Aprobado para las universidades públicas, suspenso a las privadas

Las universidades tienen un papel indiscutible en la sociedad. Forman a los políticos que dirigirán países; a los periodistas que abrirán las puertas informativas del mundo; a los médicos que sanarán enfermedades; a los arquitectos que crearán ciudades, o a los empresarios y economistas que formarán parte importante del desarrollo de un país.

Pero también son los principales focos de investigación en diversos campos científicos; emisores de tesis, patentes, o artículos en revistas de referencia; fuente de empleo, y facilitadores de éste (Vid. ¿Informan las universidades del grado de inserción laboral de sus graduados?).

El pasado curso 2013-2014 comenzaba con 1.030 centros universitarios (escuelas y facultades), que tienen registrados 481 institutos de investigación, 29 escuelas de doctorado y 47 hospitales universitarios; en el curso 2012-2013 se matricularon según cifras oficiales del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, en estudios de grado y máster 1.561.123 alumnos, de los cuales 74.297 eran extranjeros; en 2012-2013 el Estado invirtió 757,7 millones de euros en becas generales y 159,2 millones de euros en ayudas para la movilidad; en el año 2011, el sistema universitario tuvo un presupuesto de gasto que ascendía a los 9.899,8 millones de euros y 9.900,9 millones de euros de ingresos, y 115.332 personas estaban empleadas por el sistema universitario tanto público como privado.

No cabe duda del peso que tienen las instituciones universitarias en una sociedad que además de una crisis económica está sufriendo una crisis de credibilidad. Por eso destaca la relevancia de la rendición de cuentas a los diferentes grupos de interés (stakeholders).

En este contexto, la Fundación Haz publica por tercer año consecutivo el informe Examen de transparencia. Informe de transparencia en la web de las universidades españolas 2013.

Esta petición de rendición de cuentas parte de la premisa de que las universidades públicas están financiadas en gran parte por subvenciones del Estado (dinero público), además de los desembolsos en materia de matriculaciones que realizan los estudiantes; es por ello que se hace necesario un mayor nivel de transparencia, que además es cada día más sencillo y barato de realizar, atendiendo a las posibilidades que ofrece en la actualidad Internet.

Por su parte, las universidades privadas no están exentas de tal ‘obligación’, entendiendo ésta como necesaria, pero voluntaria. Y no lo están porque la mayoría de las universidades privadas, en su condición de instituciones no lucrativas, disfrutan de exenciones fiscales, reciben donativos de particulares y empresas y, sobre todo, se financian con las tasas de matrículas que pagan sus alumnos y familias a los que deben rendir cuentas.

Este análisis evalúa las 50 universidades públicas y 25 privadas recogidas por la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE) en torno a una serie de indicadores (26) que determinan el grado de transparencia voluntaria en la página web.

Se trata de cuestiones que una universidad que tenga intención de mantener informados a sus grupos de interés debe hacer pública, y abarcan desde la misión y plan estratégico; a la información sobre sus empleados (PDI y PAS) y sus salarios; la estructura y composición de los principales órganos de gobierno de la universidad y sus reglas del juego; la oferta y demanda académica; el claustro; los alumnos; la información económica, y los resultados.

En términos globales es de justicia reconocer el gran esfuerzo que las universidades públicas están realizando por abrir sus puertas a todos los grupos de interés, publicando en sus páginas web la información requerida por la Fundación Haz.

Algunas de ellas como la Universidad de Cantabria, la Rey Juan Carlos, la Universidad de Málaga, de Alcalá, de Las Palmas de Gran Canaria, de Zaragoza, de Cádiz, de Burgos, de Jaén, de Granada o la Universidad de Pablo Olavide, han creado portales propios de transparencia para recoger toda aquella información que les parece relevante.

Sin embargo, es complicado, y parece que lo seguirá siendo, decir lo mismo de las universidades privadas. La petición por vez primera el pasado año de que hicieran pública esta información solo ha sido atendida por dos universidades, la de San Jorge y la Universidad Internacional de la Rioja, lo que ha permitido ver un ligero incremento a nivel global en el grado de transparencia de las universidades privadas, que solo adelantan a las públicas cuando se trata de informar acerca de su profesorado y del nivel de empleabilidad.

Privadas, necesitáis mejorar

Como si de las notas de fin de curso -en este caso de comienzo- se tratara, las universidades privadas reciben las peores calificaciones. Sus niveles de transparencia distan mucho de alcanzar siquiera el suficiente. Solo lo obtendrían, siendo generosos, en los indicadores referentes a la misión, la información de gobierno y la relativa a los alumnos.

Evolucion_Transparencia_Universidades_privadas_2013-5

El 56% de las universidades privadas publican en su página web una declaración escrita que expresa el propósito o la razón de ser de la universidad, es decir, su misión. “En un país que cuenta con 75 centros de estudios universitarios, exigir que la universidad haga un esfuerzo por dotar de foco a su propuesta educativa no resulta una demanda intrascendente”, explica el informe.

Con similar dato (56%) las universidades privadas publican en sus webs la información relativa al gobierno de sus instituciones, tanto de su composición (60%) como de los estatutos que la rigen (52%); dos cuestiones imprescindibles para evaluar la gobernanza de cada universidad: ¿Quién toma las decisiones? ¿Qué normas les tutelan?

El último aprobado para las privadas se halla en la información que detallan sobre y para sus alumnos (65%). Todas las universidades analizadas informan de las ayudas y becas que los estudiantes tienen a su disposición y lo mismo sucede, salvo en tres de los casos (88%), con los canales de comunicación que ponen a su servicio. Estos datos positivos, que podrían haber registrado una nota media alta, se ven empañados por el hecho de que solo un 8% de las privadas publique información sobre el número de alumnos matriculados en cada uno de los títulos y grados ofertados.

Sin embargo, no es en absoluto el último suspenso que registran las privadas. Solo el 12% de éstas publica en su web su plan estratégico, un documento que “contribuye a lanzar un mensaje de coherencia, tanto al interior como al exterior de la institución, marcando la dirección, facilitando la coordinación de los objetivos y orientándose a la obtención de los resultados de las universidades”, subraya el informe.

Ningún centro privado ofrece los datos sobre las bandas salariales de su personal y solo un 40% publica algún dato sobre su composición; una información que desprende datos tan relevantes como la ratio de alumno por profesor, el porcentaje de mujeres en nómina o su tipo de contratación.

Todas las universidades utilizan la página web para hacer llegar información a sus potenciales alumnos sobre sus titulaciones, sin embargo, solo la universidad de San Jorge (4%) hace público el número total de solicitudes de matrícula demandada en relación al número de plazas ofertadas y su evolución a lo largo de los años. La demanda de los alumnos y su desarrollo compone “un criterio para medir la calidad de la propuesta educativa”, señala Examen de Transparencia 2013.

El suspenso rotundo lo obtienen las privadas a la hora de publicar la información económica. Ninguna de las 25 universidades financiadas con dinero privado rinde cuentas del uso que hacen de él. No existe pista alguna sobre el presupuesto, la memoria de cuentas anuales, los estados financieros, el desglose de gastos e ingresos, ni por supuesto el informe de auditoría de ninguna de las universidades privadas.

“La importancia de la información económica resulta especialmente crítica en estos años de crisis en los que la supervisión de la gestión eficiente de los recursos es una necesidad de primer orden”, resalta el informe, que señala algunas de las razones por las que los stakeholders de las universidades deben tener a disposición dicha información: “Estos datos permitirán analizar cuestiones como el esfuerzo inversor de la universidad por cada alumno, el peso de las distintas fuentes de ingreso, el esfuerzo de los alumnos en la financiación, o la inversión que realiza la universidad en investigación”.

Algo mejor se presenta el área de Resultados aunque no alcanza el aprobado: solo un 27% de los centros rinde cuentas de éstos, las privadas (36%) destacan por hacer un mayor esfuerzo que las públicas (28%) en los resultados relativos al grado de empleabilidad de sus egresados. Se trata de uno de los datos más positivos del informe al analizarse por vez primera este indicador atendiendo a la necesidad de que las universidades, ahora más que nunca, indiquen el valor añadido que aportan al mundo laboral.

Ranking_Transparencia_Universidades_privadas2013Finalmente, las universidades privadas destacan por la información que ofrecen sobre el perfil de su profesorado (56%), aunque el grado de transparencia es significativamente menor al hablar del número de docentes extranjeros que ejercen en cada centro; una información que solo dos universidades (8%), la de Navarra y la Internacional de Cataluña, ofrecen.

Si las universidades se definen a menudo como sociedades del conocimiento es debido a su principal activo: los profesores. Por este motivo dar información sobre el perfil académico e investigador del personal docente es esencial.

Con estos resultados parece obvio aunque necesario añadir que todas las universidades privadas son consideradas como opacas en este informe.

Las públicas se diploman

Las universidades públicas se han tomado muy en serio esto de la transparencia y la rendición de cuentas a la vista de la evolución que han registrado en estos tres años desde que se comenzara a publicar este documento.

Evolucion_Transparencia_Universidades_publicas_2013-5Como se puede comprobar en el gráfico 1, las universidades públicas han registrado mejoras en prácticamente todas las áreas.

Son de destacar, especialmente, los avances en los indicadores relativos a la formulación de la misión (70%) y la publicación del plan estratégico (70%), en donde los incrementos son de 6 y 8 puntos porcentuales, así como en los relativos a la oferta académica (60%) –demanda, 34%, y evolución, 48%- en donde el aumento es de 20 puntos porcentuales respecto al año 2012.

En el área de resultados son muy significativos los avances en la información correspondientes a los rankings (50% de cumplimiento) y los alumnos fuera de la comunidad (64%). Como indica el documento, una de las críticas más habituales a la universidad española es su falta de orientación a los resultados; de ahí, que cada vez sea más urgente ofrecer información sobre el desempeño general del centro educativo.

Por último, hay que resaltar, igualmente, el progreso en el nivel de calidad de la información económica, al aumentar el número de universidades que junto con el presupuesto (94% lo publica) acompañan los estados financieros (36%), la memorias de las cuentas anuales (38%) y el informe de auditoría (24%), en donde se producen incrementos de 8%, 8% y 12%, respectivamente.

Sin embargo, las públicas también presentan descensos en los grados de transparencia de algunas de las áreas analizadas como la referente a su personal (66% actualmente, con una diferencia de 11 puntos porcentuales respecto a 2012), a sus alumnos (88% frente al 91% del pasado año) y a sus resultados (51%, un punto porcentual menos que en 2012).

Ranking_Transparencia_Universidades_publicas2013Son ocho universidades públicas ya las que el informe clasifica como transparentes, considerando así a todas aquellas que cumplen al menos 20 de los 26 indicadores, entre los que debe incluirse necesariamente dos de los relativos a la información económica: estados financieros e informe de auditoría.

Estas universidades que destacan por su nivel y esfuerzo de transparencia son: la Universidad de Cantabria, la de Pablo Olavide, la Universidad de Alcalá, la Carlos III, la Universidad Rey Juan Carlos, la  Universidad de Vigo, la de Jaén y la Universidad de Santiago de Compostela.

Otras como la Universidad Pompeu Fabra, la de Zaragoza, Burgos, Málaga, la Universidad de la Laguna y la Pública de Navarra registran igual o más indicadores que las anteriores, pero omiten la información económica requerida, recibiendo el calificativo por parte de la Fundación de translúcidas.

Es importante que las universidades sigan tomando conciencia de la relevancia que tiene hoy en día la transparencia y la página web, pues se trata de un asunto que mediante de la Ley de Transparencia pasará de ser una cuestión voluntaria a una exigencia legal difícilmente eludible.

Descarga el informe completo, aquí.

Descubre el ranking por comunidades.

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