Ecopuertos, una respuesta local al problema global de la basura marina

Entre 8 y 9 millones de toneladas de plástico llegan, de media, al océano cada año, según datos del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), que señala que entre el 60% y el 90% de la basura marina que amenaza la biodiversidad y la seguridad alimentaria está formada por polímeros plásticos. El proyecto Ecopuertos está investigando para elaborar un mapa de residuos marinos en el litoral español.
<p>Foto: Ecopuertos.</p>

Foto: Ecopuertos.

Cada 5 y 8 de junio se celebran el Día Mundial del Medio Ambiente y el Día Mundial de los Océanos, respectivamente; fechas en las que la ONU recuerda la importancia de preservar el medio ambiente y marino y el control de los vertidos tóxicos en las aguas, una de las principales causas de mortalidad de la flora y la fauna en este medio. Y es que, sólo en 2105 se lanzaron al mar, según esta organización, una media de 25 millones de kilos de residuos plásticos al día, de los que el 80% provenían de tierra firme. Según sus datos, hasta 267 especies se habrían intoxicado por la ingesta de fragmentos de plástico o habrían muerto enredadas en estos desperdicios.

El Banco Mundial corrobora estas cifras, asegurando que la toxicidad de los residuos plásticos en los océanos amenaza la existencia de más de 7.000 especies de peces en todo el mundo, y un estudio publicado en 2015 por la revista Science pone sobre la mesa los peores augurios en este sentido: las cifras de plásticos en el medio marino son tan descomunales que, de no hacer nada, en 2025 se habrán vertido al océano unos 155 millones de toneladas de plásticos.

Para los autores de este estudio, el problema más grave no son las supuestas islas flotantes de plástico,  sino una masa mucho mayor que se descompone y acaba en fondo: los microplásticos, cuyas consecuencias, por el momento, son desconocidas. “No sabemos lo que está pasando con todo ese plástico en el fondo marino”, reconocen estos expertos.

El origen del problema y sus posibles soluciones

Según los estudios realizados en relación al origen de los residuos marinos, la mayor parte de ellos provienen de fuentes terrestres, incluso de lugares situados a muchos kilómetros tierra adentro.

El Pnuma señala que hasta el 80% de ellos proceden de ciudades, zonas turísticas, industrias, explotaciones agrícolas, etc. Desde la costa, impulsados por las corrientes y el viento, pueden llegar a recorrer miles de kilómetros mar adentro, depositándose finalmente en los fondos marinos, a profundidades de centenares e incluso, miles de metros.

“Si no se toman medidas inmediatas y contundentes, que involucren a la ciudadanía, los profesionales del mar y las Administraciones públicas, con el apoyo de diferentes organizaciones, la diversidad marina sufrirá un grave deterioro en un plazo no demasiado lejano”, alerta los expertos de Naciones Unidas.

Ante esta perspectiva, investigadores de la Universidad de Cádiz (UCA), a través de la Cátedra Relec, han puesto en marcha el proyecto Ecopuertos, en colaboración con la Cofradía de Pescadores de Motril, donde tuvo su origen esta iniciativa en 2013.

En una entrevista para Revista Haz, el responsable de este proyecto pionero en Europa, y director de la Cátedra Relec, Enrique Montero, explica que los objetivos de Ecopuertos son diversos, aunque el fundamental se centra en la investigación y en la extracción de residuos marinos -tanto de los fondos profundos, a través de barcos arrastreros, como de los someros, para lo que se usan buceadores- en la costa de Granada con el fin de actuar en el origen de éstos y en su procedencia.

“Lo que buscamos es crear modelos que después puedan ser extrapolables a toda la costa mediterránea española”, señala Montero, que apunta que los residuos recogidos en esta zona se clasifican y analizan con el objetivo final de crear un mapa de residuos marinos en el litoral español.

El objetivo final del proyecto ‘ecopuertos’ es crear un mapa de residuos marinos en el litoral español.

Para ello, la totalidad de los residuos recuperados durante la actividad pesquera diaria se cuantifican y clasifican, tanto los producidos a bordo o en el recinto portuario, como los recogidos en el mar por los barcos pesqueros.

“Gracias a ello, durante el primer año de vida del proyecto se extrajeron del fondo del mar más de 47.000 objetos que, una vez llevados a puerto, se clasificaron según el caladero de origen y de acuerdo a su tipología, como punto de partida para la realización de un posterior análisis”.

Sin embargo, aclara, “no se trata solo de limpiar, en lo posible, los fondos marinos, sino de ir más allá en relación con algo muy importante, que es conocer de dónde provienen esos residuos y, de este modo, poder elaborar planes y estrategias que minimicen su llegada al mar”. Mediante un estudio, aún en proceso, de las corrientes marinas de la zona, se determinan los lugares de donde proceden para conocer los focos costeros responsables de la contaminación marina y actuar en consecuencia.

El proyecto tiene “vocación local” por voluntad propia, ya que, según explica Montero, “para nuestra investigación es muy beneficioso centrarnos en zonas muy concretas y en su análisis recurrente, ya que la extracción de datos y su extrapolación posterior es mucho más acertada si realizáramos análisis de zonas muy acotadas”.

Por ello, a lo largo del proyecto los buceadores que han trabajado lo han hecho siempre en 16 puntos concretos, “siempre los mismos”. El siguiente paso en esta iniciativa será el uso de drones para llegar a las zonas de acantilados, la única forma de acceder a ellos.

Los residuos, plásticos especialmente, que llegan a los fondos marinos provienen de tantos lugares que desde el proyecto Ecopuertos también colaboran con la organización sin ánimo de lucro Cicloplast (encargada de la promoción del reciclado de los plásticos al final de su vida útil), para abordar los residuos procedentes del sector agrícola, concretamente de los invernaderos, porque éstos, en último término, “también van a parar al mar”. Los resultados obtenidos tratarán de mejorar la gestión de este tipo de residuos en zonas en las que los volúmenes de son muy elevados, como ocurre, por ejemplo, en la provincia de Almería.

Sensibilización y labor social

Ecopuertos también ha conseguido establecer acuerdos con organizaciones como el Banco de Alimentos, para hacer posible donaciones que, en sólo un año, superaron los 19.000 kilos de pescado fresco distribuido entre 145 centros sociales de la provincia de Granada.

Asimismo, fue posible valorizar parte de los residuos generados, de modo que los fondos obtenidos de su venta se ingresaran en la Cofradía de Pescadores de la localidad de Motril. Además se impulsó la creación de una empresa por parte de los propios pescadores para la comercialización del pescado que capturan.

Según explica Montero, bajo el paraguas del proyecto Ecopuertos también se desarrollan campañas de sensibilización destinadas no sólo a los propios pescadores, sino también a sus familias, vecinos y a los alumnos de los centros escolares de las barriadas pesqueras. A ello se suman campañas de comunicación para el fomento del consumo de pescado fresco procedente del puerto pesquero de Motril.

<p>El programa 'Apadrinamiento de playas' está orientado a centros escolares. Foto: Ecopuertos.</p>

El programa 'Apadrinamiento de playas' está orientado a centros escolares. Foto: Ecopuertos.

Otro aspecto que contempla la iniciativa es el Apadrinamiento de playas por parte de colegios cercanos, “acciones de visibilidad que permiten, al mismo tiempo, involucrar a los niños y sensibilizarles para que aprendan a cuidar su entorno cercano, que en este caso son las playas, pues son alumnos de centros de enseñanza de la costa de Granada”, remarca el responsable de Ecopuertos, que añade que estas acciones se extenderán, al menos, hasta el próximo curso 2017-2018.

El apadrinamiento de playas, que espera llegar a más una veintena de centros y unos 6.000 escolares y que cuenta con la colaboración de Ecoembes, hará posible que estos niños recorran las playas de esta zona “con el fin de localizar, recoger y registrar los residuos que encuentren en ellas”.

“El hecho de que los escolares de un centro apadrinen una playa próxima a su centro, y que cuiden de ella, hace que, en cierta medida, lleguen a sentirse responsables de su estado de limpieza, ayudando a liberarla de basuras marinas”, continúa Enrique Montero, que añade que está previsto que en los accesos a las playas se coloquen carteles pidiendo al visitante que no abandone residuos en la playa, al mismo tiempo que se les informa de que esa playa está apadrinada por un centro escolar concreto.

Para reforzar el aspecto divulgativo y de sensibilización, a estos centros colaboradores se les entrega material que facilita a los profesores mostrar a los alumnos los daños que las basuras causan a la biodiversidad de sus mares.

Desde la Cátedra Relec continuarán trabajando para establecer líneas de colaboración entre el sector pesquero, Administraciones públicas, empresas y las universidades costeras andaluzas -coordinadas por el Campus de Excelencia Internacional del Mar (Ceimar)- con el objetivo de alcanzar acuerdos que permitan el desarrollo de proyectos conjuntos.

En la provincia de Andalucía ya han mostrado su compromiso con el proyecto cofradías de pescadores y asociaciones pesqueras de puertos mediterráneos como el de Adra, Almería, Caleta de Vélez, Carboneras, Garrucha, Estepona, Fuengirola o Marbella, entre otros.

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