¿’Trumpazo’ a la sostenibilidad?

Apenas han pasado unas semanas desde que Donald Trump fue elegido presidente de los Estados Unidos y la confusión respecto a sus políticas en general y sobre sostenibilidad, medio ambiente y cambio climático en concreto continúa y se hace más evidente.
<p>Donald Trump, presidente de EEUU. Foto: Gage Skidmore.</p>

Donald Trump, presidente de EEUU. Foto: Gage Skidmore.

Trump ha ido cambiando su discurso en muchos temas en relación a lo que había prometido en su campaña electoral, y a buen seguro que seguirá en evolución hasta la ceremonia de posesión del cargo de presidente el próximo 20 de enero y mucho más allá.

Casi no pasa un día en el que no leamos algo sobre sus dimes y diretes.

Todos sabemos que las campañas electorales son el momento ideal de hacer brindis al sol y prometer cosas que son improbables o directamente imposibles con la única intención de que el electorado menos crítico trague con ellas y se muestre partidario de dar su voto.

En un personaje populista como Trump esa peculiaridad se da todavía más, y con el paso de días, semanas y meses llega el momento de los “donde dije digo dije Diego” y todas las matizaciones o directamente los cambios de versión que hagan falta.

Lamentablemente no es nada nuevo, la política actual se basa en esta serie de cosas tanto en EEUU como en cualquier otro país del mundo.

¿Qué ha dicho Trump sobre sostenibilidad y cambio climático?

Donald Trump escribió un tuit en 2012 declarando que el concepto de cambio climático había sido «creado» por los chinos con el fin de hacer que la fabricación de bienes en Estados Unidos no fuera competitiva. Tuit al que siguieron otros tan absurdos como los que hizo diciendo que en Nueva York o Los Ángeles hacía frío y que dónde estaba entonces realmente el cambio climático.

Durante la campaña electoral citó planes para cancelar el Acuerdo de París, y se mostró partidario de detener el apoyo estadounidense a los programas de calentamiento global de la ONU y de defender la “salvación” de la industria del carbón del país.

Después de su elección, Trump hizo unas sorprendentes declaraciones durante una conferencia de prensa, admitiendo que «hay cierta conectividad» entre la actividad humana y el cambio climático, y dijo que mantendría una mente abierta sobre el tema.

Donald Trump escribió un tuit en 2012 declarando que el concepto de cambio climático había sido "creado" por los chinos con el fin de hacer que la fabricación de bienes en Estados Unidos no fuera competitiva.

Sin embargo, el jefe del Estado Mayor de la Casa Blanca, Reince Priebus, confirmó en una entrevista posterior que la negación del cambio climático seguiría siendo la «posición predeterminada» de Trump.

Sin duda ha dicho más cosas sobre estos temas, pero lo comentado ya sirve para hacernos una idea de por dónde van los tiros.

¿Qué podría suponer el mandato de Trump para el medio ambiente?

Los puntos de vista de Trump sobre temas como el cambio climático, con sus giros de 180º y 360º, son particularmente preocupantes después de ocho años de reforma pro-ambiental realizada por Barack Obama, quien ayudó a liderar importantes avances de la industria en inversión responsable y cambio climático en particular, incluyendo el citado Acuerdo de París y el Plan de Acción para el Clima.

Algunos defienden que una retirada del Acuerdo de París por parte de EEUU podría llevar al desastre, no sólo por la desaparición del acuerdo del país responsable de más del 16% de las emisiones de CO2 del planeta sino también porque otros países podrían hacer lo mismo o levantar el pie del acelerador contra el cambio climático al ver que un jugador como EEUU abandonaba la partida.

Otros, sin embargo, creen que incluso si EEUU se retirase, bastantes países han ratificado ya el acuerdo para activar su entrada en vigor y por tanto la lucha contra el cambio climático no se vería afectada gravemente. Los expertos dicen que no esperan que el resto del mundo afloje la agresiva acción climática simplemente debido a las elecciones estadounidenses.

En esa misma línea, los expertos también señalan que si EEUU decidiera no embarcarse en una vía de bajo carbono, quedaría por detrás de otras grandes economías que están ansiosas por consolidar una cuota de mercado dominante como productoras de tecnologías de energía renovable.

Países como China podrían beneficiarse de que EEUU vaya en la dirección contraria y podrían superar competitivamente a la economía norteamericana.

Países como China podrían beneficiarse de que EEUU vaya en la dirección contraria y podrían superar competitivamente a la economía norteamericana.

De todas maneras, tal y como se señala en El País, si EEUU decidiera salirse del pacto, tendría que “esperar tres años para denunciarlo, según establece el artículo 28 del Acuerdo de París. La denuncia de un tratado es la fórmula que se emplea en el derecho internacional cuando un país pretende salirse unilateralmente de un pacto”.

Además, dicha denuncia surtiría efecto al cabo de un año contado desde la fecha en que se haya recibido la notificación correspondiente, por lo que no sería una salida inmediata del Acuerdo de París ni mucho menos.

Por otra parte, que Trump haya escogido como secretario de Estado a Rex Tillerson, actual CEO de Exxon Mobil, es un hecho un tanto inquietante.

Exxon Mobil “ha afrontado en las últimas décadas numerosas críticas por los efectos de sus negocios en el medio ambiente, desde el vertido del barco Exxon Valdez en las costas de Alaska, en 1989, a su papel en la financiación de grupos que cuestionaban los efectos humanos en el cambio climático”.

Otra causa de preocupación ha sido la persona elegida para liderar la Agencia para la Protección del Medio Ambiente (EPA), el procurador general de Oklahoma, Scott Pruitt.

Pruitt es un negacionista del cambio climático que podría, entre otras cosas, detener y revertir la participación de la EPA en las autoridades regulatorias de los estados de EEUU, dejando libres a éstos para que gestionen temas ambientales de manera  independiente y sin un plan conjunto definido.

También, en sus primeros cien días al mando del país, Trump pretende cancelar las restricciones en la producción de energía  a través del llamado “carbón limpio”, con el objetivo de crear “muchos millones de empleos muy bien pagados”.

Pero el llamado carbón limpio no es tal, sino que es el término utilizado para la cara tecnología de captura y almacenamiento de carbono que a día de hoy no puede competir económicamente con otras fuentes y maneras de producir energía.

Las quejas y súplicas para que el nuevo presidente sea condescendiente con el medio ambiente no se han hecho esperar y han llegado de diversos lugares del planeta.

Una de llamadas de atención más importantes ha venido de parte de un grupo de más de 800 expertos en ciencia y energía han firmado una carta abierta a Trump, instándole a tomar seis pasos clave para abordar el cambio climático para ayudar a proteger la economía, la seguridad nacional y la salud y seguridad públicas.

Más de 800 expertos en ciencia y energía han firmado una carta abierta a Trump, instándole a tomar seis pasos clave para abordar el cambio climático.

Entre esas demandas están que reconozca públicamente que el cambio climático es una urgente amenaza real causada por el ser humano, que EEUU sea un líder en energía limpia, que promueva la reducción de la contaminación por carbono y la dependencia del país de los combustibles fósiles y que apoye el compromiso de EEUU con el Acuerdo Climático de París.

El miedo entre la comunidad científica dedicada al cambio climático es tal que están copiando tantos datos ambientales públicos como sea posible por si acaso la administración de Trump ordena su eliminación.

Ante el riesgo, nuevas oportunidades

Pero no debemos ver la elección de Trump como algo que vaya a ser perjudicial para los intereses del planeta, ya que podría también convertirse en una oportunidad, como señala Corinne Le Quéré, directora del Tyndall Centre for Climate Change Research de la Universidad de East Anglia, en un artículo de Pacific Standard.

Le Quére, manifiesta que la figura del nuevo presidente podría traer una nueva dimensión a la forma en que abordamos el cambio climático: “Trump es un hombre de negocios. El mayor avance que podemos hacer para abordar el cambio climático es desarrollar una economía empresarial que produzca energía sin el carbono, y hay enormes oportunidades para esto en América, por ejemplo a través de su liderazgo en Silicon Valley, transformando la industria del automóvil, desarrollando una red de energía más, o a través de la bioenergía y la economía circular».

Como podemos ver, todavía hay demasiados rumores y pocos hechos para saber qué deparará el mandato de Trump para el planeta. El balance deberá llevarse a cabo una vez finalice su trabajo como presidente, aunque a priori parece que podrá ser bastante mejorable.

Seguramente una cosa podemos tener bastante clara y es que Trump no es un idiota, y hará las acciones y dará los giros necesarios para que los resultados vayan en línea con sus intereses personales y económicos.

Sólo nos cabe esperar que esos intereses puedan compatibilizarse con un compromiso por la mejora del planeta.

O, mejor aún, que el compromiso con la sostenibilidad pueda compatibilizarse con sus intereses, ya que supuestamente los políticos están para servir al bien de sus países y no a sus intereses propios.

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