La diluida RSC de las casas de apuestas y juegos online

El actual Gobierno quiere impulsar mayores restricciones a las casas de apuestas y juego online, algo que reclama incluso el propio sector. La mayoría de sus empresas han aceptado hace apenas medio año la modificación del Código de Conducta sobre Comunicaciones Comerciales de Juego y solicitan la aprobación del Real Decreto de Publicidad y Juego Responsable, pendiente desde 2015.

Una de las líneas de trabajo que parece estar en la agenda del nuevo Gobierno de España va a estar dirigida a implantar un mayor control sobre las casas de apuestas y el juego online para prevenir y frenar la ludopatía. Las primeras pinceladas del plan que se está elaborando desde el Ministerio de Consumo están relacionadas con un cambio en la regulación de la publicidad, con restricciones similares a las del tabaco, y en el caso de las primeras, de sus horarios de apertura y su localización.

La idea de Consumo es impulsar medidas consensuadas con los gobiernos regionales (porque suyas son las competencias) que obliguen a estos locales a abrir a partir de las 22:00 horas y a que no puedan establecerse cerca de centros escolares. Una tarea que no va a ser fácil teniendo en cuenta las posturas encontradas que ya se han dejado entrever en algunas administraciones.

El plan del Gobierno central también se marca como objetivo conseguir que los operadores se impliquen en el desarrollo de acciones de sensibilización, prevención y reparación de efectos negativos producidos por el juego. Un aspecto en el que algunas compañías ya están trabajando.

Desde Jdigital, asociación representante de la industria del juego online en España, se ha promovido la iniciativa JuegoESresponsable, de divulgación de las políticas de responsabilidad social del sector. Entre las medidas que se han adoptado en el último año con el consenso de todos sus socios está la modificación del Código de Conducta sobre Comunicaciones Comerciales de Juego, al que también se han sumado otras organizaciones relacionadas con el mundo de la comunicación.

Esta plataforma asegura que se ha asumido el compromiso de prestar especial atención a los menores de edad y colectivos vulnerables, introduciendo medidas de control adicionales en la publicidad para radio, televisión e Internet. Por otra parte, sus representantes denuncian la falta de regulación existente por la inestabilidad política sufrida en España en el último año.

Una situación que, en su opinión, ha frenado la aprobación del Real Decreto de Publicidad y Juego Responsable, “consensuado con todos los actores, que ha pasado por el proceso de consulta pública” y que cuenta con el respaldo de la industria. Pero que lleva metido en un cajón desde 2015. Algo que también se lleva tiempo reclamando desde la Federación Española de Jugadoras de Azar Rehabilitados (Fejar) para marcar unas cláusulas claras y con mayores restricciones al entorno de las apuestas.

Una opción de ocio juvenil

La mayoría de las casas de apuestas y de juego online más reconocidas tienen muy visibles en sus espacios corporativos sus valores y políticas de RSC. Están muy vinculadas a la creación de entornos de juego responsable, de prevención de la ludopatía y de colaboración con distintas asociaciones de apoyo a los pacientes de esta enfermedad.

Declaraciones de intenciones que se diluyen ante informes como el que hace unos días presentaba la Fundación de Ayuda a la Drogadicción (Fad): Jóvenes, juegos de azar y apuestas, una investigación realizada por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia. El trabajo analiza las percepciones de chicos y chicas de entre 18 y 24 años frente a estas actividades, tanto online como de manera presencial.

Según el documento, se han convertido en una conducta “plenamente integrada en el ocio de los jóvenes españoles” y son muy pocos los que creen que pueda convertirse en un problema. Según ha explicado la directora técnica de Fad, Eulalia Alemany, esto ocurre porque en sus entornos más cercanos está naturalizado el juego ocasional o habitual en juegos de azar más tradicionales, como la lotería o el bingo.

No perciben ningún tipo de riesgo en esta conducta, que confiesan haber iniciado cuando eran menores, y consideran las pérdidas derivadas del juego como un gasto de ocio más. Además de una vía para rebajar el precio de las consumiciones en el caso de las casas de apuestas físicas, algo que las ha convertido en un punto de encuentro para ver el partido de turno con los amigos tomando algo.

Algo que no parece darse solo entre los que son mayores de edad. La Encuesta sobre uso de drogas en Enseñanzas Secundarias en España (Estudes), recientemente publicada por la delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, confirma que entre 2016 y 2018 ha aumentado casi un 4% el número de jóvenes de entre 14 y 18 años que han jugado con dinero online y algo más de un 9% los que lo han hecho de forma presencial.

En el caso de los chicos que han apostado en versiones offline, se ha pasado de un 22% en 2016 a un 31% en 2018. Y en el de las chicas, del 5% al 15%. En cuanto a las apuestas deportivas, el póker y otros tipos de juegos en línea, el número de chicos ha pasado de un 10% a un 17% y el de chicas de un 3% a un 4%. Lo cual hace pensar a los expertos del Fad que ellas apuestan por imitación cuando están en espacios presenciales.

La ludopatía está afectando ya a más del 2% de los menores. Estos muestran síntomas como ansiedad, nerviosismo, irritabilidad o insomnio.

Un problema de salud

Aunque todavía no puede considerarse una situación de alarma social y sanitaria, diferentes focos de expertos sí que lo consideran un problema creciente que es necesario abordar antes de que sea tarde. Sobre todo porque también ha aumentado el número de jóvenes con problemas derivados del juego.

Según el Estudio sobre juego y prevalencia de adicción al juego de niños, niñas y adolescentes de Mariano Chóliz, profesor del Departamento de Psicología Básica de la Universidad de Valencia, la ludopatía está afectando ya a más del 2% de los menores. Estos muestran síntomas como ansiedad, nerviosismo, irritabilidad o insomnio. También malas reacciones familiares debidos a mentiras o pequeños hurtos, problemas de rendimiento escolar o absentismo.

Ante esta situación, en los últimos días se han puesto en marcha campañas de concienciación desde diferentes vías. Una, impulsada desde la Fad, se ha llamado Defiende lo obvio, y su objetivo es sensibilizar sobre el volumen creciente de menores que apuestan con dinero real y sobre los riesgos que esto entraña para su desarrollo.

Otra, elaborada por el Consejo Científico del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (Icomem), llamada Esto no es un juego, toma el control. Con ella se busca alertar a la población y al colectivo médico del actual patrón de juego entre los adolescentes, principalmente en apuestas deportivas online.

“A pesar de ser una práctica ilegal es un hecho que los menores de 18 años acceden fácilmente al juego. Son jóvenes que por haber nacido en la era digital lo tienen más fácil a la hora de burlar cualquier control. Además cada vez hay nuevas formas de juego no clasificadas, juegos simulados donde no existen ganancias económicas directas. Vemos que es un problema de salud pública al que debemos hacer frente”, asegura Miguel Ángel Sánchez Chillón, presidente del Colegio de Médicos de Madrid.

Desde su punto de vista, “los profesionales médicos debemos estar especialmente alerta para detectar estos casos, pero indudablemente es necesario legislar para reconducir una situación en la que cada vez hay más adictos al juego entre nuestros jóvenes”, lamenta.

Según datos aportados por Icomem, un 85% de la población ha participado en juegos de azar en el último año al menos una vez, y 1,5 millones de personas apuestan en juegos online anualmente.

Por comunidades autónomas, Madrid es la que mayor concentración de apuestas online muestra con un 20%, seguida de Andalucía, con un 17%, Cataluña con un 14% y Valencia, con 8%. Unas cifras que van en aumento y que, en opinión de los especialistas sanitarios, puede desembocar en un importante problema social a medio plazo que es necesario atajar lo antes posible.

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