Los bancos y la licencia para operar

HAZ1 enero 2009

La banca no goza en estos momentos de mucha credibilidad. La crisis financiera ha puesto en la picota la praxis del sector financiero y algunas organizaciones están aprovechando la coyuntura para desempolvar su munición antisistema. Una de esas organizaciones es BankTrack (representada en España por la organización Setem).Aprovechando la crisis elaboraron un texto llamado la «Declaración de El Escorial» redactado con motivo de la reunión anual de estrategia del grupo que tuvo lugar en San Lorenzo de El Escorial el 6 de noviembre pasado.Junto a reflexiones muy equilibradas sobre la crisis, que podemos compartir, hay otras que constituyen auténticos exabruptos y terminan por restar consistencia a todo el texto. Como simple botón de muestra basta el siguiente: «Es preciso exigir a los bancos que recaben una licencia social para operar: La sociedad debe recuperar los medios de controlar y corregir a los bancos, y redefinir el papel primordial de los bancos como inversores en la economía real y promotores de la sostenibilidad medioambiental. Los bancos tienen que obtener licencias sociales para operar y de este modo proporcionar productos y servicios que sirvan al interés público, en lugar de perjudicarlo». El problema con la «licencia para operar» es que se trata, como dirían los juristas, de un concepto jurídico indeterminado. No se sabe quién debe otorgar la licencia. Hablan de la sociedad, pero ¿quién representa a la sociedad? ¿Se somete la licencia a referéndum? ¿Deciden los sindicatos? ¿Los representantes del pueblo? Mucho nos tememos que para BankTrack-Setem el único organismo capaz de representar legítimamente los intereses de la sociedad sean ellos mismos.

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