Alianza para la inserción de las mujeres más vulnerables

Nuria García26 marzo 2014

Cruz Roja y NH Hoteles sellaron en 2013 un compromiso conjunto para la formación e integración sociolaboral de un grupo de mujeres en situación de vulnerabilidad en el área de Barcelona.

Gracias a la iniciativa, un total de quince beneficiarias recibieron preparación como camareras de piso realizando prácticas en el escenario real de seis hoteles de esta cadena. Todas ellas eran víctimas de la crisis, de la falta de experiencia profesional y de la desorientación laboral.

Consciente de la importancia de los procesos de cualificación y la recualificación, Cruz Roja ha duplicado estos años sus esfuerzos formativos destinados a la capacitación laboral de mujeres en situación de vulnerabilidad y de otros colectivos de difícil integración en el mercado.

Dentro del Plan de Empleo de esta organización –que ha escogido el lema Mucho más que un trabajo– las mujeres son el colectivo más numeroso, con un total de 166.466 participantes durante los años 2009 y 2010, momento en que la crisis impacta de manera significativa y aumenta el número de personas que recurren a Cruz Roja en busca de ayuda.

Los perfiles son muy diversos. Con algunas ya se había trabajado anteriormente, pero con la crisis regresan con un riesgo mayor de vulnerabilidad. Cuando se trata de mujeres, la situación se agrava más, sobre todo cuando se tienen que enfrentar solas a responsabilidades familiares, carecen de formación o de experiencia laboral previa.

Entre 2008 y 2012 accedieron al mercado 43.840 personas de la mano de los planes de Cruz Roja, de las cuales 65% eran féminas. Los datos indican que, entre 2008 y 2012, alrededor de un 55% de los participantes en los programas de empleo fueron mujeres, bien desempleadas o inactivas. Solo en 2011, fueron 35.293 mujeres frente a 28.407 varones.

En este proyecto común entre NH Hoteles y Cruz Roja, las quince participantes han recibido una formación de cien horas para aprender el oficio de camarera de piso, periodo que terminó en febrero de 2013. Todas procedían de los programas de empleo de Cruz Roja.

Durante este tiempo, han asimilado la operativa de un hotel contando con un apoyo personalizado y continuado para el desarrollo de su labor profesional por parte de profesores, preparadores laborales, así como de los equipos de recursos humanos formados por personas voluntarias de NH. Se han implicado directores, gobernantas, maîtres, etc., según la directora de Responsabilidad Social Corporativa de NH Hoteles, Marta Martín.

Empoderamiento

El director de Ocupación de Cruz Roja Cataluña, Ramón Jané, explica que esta campaña se realiza a nivel estatal con otras muchas empresas en virtud de diferentes acuerdos. «La idea de este programa es incrementar el nivel de empleabilidad de estas mujeres vulnerables en el mercado laboral. Trabajamos con ellas para potenciar sus competencias, en su capacitación».

Compartir este compromiso con empresas como NH Hoteles es muy positivo, ya que «se pone en práctica lo aprendido en la parte teórica, a la vez que las acercamos al mercado laboral».

Cruz Roja puso en marcha en 2008 este compromiso con afectadas por la crisis que llevaban un tiempo sin trabajo y con un perfil profesional normalmente muy bajo. «La mayoría no tienen siquiera finalizados los estudios básicos», añade Jané.

El objetivo de la organización es que ellas puedan empoderarse, es decir, sentirse más fuertes a la hora de incorporarse en el mercado laboral, actuando en el terreno de sus habilidades sociales y su autoconfianza.

Porque algunos de los testimonios más frecuentes de estas mujeres tienen que ver con la desorientación: «Toda la vida en la misma actividad y ahora qué hago» o bien «Nunca he trabajado fuera de casa y no sé hacer nada más». Cruz Roja, con NH Hoteles, ha activado aquellos aspectos más débiles en las trabajadoras, como la atención al cliente, atención al detalle y a la calidad del trabajo, competencias que son concretas de ese sector.

«En nuestros proyectos de inserción siempre intentamos saber qué pide el mercado y, en función de eso, vemos cómo encajar los perfiles que tenemos», dice Ramón Jané. Analizan cómo empoderar a estas personas y orientarlas laboralmente hacia aquello que solicita el mercado en ese momento.

Cruz Roja tiene un modelo muy concreto establecido para la colaboración con las empresas. Siempre hay una primera fase de acompañamiento, donde se ubica a la persona con respecto a su currículo y sus anteriores ocupaciones, identificando en ella las competencias que necesita.

Los profesionales de Cruz Roja trazan una hoja de ruta por la que tiene que pasar para estar preparada en el mercado. Se trata de activar unas competencias tanto básicas como transversales, con una formación específica (como la llevada a cabo en NH) orientada al puesto de trabajo.

Esta colaboración permite que «las empresas nos envíen posteriormente ofertas de trabajo y nosotros somos los que buscamos entre las personas de nuestros itinerarios a aquellas que mejor se adaptan al perfil de la oferta».

«Después de haber realizado la formación, las empresas como NH nos ofrecen prácticas en ese puesto, como en el caso de estas camareras de piso. Lo importante es que hayan pasado por el proceso de acompañamiento y formación, que les va a suponer una mejora de su currículo y de sus competencias. Así estarán en mejores condiciones que antes de acudir a Cruz Roja. Eso forma parte de nuestra filosofía de trabajo», explica.

Es cierto que el mercado laboral está como está y es difícil encontrar trabajo, pero lo importante es que la gente se mueva. Cruz Roja se ha propuesto «activar a las personas». «La gente tiene que buscar alternativas, recualificarse, y si se mueven en una dirección concreta, mejor».

Por eso, es básico que la fase de la orientación con Cruz Roja «cale» en las mujeres, porque esta especie de proceso de coaching les ayuda a empoderarse y en eso consiste el cambio.

«Hay personas que el mercado laboral expulsó en su momento y que ahora no absorbe, o personas que no han pasado mucho tiempo en el mercado, pero ahora necesariamente tienen entrar porque no tienen otro remedio económico en su casa».

Mujeres maltratadas

«Nadie viene a Cruz Roja por gusto», declara Ramón Jané. Su organización, con el respaldo de la Obra Social de La Caixa, facilitó en 2012 la inserción laboral de más de 800 mujeres en situación difícil, de las que algo más de la cuarta parte eran víctimas de los malos tratos.

Jané cree que Cruz Roja es un referente para este colectivo en el marco del programa Incorpora de La Caixa. Pero trabajar con mujeres maltratadas, insiste el director de Ocupación, no altera la metodología aplicada, que es la misma para todas.

«Para nosotros, trabajar con estas mujeres es igual que trabajar con otras y así se lo hacemos ver a las empresas que colaboran con nosotros». «Si una mujer maltratada se inserta en una empresa, no la etiquetamos porque no ha lugar».

Sí es cierto que los equipos de orientación conocen bien su situación y por eso el nivel de acompañamiento es más de tú a tú, más personalizado. Se ofrece un acompañamiento más intenso en estos casos «ya que la carga emocional es muy grande para esa persona y eso se tiene muy en cuenta».

A Ramón Jané le parece muy bien que empresas como NH se muestren especialmente interesados en este perfil y tengan esa sensibilidad: «La violencia machista es un tema muy importante y una persona que ha sufrido a esos niveles debe contar con el máximo de apoyo para la integración, pero lo hacemos sin etiquetarla».

NH Hoteles lleva mucho tiempo inmerso en proyectos de empleabilidad con colectivos vulnerables, como en el caso de las mujeres. Cruz Roja puso a su alcance una bolsa de mujeres previamente identificadas para este proyecto en Barcelona. De los veinte hoteles que tiene la cadena española en Barcelona, Marta Martín cuenta que seis se sumaron al proyecto de forma voluntaria.

Luego se les asignaron a las participantes según las necesidades de cada establecimiento. De las cien horas de previaformación, cincuenta de ellas fueron teórico-prácticas a cargo de personal voluntario del hotel. El balance personal de Marta Martín, directora de RSC de NH y una de los artífices de la política de acción social de la compañía, es más que positivo, por lo que cree esta acción en Barcelona se repetirá.

Además, valora especialmente el momento en que se produjo esta iniciativa: «Un momento complicado y extraño porque se iba a iniciar un ERE en la compañía, y aun así, se logró que una alumna participante se incorporara a la plantilla».

NH Hoteles se ha comprometido a trabajar con temas críticos como es la violencia de género, «que está en la agenda de todos los que nos sentimos responsables. Para mí, el hecho de dar oportunidades concretas a estas personas ya es un punto positivo», comenta Marta. P

ero también es para la empresa de «un enorme valor internamente» por involucrar a los trabajadores. «Para los empleados es una satisfacción poder ayudar desde su puesto a quien más lo necesita. Ganamos todos», señala.

Una de las participantes beneficiada con este programa es la marroquí Khalissa Aharmin, residente desde hace diez años en España y con una hija a su cargo. Cuenta cómo en la formación le enseñaron a dirigirse a los clientes, cómo tratarles con respeto, además de aprender el oficio de camarera de piso con sus correspondientes hojas asignadas a cada habitación. En ese periodo formativo fue tratada como una trabajadora más integrada en la plantilla del hotel Hesperia Tower.

«Gracias a Cruz Roja, que nos ha facilitado encontrar trabajo», dice Khalissa, que ahora ha sido contratada por otra empresa de Barcelona en este mismo sector. «Si tienes ganas de trabajar, tienes que tener ganas de aprender», asegura Khalissa. Ella decidió realizar hasta tres veces ese curso de camarera de piso «para aprender más porque, aunque se trata de hacer labores de limpieza, cada hotel es diferente y tiene su propio sistema».

Por Nuria García
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