Seis recomendaciones para eliminar las barreras a la economía circular

La pregunta de si el pensamiento circular transformará el panorama industrial europeo, modificará el comportamiento del consumidor y desencadenará una ola de innovación tecnológica y de modelo de negocio, está aún por responder.

La economía circular solo cumplirá con las grandes esperanzas que hay depositadas en ella si las empresas comienzan a adoptarla estratégica y operativamente, si los gobiernos comienzan a establecer un conjunto coherente de reglas, y si a través de ambas cosas se generan las sinergias adecuadas.

Lo anterior lo afirman Martin Stuchtey y Stef Kranendijk, copresidentes del Grupo de Trabajo del Centre for European Policy Studies (CEPS) en el informe The role of business in the circular economy markets, processes and enabling policies.

Si bien hay un impulso en torno al concepto de economía circular, la transición a un nuevo sistema económico enfrenta muchos desafíos y no ocurrirá de la noche a la mañana.

Requerirá una regulación diferente y nuevos modelos de negocios para, en última instancia, fomentar nuevos patrones de consumo y producción, y un nuevo panorama industrial.

Lograr una transformación industrial a gran escala, tal como lo prevé la Unión Europea, demandará un apoyo continuo y una combinación de intervenciones políticas bien diseñadas para eliminar las barreras a la circularidad, hacer que sea rentable y, por lo tanto, proporcionar el terreno para nuevos modelos de negocio e innovación empresarial.

En este contexto, el CEPS reunió a un grupo de trabajo compuesto por representantes de las principales empresas multinacionales en Europa, así como por altos ejecutivos de asociaciones empresariales, organizaciones no gubernamentales e institutos de investigación.

El informe del CEPS comienza con las prioridades establecidas en el Paquete de Economía Circular de la UE, pero va más allá identificando materias clave que pueden desencadenar los cambios necesarios en los próximos años, analizando una serie de áreas políticas de acuerdo con su impacto real y potencial en la circularidad y señalando formas de avanzar.

Son seis las principales recomendaciones que hace el informe:

  1. La estrategia, como siempre, fundamental

La base para establecer objetivos claros respaldados por una combinación coherente de políticas debería venir dada por la Comisión Europea, a través del establecimiento de una visión bien definida del concepto de economía circular y sus diversos dominios y sectores de política relacionados.

La Comisión Europea jugaría un papel clave para garantizar que las políticas relacionadas con la economía circular y otros dominios políticos importantes, como la bioeconomía y el Mercado Único Digital, sean consistentes.

A su vez, los gobiernos europeos deberían adoptar un enfoque más sistémico para la gestión de recursos que vaya más allá de las políticas de residuos tradicionales y las estrechas perspectivas de final de vida. También deben aprovecharse las sinergias con diversas políticas que pueden caer bajo los auspicios de diferentes ministerios.


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  1. Ecodiseño y responsabilidad extendida del fabricante

Para poder continuar y acelerar el proceso de establecimiento de requisitos de diseño de economía circular para diferentes grupos de productos, todos los requisitos de diseño introducidos en la legislación de la UE tendrían que  ser verificables, flexibles y vinculados con los impactos del ciclo de vida de los productos.

Si se establecen requisitos de información horizontales y/o por grupo de productos (por ejemplo, sobre reparabilidad, durabilidad y ciertas sustancias) se podrá preparar el terreno para establecer requisitos de diseño de economía circular más específicos.

La coordinación de los Estados miembros con la Comisión Europea en la identificación de los grupos de productos no relacionados con la energía es fundamental para poder priorizar futuros requisitos de diseño de economía circular.

Introducir criterios armonizados para la aplicación de tarifas ambientales diferenciadas a través de la actuación de los gobiernos europeos ayudará a fomentar el ecodiseño de productos.

  1. Retos regulatorios en el horizonte

La Comisión Europea debe revisar el Reglamento de Envío de Residuos y evaluar formas de facilitar el movimiento de residuos para la recuperación de recursos dentro de la UE, y formas de facilitar el comercio y la venta de productos remanufacturados/restaurados en un mercado global, con la condición de que estos productos tengan un rendimiento similar y cumplan con los mismos estándares de seguridad y medioambientales en comparación con los productos en el mercado de la UE.

Para facilitar ese movimiento de productos remanufacturados/reacondicionados que pueden reutilizarse de manera segura será necesario utilizar acuerdos comerciales tanto nuevos como ya existentes.

También las planificaciones nacionales de gestión de residuos han de ser revisadas en cuanto a su efectividad, y se deben adoptar un conjunto de políticas (por ejemplo, un aumento de los impuestos sobre vertederos, inversión en sistemas de recolección de residuos, desarrollo de redes de reciclaje y reutilización) para ascender a múltiples niveles en la jerarquía de residuos.

  1. Informes de sostenibilidad corporativa y su comparabilidad

Los Estados miembros serían responsables de garantizar la comparabilidad de los datos de las empresas en toda la UE siguiendo de cerca las directrices no vinculantes de la Comisión sobre información no financiera.

Después de un período de prueba y si no se puede alcanzar un nivel suficiente de comparabilidad de los datos de las empresas en todos los estados miembros, se ha de prever una revisión de las directrices no vinculantes con vistas al desarrollo de metodologías claras para el uso de indicadores comunes.

Eventualmente se pueden introducir elementos de obligado cumplimiento, con la condición de que dichos elementos no supongan una carga administrativa desproporcionada para las pequeñas y medianas empresas.

Los Estados miembros serían responsables de garantizar la comparabilidad de los datos de las empresas siguiendo las directrices no vinculantes de la Comisión sobre información no financiera.

  1. La contratación pública en el punto de mira

Será necesario el establecimiento de requisitos ecológicos ambiciosos en la contratación pública (algunos ejemplos son las normas introducidas en Italia y Francia) y la amplia utilización de los criterios de contratación pública ecológica proporcionados por la Comisión.

También se debe promover la adquisición circular a través de programas e iniciativas de capacitación específicos, y la introducción de medidas que apoyen la transparencia con respecto a los orígenes y la composición de los productos a lo largo de las cadenas de valor.

Se recomienda alentar a todos los estados miembros a revisar sus Planes de Acción Nacionales para hacer más ecológicas sus compras públicas e integrar los aspectos de la economía circular en los planes revisados.

El desarrollo de herramientas y metodologías para diferentes grupos de productos y servicios puede respaldar una aplicación más amplia y coherente de los costes del ciclo de vida en toda la UE.

  1. Financiación, impuestos e incentivos

Establecer la economía circular como un objetivo horizontal para la financiación de la UE (de manera similar a los objetivos bajos en carbono) significaría no tener fondos dedicados o asignados, sino dirigir el paradigma circular en todos los programas de financiamiento.

En cuanto a la tributación, sería necesario que la UE tomara medidas adicionales y guiara a los Estados miembros en un proceso de reevaluación de sus políticas tributarias, y también considerara los cambios impositivos del trabajo a los recursos.

Como impone la lógica, las ventajas y desventajas de las diferentes opciones para cambiar los impuestos del trabajo a los recursos han de ser evaluadas cuidadosamente, considerando también los posibles impactos económicos o distributivos.

Por su parte, los estados miembros serían también encargados de explorar las posibilidades de introducir incentivos fiscales para productos y servicios circulares que coexistirían con sanciones fiscales.

Si bien no existe un enfoque de talla única, las reducciones de impuestos para las empresas y/o las reducciones del IVA en condiciones cuidadosamente evaluadas serían dos de estos ejemplos.

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