Empleo verde. El impulso para salir de la crisis

Según el informe Empleo Verde en una Economía Sostenible, elaborado por el Observatorio de la Sostenibilidad de España (OSE) en 2010, el empleo en el sector ambiental español representaba el 2,6% de la población ocupada. Se pasó de 158.500 puestos de empleo verde en 1998 a 530.000 en 2009, aumentando un 235% en apenas una década.

Unas cifras que, según los expertos, se incrementarán en los próximos años si se tiene en cuenta el marco normativo existente, que apunta claramente hacia un nuevo modelo energético.

Otros informes a nivel internacional ya han vaticinado que, gracias al enorme potencial de España en este sentido, sería posible la creación de hasta dos millones de empleos verdes de cara a 2020.

Y es que hay una demanda real de profesionales «verdes»: agricultura, gestión de aguas, biocombustibles, biología, consultoría, educación ambiental, eficiencia energética, energía solar fotovoltaica, eólica, solar térmica, gestión forestal, certificaciones de calidad y medio ambiente, gestión de residuos o sostenibilidad y RSC son solo algunos de los sectores con un potencial de crecimiento laboral que los expertos ya han calificado de exponencial.

Del más de medio millón de empleos verdes creados hasta 2010, la gestión y tratamiento de residuos se lleva la mayor cifra, con más de 140.300 empleos, seguido del sector de las renovables, con alrededor de 109.000, y el tratamiento y depuración de aguas residuales, con cerca de 60.000.

A esto se suma el sector público, que genera algo más de 53.000 puestos de trabajo, y la agricultura ecológica y la educación ambiental, con 24.500 y 15.000 empleos, respectivamente, y que completan las cifras de este sector.

Pero más allá de los números, lo que destacan los expertos en este sentido es, sobre todo, el enorme potencial de las actividades económicas que integran la llamada economía verde, que generan, según datos del informe Green Jobs, empleo verde en España 2010 publicado por la Escuela de Organización Industrial (Fundación EOl), más de 320.000 empleos directos.

La Fundación Fórum Ambiental destaca que solo en España las empresas verdes, especialmente las ligadas a la energía y la gestión de residuos, pasaron de facturar 19.942 millones de euros a 40.355 millones en apenas cinco años (2005-2010), aportando el 3,6% al PIB español.

Los datos avalan, efectivamente, el potencial del que hablan los expertos, sin embargo, el despegue definitivo del sector ambiental en materia de empleo parece que no acaba de materializarse, al menos si se va más allá de los empleos relacionados con la gestión del agua, residuos, la integración de la sostenibilidad en las empresas, o la certificación ambiental, y se amplía el abanico a todo aquel empleo que implica «reducir el impacto ambiental de una actividad hasta alcanzar un nivel sostenible», según la definición de empleo verde que da el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).

Aunque la definición importe poco, el problema parece residir en que desde los poderes públicos aún no existe «consciencia» de las posibilidades que tiene el medio ambiente para crear puestos de trabajo, sin que suponga necesariamente grandes inversiones o recortes desproporcionados.

Uno de los mejores ejemplos es, entre otros, la rehabilitación de edificios. Además de ofrecer ventajas como la reducción de la dependencia energética del país o la mitigación del cambio climático, este puede ser un nuevo nicho de empleo y una oportunidad para los antiguos trabajadores de la construcción, uno de los sectores más afectados por la crisis en España. Las empresas del sector pueden reconvertirse y centrar su actividad en la rehabilitación energética, con el único coste de la formación de sus empleados.

Otro ejemplo es la agricultura ecológica. España cuenta con la mayor superficie de agricultura ecológica de Europa, y ocupa el sexto lugar a nivel mundial, con un área de más de 1,6 millones de hectáreas.

Otro creciente nicho de empleo que puede sumarse a esta lista es el sector servicios y la consultoría ambiental, la sostenibilidad corporativa –la gestión e integración del medio ambiente en las compañías– o el turismo sostenible.

La lista continúa a la hora de hablar de oportunidades de empleo ligadas al empleo verde: la investigación y desarrollo de la movilidad sostenible (coche eléctrico, sistemas de transporte eficiente, combustibles alternativos…), las energías renovables, la gestión de emisiones, de residuos, del agua –en un país que padece sequías cíclicas, la gestión hídrica se convierte en fundamental y un campo de permanente mejora– o la educación ambiental son sectores en constante renovación y con salidas de empleo cada vez mayores.

Entre estas opciones destaca el emprendimiento verde (Vid. Emprendedores sociales. Cuando quien pide cuentas es la sociedad). Crear una empresa basada en conocimientos ambientales tiene, según algunos emprendedores que ya se han aventurado en este sector, altas probabilidades de éxito y, sobre todo, de supervivencia en estos días. «Si algo bueno tiene este sector es su margen de mejora permanente, por lo que empieza a ser sencillo encontrar oportunidades para desarrollar nuevos negocios en este sentido», señalan.

Optimistas comprometidos

Según explica a Revista Haz Javier Martínez, dircom de Enviroo.com, el primer portal de empleo internacional especializado en medio ambiente en español, «el empleo verde es una realidad con mucho futuro». A su juicio, «los primeros en adaptarse a este nuevo paradigma económico gozarán de una clara ventaja competitiva».

«Empleos verdes hay de muy diversos tipos: los que disminuyen la necesidad de energía, los que evitan emisiones contaminantes y de gases de efecto invernadero, o los que directamente protegen la biodiversidad. En Enviroo.com tenemos hasta 15 categorías, desde las energías renovables hasta la gestión de aguas, los residuos o la eficiencia energética», señala Martínez.

En apenas un año de vida (2011-2012) Enviroo ha publicado más de 3.000 ofertas de empleo especializado en medio ambiente y cuenta ya con más de 9.000 usuarios. Según sus cifras, este tipo de empleo ha crecido un 235% en la última década.

«Tenemos empresas líderes mundiales en materia de empleo verde, como Abengoa, Iberdrola o Gamesa, más de 60.000 Pymes vinculadas al medio ambiente, además de la tecnología y el conocimiento para volver a crear mucho y buen empleo verde en nuestro país», destaca este experto, que añade que «hay sectores aún por desarrollar enormemente como la biomasa o todo lo relacionado con la eficiencia energética» (Vid. Biomasa, la energía natural).

En cuanto a Europa, Alemania encabeza la lista en números de empleos verdes. Pero en general, desde hace años, la UE está poniendo en práctica políticas que impulsan la creación de este tipo de puestos de trabajo. En 2010 se crearon 900.000. «En la actualidad, España es el cuarto país de Europa en número de puestos de trabajo en renovables, con cerca de 100.000», recalcan desde Enviroo.

Javier Martínez insiste en que «son muchos los estudios que señalan que una política de apoyo y estímulo a la creación de empleos verdes puede ser la mejor manera de salir de una manera sostenible de la depresión en la que nos encontramos, creando millones de puestos de empleo». «España tiene potencial de sobra para liderar, o al menos estar, en el grupo de cabeza mundial en el sector solar y eólico», remarca.

Agustín Valentín-Gamazo, director y fundador de Enviroo, y Javier Martínez Molina, director de comunicación, han creado el primer portal de empleo verde especializado en español.

Martínez añade que las ventajas respecto al trabajo convencional «son más que evidentes: son empleos beneficiosos para el entorno, reducen el impacto ambiental y aumentan nuestra calidad de vida; y son autóctonos, reduciendo la dependencia económica y energética que tenemos del exterior, con unos combustibles fósiles cada vez más escasos y caros».

En cuanto a las trabas u obstáculos que impiden el desarrollo definitivo del sector, desde Enviroo señalan que «son casi siempre las relacionadas con decisiones políticas». «Las renovables no nos salen caras, las subvenciones deben transformarse en inversiones en I+D, y si echamos cuentas, ¿cuánto cuesta traer el petróleo y el gas de países lejanos y muchas veces inestables? ¿Y la energía nuclear? ¿Se calculan los costes de vigilar los residuos radiactivos durante miles de años?», plantea Martínez. «Las renovables son mucho más baratas, crean empleo en nuestro país y nos ahorran costes de importación», sentencia.

Trabajar ‘en verde’

El socioecólogo y consultor ambiental Manuel Calvo advierte en este sentido que la degradación ambiental producida por la actividad humana en estas últimas décadas ha llegado a límites que han comenzado a ser insostenibles.

En España, la huella ecológica (la cantidad de recursos que consume una persona medida en hectáreas al año) es casi el triple de lo que la tierra es capaz de producir.

Serían necesarias casi tres Españas para satisfacer estas necesidades, según estudios realizados por Calvo, que señala que «la actividad económica nos lleva a un callejón sin salida si no la enmarcamos dentro de los parámetros de la sostenibilidad, donde podamos satisfacer nuestras necesidades actuales sin reducir los recursos que hipotequen la vida de las generaciones futuras».

«Necesitamos un desarrollo sostenible que solo se va a alcanzar si ponemos en marcha en todo el mundo una economía sostenible basada en la generación de empleos verdes», añade este experto, actualmente director técnico y consultor en sostenibilidad en la empresa Estudio MC.

La Oficina de Política Europea de WWF, dirigido por Meera Ghani-Eneland, ya advirtió en abril de 2009 en su informe Empleo verde en Europa: Oportunidades y perspectivas futuras que la UE «se enfrenta a la convergencia crítica de la crisis económica y la crisis climática», ambas «de características similares y seriamente interconectadas», ya que comparten las mismas raíces: «una actitud de búsqueda de beneficios a corto plazo a expensas de la seguridad a largo plazo». «La resolución de ambas crisis traerá consigo nuevas oportunidades permitiendo la transición a un futuro bajo en carbono junto con la creación nuevos tipos de empleos», señala el documento.

«Economistas y políticos se están dando cuenta de la oportunidad de utilizar los estímulos económicos para transformar las economías en economías verdes», defiende en este sentido WWF, que apuesta por decisiones de inversión y gasto público «que incentiven el desarrollo de sectores sostenibles, generen beneficios en el ámbito de la regeneración económica y al mismo tiempo, establezcan cambios estructurales a largo plazo que dirijan la economía hacia un futuro bajo en carbono y un crecimiento sostenible».

Algunos expertos hablan incluso de que fomentar el empleo verde puede suponer un cambio profundo de la economía, un cambio a fondo de los valores de la sociedad actual, y que puede ser utilizado como «motor de cambio social», como una nueva palanca de cambio.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) explica que las tecnologías limpias son actualmente el tercer sector que más capital riesgo está captando en Estados Unidos, solo por detrás de la información y la biotecnología. En el caso de China, el capital riesgo verde se ha duplicado en los últimos años, llegando casi al 20% del total de las inversiones.

Quienes abogan por este cambio hacia una economía sostenible a través del empleo verde insisten en el elevado potencial de reconversión de sectores actualmente afectados por la crisis en actividades sostenibles: es el caso de la eficiencia y ahorro energético, la movilidad sostenible, o la construcción y rehabilitación energética, entre otros.

Empleos verdes: el futuro. (Vid. El ‘top ten’ de los empleos verdes con más potencial)

El dato más esperanzador en materia de futuro respecto al empleo verde lo aporta la OIT, que en su informe Empleos verdes para un desarrollo sostenible: El caso español, publicado en 2012, señala que la economía verde en España podría generar cerca de dos millones de empleos hasta 2020 si se toman las medidas políticas adecuadas.

En este sentido, la OIT considera clave el papel político en la creación de empleo verde. En concreto, la OIT señala que el sector de las renovables podría generar más de 125.200 empleos para 2020, un incremento de 81,5% en relación a la actualidad, siempre que un 20% de la producción de energía primaria provenga de fuentes renovables.

Asimismo, el informe calcula que el transporte sostenible podría ocupar en 2020 hasta a 770.000 personas, un 40% más que en la actualidad, mientras que la rehabilitación de 25 millones de viviendas con el fin de mejorar el aislamiento y el uso eficiente de la energía podría generar hasta 1,37 millones de puestos de trabajo.

Además, la OIT señala que el área de gestión de residuos, que en la actualidad emplea al menos a 110.000 trabajadores, podría generar unos 27.850 empleos para 2016, mientras que la industria básica cuenta con gran potencial para la creación de empleo en los sectores del hierro y el acero, el aluminio, el cemento y el papel, sobre todo mediante el reciclaje.

En la actualidad, hay entre 400.000 y 500.000 empleos verdes en España, lo cual equivale a cerca de 2,2% del empleo total del país, según señala el estudio, que cifra su aportación a la economía en 20.160 millones de euros al año, el 2,4% del PIB.

«La economía verde ofrece una buena oportunidad para incrementar la competitividad, promover la creación de empleo de calidad y reducir el impacto ambiental de la economía», señalaba Joaquín Nieto, director de la oficina de la OIT en Madrid durante la presentación del documento. «Esto puede ser aplicado particularmente bien al caso de España, que necesita reactivar su economía», añadía.

Por su parte, la Fundación Sustainlabour ha publicado recientemente el informe Ecosistemas, economía y empleo, donde se estima que en la Unión Europea, donde trabajan unos 200 millones de personas, el 55% del mercado laboral está relacionado con servicios ambientales y el 7% con la biodiversidad. El sector forestal podría crear hasta diez millones de nuevos empleos como resultado de una gestión forestal sostenible, la pesca crearía 100.000 nuevos empleos y la agricultura ecológica podría generar más empleo que la tradicional.

A escala mundial, datos del informe Empleos verdes, hacia un trabajo decente en un mundo sostenible con bajas emisiones de carbono, del Pnuma y la OIT, señalan que hasta 2030 las energías renovables generarán veinte millones de empleos. De esta cifra los biocombustibles generarían doce millones, la energía solar fotovoltaica seis millones y la energía eólica dos millones de nuevos empleos.

Según la OIT, esta transición hacia una economía más verde podría generar entre 15 y 60 millones de empleos adicionales en el mundo hasta 2030 y ayudar a millones de trabajadores a salir de la pobreza.

El pasado mes de febrero cuatro agencias de Naciones Unidas sellaron una alianza con el fin de apoyar a treinta países en la construcción, durante los próximos siete años, de estrategias nacionales de economía verde que ayuden a generar nuevos puestos de trabajo y nuevas competencias, a promover el uso de tecnologías limpias y a reducir los riesgos ambientales y la pobreza.

La nueva Alianza para la Acción en Economía Verde (PAGE, por sus siglas en inglés) es una respuesta al documento final aprobado en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible (Río+20), celebrada en junio 2012 y titulado El futuro que queremos, en el que se reconoce la importancia de la economía verde como medio para alcanzar el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza.

Las cuatro agencias de Naciones Unidas que participan de esta alianza –el Pnuma, la OIT, la Organización las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (Onudi) y el Instituto de las Naciones Unidas para Formación Profesional e Investigaciones (Unitar)– facilitarán un paquete de servicios integrales sobre economía verde que permitirá a los países transformar sus estructuras económicas nacionales en nuevas estructuras capaces de dar respuesta a las crecientes demandas y desafíos del siglo xxi.

«PAGE trabajará de cerca con los países para catalizar los cambios a nivel nacional, brindando apoyo en materia de formación y con determinados instrumentos económicos y políticos que contribuirán a acelerar la transición hacia una economía verde en sectores tan diversos como la energía limpia o la agricultura sostenible», explicó Achim Steiner, secretario general adjunto de Naciones Unidas y director ejecutivo del Pnuma.

«PAGE tratará de construir en los países participantes las condiciones propicias para reorientar tanto las inversiones como las políticas hacia la creación de una nueva generación de activos, como son: tecnologías limpias, infraestructuras eficientes en el uso de los recursos, ecosistemas saludables, mano de obra cualificada verde y buen gobierno», añadía Steiner.

«Uno de los elementos clave de esta alianza será la promoción de nuevas industrias verdes y limpias, procurando que las industrias existentes hagan también un uso más eficiente de los recursos», apuntó Kandeh K. Yumkella, director general de la Onudi.

«Los procesos de transición hacia una economía verde en un marco de erradicación de la pobreza generan necesidades y oportunidades sin precedentes en materia de formación y desarrollo de capacidades», señaló por su parte Sally Fegan-Wyles, directora interina de Unitar.

A pesar de que los cuatro organismos ya habían participado con anterioridad en iniciativas verdes conjuntas, esta es la primera vez que se unen para coordinar su apoyo, su experiencia y sus recursos en el ámbito nacional. Durante los dos primeros años de funcionamiento, PAGE se centrará en siete países piloto, todavía por definir, hasta ampliar su apoyo a un total de treinta países de aquí al año 2020.

@LauramArribas

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