La RSC en pymes, una oportunidad para crecer

Aunque son las políticas de las grandes corporaciones las que destacan a nivel mediático, las pequeñas y medianas empresas han empezado a buscar asesoramiento para subirse al carro de la gestión responsable, tras observar que las acciones de este tipo mejoran la rentabilidad de su negocio y garantizan su supervivencia.

Es fácil encontrar buenos ejemplos de RSC entre las grandes empresas. Gracias a su carácter mediático, sus campañas de responsabilidad social corporativa suelen estar en boca del gran público, haciéndole ganar enteros en lo que a competitividad se refiere. Pero, ¿qué hay de la pequeña y mediana empresa?

Aunque a simple vista parece un campo sólo apto para grandes multinacionales, lo cierto es que la gestión responsable cada vez es más común entre las pymes. “Más del 55% de las entidades que cuentan con un sistema de gestión de la RSE certificado según la norma SGE 21 son pymes”, asegura Ana Herrero, directora de Proyectos y Servicios en Forética. Además, en su opinión, hay muchas pequeñas empresas que están trabajando en el campo de la RSC sin saber que lo están haciendo.

Con el fin de despejar dudas, Herrero explica que hacer RSC implica una gestión responsable de los recursos humanos de la empresa, en términos de igualdad de oportunidades, trato no discriminatorio, mantenimiento de un buen clima laboral, atención a las necesidades o formación y desarrollo profesional.

Pero también ofrecer un servicio de calidad a los clientes, marcado por la honestidad, transparencia y confianza; promover una correcta gestión de los proveedores, seleccionando aquellos que están alineados con tus políticas corporativas, manteniendo compromisos y responsabilidades similares; comprometerse con la minimización de los impactos negativos sobre el entorno, tanto social como ambiental, y tratar de potenciar, a la vez, los positivos así como el mantenimiento de unos estándares éticos sólidos (buen gobierno, anticorrupción y transparencia) en las relaciones con otros agentes y en las operaciones del día a día.

“Teniendo esto en cuenta, ninguna empresa, independientemente del tamaño, se puede mantener ajena, ya que estamos hablando de una forma de gestionar y hacer empresa que garantiza la supervivencia”.

Una opinión que suscriben desde el Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa en Pymes de Murcia. Su directora, Isabel Martínez Conesa, advierte que implantar procesos de RSC no es un gasto, sino una inversión, y recomienda a las pymes iniciar procesos de gestión responsable si quieren ser más competitivas.

“Hemos elaborado una fórmula en la que están presentes los trabajadores, el medio ambiente, la comunidad local… diseñamos un modelo, lo validamos y observamos que las empresas con mejor evaluación del nivel de responsabilidad eran también más rentables”, asegura.

¿En qué se puede destacar?

Dependiente de la Cátedra de RSC de la Universidad de Murcia y apoyado por varias empresas de la región, el Observatorio está asesorando a decenas de compañías que quieren empezar a desarrollar acciones propias en este campo.

“A veces las empresas piensan que les obligará a cambiar toda su estructura y no es así. Nosotros les ayudamos a definir una hoja de ruta para que el impacto en su día a día sea mínimo”, explica Martínez.

Según un informe presentado recientemente por esta entidad, las pymes rechazan determinadas acciones de RSC, como invertir en fondos de inversión éticos; llevar a cabo sistemas independientes de auditorías; elaborar un informe anual de gobierno corporativo y fomentar actividades para impulsar el comercio justo.

Por el contrario, ven factible: desarrollar programas de prevención de riesgos laborales; adoptar políticas no discriminatorias de contratación; impulsar la formación de los trabajadores; asumir responsabilidades sobre productos defectuosos; desarrollar programas de reciclaje; garantizar la veracidad de la publicidad; usar energías limpias y renovables; fomentar los foros de diálogo dentro de la empresa, o integrar mano de obra extranjera.

“Hay empresas pequeñas y medianas de sectores de las nuevas tecnologías que pueden lograr una diferenciación orientando sus innovaciones a resolver retos sociales o ambientales; o implantando nuevas formas de trabajo que promuevan, por ejemplo, la conciliación, como el teletrabajo”, enumera la responsable de Forética.

Curiosamente, entre las motivaciones que empujan a una pyme a implantar procesos de RSC las cuestiones éticas se quedan muy atrás. De hecho, las principales razones que impulsan a las empresas a desarrollar este tipo de iniciativas son la reputación, la fidelización de los clientes y el cumplimiento de la legislación.

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Pequeñas y medianas prácticas ejemplares

En España existen diversas muestras de pyme socialmente responsable, una figura que también se está intentando potenciar desde algunas patronales. La Federación de Empresarios de La Rioja (FER), por ejemplo, organizó recientemente una conferencia titulada Conociendo la RSE. Introducción para la pyme, con la que se pretendió acercar los conceptos del desarrollo sostenible a las pequeñas y medianas empresas.

Por otra parte, el Departamento de Industria del Gobierno de Aragón y el Cluster de Automoción de Aragón han alcanzado un acuerdo de colaboración para impulsar la RSC en las pymes aragonesas del sector en un futuro cercano.

Sin embargo, una de las que mejores resultados está obteniendo es la RScat, una plataforma en la que está involucrada, entre otras instituciones, la Fundació Pimec, dependiente de la patronal de pymes catalana. “En ella se desarrollan programas muy concretos para mejorar en los planos medioambiental, social y económico”, asegura Rosa Juny, directora técnica de la fundación.

Gracias a iniciativas de este tipo se pueden observar interesantes acciones de RSC en pequeñas y medianas empresas, que han sabido conducir sus políticas de responsabilidad sin los recursos de una gran corporación. Como muestra, un botón:

Fruits de Ponent: Es una cooperativa comercializadora de fruta en la que trabajan unas 200 comunidades familiares, que cultivan una de las tres zonas productoras más importantes de Europa, localizada entre Cataluña y Aragón.

En el campo de la RSC destaca por utilizar un sistema agrícola de Producción Integrada, que certifica la trazabilidad del producto desde el campo hasta la expedición, y garantiza la seguridad alimentaria de la fruta mediante la reducción del uso de fitosanitarios.

Dispone de un equipo técnico propio y de un laboratorio, e invierte en I+D+i conjuntamente con la Universidad de Lleida con el fin de mejorar su producción. Además, imparte formación continuada a todos sus socios y trabajadores.

Gracias a sus políticas de RSC se ha convertido en proveedor de Marks&Spencer, empresa anglosajona que en sus políticas tiene establecido como objetivo hacer todas sus compras de forma sostenible.

Ecoembes: Una de las grandes responsables de la implantación del reciclaje en España lleva de serie las acciones de RSC en términos medioambientales. Más allá de lo ‘verde’, Ecoembes también destaca en el plano laboral. De hecho, el pasado año se alzó con el premio CSR MarketPlace en el campo Habilidades para el Empleo.

El proyecto ganador consistía en facilitar la entrada en el mercado laboral de personas en riesgo de exclusión social, especialmente del entorno penitenciario, a través de las fundaciones Trinijove e Integra.

Hospital Plató: Ubicado en Barcelona, este centro acaba de conseguir su certificación SGE 21. Desde 2008 poseen una Comisión de Responsabilidad Social y Gestión Ética. Tienen políticas de RSE, de Igualdad y Diversidad, política Anticorrupción, código ético y política ambiental.

Telice: Socio de Forética desde hace más de 10 años, esta empresa de ingeniería leonesa acaba de recibir un premio a la mejor política RSC por su proyecto Fab Lab León.

Se trata de un espacio de trabajo comunitario con máquinas de fabricación asistida por ordenador al alcance de cualquier persona, con el fin de fomentar la creatividad y la innovación.

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