Las periferias urbanas como motor de desarrollo

Nuria García26 noviembre 2012

De aquí a 2030 la población del mundo podría aumentar sobre un 18,5%, pero en el caso concreto de las periferias deprimidas en las grandes urbes del mundo el crecimiento sería del 100%. Son estimaciones de CUFA (Centro Único das Favelas), la ONG internacional con más peso en Brasil y presente en 18 países en la actualidad.

Leonardo Martins, asesor global de esta ONG, piensa que tal previsión sobre la futura población en núcleos periféricos marginales resulta preocupante y «hay que actuar». Con estas cifras comenzó Martins su intervención en una conferencia que acogió el Esade bajo el título Las periferias urbanas como motor de desarrollo, donde también fue invitada la Fundación Mapfre.

Hablar de las periferias urbanas es hablar forzosamente de desigualdad. Leonardo Martins se crió en Río de Janeiro y fue testigo de los asentamientos de favelas en su ciudad, fenómeno que no ha hecho sino aumentar desde los años sesenta en otras muchas ciudades brasileñas. Recuerda que la seguridad en las calles de Brasil era mayor hace unos treinta o treinta y cinco años. Se podía bajar a pasear y bañarse en la playa de Río sin peligro; ahora ya no.

Los orígenes de estas comunidades degradadas están en los movimientos migratorios desde zonas rurales hacia las ciudades con unas tasas que «no tienen precedentes en la historia a lo largo de los siglos XX y XXI y a lo que ha contribuido el cambio climático», según el asesor de CUFA. La gente migra en busca de una vida mejor, se instala en esas periferias, se integra como puede en un escenario urbano, a veces hostil, construyendo sus casas con sus propias manos «de una forma increíble» por la dificultad que entraña levantar una chabola en barrios como el de Santa Marta, en Río. A Martins le sigue sorprendiendo aún esta habilidad, ya que los residentes no son precisamente «ni ingenieros ni albañiles».

Estas comunidades –que en Brasil se llaman favelas, en España se denominan poblados chabolistas y en otros países adquieren otros términos– tienen características y necesidades comunes. Un rasgo que comparten todas ellas es la informalidad. Martins dice que esa es la constante en las vidas de sus moradores, como lo es el tipo de economía de estas comunidades. A esto se suma la precariedad laboral y las míseras condiciones de vida para completar el cuadro.

Narcotráfico e invisibilidad

Las familias en estas comunidades con frecuencia son monoparentales. El cabeza de familia muchas veces es una mujer que tiene que dejar solos a sus hijos la mayor parte del día para acudir a su trabajo.

Los chicos, libres y sin un referente parental fuerte, se dejan fácilmente seducir por los narcotraficantes, que se acercan a ellos para ganárselos. Esto tiene un impacto fatal. CUFA calcula que las consecuencias sociales del narcotráfico afectan a unos 12 millones de personas de todo origen social solo en el área metropolitana de Río de Janeiro.

Las secuelas sociales (atracos, robos e inseguridad pública) son elevadas, al igual que los costes económicos que genera: 83 millones de dólares en paquetes de medidas para reestructurar y pacificar las favelas, es decir, para paliar de alguna manera la destrucción que las redes narcotraficantes dejan a su paso. CUFA cree que las medidas gubernamentales, hasta la fecha, han sido más bien reactivas o «prohibitivas», y han demostrado ser poco eficaces tanto en Brasil como en otras ciudades, como Bombay, por poner un ejemplo muy alejado geográfica y culturalmente.

Martins está convencido de que en estas comunidades desfavorecidas se avanza más, y de manera más rentable, aplicando otro tipo de programas. «Muchos residentes de las favelas son personas honradas, gente digna que sufre estas consecuencias», comentó durante su intervención. «CUFA se quiere ocupar de estos niños y jóvenes porque, de lo contrario, el narcotráfico se aprovecha de su vulnerabilidad».

Aparte de vulnerables, los habitantes de las periferias también pasan desapercibidos para el conjunto de la sociedad. Una forma curiosa y triste de salir de esa invisibilidad es, como se dice en esos ambientes de favela, «convertirse en estadística». Es decir, hay que morir para pasar a ser un número en la sociedad porque muchas de estas personas ni siquiera están censadas.

Como la invisibilidad social tiende a agravar más el problema, CUFA se esfuerza en sus eventos por reunir a diversas clases sociales y hacer que conozcan el problema de la marginalidad, conseguir que esos excluidos se vuelvan «visibles».

La reacción por parte de las empresas y las grandes corporaciones brasileñas está siendo muy satisfactoria. Por eso los eventos con los grupos de interés (stakeholders) son de enorme importancia en el trabajo de CUFA. Esta metodología pionera es anglosajona y está funcionando bien a la hora de poner en contacto a estas comunidades desfavorecidas con los líderes empresariales.

Deporte y cultura para sensibilizar

¿Cómo conseguir que un menor criado en las favelas prefiera las aulas a la libertad de las calles? No es una tarea nada fácil. De poco sirve encerrar a los jóvenes en una clase de matemática a la primera de cambio. Martins sabe que eso no da resultado. «Hay que hablar el lenguaje de estos chicos para sensibilizarles e inspirarles. Ponerse a su altura es lo primero; y hay que hacerlo en igualdad, empleando una lengua común con ellos», aseguró.

CUFA forma a agentes de la policía para que sepan estar a la altura de los jóvenes marginados, para que logren hacerse respetar por ellos con otro método que no sea el palo y la amenaza. De esta forma se muestra a los chicos cuál es la diferencia entre un narco y un policía, ya que ellos suelen confundir el «malo» y el «bueno».

Central Única das Favelas ha optado, desde su fundación en 1999, por organizar acciones inspiradoras y atractivas basadas en la música break y hip hop, así como eventos deportivos de largo alcance y elevada participación. El objetivo es el desarrollo e integración de los más desfavorecidos, principalmente niños y jóvenes de las grandes ciudades.

Tanta es la importancia que ha ganado CUFA en este tiempo, que actúa como «el brazo social del gobierno de Brasil» con el soporte de personajes de la talla de Lula da Silva y la actual presidente del país, Dilma Roussef, entre otros nombres destacados en la vida pública brasileña, algo que le ha convertido en una ONG de referencia para la integración dentro y fuera de Brasil.

Los proyectos de CUFA se dividen en cuatro apartados. Existen proyectos de sensibilización y formación a través del deporte y la cultura como la llamada Taça das Favelas (Copa de las Favelas). Este es el primero de otros muchos proyectos para favorecer la integración y el que más resonancia está teniendo en el país. La pasada edición de este torneo, durante los meses de enero y febrero, atrajo unos 24.000 participantes de 15 a 17 años de edad y un total de 80 equipos (femeninos y masculinos) representando a las numerosas favelas de Río de Janeiro y de la ciudad sureña de Grande Río.

Martins acompañó su explicación con un vídeo sobre este evento donde los protagonistas son los jóvenes amenazados por la exclusión social, arropados por declaraciones de Lula, Roussef, el gobernador de Río, el ministro brasileño de Deportes y hasta el ex futbolista Ronaldo, lanzando mensajes contra la violencia y las drogas.

Además del deporte, otra acción remarcable es Cine CUFA, pensada para promover y exhibir películas creadas por los propios residentes de estas áreas degradadas. Es estos filmes, la pretensión es mostrar a la sociedad que las favelas, pese a su mala reputación, pueden ser un motor de solidaridad, porque ese y otros valores existen entre sus miembros.

Otro eje de acción son los proyectos de inserción laboral, como es Maria Maria, talleres destinados a formar mujeres sin recursos por donde ya han pasado 2.500 alumnas. En este capítulo, Leonardo Martins subraya con énfasis un reciente proyecto de la ciudad de Manaos, con la participación de 150 personas que, en un plazo breve de tiempo, ha conseguido que 75 de ellas estén incorporadas ya al mercado laboral. Cree que es «un resultado muy alentador» teniendo en cuenta que lleva poco tiempo en marcha.

Otras de las iniciativas diseñadas por esta ONG quieren mejorar la calidad de vida bajo el epígrafe «Vidas urbanas. Generando oportunidades, construyendo valores». Gracias a la formación y respaldo que se ofrece a pequeños emprendedores, se está logrando la inserción de muchos miles de excluidos sociales.

Y, por último, el cuarto eje de actuación de CUFA tiene que ver con una profunda labor de concienciación para acercar la realidad de las periferias deprimidas al resto de la sociedad, borrar esa fama nefasta de la palabra ‘favela’ y mostrar estas comunidades como «plataformas de integración de unas áreas donde, recordemos, reside una tercera parte de la población de Brasil», como enfatizó Martins al término de su ponencia.

Fundación Mapfre: formar desde el interior

Fundación Mapfre calcula que uno de cada nueve niños de Iberoamérica en edad escolar está trabajando. Evitar esta situación pasa por «generar oportunidades» para ellos, según las palabras de Fernando Garrido, director general del Instituto de Acción Social de Fundación Mapfre. En su turno de palabra, Garrido comenzó describiendo la gran apuesta de la fundación por el fomento de la educación de los grupos más desfavorecidos en países iberoamericanos, un programa bautizado bajo el título «Formando comunidad».

«Creemos en la educación como base para la mejora de la sociedad y no solo de los individuos en sí, sino también de su entorno». Los núcleos de marginalidad, como los aludidos por Leonardo Martins en el caso de Brasil, se traducen en unos 130 millones de personas viviendo en condiciones de extrema pobreza en todo el mundo, dijo el representante de Fundación Mapfre.

Admitió que ha habido ciertos saneamientos y avances en algunas áreas, «pero las inversiones tienen que seguir llegando a estas zonas». En este sentido, se manifestó en contra de unas declaraciones de Bill Gates desaconsejando invertir en el caso concreto de Perú. Aunque bajo otros nombres, Fernando Garrido ha visto favelas en Buenos Aires, en Caracas, en Bogotá y en Asunción.

Cientos de miles de personas en las periferias con problemas comunes y similares como la malnutrición, la violencia, el abandono y el fracaso escolar. Apostó por romper ese «círculo» que se repite aportando programas educativos «diseñados desde el interior». Esto significa valerse de gente que conoce esos barrios y dirigirse a los propios líderes de esos grupos sociales para convencerles de la necesidad de acciones formativas. «La inclusión de estos líderes es vital para el éxito», recalcó.

Por esa misma razón está saliendo adelante el proyecto de Manaos de CUFA –Garrido puso el ejemplo– porque los cabezas de las comunidades han sido formados previamente y han llegado a convertirse en referencia para niños y jóvenes.

Fundación Mapfre, creada en 1975 y operativa en más de 20 países del mundo, concibe el triángulo de la formación de la siguiente manera: formación profesional + orientación e inserción laboral + formación en valores. Se trata de cómo llegar a ser un buen mecánico –citó Garrido a modo de conclusión– y a la vez ser un buen ciudadano. El aspecto de los valores queda vinculado a la educación en los más de cien proyectos sociales de la fundación, que benefician a número superior a las 45.000 personas, tanto niños como adultos.

Las otras favelas
– Argentina: villa miseria, toma o villa de emergencia.
– Chile: población callampa, toma o campamento.
– Colombia: comuna, barrio marginal o tugurio.
– Costa Rica: tugurio o precario.
– Cuba: llegaypón.
– Ecuador: invasión, barrio marginal o guasmo.
– El Salvador: tugurio o champerio.
– Guatemala: asentamiento o champas.
– México: cinturón de miseria,ciudad perdida o invasión.
– Paraguay: bajo o chacarita.
– Panamá: guetto o bajo mundo.
– Uruguay: cantegril o cante.
– Venezuela: rancho o barrio.
– España: barrio de chabolas o poblado chabolista.

Por Nuria García

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