La economía circular y las cuatro barreras que debe superar

La economía circular todavía debe vencer muchas reticencias, problemas y barreras de diferente índole para poder convertirse en un sistema de amplia adopción.

Mucho se ha hablado de la economía circular últimamente, pero no está de más refrescar el concepto. Por economía circular se entiende un sistema económico que maximiza la reutilización de productos y materias primas, y reduce al mínimo su devaluación.

Este sistema difiere del sistema lineal actual, donde se utilizan las materias primas para la fabricación de productos que son destruidos al final de sus vidas útiles.

El sistema circular tiene dos ciclos de materiales. Uno de ellos, el ciclo biológico, se centra en devolver los residuos de vuelta a la naturaleza de una manera segura. El segundo es el ciclo técnico, que tiene por objeto garantizar que los productos y sus componentes están diseñados y comercializados de una manera que permite que sean reutilizados con la más alta retención de calidad posible.

Estos ciclos pretenden maximizar la retención de valor económico. Por tanto se puede afirmar que el sistema es restaurador desde el punto de vista ecológico y económico.

La economía circular se basa en 3 principios fundamentales:

– Preservar y mejorar el capital natural controlando existencias finitas y equilibrando los flujos de recursos renovables.

– Optimizar el uso de los recursos rotando productos, componentes y materiales con la máxima utilidad en todo momento, tanto en los ciclos técnicos como en los biológicos.

– Fomentar la eficacia del sistema revelando y eliminando externalidades negativas.

En el siguiente gráfico de la Ellen MacArthur Foundation se puede observar esos principios fundamentales y los dos ciclos de materiales antes comentados (el biológico en el lado izquierdo y el técnico en el derecho).

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Pero un sistema como este, tan aparentemente (y realmente) beneficioso y que debería comenzar a desarrollarse a gran escala debido sobre todo a la necesidad de ahorrar recursos de todo tipo, tiene por delante todavía obstáculos para su implantación que deberán ser superados para que se adopte en mayor grado.

¿Por qué se demora la implantación de la economía circular?

Freek van Eijk, director de Acceleratio, una firma consultora holandesa dedicada a asesorar la transición hacia el “crecimiento verde”, puso de relieve en el Foro Springtif 2015 sobre sostenibilidad, celebrado en la localidad holandesa de Terschelling, las diferentes barreras que la economía circular debe hacer frente y vencer.

Las barreras que describe Freek van Eijk están encuadradas en diferentes ámbitos  (político y regulatorio, cultural, financiación, y tecnológico y de infraestructuras) y en distintas partes de la cadena de valor (de manera general o en fases de diseño y producción, logística, consumo, reciclaje y recuperación).

A continuación se describen algunos de los obstáculos a superar:

1. Barreras políticas y de regulación

La falta de apoyo y de estímulos por parte de los gobiernos (a través de la posibilidad de financiación, la formación, políticas de impuestos efectivas, etc.) es ampliamente reconocida como un obstáculo importante en la captación de inversiones ambientales.

En este ámbito también se pone de relieve que todavía hace falta una armonización de estándares y definiciones que sirva de base para que la economía circular se desarrolle de manera correcta y para que se creen estándares certificables para todo tipo de industrias.

Asimismo se debería regular la sustitución de sustancias nocivas y fomentar el ecodiseño dirigido especialmente al ahorro de recursos y a la eficiencia energética.

2. Barreras de aceptación cultural

La falta de conciencia ambiental en proveedores y clientes es un factor desalentador para que la economía circular eche a rodar. A pesar de que las decisiones de compra de los clientes son en parte influenciadas por criterios de sostenibilidad, su cumplimiento no es generalmente considerado como de alta prioridad.

Además, la poca información que tienen los consumidores en cuanto a los orígenes y recursos utilizados a la hora de fabricar un producto (en parte por culpa de la falta de metodologías internacionales para el etiquetado de productos) tampoco ayuda a que estén concienciados de la necesidad de reducir consumos o reutilizar, recuperar y reciclar productos.

Que en el inconsciente colectivo se haya “teledirigido” hacia el consumo de productos con obsolescencia programada es también un hándicap importante para que los consumidores escojan productos con un ciclo vital más largo y/o que sean fáciles de reparar y seguir usando.

Otra de los retos más importantes en este punto es lograr un cambio de mentalidad de los consumidores desde los modelos de propiedad a los de pago por uso por los que apuesta fuertemente la economía circular.

También entran en juego barreras psicológicas como el hecho de que para muchos consumidores algunos productos que pueden haber sido remanufacturados son directamente percibidos como de peor calidad.

La falta de conocimiento sobre los beneficios de la economía circular ha sido identificada como causa de reticencias para la implementación de la economía circular entre muchas pequeñas y medianas empresas que creen que les va a resultar muy costosa.

3. Barreras de acceso a la financiación y económicas

El coste de nuevos modelos de innovación y de negocios «verdes» es una de las principales barreras para la adopción de prácticas de sostenibilidad de las pymes.

Los costes iniciales de cualquier inversión de ese tipo y el período previsto de amortización son particularmente importantes para estas empresas, que generalmente son más sensibles a los costes financieros adicionales resultantes de las actividades de negocios “verdes” en comparación con las grandes empresas.

Además de mejoras en la actual falta de financiación pública ya mencionada anteriormente, se necesitan modelos de financiación alternativos que tengan en consideración a las empresas más comprometidas con la transparencia, el reporte de actividades y la responsabilidad social corporativa tanto a nivel económico como social y medioambiental.

Así mismo la eliminación de impuestos sobre el valor añadido (o en su defecto un impuesto reducido) en aquellos productos que, por ejemplo, hayan sido reciclados también ayudaría a que su consumo fuera más alto.

4. Barreras tecnológicas y en las infraestructuras

La falta de competencias, conocimientos y habilidades técnicas se revela como otra causa de mucho peso para la lentitud en el desarrollo y la expansión de la economía circular.

Son necesarias habilidades técnicas que actualmente no están presentes en la fuerza de trabajo.

Muchas pymes no son capaces de identificar, evaluar y poner en práctica técnicas avanzadas dirigidas a reducir su impacto ambiental, a diseñar productos con la circularidad en la mente, ni tampoco a desarrollar sistemas y procesos basados en la reutilización, el reacondicionamiento y  el reciclado, con el ahorro de costes que todo ello les generaría.

¿Cómo superar esas barreras?

Como siempre, la formación y la concienciación es una pieza clave en todo proceso de cambio, y en los puntos anteriores se pueden ver dos ámbitos principales en los que esa formación es clave, y no son otros que el cultural y el tecnológico y de infraestructuras.

En ambos, con la adecuada educación, concienciación y formación se puede ayudar a generar el cambio en la manera de pensar de la sociedad y también a entrenar a gerentes, técnicos y demás para que sean conscientes de las oportunidades, beneficios y ventajas que la economía circular brinda tanto a sus negocios como a la sostenibilidad del planeta.

Cambios claros en esos dos ámbitos anteriores a buen seguro traerán otros a nivel político y legislativo así como de los poderes económicos para que, nunca mejor dicho, se cierre el círculo y la economía circular eche a rodar con fuerza.

Según Freek van Eijk, este periodo de transición “con ganadores y perdedores puede durar una o dos generaciones”.

Para aquellas empresas que quieran empezar a plantearse el implementar la economía circular, la Universidad de Cambridge pone a su disposición un conjunto de herramientas llamado Circular Economy Toolkit a través del cual se pueden ir introduciendo en conceptos relativos a este sistema económico y cómo ir adoptándolo.

En el caso de las Administraciones y aquellas instituciones dedicadas a la generación de legislación también existe un conjunto de herramientas proporcionado por la Ellen MacArthur Foundation llamado Toolkit for policymakers.

El kit identifica ocho ideas clave, detalles de las opciones a tomar, oportunidades y barreras, y demuestra cómo esas herramientas pueden ser aplicadas en un estudio piloto de Dinamarca.

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