Antonio Moreno: Ingeniero, físico y experto en energía nuclear

HAZ1 septiembre 2009
“Por su bajo coste de producción, la energía nuclear puede ser una tecnología para los países en desarrollo”

Antonio Moreno, doctor en Ingeniería de Caminos, licenciado en Física y máster en Energía Nuclear, avalado por sus casi cuarenta años de trabajo en ingeniería de centrales nucleares, sus clases en la UPM y su dirección de los Servicios Nucleares de IDOM, nos habla en esta entrevista de los costes reales de la energía nuclear, sus ventajas e inconvenientes en relación con otras fuentes de energía y sus posibles riesgos.

España tiene ocho plantas nucleares en operación que cubren el 18% de sus necesidades eléctricas. Porcentaje de producción del mismo orden que el de Estados Unidos y Reino Unido y menor que el de Alemania y Japón, que es del 30%. Este último ya lo tuvimos al final de los años ochenta. El actual porcentaje de producción nuclear puede considerarse en la banda inferior de lo normal en países desarrollados.

Sin embargo, hoy por hoy no hay ninguna previsión de que se construyan nuevas plantas. La explotación de las existentes está sujeta a la renovación de sus permisos de explotación, que aquí los da para diez años el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), de acuerdo a la normativa existente. Su misión, según el propio organismo, “es proteger a los trabajadores, la población y el medio ambiente de los efectos nocivos de las radiaciones ionizantes, consiguiendo que las instalaciones nucleares y radiactivas sean operadas por los titulares de forma segura, y estableciendo las medidas de prevención y corrección frente a  emergencias radiológicas, cualquiera que sea su origen”.

El mapa energético español revela que la eólica supone el 9% y la hidráulica el10% de la energía eléctrica producida. Los combustibles fósiles aportan el 63%. En estos momentos España importa más del 80% de sus necesidades totales de energía primaría en forma de combustibles fósiles. En términos de contabilidad nacional supone una balanza energética negativa del 3% del PIB.

“La reducción de nuestra dependencia energética debería ser una de nuestras prioridades. Para ello es necesario aumentar la participación de la energía eólica, hasta donde sea posible, y la de la generación nuclear, como mínimo, al 30%”, dice Antonio Moreno, doctor en Ingeniería de Caminos, licenciado en Física y máster en Energía Nuclear. Avalado por sus casi cuarenta años de trabajo en ingeniería de centrales nucleares, sus clases en la UPM y su dirección de los Servicios Nucleares de IDOM, Moreno cree que, debido a que la nuclear tiene un coste de producción inferior al de otrasfuentes, “puede ser una tecnología para los países en desarrollo y sin fuentes energéticas propias”.

¿Por qué esta ola a favor de la energía nuclear en Francia, Italia, Finlandia, Reino Unido y otros países de Europa, además de en los Estados Unidos, China, India…?

El mundo está cambiando muy rápidamente. Cada país trata de definir su estrategia energética con la mayor eficiencia posible. Se trata de reducir, en la medida de lo posible, la dependencia exterior y en aumentar la utilización de las potencialidades locales. Francia y Japón siempre han apostado por la energía nuclear por su falta de recursos naturales propios y por sus capacidades tecnológicas. Además, entienden que el reprocesado permite reutilizar el combustible usado multiplicando sus recursos energéticos nucleares. Su apuesta es tecnológica.

Estados Unidos tiene su balanza comercial desestabilizada e Italia su deuda pública. En ambos casos uno de los principales responsables del desequilibrio son las importaciones energéticas. Finlandia, con sólo cuatro plantas nucleares en operación, genera el 28% de sus necesidades de energía eléctrica. El Reino Unido ha entrado por primera vez en números rojos en su balanza energética, de exportador de productos energéticos se ha transformado en importador. Y debe sustituir sus reactores Magnox de primera generación.

Actualmente hay 439 reactores en operación y 34 en construcción, miles de personas trabajan y viven en instalaciones nucleares en más de 30 países; sólo en España hay más de 30.000 personas que trabajan en y para ellas

A estas características locales hay que añadir que se prevé una época de economía global estabilizada y con intereses bajos, una demanda de energía elevada con precios altos de los combustibles y una vida útil de las centrales nucleares de segunda generación de sesenta años. Todo ello hace que las inversión en centrales nucleares sea una alternativa atractiva. Siempre pensando en estrategias energéticas de largo plazo.

Cuando se habla de energías limpias o alternativas se excluye a la nuclear. ¿Motivos ambientales reales?, ¿de oportunismo político?, ¿otros que ignoremos?

Su exclusión, en mi opinión, está relacionada con el combustible gastado, su reprocesado y el residuo del reprocesado. La tecnología del manejo de estos residuos está muy comprobada y se siguen desarrollando nuevas técnicas más eficientes. Ha sido muy complicado transmitir una imagen objetiva de estas tecnologías. En la actualidad en torno al 30% del combustible usado ha sido reprocesado, las instalaciones han mostrado su fiabilidad y aun así la imagen sigue siendo deficiente. El residuo último después del reprocesado es un residuo radioactivo de larga vida media. Su volumen es muy pequeño y, por lo tanto, fácil de almacenar y controlar.

No obstante, se están desarrollando tecnologías de transmutación para deshacerse de ellos. En esencia el proceso consiste en transformar, en reactores de transmutación o en reactores rápidos, los átomos inestables radioactivos en átomos estables no radioactivos. Se satisfará así uno de los viejos anhelos de no dejar residuos de nuestra generación para las siguientes.

¿Los reactores nucleares que se construyen hoy son más seguros y eficientes que los de antes?

Los reactores en operación son denominados de la generación II. En la última década (2000) se empezaron a construir los de la generación III y en la próxima década (2010) los de generación III+. Las mejoras han estado, en todos los casos, relacionadas con la seguridad. Se reduce la probabilidad de accidente modificando el diseño de los sistemas hasta que la probabilidad de fallo está por debajo de los límites impuestos. Los reactores de la generación II se licenciaron con una probabilidad de daño al núcleo sin acciones humanas de 10-4. Los nuevos reactores reducen esa probabilidad a 10-5. Es decir, las acciones humanas no pueden ser generadoras de daño al núcleo y, en caso de un incidente, el sistema de seguridad estabilizará la planta sin intervención humana.

De acuerdo, la tecnología los ha mejorado, pero los residuos siguen siendo muy peligrosos. Por eso, la gente tiene miedo a los cementerios de residuos nucleares. ¿Podría darnos información de actualidad que le quite ese miedo?

Utilizar la palabra cementerio para definir un almacén ya implica cierto tremendismo. El miedo está ligado al combustible gastado y a los residuos de su reprocesado. El combustible gastado se almacena con los mismos criterios de seguridad con que se diseñan las instala-ciones de generación: barreras múltiples, protección contra todo evento externo y supervisión permanente. La propia pastilla de combustible, la vaina metálica del combustible y los demás elementos metálicos y de hormigón de las estructuras de contención son barreras contra el escape de los átomos activos.

Aun cuando nosotros no reprocesamos combustible, las tecnologías de almacenamiento de sus residuos aplican criterios de seguridad semejantes. El residuo se vitrifica de modo que es prácticamente inalterable, se introduce en un contenedor metálico y se almacena en cámaras subterráneas impermeabilizadas. De este modo la posibilidad de escape de estos residuos es nula. Poco a poco la percepción esta cambiando. En estos momentos se percibe la emisión de CO2 como una amenaza real y, por tanto, hay una mejor disposición a considerar otras alternativas. Estamos empezando a ser más realistas en la evaluación de los riesgos.

Los defensores de la energía nuclear subrayan que tiene un coste de producción inferior al de otras fuentes. ¿Podría demostrar que no es más cara que la solar y la eólica?

Los costes de generación en España en el 2007 fueron, en céntimos de euros/kWh, los siguientes: nuclear 3,6; centrales de gas 5,3; centrales de carbón 4,7; eólica terrestre 6,9, y fotovoltaica 38. El precio medio del kWh en el mercado diario de la energía fue de 4,7. Estos datos indican que la producción de energía eólica tiene, para los usuarios, un coste de, al menos, un 30% superior a la producción con carbón y gas importados. El coste de la energía fotovoltaica es de ocho veces el precio medio diario. El único coste inferior al medio diario del mercado eléctrico es el de la energía de origen nuclear. Esta situación se volverá crítica si sube el precio de los combustibles fósiles y se reduce la participación nuclear.

La ausencia de emisiones de la nuclear está ayudando a la reducción de la producción global de CO2. El efecto será aún más notorio si se produce la emigración del transporte hacia el coche eléctrico. En tal caso, su potencialidad como arma verde estaría clara

¿Se puede pedir más energía nuclear y dormir tranquilo?

En la actualidad hay 439 reactores en operación y 34 en construcción. Hay miles de personas que trabajan y viven en instalaciones nucleares en más de 30 países. Sólo en España hay más de 30.000 personas que trabajan en y para ellas. Esto ha sido así durante más de treinta años. Las previsiones de nuevos reactores en el mundo superan los 400. Creo que no se puede aportar mejor garantía del mínimo riesgo que supone la actividad que llevan a cabo. Nuclear y países en desarrollo: ¿su salvación energética? ¿Y económica? Como ya hemos visto la energía nuclear tiene un coste de producción inferior al de otras fuentes. En este sentido puede ser una tecnología a tener en cuenta por los países en desarrollo y sin fuentes energéticas propias. La emigración a las ciudades que está teniendo lugar en estos países aumentará la demanda y puede ser una manera económica de cubrirla. Pero es claro que irán a un mix energético por el mismo motivo que los países desarrollados.

¿Arma verde para el desarrollo sostenible?

La ausencia de emisiones de la energía nuclear ya está ayudando a la reducción de la producción global de CO2. El efecto será aún más notorio si se produce la emigración del transporte hacia el cocheeléctrico. En tal caso su potencialidad como arma verde estaría clara. Si se recurre al reprocesado se obtendría nuevo combustible nuclear y se reducirían las necesidades de combustibles fósiles. Ello permitiría considerarla como una tecnología adaptada al desarrollo sostenible. Debe tenerse en cuenta que, en estos momentos, está teniendo lugar un cambio muy significativo en el número de personas que está accediendo a los hábitos de consumo considerados normales en las sociedades desarrolladas.

En el sudeste de Asia 4.000 millones de personas están demandando el acceso a los recursos naturales; una parte significativa ya lo ha conseguido y es sólo cuestión de tiempo que el resto lo logre también. Las previsiones apuntan a que la demanda de energía en el mundo aumentará un 50% para el año 2050, la mayor parte de ella en esta zona. Para cubrir tal crecimiento de la demanda, tendremos que recurrir a todas las tecnologías disponibles. En estas condiciones, la tecnología nuclear ocupará un lugar preferente en la satisfacción de los objetivos de desarrollo global.

¿Energía nuclear para luchar contra el cambio climático o sólo excusa de los gobiernos occidentales y multinacionales?

La lucha contra el cambio climático implicará poner en marcha múltiples medidas: ahorro energético, modificar las tecnologías del transporte, continuar con el desarrollo y utilización de las energías renovables, tecnologías de captura de CO2 y desarrollar la utilización de la energía nuclear y de sus nuevas tecnologías de generación de H2. Es decir, es una más de las medidas que tenemos que poner en marcha. Su ventaja inmediata es que la tecnología disponible tiene emisión nula desde el momento de su puesta en marcha y no necesita largos procesos de desarrollo.

La demanda de energía en el mundo aumentará un 50% para 2050, la mayor parte de ella en el sudeste asiático. Para cubrir tal crecimiento de la demanda, tendremos que recurrir a todas las tecnologías disponibles. La tecnología nuclear ocupará un lugar preferente en la satisfacción de los objetivos de desarrollo global

¿La crisis económica implicará un cambio a favor de la energía nuclear?

Las estrategias energéticas son de largo plazo, como lo es la apuesta por la energía nuclear. Se trata de estabilizar precios y reducir dependencias. La crisis no será perceptible sobre la inversión en generación a menos que sea muy larga. Si este fuera el caso, el descenso de la demanda, alargaría el proceso de inversión en nueva generación. Lo que sí debe hacernos más precavidos es la experiencia del último año con el petróleo a más 140 euros.

¿España tiene tecnología para fabricar sus propios reactores nucleares o sólo edificios e infraestructuras?

En las últimas etapas de la construcción de plantas nucleares en España la aportación nacional supuso más del 85% de la inversión. A pesar de la moratoria nuclear, las empresas españolas han mantenido su competitividad en los mercados internacionales. Ahora hay varias empresas españolas activas en el mercado mundial de la energía nuclear aportando componentes pesados, combustible, equipos mecánicos y eléctricos, sistemas de control, ingeniería y una gran experiencia en la explotación y mantenimiento de plantas nucleares.

En términos energéticos, ¿qué será de España si ya no se construyen más centrales y se van cerrando las actuales cuando les llegue la fecha de fin de actividad?

La dependencia energética española no debería ser superior al 50-60%. La UE está trabajando con estas cifras en su planificación energética. Para reducir el actual 80% de dependencia deberíamos aprovechar todas las fuentes locales disponibles. Mantener la apuesta por la energía eólica y, al tiempo, aumentar el parque nuclear. Si el transporte con motor eléctrico acaba ocupando un lugar importante, que es lo más probable, las fuentes de energía eléctrica estable y local, como es la energía nuclear, serán una excelente manera de reducir la importación de productos fósiles y la emisión de CO2. Si este mix energético no se planifica adecuadamente, tendremos una dependencia crítica de terceros, unos precios crecientes de la energía y una balanza exterior cada vez más desequilibrada.

¿Y en términos de contaminación?

Al hablar de contaminación generada por centrales nucleares me referiré a la emisión de partículas radioactivas, bien desde la misma central o bien por materiales irradiados. El entorno de la central nuclear es un entorno vigilado. Cualquier dato de aumento de la actividad es inmediatamente enviado al CSN, que es nuestro organismo regulador. La emisión al entorno se controla de modo que no se superen los bajos límites de emisión impuestos. Para gestionar los residuos irradiados de baja y media actividad se creó Enresa y se construyó un almacén específico. Este esquema ha funcionado correctamente. Un caso aparte son los residuos de alta actividad relacionados con el combustible gastado. De momento, en España el combustible gastado se almacena en la propia central nuclear y no se reprocesa.

¿España sería más competitiva con más nuclear?

Una mayor producción de energía eléctrica con plantas nucleares liberaría recursos económicos de la balanza exterior que podrían emplearse en I+D. Ayudaría a que las empresas españolas aumentasen su participación en proyectos nucleares en el exterior en tecnologías de nuevos materiales, nuevos sistemas de control y nuevos componentes mecánicos y eléctricos. Por último, y creo que muy importante, el compromiso con la producción nuclear nos impulsaría a participar activamente en el desarrollo de los futuros reactores de la llamada generación IV.

Estos nuevos reactores, reproductores y de alta temperatura, están en la base del futuro energético como reproductores de combustible nuclear y generadores de hidrógeno. Está previsto que los diseños avanzados de estos reactores comiencen su operación en torno al 2030. Su desarrollo es imprescindible por su capacidad de generar los nuevos combustibles, que cubrirán las necesidades energéticas de las futuras generaciones. Es una dirección del desarrollo tecnológico de la que, si así lo queremos, podemos quedar apartados. Las grandes potencias económicas e industriales, nuevas y viejas, no lo harán. 

Por Carlos Cachán
Comentarios

  1. Buenos días!

    Me llamo Slavyana Mukustulistova. Soy productor del programa Detrás de las noticias que emite cada semana en el canal internacional RT (Russia Today) departamento Español. Ahora estamos preparando una programa sobre la amenaza creciente del terrorismo nuclear. Con este motivo tratamos de encontrar a un experto que podría ayudarnos con un breve entrevista sobre este tema. Hemos visto que Antonio Moreno, experto en energía nuclear https://hazrevista.org/rsc/2009/09/por-su-bajo-coste-de-produccion-la-energia-nuclear-puede-ser-una-tecnologia-para-los-paises-en-desarrollo-antonio-moreno-ingeniero-fisico-y-experto-en-energia-nuclear/, expreso opiniones que nos pareció interesante sobre este tema y por eso quisiéremos proponerle hacer una breve entrevista vía skype para nosotros que no tomará más de 10-15 minutos. Pero el problema es que no podemos encontrar su e-mail.
    Tal vez usted tiene su e-mail? Gracias!

    Espero Su respuesta,
    Con respeto,
    Slavyana

  2. Estimados:
    Estoy realizando una tesis para graduarme de Magister en ciencias Internacionales y Diplomacia sobre la proliferación nuclear, por lo que es importante para mi considerar al Dr. Moreno, experto en energía nuclear, para realizarle una entrevista sobre el tema, favor me pueden dar su correo electrónico.