Los efectos perversos de las campañas de ayuda humanitaria

Todos estamos cansados de escuchar que los países nórdicos ocupan los primeros puestos entre las naciones con más desarrollo, bienestar y felicidad.

Noruega ha vuelto a liderar el Índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas, el segundo entre los países más felices del mundo, según el Worl Happinex Report, y el tercero en la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD).

A nadie puede sorprender que con estas credenciales, tarde o temprano, algunas organizaciones comenzaran a cuestionar esas métricas sobre la generosidad y a satirizar sus visiones del desarrollo.

Probablemente una de las iniciativas más conocidas fue la campaña viral por Internet, lanzada por Radi-Aid-Africa for Norway, para la recogida de radiadores para la población noruega.

A través de un videoclip parodian las campañas de asistencia humanitaria, como la que protagonizaron Michael Jackson, Paul Simon o Bruce Springsteen con la canción We are the world de la fundación caritativa USA for Africa. El vídeo, que se lanzó en noviembre de 2012, ha sido visto ya por 2.438.231 personas.

Lo más curioso es que esta campaña fue ideada por los propios noruegos. En concreto, por el Fondo de Asistencia Internacional de los Estudiantes y Académicos Noruegos (SAIH) , una ONG noruega, impulsada y financiada principalmente por estudiantes universitarios y especializada en proyectos de educación al desarrollo.

Según Erik Schreiner Evans, presidente de SAIH, con la campaña Radi-Aid-Africa for Norway se plantearon criticar los estereotipos e imágenes usados en las campañas de recaudación de fondos con los que se suele describir la situación de África y sus habitantes.

El vídeo nos muestra un país asolado por el frío, en el que los coches apenas pueden circular por las carreteras debido al hielo, las familias consumen sus días retirando paladas de nieve del camino para poder acceder a su casa y los habitantes van embozados en infinitas de prendas que no permiten distinguir sus rostros. ¿Qué mejor manera de ayudar a los pobres e indefensos noruegos que enviarles radiadores para poder proporcionarles una existencia más cálida?

Como declaraba Erik al periódico The Guardian  “el problema de los estereotipos no es que sean falsos, sino que son incompletos. Noruega es de hecho un país muy frío. Pero pienso que los noruegos se sentirían frustrados si esa fuese la única realidad que se transmitiese de su país. Creo que muchos africanos pueden tener la misma sensación cuando ven los mensajes e imágenes que se proyectan sobre su país”.

A la vista del éxito del primer videoclip, SAIH se ha lanzado a producir otros con el mismo estilo mordaz. El último de ellos Let’s save Africa-Gone; e incluso han creado un premio, el Rusty Radiator, para reconocer las campañas de fundraising que transmitan imágenes y mensajes que generen compromisos basados en el conocimiento de la realidad y no en estereotipos.

No sabemos si estas campañas de recaudación conseguirán los objetivos económicos previstos, pero de lo que sí estamos convencidos es que nos ayudarán a reflexionar y a reírnos un poco, y sólo por eso valen la pena.

Comentarios

  1. Muy buen análisis sobre las campañas de ayuda. Pienso ¿por qué no hacemos una campaña para ayudar a pasar el calor en Kuwait o Dubai?.