Oxfam se apunta al cambio climático

HAZ1 septiembre 2008

Oxfam, la multinacional de la cooperación al desarrollo, acusa a los países ricos en su último informe de vulnerar el derecho humano a un clima “como es debido”. De acuerdo con su informe Abusos climáticos y derechos humanos: “al no abordar urgentemente el cambio climático, los países ricos violan los derechos humanos de millones de personas pobres”. El “razonamiento” de la ONG multinacional es muy sencillo: los efectos de gas invernadero provocan inundaciones y catástrofes de todo tipo, los países desarrollados son los principales emisores, ergo son culpables de vulnerar el derecho humano de toda persona a un clima “controlado”. Más allá de la falta de rigor de muchos de los argumentos científicos recogidos en el informe, lo que más sorprende es el interés de la ONG de desarrollo (que nunca se ha distinguido especialmente por los temas medioambientales) por los problemas del “cambio climático”. No se puede hacer de todo, y el cambio climático no es la única necesidad que reclama nuestros recursos.

“Antes Doha que Kyoto”, es un eslogan que cada vez suena más fuerte para señalar que existen otras prioridades mucho más acuciantes y con menor costo relativo que la lucha contra el cambio climático.

En primer lugar se encontraría la lucha contra las enfermedades infecciosas que más matan (sida, malaria, etc.). Con los medios actualmente disponibles se podría bajar a la mitad la tasa de infecciones de malaria y reducir un 72% la mortalidad en niños menores de 5 años, a un coste de 13.000 millones de dólares.

¿Pero si las ONG de desarrollo se apuntan al cambio climático quien va a ocuparse ahora de estos problemas? Lo cierto, es que esta tentación de disparar a todo lo que se mueve se está convirtiendo en una tendencia generalizada entre las grandes multinacionales de la ayuda. Ya lo señalábamos hace tiempo (“Revista Haz”, julio-agosto 2007) refi riéndonos a Amnistía Internacional. Una organización que nació para defender a los presos de conciencia ha ido ampliando su scope hasta abrazar todo tipo de causas, desde la violencia de genero hasta el control de armamentos pasando por la protección de los derechos humanos contra la globalización  económica El problema es que cuando el objetivo se vuelve tan utópico no hay manera de medir la consecución de resultados. Y, sobre todo, ¿quién se ocupa de los presos?

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