EuroAragón construyendo sociedad

HAZ27 septiembre 2007

Para EuroAragón lo más importante son las personas. Así de tajante se explica el responsable de la sede madrileña de esta pyme dedicada al diseño, promoción y construcción de naves industriales con sede en Zaragoza, Luis Berruete. «Tenemos un compromiso con ellas para trabajar conjuntamente en la construcción de un mundo más habitable», sentencia.

Ser sensibles a las necesidades y expectativas del entorno –considera EuroAragón–«nos humaniza, nos permite innovar y seguir avanzando». «Nuestra voluntad de construir un mundo más ético y sostenible nos convierte en una empresa que participa de la creación de riqueza social, porque cooperando con la sociedad expresamos nuestro compromiso con las personas», explica Berruete, responsable también de RSC de Navegando Promociones Inmobiliarias, que también forma parte de este grupo.

Las claves: respeto por los colaboradores, compromiso con los clientes, alianza con los proveedores y diálogo con la sociedad. Los inicios hace algo más de cinco años, como todos, tuvieron más de ilusión e inquietudes por parte de los socios de la empresa que de medios o conocimientos.

El primer paso fue colaborar con ONG, organizaciones y fundaciones. Después de eso, se decidió que la ‘dispersión’ de acciones necesitaba una ‘columna vertebral’, es decir, darle forma: ahí surgió un Plan Estratégico para integrar la RSC en todas las actividades. Lo siguiente fue poner en valor lo que se hacía, es decir, comunicarlo. Y de ahí surgió un plan de comunicación específico de las actividades de RSC: qué se hacía y para qué se hacia.

Esta pyme cuenta con un Código Ético que surge de la necesidad de hacer explícito el compromiso de asumir una gestión guiada por valores. El documento representa una guía de orientación porque refleja los ideales y aspiraciones de la empresa. «Entendemos este código como una oportunidad de mejora continua, ya que promueve conductas éticas que nos ayudan a alcanzar nuestros objetivos y crear vínculos de identidad con nuestro entorno», sentencia EuroAragón.

Se trata de un marco de referencia que vincula a todas las personas implicadas en su actividad empresarial y recoge los principios y valores en los que se asienta la organización y que regulan las relaciones con sus colaboradores, clientes, proveedores y la sociedad.

Para esta pyme varios son los puntos que no puede olvidar recoger su Código de Conducta: el cumplimiento de la legalidad, en primer término, la seguridad en el trabajo, el buen gobierno corporativo, la gestión transparente, la información suficiente y relevante, el trato justo e igualitario, la participación y desarrollo de las personas, el respeto por el entorno, el compromiso social, fortalecer la cadena de valor, el compromiso con la calidad total, y finalmente el crecimiento ético.

El Grupo EuroAragón, –formado por EuroAragón y Navegando Promociones Inmobiliarias, de carácter familiar y compuesto por 20 trabajadores– defiende la idea de que para que la responsabilidad social se aplique con éxito, «debe partir de los líderes de la organización», porque desde su convicción, los líderes trasladan un mensaje claro y se aseguran que llega a todas las partes implicadas.

Precisamente, desde la dirección fue desde donde se decidió solapar el trabajo de RSE con el plan estratégico de la empresa, que desarrolla bajo el modelo de gestión de mejora empresarial y excelencia EFQM.

Su definición de RSE es la siguiente «el hecho por el cual una empresa es consciente de la importancia de su participación en actividades que contribuyen al bienestar y desarrollo de la sociedad, de las relaciones entre la empresa, su personal, los clientes y el conjunto de la sociedad y a la creación de un entorno favorable para el crecimiento de la empresa».

«Creemos que hoy en día las empresas tienen un rol dentro de la sociedad, concretamente a favor del equilibrio entre el crecimiento económico, el bienestar social y el aprovechamiento de los recursos naturales y el Medio Ambiente», señalan desde EuroAragón, «y es por su propio interés por el que debe trabajar para conseguir un entorno más estable y próspero».

MÁS ALLÁ DE LA FILANTROPIA TRADICIONAL. Esta pyme califica de «real» su preocupación por aumentar el conocimiento de la plantilla sobre los principios básicos de la RSE y cómo aplicarlos en su trabajo diario, para lo que se imparten actividades de formación en este sentido.

Además, esta formación sirve para anticiparse a posibles cambios en el entrono regulatorio que en un futuro exigieran a las empresas públicas o privadas mejorar sus prácticas de RSC.

Otra ventaja que enumera EuroAragón es la posibilidad para la empresa de identificar y gestionar los riesgos y oportunidades de tipo económico, social y ambiental y vincular los procesos de la organización de un modo más integrado y estratégico para minimizar los impactos negativos y maximizar los positivos.

«La RSE, a diferencia de los modelos de filantropía empresarial más tradicionales, pretende incentivar la adopción por parte de la empresa de buenas prácticas de gestión a lo largo de su cadena de valor, que redunden sobre su relación con todos los grupos de interés y den respuesta a necesidades sociales y ambientales», defiende la empresa. Además, al tratar de satisfacer las diferentes expectativas de los grupos de interés, puede estimularse la innovación en procesos, productos y servicios.

El respeto por sus colaboradores es otra de las bases que trata de afianzar EuroAragón, por reconocer y valorar a sus trabajadores como «principales protagonistas de su proyecto empresarial».

De ahí su esfuerzo por establecer relaciones personales basadas en la confianza recíproca, el diálogo, el respeto y la transparencia, todo ello en el marco de una relación personal que tiene en cuenta su potencial, sus necesidades y sus inquietudes.

La idea es fomentar su formación, su satisfacción y su crecimiento, tanto profesional como personal. Eso se traduce en el deseo de hacer compatible su vida profesional y su vida personal de todos los que trabajan en la empresa.

La formación de los colaboradores «es un aspecto esencial en la estrategia del Grupo EuroAragón», apunta, por lo que en 2006 los colaboradores de Navegando realizaron una media de 44 horas de formación por persona, superando el límite que desde la organización se había establecido en 40 horas anuales por cada colaborador.

También se ha intentado fomentar desde la organización, a través de actividades externas, la convivencia en el trabajo y el compañerismo entre todas las personas que forman parte de la empresa. Para ello se organizan anualmente jornadas de convivencia, en las que además de tratar temas laborales también se deja un espacio para el ocio y el entretenimiento, así como el intercambio dentro de un plano «más íntimo y personal».

ACCIÓN SOCIAL Y MEDIOAMBIENTAL. Como ‘empresa ciudadana’ EuroAragón destaca sus alianzas con organizaciones e instituciones con quienes impulsa proyectos destinados a contribuir al desarrollo social y medioambiental como la Fundación Vicente Ferrer, en India, donde colabora en la construcción de viviendas para las familias de Anantapur.

La comunidad de intocables o dalits vive siempre alejada de los núcleos habitados por otras castas, en muchas ocasiones sin acceso a ningún servicio público de los que, en ocasiones, dispone el Gobierno.

Para paliar esta situación el programa de viviendas es uno de los ámbitos principales de trabajo de la Fundación Vicente Ferrer, que trabaja en la construcción de nuevas colonias de casas que reúnan las condiciones de salubridad necesarias. A su entender, poseer una vivienda digna supone, ante todo, un requisito imprescindible para lograr la integración social.

Además, EuroAragón ha creado Norte, una Fundación para el fomento del arte y la cultura en la que se potencia la creación, promoción y la difusión artística y cultural, desde la ética y los valores universales de la tolerancia, la igualdad y el respeto.

La empresa colabora también con la Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES) y su Programa de Responsabilidad Social Corporativa, en el proyecto de energía solar ‘De sol a sol’, y en la promoción de la edificación ecosostenible.

Esta pyme cuenta también con una alianza estratégica con el programa ‘Soluciones a medida’ de la Asociación Emana, que trabaja en la inserción laboral de jóvenes y adolescentes tutelados. Gracias a ella se ha creado una empresa especializada en reforma de locales y montaje de muebles a medida cuyo objetivo final es la integración sociolaboral de estos jóvenes.

En materia de proveedores, la pyme reconoce que en su trabajo con ellos su filosofía se basa en la idea de trabajar conjuntamente con ellos «para llegar juntos donde no podrían llegar individualmente», por eso, asumen junto a ellos el reto de la innovación, la calidad, la seguridad y la legalidad. El diálogo es otra de las claves: «creemos en el diálogo para la inclusión de intereses», sentencian.

Su voluntad, dicen, es alentar un nuevo modelo de empresa éticamente orientada.

En cuanto al respeto medioambiental, la compañía apuesta por contribuir a la formación de una nueva cultura ambiental en el sector a partir del fomento de valores que propicien «una relación armónica entre las actitudes y las conductas de respeto hacia la naturaleza y entre los individuos».

Como muestra, la construcción de sus parques empresariales siempre se lleva a cabo, según EuroAragón, bajo el «respeto máximo» por el Medio Ambiente.

Además, «tratamos de llevar a la práctica medidas ecoeficientes como el sistema antiincendios o el diseño de las naves con criterios bioclimáticos».

«El sector inmobiliario no debe olvidar que las expectativas de las empresas en la sociedad están cambiando, y los consumidores e inversores empiezan a introducir criterios sociales y ambientales en sus decisiones de compra o inversión», recuerda EuroAragón, que considera que este cambio «implica nuevos retos a las compañías». El principal, obtener beneficios creando valor económico, medioambiental y social.

Entre los principios que EuroAragón cree que le diferencian de las demás empresas se encuentra, sobre todo, el hecho de que no aborda la RSC desde un punto de vista económico, sino que quiere hacerlo desde un punto de vista humano, ya que si ser socialmente responsables fuera siempre rentable en términos estrictamente económicos, la responsabilidad social no sería un compromisoni un elemento diferenciador».

«Por esto precisamente es por lo que demostramos que la responsabilidad social no nos viene impuesta, sino que transmitimos nuestra filosofía de vida a la empresa de forma voluntaria», apunta.

Otra de sus característica –dice– es que «no hacemos caridad, no damos lo que nos sobra, sino que gestionamos lo que damos, cooperamos con quienes compartimos valores, para lograr, de esta forma, establecer alianzas estratégicas y duraderas».

Para realizar acciones de RSC, en el año 2004 la compañía destinó el 17,4% de los beneficios después de impuestos a este fin. En 2005 la aportación fue del 11,13% sobre los beneficios después de impuestos. Y el año en el que más se ha aportado para estas acciones fue 2006, en el que se destinaron 406.654 euros.

Esto supuso un 1,64% de la facturación total del Grupo EuroAragón (Navegando y EuroAragón).

En relación a los beneficios después de impuestos, las empresas del grupo destinaron a acciones de RSE el 8,48%, la mayor parte destinado a Fundación Norte –un 37,88% del total destinado a acciones de RSE–, mientras que a la Fundación Vicente Ferrer y a la Fundación Ecología y Desarrollo fue a parar alrededor del 25% a cada una. Bajo todo ello, los valores, que, a juicio de Berruete, «no se improvisan», porque sino, no calan.

Su colaboración con ONG y fundaciones es un win to win, es decir, mucho más que una cantidad entregada y ahí acaba la relación. La cantidad aportada se gestiona conjuntamente para aprender –en un intercambio en el que ambos ganan– conjuntamente, es decir, que aporte valor para ambos y aprendizaje para ambos a largo plazo.

ECOLOGIA APLICADA A LA CONSTRUCCIÓN.

Las medidas ecoeficientes en la construcción de las naves que construye EuroAragón pasan por la adaptación de éstas a criterios bioclimáticos. Por ejemplo, en las naves de orientación sur, se incorporan elementos en la fachada que permitirán regular la intensidad del sol.

Asimismo, se colocan lucernarios en cubiertas para el aprovechamiento de la luz natural, creando más aislamiento término y acústico, carpintería que consta de un sistema de cierre abatible o batiente, colocación de cubierta Deck para un mejor aislamiento, puertas seccionales que ofrecen mayor estanqueidad.

Y para el ahorro de electricidad se realiza un control de flujo sensores lumínicos en función de la luz natural existente, temporizadores que controlen la iluminación pública, lámparas de bajo consumo o sistemas de riego por goteo automatizados.

A todo ello se une la adaptación a la vegetación y al entorno, la plantación de vegetación autóctona y en caso de derribo de antiguas fábricas éste se lleva a cabo bajo el modelo de las tres ‘R’: ‘reciclar, reutilizar y reducir’. Así, se recicla hierro, aluminio, acero, vidrio, máquinas, mobiliario, etc., que en muchas ocasiones van a parar a manos de proveedores.

En materia de energías renovables, también existe en Navegando una preocupación explícita por el ahorro energético, que se aprecia en la instalación de placas solares, realizado en nueve naves que Navegando posee en el Polígono Industrial Centrovía, en La Muela, Zaragoza, que posee 364 módulos con una potencia nominal de 50 kW, lo que proporcionará una producción anual estimada de 80.000 kWh.

Su filosofía es ofrecer y potenciar el uso de placas solares en las naves adquiridas por sus clientes.

Aunque el camino ha comenzado, queda mucho por hacer, y por eso a Luis Berruete le gusta decir que esta empresa «aún es medio medioambiental». Éste es un sector en el que los aspectos ambientales juegan un papel clave. Aunque Berruete reconoce que en la construcción ecoeficiente sí puede haber un coste adicional inicial las compensaciones y el ahorro son relativamente rápidos y sobre todo seguros.

Es decir, es una inversión rentable, que a la larga, hace que se gane dinero. Y además, EuroAragón monitoriza los consumos para demostrar al cliente que este mayor desembolso inicial ha merecido la pena.

El mensaje de EuroAragón es muy claro: la RSC es una estrategia que, cuando se integra en la empresa, aporta mucho valor.

¿Cómo hacerlo en el caso de las pymes?: «poquito a poco», y «paso a paso», dice Berruete.

Pero, de una u otra manera, el proceso, una vez comenzado «no tiene marcha atrás», y afortunadamente, se vuelve siempre a favor de la empresa, de los clientes, de los empleados, de los proveedores. «Y siempre, siempre es rentable».

Por Laura Martín