Nuevas deducciones fiscales y filantropía: una oportunidad

Después de cuatro años con la promesa de una nueva Ley de Mecenazgo la pugna habitual entre el Ministerio de Economía y los Ministerios de gasto, liderados por el Secretario de Estado de Cultura, José María Lasalle, ha ofrecido un resultado dispar aunque aún desconocido en su impacto económico.

Tomando siempre como referencia la normativa francesa en 2003, (66% de deducción en las donaciones individuales y 60% para las empresas), hay que considerar los cambios en la Ley de Mecenazgo como positivos en las deducciones del IRPF y pobres para las empresas en el Impuesto de Sociedades.

Por partes: según la liquidación de la Agencia Tributaria sobre la IRPF del año 2012,  el 15% de declaraciones (2,9 millones) incluían deducciones por donaciones: el importe total de las donaciones fue de 816 millones de euros y el importe deducido el 25%, 204 millones de euros.

El 76,5% de las deducciones por donación correspondían a la franja de renta entre los 6.000 y los 60.000 euros, con una donación media de 140 euros.

Precisamente, la nueva la Ley de Mecenazgo supone un cambio importante para las donaciones de hasta 150 euros al año y realizadas de manera continua durante 3 años: en este tramo la deducción aumenta del 25% del 2014, al 50% en 2015, hasta llegar al 75% a partir del año próximo.

En 2015, de cada 150 euros de donación se podrán deducir 113 euros en el IRPF: se trata de lo que algunos han denominado “microdonaciones”, pero que suponen el 69% de la filantropía en España.

¿Cuáles son las implicaciones a corto plazo para las fundaciones?  El potencial de aumento de las filantropía de las ciudadanos será exponencial: el ahorro fiscal de  las familias por sus donaciones va ser de 204 millones de euros en 2015 y llegará los 367 millones en 2016.

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Este ahorro va a ser automático para el ciudadano, pero para que se convierta en un aumento de las donaciones va a ser necesaria una acción proactiva de las fundaciones, poniendo en valor ante los donantes el impacto de su actividad y el argumento de la fiscalidad, hasta ahora imperceptible.

Será también una oportunidad para que fundaciones hasta ahora poco activas en captar socios y donantes en sectores como la investigación biomédica, cultura, organizaciones sociales y universidades compitan por estos 204 millones de euros ahora “liberados”, sólo en 2015.

El panorama en las aportaciones de empresas a través del Impuesto de Sociedades es más magro: la mejora de las deducciones pasa del 35% al 40%, únicamente para las empresas que colaboren con la misma organización y a partir del tercer año de la misma con el mismo importe o superior que los años anteriores.

Sin duda, las mejoras potenciales en la filantropía de las empresas vendrán de la desaparición de otras deducciones y del aumento de los beneficios.

El nuevo escenario fiscal, en el caso de las donaciones individuales, va a suponer un fuerte incentivo para que aquellos que ya colaboran aumenten sus donaciones y para captar nuevos donantes.

Va a ser también, aunque tarde, una alternativa a las ya casi olvidadas obras sociales: de las 48 existentes en 2008 sólo quedan cuatro: Fundación la Caixa, Ibercaja, Unicaja y Kutkabank.

Pero la ciudadanía sólo da si se le pide bien y ve resultados. Éste es el reto.

Por Ricard Valls, director Zohar Consultoría & Marketing Social
@rvalls
Comentarios

  1. Son buenas noticias para las personas que desde hace años colaboramos con nuestras aportaciones económicas, también es un modo efectivo de que aumentemos el importe de nuestra donación, con la ventaja de que sabemos exactamente a que contribuimos, ya que cada entidad nos informa regularmente, invitaciones personales incluidas para ver y cerciorarnos de a que, exactamente, contribuimos con nuestro dinero los ciudadanos de este país.

    Enhorabuena,

    Mª Giralt Silvaje