Los museos y los ODS, una gestión comprometida

Los museos no son, o no deberían ser, instituciones aisladas del mundo.
Foto de María F. Sabau
María F. Sabau8 noviembre 2018

Su razón de ser está vinculada a la sociedad como indica su definición más reciente, según los estatutos del ICOM adoptados durante la 22 Conferencia general de Viena (Austria) en 2007: “Un museo es una institución permanente, sin fines de lucro, al servicio de la sociedad y abierta al público, que adquiere, conserva, estudia, expone y difunde el patrimonio material e inmaterial de la humanidad con fines de estudio, educación y recreo”.

Los elementos que se valoran en el informe A través del espejo, publicado por la Fundación Haz, van precisamente encaminados a fomentar que los museos, independientemente de su titularidad, interactúen con su contexto fomentando la transparencia. Además, algunos de los indicadores de buen gobierno requieren de forma explícita la relación con los grupos de interés externos e internos, como es el caso de los Planes Estratégicos y los Informes de Responsabilidad Social.

Yendo un paso más allá, ¿qué actuaciones de los museos pueden ayudar a mejorar algunos de los grandes retos de la humanidad en el momento actual? ¿Cómo contribuyen los museos a transformar el mundo? Las preguntas pueden parecer demasiado amplias y alejadas; sin embargo, en el contexto actual y de acuerdo con la definición de museo, su respuesta es cada vez más pertinente ya que la cultura tiene la habilidad de conectar las grandes cuestiones, que a menudo resultan abstractas con lo local y personal.

Compartir conocimiento, educación, inclusión e igualdad o protección del patrimonio natural y cultural son temas que incumben a los museos y que también aborda la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Este acuerdo, ratificado por 193 naciones, supone una oportunidad para que los países y sus sociedades trabajen de forma conjunta para la erradicación de la pobreza, la disminución de las desigualdades y la sostenibilidad del planeta. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son una oportunidad para los museos y organizaciones culturales para actuar y demostrar al mundo que la cultura es un elemento importante que debe tomarse en serio cuando se habla de desarrollo sostenible.

Los 17 objetivos ofrecen a los museos un amplio abanico de posibilidades para visibilizar, de forma concreta, que los museos pueden contribuir y marcar la diferencia, paso a paso en su contexto local y también alinearse con los retos del contexto global.

Así lo ha entendido el Museo Nacional Thyssen Bornemisza, que en su reporte de resultados anuales y en su Memoria de Sostenibilidad detalla la contribución del museo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El museo ha identificado cómo algunas de las áreas, en las que trabaja desde hace tiempo de forma natural, están contribuyendo a los ODS, y así lo explica: “En esa línea, valores como la integración, accesibilidad, inclusión, diversidad, diálogo o apertura del Museo Thyssen entroncan a la perfección con los retos que plantean gran parte de los ODS de las Naciones Unidas. El Museo contribuye al logro de dichos objetivos tanto a través de las propias exposiciones como de multitud de programas e iniciativas”.

Este enfoque por parte del Museo Nacional Thyssen Bornemisza parece especialmente importante: alinearse con lo ODS no debe convertirse en una práctica “de moda” que haga descuidar otras de fondo igualmente importantes. Se trata de evaluar lo que se hace y ponerlo en valor y contexto para ver en qué medida la actividad propia de la institución museística aporta. A diferencia de otros sectores, la razón de ser de los museos ya está vinculada a la sostenibilidad y al futuro de la humanidad, quizá, por eso, por una vez, en este tema, pueden jugar con ventaja.

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