Nueva cultura empresarial de Ence

HAZ21 junio 2011

Ence ha consolidado una nueva cultura empresarial, basada en el aprovechamiento total del árbol, recurso renovable con el que trabaja la empresa y con el que se hace posible que la sociedad tenga dos productos imprescindibles: celulosa y energía eléctrica. Esta cultura empresarial permite el desarrollo de una estrategia de «triple sostenibilidad», que permite garantizar el futuro de la empresa y del entorno ambiental y social.

El presidente de Ence, Juan Luis Arregui, ha señalado ante la Junta General de Accionistas del Grupo, que «del árbol, además de hacer celulosa, se puede aprovechar todo y ese aprovechamiento permite que este recurso, que ya utilizábamos de manera eficiente para fabricar celulosa, genere mucha más energía renovable», lo que se traduce en una mejora de las ratios económicas de la empresa y también en un mejor comportamiento ambiental y en generar más empleo y riqueza en el entorno.

El cambio en la cultura empresarial, que ha sido necesario implantar en toda la cadena de producción y suministro de Ence, ha permitido mejorar los ingresos de la compañía por generación de energía renovable con biomasa forestal.

La disciplina financiera es otro de los pilares de la estrategia de Ence. A finales del año pasado, la deuda neta total de Ence se situaba en 173 millones de euros, cifra que equivale a un 0,97 sobre el Ebitda, el mejor del sector.

Confirmada la sostenibilidad económica de la empresa, Arregui se ha mostrado convencido de la sostenibilidad ambiental de su actividad (que cuenta con certificaciones ambientales y reconocimiento internacional) y de la sostenibilidad social (Ence genera más de 11.000 empleos en España, de los cuales casi el 60% están relacionados con la actividad forestal y residen en el ámbito rural, lo que contribuye a vertebrar el territorio y evita el abandono de zonas rurales).

Ignacio Colmenares, el consejero delegado de Ence, ha confirmado la apuesta de la empresa por garantizar su futuro y el del entorno ambiental y social. «La ordenación del territorio», ha señalado Colmenares, debe fomentar «la explotación sostenible y responsable de superficies sin uso, lo que podría contribuir no sólo a mejorar nuestro balance, sino a generar riqueza y empleo en el ámbito rural español».