10 claves para poner en marcha proyectos de tecnología con propósito

"Las empresas deben comenzar a trabajar en una cultura de impacto más transversal e integrada en su propósito empresarial. De esta manera, negocio, responsabilidad e impacto social estarán cada vez más alineados", declara Mónica Gil-Casares, coautora del informe 'Tecnología con propósito. El impacto social de la empresa en la era digital' y directora de Investigación, Innovación social y Consultoría en Fundación Codespa.
HAZ23 agosto 2019
<p>Mónica Gil-Casares, coautora del informe 'Tecnología con propósito. El impacto social de la empresa en la era digital'.</p>

Mónica Gil-Casares, coautora del informe 'Tecnología con propósito. El impacto social de la empresa en la era digital'.

El Observatorio Empresarial contra la Pobreza -OECP- plantea las claves de acción más relevantes para desarrollar proyectos de tecnología con propósito en su tercera investigación Tecnología con propósito. El impacto social de la empresa en la era digital. El capítulo Diez claves para la acción recoge, a modo de guía, diversas pautas y líneas de acción pensadas para la aplicación y puesta en marcha de un proyecto de tecnología con impacto social positivo que ayude a reducir la pobreza y la vulnerabilidad.

“No existen recetas universales para poner en marcha iniciativas que buscan el bien común. Sin embargo, la investigación nos ha permitido determinar las acciones más relevantes pensadas para que cualquier empresa, sin importar su tamaño ni sector, pueda comenzar a desarrollar proyectos de tecnología con propósito”, declara Mónica Gil-Casares, coautora del informe y directora de Investigación, Innovación social y Consultoría en Fundación Codespa.

A modo de guía, en este informe se analizan diferentes claves de acción para desarrollar proyectos de tecnología con propósito desde dos ámbitos: desde las áreas de negocio y desarrollo tecnológico o desde el área de acción social. Estas diez claves están pensadas para que cualquier empresa, sin importar su tamaño, sector o el área de la compañía de la que parta el proyecto, pueda comenzar a desarrollar sus propias iniciativas para el bien común:

  1. Identificar las fortalezas, tanto en el plano tecnológico como en otros ámbitos de la empresa. No solo importa la tecnología, cada empresa debe saber cuál es su valor añadido: es importante mirar más allá del aspecto puramente tecnológico, explica el informe.
  2. Encontrar las ventanas de oportunidad para aplicar tecnología con propósito. Para fomentar la aplicación de tecnología con propósito, las empresas tienen que aprovechar sus procesos de transformación digital, además de impulsar proyectos transversales, que integren distintos departamentos, y crear espacios colaborativos.
  3. Fomentar una transformación cultural que dote de sentido y dirección a las iniciativas de transformación digital. Vincular la contribución social a los objetivos de negocio. Todos los niveles de la compañía deben estar implicados, desde la dirección, pasando por los cargos intermedios, hasta los trabajadores y profesionales de los distintos departamentos y deben participar en la implantación de tecnologías capaces de generar un impacto social.
  4. Potenciar la transversalidad del impacto social dentro de la empresa; la responsabilidad social corporativa debe inspirar al negocio y viceversa. Los proyectos sociales pueden significar relevantes oportunidades para las áreas de negocio, en especial en términos de innovación y apertura de nuevos mercados. Únicamente siendo realmente consciente de la posibilidad de crear relaciones win-win o ganar-ganar tanto para el negocio como para la sociedad, las empresas lograrán incorporar el componente social a todos y a cada uno de los procesos, explica Codespa.
  5. Buscar vías de financiación y recursos, tanto internos como externos, para garantizar el correcto desarrollo de los proyectos de impacto social. Involucrando a proveedores de la empresa y otros stakeholders especializados en tecnología para que participen en la financiación o el desarrollo de herramientas tecnológicas.
  6. Trabajar en red y promover la creación de alianzas según las necesidades de cada proyecto. La colaboración entre empresas y otros actores sociales se convierte en una seña de identidad de la tecnología con propósito.
  7. Desarrollar un piloto. Poner en marcha proyectos pequeños con objetivos concretos que permitan escalar después. Acometer los retos sociales desde objetivos y metas concretos. Hay que buscar desde el principio el resultado práctico y personalizarlo en la población a la que se dirige la acción.
  8. Adaptar la tecnología, los procesos y los equipos a la realidad local de cada iniciativa. Para conseguir una implantación exitosa los proyectos deben encajar en la cultura y realidad local de cada población beneficiaria. Por ello, la implicación de las ONG y otros actores es primordial.
  9. Integrar sistemas y herramientas para la medición del impacto social a lo largo del proyecto de tecnología con propósito. Hay que involucrar a todos los participantes del proyecto en una cultura de la medición y evaluación. La valoración y medición debe realizarse de manera estructurada y con unos fines determinados.
  10. Documentar, sistematizar y compartir. La fase final de un proyecto es tan importante o más que la inicial. Se hace necesario mejorar la comunicación interna y externa de las iniciativas que se lleven a cabo para inspirar y desarrollar nuevas alianzas con otros actores.
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