Normalización y certificación de la RSE

HAZ20 octubre 2006

La normalización y certificación están estrechamente relacionadas con la responsabilidad social en la medida que ofrecen pautas que permiten hacer seguimiento a los procesos llevados a cabo por una empresa o institución, documentando así la gestión responsable y transparente.

Por esta razón, en los informes de sosteniblidad, con frecuencia se encuentra información sobre el grado de cumplimiento de las empresas con los sistemas de normalización que aplican y las certificaciones que obtienen.

En este ámbito, la importancia de la normalización y certificación se manifiesta, por ejemplo, en las directrices GRI, las más utilizadas para elaborar memorias de sostenibilidad, que designan un apartado dedicado exclusivamente a informar del estado de aplicación de certificaciones. Por otra parte, la normalización y la certificación no son lo mismo, aunque están estrechamente ligadas.

La normalización se trata de la aplicación de un conjunto de criterios técnicos y metodológicos que un organismo establece, y que se considera necesario seguir con el propósito de mejorar la gestión en algún ámbito específico de actuación. Por otro lado, la certificación es la acreditación que puede adquirir una empresa por parte de un organismo independiente (acreditado para ello por el ente que desarrolla la normalización), de que la norma o estándar se está aplicando adecuadamente.

No siempre es obligatorio obtener certificación de la aplicación de un estándar. Es decir, una vez se aplica una norma, su certificación no es obligatoria y sólo se solicita cuando existe la necesidad de demostrar el cumplimiento de la norma o estándar. Sin embargo, como se ha explicado anteriormente, la necesidad de acreditar la realización de una gestión responsable ha generado una importante demanda de certificación.

Al respecto, la agencia ISO advierte que para considerar la certificación de una norma el organismo debe tener en cuenta, en primer lugar, si existen razones de negocio (requisito contractual, requerimiento del mercado, motivación de la plantilla, etc.); en segundo lugar, el dominio y la trayectoria del organismo que certifica, y, finalmente, si el organismo que certifica está acreditado para efectuar la certificación y por quién está acreditado.

A continuación veremos algunos de los estándares certificables más conocidos a nivel mundial y las iniciativas puestas en marcha para el ámbito de la gestión ética.

SISTEMAS DE GESTIÓN. El objetivo de la normalización es establecer pautas generales para llevar a cabo acciones dentro de un sistema que permitan lograr un objetivo, como puede ser la mejora permanente de la calidad de los productos, reducción del impacto sobre el medio ambiente o el control y minimización de los riesgos laborales.

Son numerosas las normas y certificaciones cuyo origen es anterior o independiente de la responsabilidad social como la conocemos en la actualidad, pero se han ido incorporando a las memorias de sostenibilidad como elementos que permiten mostrar una gestión responsable. ISO es la agencia de normalización internacional que más ha desarrollado la actividad de normalización y certificación a nivel mundial, y sus estándares ISO 9.000 e ISO 14.000 son los más extendidos.

El estándar ISO 9.000 se presentó en 1987 con la intención de ofrecer un conjunto de preceptos que atienden las exigencias del cliente y el perfeccionamiento permanente de los procesos para lograr siempre su satisfacción. La aplicación de esta norma en el proceso de producción, permite alcanzar una mejora cualitativa logrando que el conjunto de la gestión sea más eficaz. La última revisión de este estándar se presentó en el año 2000 dando paso a la versión ISO 9000:2000 vigente en la actualidad.

La norma ISO 14.000 presentada a finales de los años noventa, cuya versión más reciente es del año 2004, ofrece una serie de pautas que permiten a las empresas o instituciones que la apliquen, integrar criterios medioambientales en el desarrollo de sus actividades de modo que mejore su desempeño, desde el punto de vista medioambiental, en la administración de recursos.

Teniendo en cuenta las dos dimensiones que esta norma considera, una específica que atiende exclusivamente aspectos claves del cuidado medioambiental que deben ser controlados y comprobados, y otra más amplia que propone aplicar un programa de gestión medioambiental más «proactivo»; cuando un organismo integra este estándar en su actividad puede alcanzar una reducción del uso de sus recursos materiales, su consumo de energía, generará menos deshechos, y podrá ser más eficiente en todos sus procesos.

Aunque tienen objetivos diferentes ISO 9.000 e ISO 14.000, son consideradas en su conjunto un «sistema de estándares de gestión generales», es decir, ambas se complementan conformando una especie de modelo que puede aplicarse a cualquier tipo de organización en sus procesos de elaboración de un bien o servicio; por esto se suele decir que estas normas se preocupan por los modelos de desarrollo o procesos y no por el producto exclusivamente.

Se trata entonces de hacer seguimiento a la gestión de un producto desde que se origina la idea hasta que llega al consumidor.

Por sus siglas en inglés, OSHAS significa Occupation Health and Safety Assessment Series. Esta norma fue concebida por un grupo de agencias de normalización internacionales y publicada por la agencia de estandarización británica, British Standard Institution, con el propósito de proponer una serie de medidas conducentes a mejorar la gestión de los sistemas de salud y seguridad en el trabajo, es decir, su propósito principal es actuar como un mecanismo de prevención y minimización del riesgo laboral.

Entre los beneficios que se perciben por aplicar una norma como ésta, la agencia británica enumera: establecer un sistema de gestión en esta área, mejorar las políticas ya existentes, asegurar la conformidad de la institución con su política de salud y seguridad, etc.

Esta norma es compatible con las dos anteriores, ya que ambos estándares se tuvieron en cuenta para su realización, porque el grupo de agencias era consciente del amplio uso de las normas ISO y consideró necesario formular esta como una norma complementaria.

IFRS es un grupo de estándares internacionales, que por sus siglas en español significan Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF), creados para facilitar la comunicación de los resultados financieros. Ha sido desarrollado por IASB, International Accounting Standards Board, desde 2001 y en su conjunto, esta norma adopta y mejora los anteriores estándares IAS, Internacional Accounting Standards.

Es importante destacar que desde 2002 la Unión Europea ha hecho obligatoria la aplicación de esta norma en las empresas cotizadas en casi todos los países miembros incluyendo a España.

La aplicación de este estándar está muy extendida a nivel mundial, como consecuencia de la necesidad que perciben hoy en día especialmente las empresas, de aplicar herramientas que faciliten su integración en los mercados de capitales.

NORMALIZACIÓN DE LA GESTIÓN ÉTICA. La necesidad de unificar criterios ante la diversidad de estándares y certificaciones, guías y recomendaciones que han surgido a lo largo de la última década, ha motivado a los grupos de interés a realizar una norma que regule este ámbito.

Por ello se encuentran en el panorama actual de la responsabilidad social iniciativas de las agencias de normalización nacionales e internacionales, así como de organismos dedicados al campo de la responsabilidad social.

En 2002 el Comité de Política de Consumo de ISO respondiendo a una petición del consejo un año antes, presentó una recomendación positiva para realizar un estándar de responsabilidad social y establecer un consejo asesor destinado a iniciar las investigaciones necesarias al respecto. Así fue como en 2004 ISO decidió establecer un Grupo Estratégico de Trabajo cuyo objetivo sería generar una norma.

Este grupo está conformado por seis categorías de partes interesadas o stakeholders: industria, gobierno, consumidores, trabajadores, organizaciones nogubernamentales y el último que abarca servicios, apoyo, investigación, etc.

En la página web de ISO dedicada especialmente al tema de la responsabilidad social, se ofrece un resumen en seis puntos de las características y objetivos del documento que aspira producir:

  • Asistir a las organizaciones para cumplir con su responsabilidad social
  • Proporcionar recomendaciones prácticas para efectuar acciones de responsabilidad social
  • Enfatizar el adecuado desempeño de resultados
  • Incrementar la confianza y satisfacción del cliente
  • Promover una terminología común de la responsabilidad social
  • Ser consistente, y no entrar en conflicto, con los documentos, tratados y convenciones existentes y otras normas ISO.

El calendario de trabajo del Grupo Estratégico tiene pautado presentar el estándar ISO 26.000 en 2009. No obstante, pese a que se le dará a conocer con el nombre de estándar ISO, en realidad esta no será una norma en toda regla, sino que ha sido concebida como una guía de recomendaciones.

Siguiendo la tendencia ISO 26.000, la agencia española de normalización y certificación, AENOR, convocó igualmente a un grupo de expertos y stakeholders para crear una norma de responsabilidad social. Este grupo a finales del año 2004 se enfrentó a la disyuntiva de realizar un documento que tuviese el rango de norma, o que al igual que ISO 26.000 fuese solo una guía de recomendaciones.

El resultado final de esta discusión fue seguir la tendencia de ISO y presentar el documento como una guía de recomendaciones.

Al calor de esta discusión, en junio de 2004 seis organizaciones representantes del tercer sector (Setem, Amnistía Internacional, Intermon Oxfam, Economistas sin Fronteras, Comfia-CC.OO e Ingeniería sin Fronteras), presentaron una declaración en la que explicaron brevemente la importancia de generar una norma en esta materia. Su preocupación principal es que una guía «no aportaría ninguna herramienta nueva».

Pese a esta complicada situación, en el escenario de la responsabilidad social empiezan a aparecer otras iniciativas nacionales de estandarización que se están aplicando como, por ejemplo, la norma australiana AS 8003-2003 operada por la agencia australiana de normalización Standards Australia; y el estándar SI 10.000 que funciona también como una guía y ha sido presentado recientemente por el ente certificador de Israel Standards Institution of Israel.

Por otra parte, estas dificultades para consensuar un estándar por parte de las agencias especializadas ha movido a los organismos consagrados a la responsabilidad social a impulsar acciones dirigidas a poner orden y ofrecer sistemas de gestión, bien de carácter general o específico, sobre algún área de la gestión ética. Los estándares desarrollados en este ámbito provienen especialmente de ONG internacionales de gran protagonismo en el escenario de la responsabilidad social.

En 1997 la ONG Social Accountability creó la norma SA 8.000 que se está aplicando en 40 países aproximadamente, cuyo objetivo es ofrecer un marco de acción para cumplir adecuadamente con los derechos laborales, atendiendo a los preceptos adoptados por la comunidad internacional en el seno de organismos como la Organización Internacional del Trabajo o las Naciones Unidas.

Específicamente esta norma desarrolla los siguientes puntos: trabajo infantil, trabajo forzado, salud y seguridad en el trabajo, derecho a la libre asociación y derecho a huelga, no discriminación, atención a la disciplina, horario laboral, compensación por el trabajo realizado y sistema de gestión.

A diferencia de OSHAS, este no es un estándar que se concentre exclusivamente en la situación de riesgo laboral, sino que completa la gestión en materia laboral sumando otros temas propios del área de derechos laborales en general.

Por su parte, la ONG AcountAbility creó la serie de normas AA1.000 para asegurar el comportamiento sostenible de la institución que la aplique, enfocándose en desarrollar de forma ética las fases de justificación, auditoria y reporte de su actividad teniendo siempre en cuenta a los stakeholders.

Publicada en 1999 como una sola norma, en la actualidad se le están añadiendo nuevos estándares que explican el calificativo Series. La primera publicación se mantiene como un marco de referencia para la estandarización sostenible, mientras los cuatro nuevos estándares se dedican a asuntos específicos destinados a completar la anterior:

  • AA1000 Assurance Standard: su objetivo es asegurar el suministro de información suficiente, precisa y que manifieste la responsabilidad de la institución con sus stakeholders.
  • AA1000 Stakeholder Engagement Standard: pretende mejorar la calidad en el diseño, aplicación, seguimiento y comunicación del compromiso con los stakeholders.
  • AccountAbility ha planificado publicar en 2007 las normas AA1000 Propósito y Principios destinada a ofrecer pautas sobre la importancia de la normalización y un grupo de principios que deben guiar esta tarea, y AA1000 Marco para la Integración que pretende ser una herramienta que ayude a incluir las prácticas no financieras en el reporte de las acciones de responsabilidad social. En medio de esta espiral de iniciativas de estandarización certificable de la gestión ética, la asociación española Forética publicó una norma sobre gestión ética que tiene como objetivo aportar «mecanismos y herramientas que permitan asegurar un alineamiento entre la gestión y los valores de la organización».

Este estándar, cuya última revisión fue en 2005, divide las áreas de gestión básicamente por sus relaciones con los stakeholders: alta dirección, clientes, proveedores y subcontratistas, recursos humanos entorno social entorno ambiental, inversores, competencia y administraciones competentes.

En su realización el grupo de expertos de Forética tuvo en consideración la importancia de las normas ISO 9.000 e ISO 14.000, y por ello trataron de adoptar la visión de gestión de la calidad y hacer este un estándar compatible con las normas ISO.

Las anteriores son muestras del interés que manifiestan instituciones y grupos de interés en generar herramientas claras que permitan aplicar coherentemente sistemas de gestión ética que sean justifi- cables.

No será fácil conciliar los intereses de todos los stakeholders en el desarrollo de una norma, como se puede inferir de la situación ocurrida en el seno de ISO 26.000 o AENOR. Sin embargo, sí se percibe el deseo de todos de unificar criterios para hablar un mismo lenguaje a la hora de tratar la responsabilidad social y sin duda, aunque requiera esfuerzo, esto puede llevar al consenso.

Por otra parte, la aplicación de normas o estándares certificables aporta beneficios visibles a la institución, no sólo en el ámbito de la gestión interna o del desarrollo de una política de responsabilidad, sino también hacia el exterior: la aplicación de normas o estándares facilita al cliente la comparación de productos o servicios, pero también facilita la comparación al resto de stakeholders y entes evaluadores a la hora de someterse, por ejemplo, a licitaciones a nivel local, nacional o internacional.

10 razones

Beneficios para la gestión

1. Reducción de costes

2. Obtención de datos más precisos y cuantificación del impacto

3. Mayor productividad

4. Reorganización e innovación

5. Mayor capacidad de control y verificación de los procesos

Beneficios para la política de RSC

6. Facilita la consecución de un comportamiento responsable

7. Mayor transparencia

8. Mayor satisfacción de clientes y empleados

9. Mejor relación con los stakeholders

10. Mejor reputación.

Conceptos

  • NORMA: Es un documento que contiene especificaciones técnicas cuyo propósito es mejorar la gestión de las empresas en sus diversas fases de producción, distribución y asistencia, explica la agencia española de normalización AENOR. En la realización de una norma intervienen todas las partes interesadas y una vez se llega al consenso sobre la norma, ésta deberá ser aprobada por un organismo de normalización reconocido.
  • CERTIFICACIÓN: Es el resultado de la verificación de la gestión de la empresa conforme a las especificaciones de la norma. Esta confirmación de la aplicación correcta de la norma la otorga generalmente una entidad independiente de las partes interesadas (la agencia que crea la norma y la institución que aplica la norma), aunque existen casos en que la agencia normalizadora también certifica.

En España, AENOR es la principal agencia que se dedica a la normalización y certifi- cación desde 1986. Esta agencia además tiene presencia en foros internacionales de normalización como la Organización Internacional de Normalización (ISO por sus siglas en inglés), la Comisión Electrónica Internacional (IEC), el Comité Europeo de Normalización (CEN), o el Comité Europeo de Normalización Electrotécnica (CENELEC).

Por Ainhoa Marín y Marybel Pérez