatal de centros y voluntarios para compartir experiencias y llevar a cabo proyectos en común.

Planes de futuro

Con la vista puesta en el futuro, el objetivo de Merche no es tanto crear nuevos centros, como consolidar los ya existentes y, sobre todo, trabajar la metodología. Para eso es importante, entre otras cosas, afianzar la labor de formación del equipo de monitores: «Para nosotros es muy importante la labor de los monitores y/o educadores.

De hecho, son una de las partes fundamentales del Esplai a los que damos mucha importancia, ya que son el lazo de conexión con los niños y jóvenes. En ese sentido, reciben formación y dinamización, itinerarios de inserción e incluso un espacio de prácticas».

En cuanto a la pretensión de Merche de liderar proyectos al otro lado del Atlántico, reconoce que «por ahora, prefiere centrarse en España, donde hay mucho trabajo por hacer». De hecho, por el momento, el modelo desarrollado por Merche ya ha tendido sus lazos con Iberoamérica, y en concreto, con México, donde colabora con algunas asociaciones de la mano de la Liga Iberoamericana de Organizaciones de la Sociedad Civil y la Fundación Esplai.

Uno de los aspectos que sí está en la hoja de ruta de Merche de cara a los próximos años es que el modelo de educación en valores fomentado por la metodología Esplai sea contemplado desde un punto de vista legal. «Necesitamos que se rompan los estereotipos de que la educación solo está vinculada a la escuela», expone. «A largo plazo creemos que la educación en valores en el tiempo libre es un derecho de todos los niños y niñas y que deben tener acceso a ella».

Bajo este prisma, una de las asignaturas pendientes que plantea Merche es que «el sistema educativo contemple la metodología Esplai como parte del proceso educativo de cualquier niño o joven». En este sentido, «en Cataluña ya se ha conseguido que se hable de la educación en valores», concluye.

Proyectos de futuro marcados por un firme propósito: educar en valores a niños y niñas, jóvenes y familias en su tiempo libre, generando un espacio de formación y participación comunitaria con voluntad de transformación e inclusión social.

Valores del proyecto

Utopía: Avanzar hacia un mundo más justo, hacia una sociedad inspirada en los valores de la paz, la democracia, la fraternidad y la sostenibilidad.

Solidaridad: Optar por la cultura de la solidaridad y la cooperación, basada en la dignidad de las personas y de los pueblos y en el respeto a la diversidad y a los derechos humanos.

Iniciativa: Fomentar la participación, la autonomía y el esfuerzo individual y colectivo para hacer frente a los retos con creatividad y compromiso, desarrollando una ciudadanía activa y responsable.

Felicidad: Ética centrada en la confianza en la persona y en la búsqueda de la felicidad individual y colectiva.

¿Qué aporta Esplai?

– Espacio de participación democrática y ciudadanía activa.

– Fomento del bienestar social y de la calidad de vida.

– Fomento de la identidad.

– Fomento de la inclusión social y la prevención de la marginación.

– Promoción de la salud.

– Integración de las personas con discapacidades.

– Liderazgo y emprendimiento juvenil.

– Conciliación de la vida laboral, escolar y familiar.

– Prevención del fracaso educativo n Acceso al derecho al tiempo libre educativo.

Por Marina Sanz
Comentarios

  1. Hola Escribo con el interés de alistarme como voluntaria. Dispongo de Estudios hasta 4 año de la ESO, Titulaciones en Auxiliar de jardín Infantil y Monitora de Tiempo Libre. Me Considero Amable Responsable Dinámica y Perseverante. Atentamente Me Despido a la Espera de Respuesta. Teléfono 603 550 018