Liderando las finanzas verdes en Bolivia

HAZ15 julio 2014

El Banco Los Andes ProCredit es uno de los principales bancos privados de desarrollo de Bolivia, que busca promover el progreso económico y social en países en vías de desarrollo y economías en transición ayudando a crear sectores financieros inclusivos, eficaces y equitativos. Desde su creación, como una ONG denominada ProCrédito en el año 1992, la entidad financiera ha evolucionado considerablemente.

En la actualidad, es un banco que opera a nivel nacional con una cartera de créditos de más de 550 millones de dólares estadounidenses, contando con 60 sucursales y cerca de mil trabajadores.

Hace unos años, el grupo decidió, como parte de su compromiso con el desarrollo sostenible, impulsar un enfoque más estratégico e integral de la gestión medioambiental y desarrollar, como parte importante de esta estrategia, una línea de servicios financieros verdes.

En colaboración con la firma alemana International Projekt Consult GmbH (IPC), que también es accionista de ProCredit, el grupo desarrolló un modelo integral para la gestión interna y externa del área medioambiental y de las finanzas verdes en sus 21 bancos que incluía tres pilares: 1) Sistema de gestión medioambiental interno; 2) Gestión de riesgo ambiental de créditos, y 3) Créditos verdes.

Muchas personas en el banco consideraban que esta iniciativa implicaba un gran riesgo e importantes dificultades de implementación. No les faltaban razones.

El banco había estado sometido, recientemente a importantes cambios en diversas áreas que hacían difícil acometer un nuevo reto en el área medioambiental.

Por otra parte, la gestión ambiental y las finanzas verdes, eran temas completamente nuevos para el banco, para el sector financiero y para el país en general. El mercado boliviano se encontraba en una etapa muy temprana de desarrollo en términos de incentivos e inversiones en favor de la eficiencia energética y las energías renovables.

Los niveles de concienciación en estas áreas eran muy bajas entre el personal, los clientes, los proveedores y el público en general. Los precios de la energía en Bolivia estaban muy subsidiados, situándose entre los más baratos de América Latina.

La maquinaria y equipos no estaban en las mejores condiciones, con un promedio de unos 20 a 25 años de edad, y el principal criterio de decisión de la inversión seguía siendo el costo inicial en lugar del valor a largo plazo.

El conocimiento de las leyes y reglamentos ambientales existentes era muy pobre, la supervisión débil y el cumplimiento muy deficiente en una economía, además, altamente informal. A día de hoy sigue sin existir una legislación que promueva la eficiencia energética, las energías renovables o las tecnologías verdes.

A pesar de estos desafíos, existían también importantes oportunidades: desarrollar un nuevo mercado para impulsar las inversiones verdes y el acceso a la financiación; ayudar a mejorar la imagen y el posicionamiento del banco en el mercado; integrar la gestión ambiental y los créditos verdes en la planificación, las políticas y los procedimientos del banco como parte del enfoque institucional en el largo plazo; medir y mejorar el desempeño ambiental del banco; aumentar el conocimiento de la eficiencia energética y los temas ambientales; mejorar la competitividad de las micro, pequeñas y medianas empresas, y desarrollar y profundizar relaciones y asociaciones estratégicas con clientes, proveedores y otros socios.

Así, comenzaron con un proyecto piloto lanzando al mercado en el segundo semestre del 2011 el denominado Crédito Ecológico. Si bien este piloto no fue exitoso, la experiencia les ayudó a aprender de los errores.

La principal lección es que se dieron cuenta de que la iniciativa no consistía, principalmente, en desarrollar un nuevo producto «ecológico», sino que requería todo un enfoque estratégico que implicase y comprometiese a todos los estamentos de la organización y requería, además, el desarrollo de nuevas capacidades internas.

Para desarrollar esas capacidades elaboraron un catálogo estándar de los créditos que incluía criterios objetivos de elegibilidad. La finalidad de esta herramienta era proporcionar una guía práctica al personal de la sucursal, que no era experto en eficiencia energética o préstamos verdes, para poder entender y otorgar mejor este nuevo tipo de préstamos. Este crédito ofrecía tasas de interés preferenciales y financiaba inversiones en tres actividades: eficiencia energética, energía renovable y medidas ambientales.

Conclusiones del proyecto piloto

Pero no fueron las únicas enseñanzas que les dejó el proyecto piloto:

1. Las iniciativas nuevas requieren visión y comunicación. La gestión medioambiental y los créditos verdes son una iniciativa viable de negocios, pero para conseguir resultados es imprescindible reforzar la comunicación interna y externa. La persona responsable debe ser capaz de comunicar con convicción su visión a todos los niveles de la organización.

2. Conseguir la identificación con la iniciativa. Para lograr que los directivos claves se comprometan con la iniciativa es necesario mostrarles las ventajas concretas de la nueva estrategia y como se relaciona con otras estrategias y objetivos del banco. Es decir, persuadirles que esta forma parte integral de la estrategia macro del banco y que va a ayudar a lograr los objetivos institucionales.

3. Reuniones basadas en resultados. Las reuniones deben ser cortas, reducirlas a las estrictamente necesarias y siempre con una agenda bien planificada y orientada a la toma de decisiones. Como lo natural es que la gente se encuentre ocupada y las reuniones no son un objetivo en sí mismo, resulta crucial minimizar su frecuencia y planificarlas bien. Deben focalizarse en discutir propuestas, tomar decisiones, controlar el progreso y documentar y comunicar los resultados.

4. Ir despacio para ir más rápido. La presencia, el apoyo y el seguimiento del responsable y su equipo resultan indispensables cuando se trabaja en la sede y en muchas sucursales. Las visitas a las sucursales y a los clientes a lo largo de todo el país fue una de las medidas más eficaces para que el personal percibiese al Departamento de Gestión Medioambiental como un socio y poder sentar las bases para lograr buenos resultados. Si bien estas visitas requieren bastante tiempo, al final se avanza mucho más rápido.

5. La integración es crítica. Además de las políticas y procedimientos, resulta clave incorporar la gestión ambiental y el crédito ecológico en la planificación estrategia del negocio y los sistemas de comunicación, informes y formación del Banco. Si bien se necesitan desarrollar políticas, procedimientos y reportes específicos para la gestión ambiental y el crédito ecológico, es crucial integrarlos en los ya existentes para facilitar el acceso a la información y una implementación más rápida.

Todo el proceso tuvo como principal resultado convertir el Banco Los Andes ProCredit, que está integrado por 21 bancos orientados al desarrollo económico y repartidos entre Europa del Este, América Latina y África y también un banco en Alemania, en una institución pionera en América Latina en la gestión medioambiental y las finanzas verdes, con una nueva cultura y una cartera del Crédito Ecológico de casi diez millones de dólares americanos al cierre de 2013.

Por Heidi Sumser
@hsumser
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