Se reduce la brecha de género en el emprendimiento, pero las mujeres desisten antes

El emprendimiento crece entre las mujeres jóvenes, pero emprenden en sectores más precarios, es una de las principales conclusiones del informe 'Diagnóstico sobre igualdad de género en el emprendimiento para jóvenes', presentado hoy en un desayuno informativo en Madrid.
HAZ25 febrero 2020

Cada vez son más las jóvenes que deciden emprender pero son aún menos que los hombres y tiran antes la toalla. Es una de las conclusiones del Diagnóstico sobre igualdad de género en el emprendimiento para jóvenes, presentando esta mañana en un desayuno informativo en Madrid por expertas de Acción contra el hambre y jóvenes emprendedoras que explicaban cómo han vivido esta brecha de género.

“El estudio muestra algunos datos alarmantes como que el 60% de las mujeres que deciden emprender abandonan el proceso, a pesar de que tanto hombres como mujeres muestran la misma intención por emprender”, explica Ana Alarcón, responsable de emprendimiento en Acción contra el Hambre.

Esta brecha de género no solo hace referencia al menor número de emprendedoras, sino también al tipo de emprendimiento de las mujeres. Este colectivo emprende más en el sector servicios, con la consecuente menor remuneración, mayor competencia, márgenes de beneficio reducidos, menores posibilidades de supervivencia y menor innovación tecnológica.

“Tanto las instituciones educativas como la sociedad actúan tarde ante esta situación. Desde pequeñas, las niñas reciben una socialización diferente a la de los niños. Y, además, con una carencia de mujeres referentes en campos como la ciencia y la tecnología”, detalla Alarcón.

Sin embargo, la cara positiva se encuentra en el ámbito rural, donde más de la mitad de los emprendimientos rurales están liderados por mujeres y muchas de ellas apuestan por las nuevas tecnologías y la economía circular.

Es el caso de Yaleina Zambrano, de 32 años y venezolana, con su proyecto de cosmética natural, “recuerdo a mi madre que tuvo que dejar su idea de negocio por cuidar de sus hijos, mientras que mi padre pudo seguir con su trabajo”.

Zambrano entiende que la conciliación laboral es lo más complicado a la hora de emprender porque “se piensa que la mujer debe ser la que cuide a su familia” y este hecho dificulta iniciar el viaje emprendedor.

Con el programa Vives Emprende de Acción contra el Hambre, que asesora, acompaña y forma a personas interesadas en emprender, se han constituido 465 negocios en toda España, 276 por mujeres (casi un 60%), desde el 2014 hasta la fecha.

Redefinir el perfil del emprendedor

El informe especifica que es necesario realizar una redefinición de lo que significa ser un buen emprendedor.

“La definición y los contenidos arquetípicos de lo que se entiende hoy en día por buen emprendedor han cambiado, pasando de ser predominante masculina a andrógina (neutra)”, dice Alarcón.

En otras palabras, es importante reconfigurar las competencias de la figura del buen emprendedor para reducir la brecha de género porque “actualmente se siguen considerando que las competencias buenas para ser un emprendedor son las que normalmente se relacionan con el hombre mientras que las relacionadas con la mujer, como la flexibilidad, humildad, amabilidad, están infravaloradas”, dice Alarcón.

“Los problemas que me he encontrado al emprender son, sobre todo, crisis de abandono, no solo por ser mujer sino también por ser joven. En mi equipo, la mayoría somos jóvenes y nos encontramos con dificultades para entrar en el mercardo laboral”, comenta Cristina Montes.

Esta emprendedora ha lanzado el proyecto The Roamers, un teatro/rol en vivo, “un ámbito muy machista, pues todas las actividades están dirigidas por hombres”.

Asimismo se debe replantear los indicadores utilizados para medir el éxito empresarial, que tradicionalmente solo se han medido los principios económicos. “Es una obligación incorporar los indicadores ‘femeninos’ de éxito o beneficio no estrictamente económicos como son el impacto social, cultural y medio ambiental del producto o servicio”.

Nueva educación para cerrar la brecha de género

Con estas conclusiones, la investigación persigue que la educación empresarial que se imparte en los centros educativos insista en los rasgos de identidad de género equitativos del emprendedor o emprendedora y que se despoje de la exclusividad de los rasgos identificados como masculinos. De esta manera, se aumentaría el número de mujeres que quieren emprender y cambiaría la visión que tienen los hombres del emprendimiento.

“Muchas de las personas entrevistadas para esta investigación identificaban la conciliación laboral como un asunto exclusivo de mujeres, sin plantearse el papel de los hombres en la misma”, detalla Alarcón. “Esto es, sin duda, otra razón más para incluir la perspectiva de género en la nueva forma de entender el emprendimiento”.

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