El Máster de Innovación Social plantea un viaje transformador en las empresas y en la realidad social

El codirector del Máster en Innovación Social y profesor de la UPSA, David Alameda, y la Chief Executive Officer (CEO) de Innuba -consultora líder de innovación social con la que la UPSA colabora en este posgrado-, María García, explican la importancia de este máster del que quedan pocas plazas disponibles.

La innovación social se ha convertido en un tema de conversación constante, quizá, en ocasiones, no de forma correcta. Podría indicarnos ¿qué es la innovación social?

María (M): Es el diseño de productos y servicios que atiende a las necesidades sociales urgentes y promueve las relaciones de forma positiva. Es una forma de colaborar y trabajar en un sistema transversal, de intraconexión e interconexión.

Por ello, exige una actitud innovadora y dispuesta a ‘desaprender’, una capacidad de escucha consciente, y una visión futura por el cuidado del planeta y por las personas. Es un ‘cómo’ y un ‘para qué’, además de un resultado positivo.

¿Cómo se puede trasladar la innovación social al mundo empresarial?

M: Introduciendo el impacto social en el ADN del negocio y sustituyendo la responsabilidad social corporativa (RSC) convencional por objetivos e indicadores clave dirigidos a conseguir un compromiso social, que retorne a todos los departamentos del negocio.

El proceso comienza con la definición de un propósito corporativo de impacto social; pasa por un plan de cultura corporativa para definir un listado de comportamientos; un lanzamiento de productos y servicios acorde a los objetivos; un plan de comunicación interno y externo y, trasversalmente, una medición y mentorización de todos los departamentos.

Entonces, ¿qué diferencia hay entre los conceptos responsabilidad social corporativa e innovación social?

M: La RSC convencional es un departamento aislado y su beneficio solo es corporativo. Es endogámica, el retorno de la inversión es cortoplacista y habla de filantropía sin beneficios. Es el enriquecimiento para unos pocos.

Sin embargo, la innovación social es transversal, introduce el impacto social en el ADN del negocio, el beneficio es colectivo e implica a muchos actores y alianzas. El retorno de la inversión es a medio y largo plazo y directo al negocio y a la cuenta de resultados. Es el enriquecimiento colectivo.

Los alumnos de este Máster son los profesionales que gestionarán empresas socialmente responsables. ¿Qué valor proporciona este posgrado para estos líderes en un futuro próximo?

M: Primero, para ‘reaprender’ con una mirada consciente, trascendente y responsable sobre cómo vivimos y nos relacionamos con nuestro entorno, colocando en el centro a la persona y a su impacto en el planeta. Es una actitud dispuesta a desaprender, soltando viejas creencias y prejuicios que impiden encontrar nuevas verdades.

En segundo lugar, para ‘practicar’ una nueva escucha transformadora de las necesidades reales de clientes y empleados. Es una competencia clave que se entrena y que permite construir soluciones diferentes y relevantes para el mundo.

En un tercer punto, para ‘crear’ una visión de futuro positivo imaginando y construyendo nuevas realidades posibles que enriquezcan a todos.

Y, por último, en cuarto lugar, para ‘implantar’ una cultura corporativa donde la colaboración, el pensamiento sistémico, la transversalidad, la intraconexión e interconexión construyan un nuevo modelo que actúe de referencia en el mercado. Un modelo al que aspiren las nuevas generaciones.

El Máster nace de la necesidad de formar personas que se conviertan en impulsores de un cambio social. Desde el punto de vista académico, ¿qué propuestas novedosas plantea?

David (D): Efectivamente, el Máster se plantea como un viaje transformacional de la persona, de los participantes, que les permita ser más conscientes consigo mismos y con la realidad que nos toca vivir.

Solamente, a través de la consciencia individual y colectiva podrán llegar a ser impulsores de un cambio social. Esta máxima está presente en todo el programa formativo: observar, hacerse preguntas, salir de la zona de confort, desaprender, desarrollar otra mirada, generar impacto, etc.

Dos de los atractivos de este Máster son su modalidad semipresencial y una metodología práctica. ¿Qué más características identifican su formación?

D: El formato blended learning que combina sesiones online -para la parte más conceptual de las materias englobadas en innovación social- con sesiones presenciales experienciales y transformadoras, para poner en práctica los conocimientos teóricos. Es una metodología muy variada y enriquecedora que genera una verdadera experiencia de aprendizaje.

Para ello, contamos con expertos del sector que acercarán al alumno a aquello que va a aprender desde una experiencia real, introducimos talleres y herramientas basadas en metodologías de design thinking, Teoría U y gamificación.

Contaremos con coaches y mentores especializados para ayudar a resolver dudas e inquietudes y bajo la filosofía del learning by doing.

En el transcurso del posgrado viviremos experiencias desde la toma de conciencia colectiva, hasta el plan de acción colaborativo que responda a un reto real planteado.

Hablaba de expertos. El posgrado cuenta con la colaboración de 21 profesores expertos en innovación social y que aplican su conocimiento en entornos. ¿Se plantean retos reales?

D: Por supuesto. Además de los casos y prácticas que van a surgir en cada una de las materias de la mano de los expertos que, por cierto, han sido cuidadosamente seleccionados por su motivación e implicación con la innovación social y por sus ganas de compartir estas experiencias, los alumnos desarrollarán un proyecto de innovación social final.

Pero antes, los estudiantes habrán pasado por cada una de los módulos y con el objetivo de que estos proyectos sean tangibles para que puedan ser expuestos a posibles inversores. Todo este proceso será mentorizado para llegar al final del viaje con los objetivos de aprendizaje cubiertos.

Como experto en branding ¿qué relación existe entre la imagen de marca de una empresa y el impacto social que genera?

D: Cada vez más, las marcas están haciéndose eco de cuestiones sociales para incluirlas en sus estrategias de marketing y comunicación, pero el riesgo de caer en el greenwashing es muy notable y, además, penalizado por el público.

El branding, como el resto de disciplinas, son herramientas que, alineadas todas entre sí, dan cumplimento al propósito de la organización, es decir, al verdadero ‘para qué’. Solo desde una perspectiva sistémica, tiene sentido que tanto la marca como el resto de elementos, estructuras y grupos de interés generen este impacto social.

¿Hacia dónde se dirige el impacto social corporativo en el futuro?

M: Hoy, más que nunca, necesitamos un nuevo perfil de líderes transformadores no solo por sus valores y su ética, sino, por sus comportamientos y acciones que inspiren un impacto colectivo positivo.

La formación integral -el aprender a aprender- es la base de cualquier líder del futuro en el que la dimensión profesional no tiene sentido sin la dimensión emocional. Por ello, nos gusta llamar a nuestros programas “viajes de transformación personal y colectiva”. Sabemos que la formación continua de los trabajadores en este ámbito será necesaria para afrontar el contexto de incertidumbre que estamos viviendo a nivel mundial. Se abre una época en la que muchos puestos de trabajo y perfiles tendrán que readaptar sus tareas y aprender nuevos conceptos ante el entorno que se presenta.

En resumen, estamos ante un escenario único para asumir nuestra ‘respons-habilidad’ como líderes para construir juntos un propósito ilusionante: Impulsar y amplificar la consciencia individual y colectiva para crear una comunidad trascendente que impacte positivamente en la vida de las personas y del planeta.