Salvador García-Atance: “El Pacto busca un camino que acelere la implantación de políticas de reponsabilidad social”

HAZ7 junio 2005

El 15 de noviembre de 2004 el Pacto Mundial en España se constituyó como asociación en el seno de su tercera asamblea. Nació así A.S.E.P.A.M, la Asociación Española del Pacto Mundial de las Naciones Unidas y con ella el cargo de presidente que inaugura Salvador García-Atance.

Doctor en Economía por la UCM y Máster en Económicas por la Northwestern University, Salvador García-Atance cuenta con una larga carrera vinculada a la empresa. Fue uno de los socios fundadores de A.B. Asesores y tras quince años trabajando en este proyecto decidió iniciar una nueva aventura en el sector no lucrativo.

Así participó en la creación en 2001 de Fundación Lealtad, institución creada para fomentar la confianza de particulares y empresas en el Tercer Sector. Toda esta experiencia convirtió a García-Atance en uno de los mejores candidatos para presidir A.S.E.P.A.M. y afrontar una nueva etapa de desarrollo del Pacto Mundial en nuestro país.

Posiblemente uno de los mayores retos del Pacto es darse a conocer primero, entre las empresas y luego, entre la gente de la calle ¿cómo le gustaría que la sociedad española entendiera el Pacto?

Me gustaría que la sociedad española, supiera que hay una iniciativa de Naciones Unidas que trata de comprometer, a las empresas que voluntariamente quieran comprometerse, a cumplir, fomentar e integrar una serie de principios que se están convirtiendo en una demanda social generalizada en los países desarrollados. Y que esa iniciativa y las empresas que la firman están bajo el paraguas de Naciones Unidas. Esto es la esencia del Pacto.

Además sería muy positivo que conocieran cual es la intención del Pacto: ser un catalizador de la reacción social que supone la responsabilidad social corporativa.

Lo que pretenden las empresas con la responsabilidad social es responder a una demanda de la sociedad que reclama consumir productos, trabajar en empresas y ser accionistas de empresas que cumplan unos requisitos acordes con sus preferencias.

Las empresas quieren responder a esa demanda. Eso les permitirá una satisfacción ética pero también ser competitivas.

Porque las empresas firman el Pacto Mundial primero porque es un buen marco avalado por Naciones Unidas, algo que en España tiene gran legitimidad, pero, además, porque es relevante y solo puede ser relevante si la sociedad lo conoce.

¿Catalizador en que sentido?

La responsabilidad social no es más que el reflejo de las demandas actuales de la sociedad.

Si la sociedad deja de reclamar esta responsabilidad social de las empresas desaparecerá, pero esta situación es impensable.

La RSC está aquí para quedarse aunque no está claro como se va a materializar en cada sector y en cada empresa. La gente entiende la RSC de formas distintas. Sin embargo, a menos que la sociedad de un giro inesperado dentro de diez años esto será el pan nuestro de cada día en todas las empresas. Todo el mundo cuidará las cosas extremadamente porque el que no lo haga tendrá problemas.

Lo más difícil de todo es saber cuál es la demanda concreta de la sociedad en temas tan variados como los sociales. El Pacto pretende ser un catalizador de esa necesidad de conocer y concretar mejor. Si la sociedad lo sigue demandando la responsabilidad social corporativa se asentará en unas prácticas que tendrán un cierto consenso generalizado. El pacto pretende acelerar ese proceso facilitándolo.

Por ejemplo, hablando, discutiendo determinando las prioridades, las dificultades… El Pacto busca un camino en que acelere de la mejor manera posible la implementación de políticas de responsabilidad social.

Los diez principios del Pacto son muy generales. Un buen marco para ponerse manos a la obra pero cómo se lleva a la práctica. ¿cada miembro debe definirlo?

El Pacto es una idea de KoffiAnnan y se formuló sin unas medidas concretas para llevarlo a la práctica. Lo primero es manifestar la voluntad de hacer cosas. En estos años en España el Pacto ha tenido un motón de actos y foros de discusión con gente de todo tipo. Allí se ha discutido precisamente de cómo llevarlo a la práctica.

Un paso fundamental en este sentido será la creación de una oficina que se dedicará a ayudar a las empresas a hacer un Informe de Progreso sobre el cumplimento e integración de los diez principios. No pretende ser una auditoría, pero sí queremos poder decir dentro de un año y medio: el 90 % de las empresas que han firmado el Pacto hacen un informe en el que detallan sus progresos en la aplicación de los principios. Así también sabremos qué les preocupa, qué es lo más sensible en su sector. Esto nos permitirá reunir mucha información y orientarnos progresivamente.

Cada empresa debe aplicar los principios como crea conveniente. El Pacto lo que pretende es contar con la experiencia de todos los que hacen estos esfuerzos para divulgarla, es un facilitador no una auditoría ni una consultoría. Es ayudar a que las empresas aprendan, reflexionen y puedan tomar sus decisiones con la mayor información y en las mejores condiciones posibles.

¿Entonces cómo se desarrolla este compromiso?

Primero firmar los principios, luego empezar a implementar una serie de políticas para aplicar esos principios y por último, realizar el informe de progreso. Firmar el pacto es la esencia pero luego la empresa puede implicarse en muchas más actividades.

Tenemos grupos de trabajo sobre temas concretos, se difunden casos que preparan las empresas firmantes sobre problemas específicos con los que se han encontrado, la Mesa Cuadrada con diferentes agentes para hablar de RSC…… Así que cada empresa puede implicarse a un nivel diferente según lo estime oportuno.

Una de las herramientas más novedosas con las que cuenta el Pacto Mundial en España es la Mesa Cuadrada. ¿Con qué objetivo nació?

Es un foro de diálogo, una magnífica idea que pretende reunir a todos los interesados en estos temas y que hablen abiertamente.

Como cualquier foro de diálogo para que sea útil tiene que tener unas características: unas reglas de funcionamiento, un número de participantes determinados y ser capaz de sacar conclusiones y publicarlas, y que esas conclusiones se discutan.

¿Una organización puede ser expulsada del Pacto?

En este momento no se plantea esa hipótesis. Estamos construyendo el Pacto. Ahora nuestro objetivo es sumar voluntades.

Naciones Unidas lo que ha dicho es que si según vamos avanzando hay alguna empresa que no participa, no produce ningún tipo de información, etc se le denominará no activa dentro del Pacto.

El Pacto está enfocado principalmente a empresas pero también lo han firmado ONG, sindicatos, asociaciones patronales e instituciones educativas. ¿Cuáles son las obligaciones de estos miembros tan diferentes de la empresa?

Muchas instituciones grandes, aunque no tengan ánimo de lucro, tiene los mismos problemas que una empresa. Hay ongs que manejan presupuestos muy altos en diferentes países y plantillas muy amplias. Y los principios del Pacto son igualmente aplicables a unas y a otras. Desde el punto de vista de complejidad son parecidos.

Luego por su objeto social tienen un papel de transmisores de las demandas sociales. Ese papel lo tienen independientemente del Pacto. Unos producen bienes y servicios y los otros les informan de lo que demanda la sociedad. Aportan información.

Además, el Pacto necesita un volumen de materia gris y teoría importante y contar con las universidades y las escuelas de negocios nos aporta el rigor y la capacidad de reflexión de personas que estudian estos temas.

El Pacto Mundial lleva ya varios años en España ¿Cuál es el grado de desarrollo en nuestro país? Qué diferencias hay respecto a otros países?

En España se ha desarrollado muy rápido, primero porque está bajo el manto de Naciones Unidas y eso en nuestro país es muy respetado. Luego fue fundamental el impulso de sus promotores iniciales.

La Fundación Rafael del Pino hizo un trabajo excepcional en la difusión de esta iniciativa y eso ha tenido un efecto claro en el alto nivel de adhesión con el que contamos actualmente. El 10% de las empresas firmantes del Pacto en el mundo son españolas.

El 15 de noviembre de 2004 el Pacto se constituyó en asociación siendo la primera plataforma nacional de esta naturaleza. ¿Por qué?

El Pacto Mundial en España había alcanzado un nivel de interés y actividad tal que un vínculo informal entre sus participantes no le daba la entidad apropiada.

Era lógico constituirlo en asociación para gestionarlo mejor. Llega un momento en que es necesario formalizar. De hecho este mismo proceso lo están viviendo otras plataformas del Pacto en otros países.

257 empresas firmantes ¿Todo un éxito? ¿Quién les gustaría que firmara que aún no lo ha hecho?

Han firmado prácticamente todas las instituciones más relevantes del país. Un importante porcentaje de las empresas del IBEX ya han firmado. Nosotros realizamos una labor proactiva de información para que sigan firmando más empresas. Sin embargo, cualquier entidad puede firmar de forma individual escribiendo su propia solicitud a Naciones Unidas.

En Junio del 2004 durante la Cumbre de Líderes del Global Compact se acordó, por iniciativa de KofiAnnan, incluir un décimo principio contra la corrupción ¿cree que en el futuro aparecerán nuevos principios como respuesta a la realidad social?

El Pacto es flexible y está abierto a la evolución, así que podría pasar. Me parece muy difícil que se subdividan los principios actuales.

¿Sus deseos de futuro para el Pacto?

En estos próximos cuatro años me gustaría conseguir tres cosas. Que la asociación tuviera el mayor número de firmantes, que se consolidara como un buen foro de diálogo y que el informe de progreso estuviera generalizado entre los firmantes.

Por Alma Pérez