Tres hombres y una mujer para un consejo de administración

La igualdad de género avanza lenta en Europa, con apenas el 26% de mujeres directivas. Distintos estudios apoyan que la desigualdad en los altos cargos es una realidad.
Lidia Soria7 septiembre 2017

Cuando se piensa en liderazgo la paridad es una utopía. Todavía el 75% de los puestos a nivel de dirección lo ocupan hombres. Esto significa que, a pesar de los avances, apenas uno de cada cuatro puestos directivos lo dirigen mujeres. Son datos del último estudio de Grant Thornton, Women in Business 2017. En cuanto a las empresas que no cuentan con ninguna mujer en altos cargos, el porcentaje asciende al 34%, sin mejoras significativas desde 2012.

Fue precisamente ese año cuando la Comisión Europea decidió que era el momento de dar un impulso desde Bruselas a las políticas de igualdad, y empujar a los estados miembros a tomar medidas para romper las barreras que siguen impidiendo a las mujeres con talento acceder a puestos de alto nivel en las mayores empresas de Europa. Hace cinco años, el Ejecutivo Comunitario propuso un objetivo del 40% de presencia de mujeres en los consejos de administración de las empresas en el año 2020.

A falta de tres ejercicios para llegar al horizonte marcado por la Comisión, en Europa concretamente el 26% de los puestos directivos están gestionados por mujeres, una cifra que sube desde el 24% que registró de media el año anterior. Sin embargo, a ojos de cualquiera queda patente que uno de los valores europeos en los que más se trabaja todavía da resultados muy tímidos. En España, el porcentaje de mujeres en puestos directivos asciende al 27%, un porcentaje que supera levemente la media europea.

Frente a Europa, Rusia cuenta con un 47% de mujeres directivas. Países como Estonia, Polonia, Indonesia y Filipinas le siguen también de cerca con alrededor del 40% de los altos cargos en manos femeninas. Lituania continúa en la lista con el 37%. Sin embargo, también la lista mundial la cierran otros países donde los porcentajes son paupérrimos, como es el caso de Japón donde apenas el 7% de los directivos son mujeres.

Estos porcentajes se explican por la cultura empresarial de cada país y las tradiciones de su pueblo. En sociedades avanzadas y sin embargo marcadamente machistas, como ocurre en el caso de la japonesa, es evidente que el papel de la mujer queda apartado de los altos cargos. En otros países donde la confianza en la mujer viene ligado a su historia por el apoyo familiar, los porcentajes son mayores.

En España, el porcentaje de mujeres en puestos directivos asciende al 27%, un porcentaje que supera levemente la media europea.

En términos generales las mujeres siguen encontrando barreras para desarrollar su carrera profesional. El desarrollo de una vida familiar en muchas ocasiones acarrea un peso extra en la mujer que tiene que decidir entre dedicarse a la crianza de sus hijos o familiares o dedicarse a tiempo completo a su carrera profesional. Tanto es así que entre las medidas que se suelen exigir para conseguir la igualdad se pide que existan servicios de guardería en el trabajo o se apoye a los trabajadores de tiempo parcial.

Por otro lado, el estudio de Grant Thornton reconoce diferencias entre hombres y mujeres a la hora de asumir el riesgo y las oportunidades, destacando la importancia de contar con ambos enfoques en un mundo cada vez más complejo donde las amenazas ya no son previsibles. «El orden del viejo mundo está siendo desafiado de una manera como nunca ha sido desafiado antes, y el riesgo se ha convertido en un factor mucho más importante en la toma de decisiones. Un equipo de género mixto aporta una gama más amplia de aportes, ayuda y consideración para hacer frente a grandes cuestiones estratégicas es fundamental para que el equipo tenga una posición de fuerza», reconocía Francesca Lagerberg, líder global de Grant Thornton.

Según otro estudio, promovido por Manpower, sólo el 5% de las empresas del Fortune 500 cuentan con una mujer entre sus directivos, lo que supone una oportunidad perdida ya que el propio estudio revela que las empresas que cuentan con más mujeres en altos cargos registran mejores resultados económicos, hasta un 34% superiores.

La igualdad en la UE avanza lenta

El Parlamento Europeo alertó recientemente de que podrían ser necesarias décadas para lograr la igualdad en Europa si los estados miembros no intensifican sus esfuerzos para potenciarla. Concretamente avisó de que sin cambios significativos, podría llevar 70 años lograr la equiparación de salarios, 40 años para alcanzar un reparto equitativo de las tareas domésticas, 30 años para llegar a una tasa de ocupación del 70% entre las mujeres y 20 años para alcanzar el equilibrio de género en política.

Sin cambios significativos, podría llevar 70 años lograr la equiparación de salarios y 40 años para alcanzar un reparto equitativo de las tareas domésticas.

En este sentido, la Eurocámara aprobó una resolución con 369 votos a favor, 188 en contra y 133 abstenciones para avanzar en términos de igualdad de género. Un paso necesario cuando la brecha salarial en la Unión Europea se sitúa en el 16,2%, y la diferencia en la cuantía de las pensiones asciende al 40,2% de media, según el Índice de Igualdad de Género que realiza el Instituto Europeo para la Igualdad de Género (EIGE, por sus siglas en inglés). Estos datos tienen su base en que las mujeres suelen optar por empleos a media jornada, tienen una remuneración más baja por hora o se acogen a permisos de maternidad o bajas para el cuidado de familiares.

Con las estadísticas en la mano, el Parlamento ha instado a los países europeos a impulsar el equilibrio entre la vida laboral y la personal, y en particular a promover propuestas sobre la baja de paternidad y permisos para cuidado de familiares. También les pidió que aprueben desde el Consejo la Directiva sobre igualdad en los consejos de administración.

Las mujeres siguen estando infrarrepresentadas en muchos ámbitos, principalmente en lo relacionado con las ciencias. A pesar de tener de media un nivel superior de educación y suponer el 60% de los titulados de la Unión, sigue habiendo pocas mujeres en puestos relacionados con la tecnología, la ingeniería o las matemáticas. En cuanto a la política, la presencia de mujeres en los parlamentos nacionales ha pasado del 21% en 2005 al 28% en 2016. En el Parlamento Europeo ha aumentado del 30% al 37%.

Según datos de Eurostat, la tasa de empleo de las mujeres de la UE ronda el 60%, por debajo de la de los hombres, que suele situarse en un 75%. Asimismo, las mujeres tienen cuatro veces más posibilidades de trabajar a tiempo parcial, debido a que el 75% de las tareas domésticas las efectúan ellas y alrededor del 66% del cuidado de los hijos también lo desempeñan ellas. Según el informe de Eurofound sobre la brecha de empleo entre géneros, éste cuesta a la Unión Europea alrededor de 370.000 millones de euros al año, el 2,8% del PIB de la UE.

Según datos de Eurostat, la tasa de empleo de las mujeres de la UE ronda el 60%, por debajo de la de los hombres, que suele situarse en un 75%.

Conferencia en octubre

El próximo mes de octubre, Bruselas acogerá una conferencia del Índice de Igualdad de Género para analizar precisamente las tendencias y el progreso de la igualdad de género en la UE. Desde que la Comisión moviera ficha en 2012 para imponer objetivos de cara a 2020, este evento servirá para hacer balance sobre qué se ha hecho hasta ahora y qué hoja de ruta se necesita seguir para no desviarse en exceso del objetivo del 40%, aunque a priori suena inalcanzable.

La Comisión propuso legislación con el objetivo de que el género menos representado alcanzara el 40% de los puestos no ejecutivos de los consejos de administración de las empresas cotizadas en Bolsa, exceptuadas las pequeñas y medianas empresas. Entonces, el 85% de los miembros no ejecutivos y un 91,1% de los presidentes de empresas europeas eran hombres, mientras que las mujeres constituyen el 15% y el 8,9%, respectivamente

La propuesta incluía también, como medida complementaria, una ‘cuota flexible’: la obligación de que las empresas cotizadas establezcan objetivos de autorregulación en cuanto a la representación de ambos sexos entre los puestos ejecutivos en el consejo, que deberán alcanzarse a más tardar en 2020.

La competencia de la UE para legislar en materia de igualdad entre hombres y mujeres se remonta a 1957 y existen recomendaciones del Consejo sobre el fomento de la participación equilibrada de hombres y mujeres en el proceso de toma de decisiones que se remontan a 1984 y 1996. Además, la promoción de la igualdad en la toma de decisiones es uno de los objetivos de la Carta de la Mujer, que fue lanzada por el presidente José Manuel Barroso y la vicepresidenta Viviane Reding en marzo de 2010.

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