Real Madrid, 1 – Emergencia climática, 0

Ayer el Real Madrid volvió a realizar un viaje corto en un vuelo chárter para disputar la eliminatoria de Copa del Rey contra el Zaragoza. Una decisión que no está exenta de polémica en términos medioambientales.
<p>Meme elaborado por Ecologistas en Acción.</p>

Meme elaborado por Ecologistas en Acción.

La pasada semana nos hacíamos eco en esta revista de un informe que señala el poder de las nuevas generaciones para cambiar el modelo de consumo, un giro en el paradigma que vendría impulsado por lo que se conocer como el fenómeno Greta en referencia a la joven activista medioambiental (Vid. El fenómeno Greta lleva a los jóvenes a ser los impulsores del consumo consciente).

Unos jóvenes que pasan la mayor parte de su ocio navegando por Internet y en redes sociales y que son altamente influenciados por personajes famosos entre los que se incluyen actores, cantantes, youtubers, instagramers, deportistas…

Precisamente esta semana el Real Madrid levantaba la polémica al coger en siete días tres vuelos de una hora escasa desde la capital hasta Salamanca, Valladolid y Zaragoza donde ha jugado la Copa del Rey y partido de LaLiga Santander.

Todo esto se produce además al mismo tiempo que el Gobierno de España declara emergencia climática y propone la puesta en marcha de 30 líneas transversales de actuación, cinco de ellas urgentes a ejecutarse en los próximos cien días.

Por no hablar de que el veganismo y la reducción de ingesta de carne aumenta y el movimiento flygskam (vergüenza a volar) va tomando fuerza.

Pero volvamos al principio del artículo. El III Estudio Marcas con Valores, elaborado por la consultora estratégica 21gramos, señala a los jóvenes como los impulsores de una nueva forma de consumo más consciente; la generación Z “valora lo auténtico: el discurso humano, inclusivo e imperfecto de una marca les genera empatía por encima del triunfalismo y el greenwashing corporativo”, dice.

El informe señala que esta generación presenta una importante diferencia entre los periodos pre y post Greta Thunberg. La joven activista medioambiental de 17 años lucha contra el calentamiento global con sus claros y contundentes discursos públicos, pero también empezando desde dentro con sus propias acciones.

Ni Thunberg ni su familia comen carne –el consumo de productos cárnicos en España ha caído por sexto año consecutivo, casi un 3% menos– y tampoco hacen uso del transporte aéreo para sus desplazamientos. Por eso en la última Cumbre del Cambio Climático (COP25) celebrada en diciembre en Madrid, Thunberg hizo una travesía de tres semanas en un catamarán a vela.

Un acto que si bien a día de hoy parece más estético que efectivo, pues se pone en duda que el viaje contaminase lo que se comunicó, da fuerza a un nuevo movimiento que está tomando forma desde Suecia conocido como flygskam o la vergüenza por viajar en avión que sienten determinadas personas comprometidas con el medio ambiente debido al impacto que genera.

Este fenómeno va acompañado del movimiento contrario: tagskryt u orgullo de viajar en tren por la baja huella de carbono que tiene este medio de transporte respecto al avión.

“¿Sabíais que si los chicos vuelan en vuestro A380 al partido de Valladolid el domingo emitiréis el equivalente a 6.400 viajes en tren ida y vuelta?”, Ecologistas en Acción.

El no ejemplo del Real Madrid

Al Club del Real Madrid no le debe importar esta diferencia de impacto medioambiental porque decidió la pasada semana desplazarse desde Madrid a Salamanca (apenas 200 kilómetros) en vuelo privado.

Podría haber pasado desapercibido si no fuera porque la ONG Ecologistas en Acción trató de hacerles entrar en razón y pedirles que el fin de semana viajaran en tren o autobús a su siguiente cita liguera en Valladolid (220 kilómetros aproximadamente).

Se lo explicaban así por Twitter: “¿Sabíais que si los chicos vuelan en vuestro A380 al partido de Valladolid el domingo emitiréis el equivalente a 6.400 viajes en tren ida y vuelta?”.

Y les sacaban los colores advirtiéndoles que el greenwhasing ya no tiene cabida en esta nueva década: “Lo de que llevarais camisetas verdes durante la #COP25 para mostrar vuestro compromiso ante la #EmergenciaClimática fue pintón, pero si luego cogéis un avión entero para desplazar al equipo tan solo 200 kilómetros, como que no cuadra”.

Caso omiso a las palabras de la ONG el Real Madrid voló a Valladolid el fin de semana y lo hizo ayer de nuevo para enfrentarse al equipo de Zaragoza en la eliminatoria de Copa del Rey. Un viaje que dura una hora y cuarto en tren de alta velocidad.

Ecologistas en Acción recuerda que la aviación es el transporte más contaminante de todos, supone el 2,5% de todas las emisiones relacionadas con la energía. Y a falta de conocer el tipo de avión que utilizó el club que preside Florentino Pérez, la ONG indica que “si hubierais viajado en un A319, el avión más pequeño de la flota de Iberia, habríais emitido al menos 9 toneladas de CO2, equivalente a 1.800 viajes en tren. Un despilfarro para un viaje tan corto, más si se compara con el bus o el tren, dos medios cómodos y accesibles”.

Un equipo como el club blanco que cuenta con casi 100.000 socios, el octavo equipo con mayor número de abonados, no debería permitirse estas excentricidades que perjudican tanto al medio ambiente y que ya no impresionan a las nuevas y concienciadas generaciones. Ser jugador de un club como el Real Madrid, conlleva una importante responsabilidad, también social.

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