La agenda de desarrollo post 2015 se debate en Argentina

El 16 de junio de 2011 el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas aprobó una serie de recomendaciones conocidas como los 'Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos. Proteger, Respetar y Remediar' y estableció un grupo de trabajo para, entre otras cosas, promover su difusión y aplicación entre 2011 y 2014.
Florencia Segura27 febrero 2015

Los Principios Rectores se proponen implementar el marco sobre derechos humanos y empresas y pretende constituirse en la experiencia de investigación, sistematización, participación y debate en derechos humanos y empresas, más “evolucionada” en el ámbito mundial.

Durante un largo tiempo, las estrategias de protección de los derechos humanos posaron su mirada casi exclusivamente en el rol del Estado. A medida que el papel y el impacto global de las empresas fueron en aumento, también su exposición en esta materia creció significativamente.

Para ayudar en ese proceso, la red del Pacto Global en Argentina desarrolló una guía sobre empresas y derechos humanos, que incluye un análisis detallado de los Principios Rectores, recomendaciones para su implementación y también herramientas que ayudan a las empresas a conocer y operar en el nuevo contexto.

Con la presentación de la guía, la iniciativa del Pacto Global en la Argentina procuró poner a disposición de las empresas un instrumento de consulta y referencia para las actividades cotidianas que también sirva para enmarcar el diseño, la gestión y la implementación de propuestas innovadoras de responsabilidad social.

Ello incluye buenas prácticas en materia de compromiso político, debida diligencia, evaluaciones de riesgo e impacto en derechos humanos, promoción de la participación pública de los actores más relevantes, integración de resultados, monitoreo y difusión.

Todos estos planteamientos se conjugan con propuestas para la implementación de los Principios del Pacto Global en áreas específicas, tales como derechos laborales, medio ambiente y lucha contra la corrupción.

El gran desafío para seguir avanzando es la coordinación de todos los intereses en juego, pero sobre todo un cambio cultural hacia la sustentabilidad. Si bien la guía de derechos humanos y empresa elaborada en Argentina promueve la aplicación e implementación en articulación con el sector público y privado, la lucha contra la corrupción en Argentina sigue siendo un tema poco profundizado.

Respecto a la debida diligencia, el profesor John Ruggie menciona que los principios deben ponerse en marcha en el inicio de una relación comercial, dado que se pueden heredar riesgos para los derechos humanos y mitigarlos a tiempo.

Es importante también entonces, ligar los principios de Ruggie al principio 10 del Pacto Global y ponerlos sobre la agenda post 2015 con más exhaustividad, debido a que esto contribuirá a la debida diligencia de los derechos humanos.

El IV foro empresarial en Buenos Aires

En la apertura del IV foro empresarial en Buenos Aires, se mencionaron los datos sobre la nueva agenda global de desarrollo post 2015, que deberá ser adoptada por la Asamblea General de la ONU que se reunirá a nivel de jefes de Estado en septiembre de 2015.

Así como es importante una nueva agenda de desarrollo, también lo será articular los esfuerzos en la creación de sistemas de gestión sustentable en los distintos actores, sobre todo desde el sector privado, ya que, la sociedad demanda cada vez más compromiso e integridad de las empresas a nivel global como atributos claves para construir confianza.

Sistemas de gestión más abiertos en los que se dé un intercambio fluido con los grupos de interés y se recoja información de ellos, al mismo tiempo que se retroalimente con transparencia, armonía y en convivencia con la diversidad para que el sistema se autosustente, se hacen necesarios.

En los casos argentinos que tienen que ver con la complicidad silenciada, esto es, la pasividad o aceptación por parte de las empresas de prácticas de discriminación sistemática en las leyes de contratación aplicadas a grupos concretos discriminados por raza o sexo que podrían originar acusaciones, Arcor, Carrefour y Randstad mostraron cómo luchan contra la discriminación de las mujeres en los puestos de dirección para que este problema no se naturalice dentro de sus empresas.

Sin embargo, queda mucho por hacer para el diseño de organizaciones más sustentables, dada la desigualdad persistente.

En el debate que involucra la convergencia Estado-empresas, se hizo explicita la situación de estas últimas frente a los Estados cuando se encuentran solas en el momento de proteger los derechos humanos y en los que se les dificulta articular solas la gestión de riesgos, por lo que Isela Constantini, CEO de General Motors en Argentina demandó más presencia del Estado.

Identificar los vacíos en derechos laborales inespecíficos y en el caso en que no se pueda cumplir con los principios, explicar por qué no se ha podido, es muy importante en la manera de avanzar con medidas creativas para transparentar la situación y beneficiar no solo a las empresas, sino a todo tipo de organizaciones con mecanismos e incentivos que demuestren un comportamiento transparente, dado que las fallas en el sistema se dan, no solo por la falta de un liderazgo ético, sino por la falta de educación, concienciación e incentivos bajo un enfoque basado en una nueva concepción evolutiva, en la que la supervivencia no se dé por ser el más fuerte, sino por la ética del cuidado del otro como incentivo para el desarrollo económico.

El no hacerlo afecta a los derechos humanos de grupos vulnerables, generándoles no solo más pobreza y desigualdad, sino también espacios para flagelos y la externalización de la falta de conciencia moral en estos grupos.  La finalidad principal de la sustentabilidad económica, social y ambiental debe tener un enfoque “curativo” y “profundo”, yendo a las causas con un liderazgo consciente.

En conclusión, a mayor conciencia de las organizaciones, mayor posibilidad habrá de hacerlas socialmente responsables y sustentables, al mismo tiempo que el nuevo contrato social se sigue delineando.

Son los líderes de las empresas los principales protagonistas de este cambio hacia la sustentabilidad, generando confianza hacia los mercados, pero también mostrando un modelo de gestión diferente, mediante procesos que mejoran la calidad de vida de los entornos en los que operan.

Queda mucho por aprender para virar hacia una economía regenerativa. Son las organizaciones más evolucionadas, las que sobrevivirán a la nueva economía, siempre en sintonía con la misión que las hizo nacer.

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