Francis Lefebvre: Conciliación como cultura empresarial

HAZ11 febrero 2007

Ediciones Francis Lefebvre recibió en la última Edición de los Premios Empresa Flexible organizados por la agencia de comunicación CVA un ‘Accesit’ por su flexibilidad organizativa y sus políticas de fomento del equilibrio entre la vida profesional y personal. Con 92 trabajadores, la edad media de la plantilla de esta editorial especializada es de 38 años y cuenta con 72% de mujeres, que también lo son en 3 de cada 4 casos de mandos intermedios.

Ubicada en Madrid, esta pyme ya ganó el III Premio Madrid Empresa Flexible, entregado en octubre de 2006, obteniendo un ‘Accesit’ en la Edición Nacional en la Categoría de Mediana Empresa, elegidas entre las finalistas de las fases autonómicas -celebrado hasta ahora en Asturias, Madrid y Cataluña-.

Pese al horario partido –de 9:00 a 18:00 horas, exceptuando los viernes, cuando se termina la jornada laboral a las 15:00 horas– el 75% de los empleados pacta con sus responsables una hora de flexibilidad horaria tanto de entrada como de salida. Sólo los comerciales tienen la posibilidad de ‘teletrabajar’, aunque un grupo de empleados que así lo han solicitado trabajan en jornada de 8:00 a 16.00 horas por problemas personales como la atención a familiares enfermos.

La editorial, especializada en textos jurídicos, fiscales, laborales, contables y mercantiles, cuenta con una ‘bolsa de horas’ que se va llenando con las horas que el empleado trabaja de más, y que sirve para la recuperación de la jornada intensiva de los viernes y de julio y agosto, cuando también se trabaja hasta las 15:00 horas, aunque estas horas también se pueden utilizar para las ausencias por asuntos propios. Para aumentar la conciliación todas las reuniones se producen siempre dentro de horario laboral.

En cuanto a las ayudas a los empleados, Francis Lefebvre ofrece una ayuda mensual para guardería de 30 euros para niños de entre 0 y 3 años, disponen de una visita médica un día por semana, un profesional que funciona también como consejero y orientador, y cuya labor suple los programas de asistencia y formación para personas mayores, niños y enfermos, y un osteópata que está disponible todos los jueves (abonando 3 euros por parte del trabajador) así como un comedor y servicio de catering subvencionado en parte por la empresa, por el que el empleado paga 60 euros al mes con dos menús para elegir todos los días: uno normal y otro hipocalórico.

Asimismo, y para fomentar la reducción en la congestión del tráfico y las emisiones de CO2 que genera el acceso de los empleados en coche particular a sus puestos de trabajo, la compañía cuenta con un autobús de ruta para ir y volver de carácter totalmente gratuito.

Para los que prefieren el coche se dispone de plazas de parking que se utilizan por turnos mensuales.

En algunos casos especiales (por condiciones sociales especiales y según sus ingresos) se concede la reducción de jornada sin reducción de sueldo a algunos empleados, y desde este mismo año al trabajador se le concede como festivo el día en el que entró a formar parte de la plantilla, lo que su director general, Juan Pujol, denomina ‘Cumpleaños Lefebvre’.

Según la editorial, los sueldos en la empresa son un 85% más altos que los de la media establecida en el Convenio de Artes Gráficas.

Para el fomento de la conciliación familiar esta pyme cuenta también con una ampliación en el permiso de maternidad en una semana más de lo establecido por ley y en el de paternidad en dos días. También subvenciona el 75% de las actividades de tiempo libre para los hijos de los empleados en los días laborables en los que no hay colegio e importantes descuentos en el precio de los libros de texto. Gracias a estas medidas y benefi- cios sociales, la rotación en la empresa es mínima, con una media de antigüedad de seis años.

Si hay más ideas en esta materia por parte de los empleados, la empresa las escucha, las estudia y las difunde a través de la intranet. En cuanto a la formación, sólo durante el primer semestre de 2006 se impartieron un total de 1.800 horas de formación, el 62% en horario laboral.

Durante este pasado 2006 se impartieron un total de 2.050 horas de formación a los empleados, sin contar las horas de clases de francés que actualmente reciben –de forma gratuita y fuera de la jornada laboral– casi treinta personas (dos horas semanales), al tratarse de una filial de un grupo francés.

A juicio de Pujol estas medidas «están a caballo entre los beneficios sociales y la conciliación», porque una cosa genera la otra y sin la una no puede darse la anterior. En este sentido, Pujol defiende que la vida ‘familiar’ que se trata de conciliar con estas medidas no es sólo la de las personas –casadas o no, que tienen hijos o familia que atender en casa- , sino también solteros o personas sin cargas familiares que desean hacer uso de su tiempo libre tanto para el ocio como para la formación fuera de la empresa.

«Siempre se habla de que son las personas con hijos o con familiares dependientes a su cargo las que más necesitan este tipo de medidas, pero también los que viven solos y no tienen a nadie a quien atender desean dedicar su tiempo al descanso, a hacer tai-chi o a cualquier otra actividad personal.

Es importante, como objetivo genérico para Francis Lefebvre este año, «dejar de centrarse tanto en esta única dimensión de la conciliación para pasar a conciliar simplemente la vida personal, porque esa la tenemos todos», con o sin familia que atender. En su opinión, el campo en este sentido «es más amplio», porque va más allá de apoyar a los padres en materia de tiempo de cuidado de hijos o familia y se amplía «hasta donde llegue la imaginación», pasando por formación y una amplia lista con la que la empresa ya trabaja y que es fruto de una serie de reuniones en las que se ‘vierte’ el torrente de ideas que los empleados proponen.

Otro de los objetivos para 2007 de Francis Lefebvre es, en el marco de las nuevas Leyes de Dependencia y de Igualdad, que la compañía tratará de mantener lo que ha desarrollado hasta ahora con el fin de trabajar por la ‘retención y atracción del talento’, ofreciendo a los empleados cosas que van «más allá» del estricto sueldo.

Analizarán ambas leyes para estudiar dónde se puede superar la ley.

ALGO MÁS QUE SUELDO. Juan Pujol dice notar que las nuevas generaciones que llegan a Francis Lefebvre o a otras empresas en busca de empleo –sea el primero o no– han comenzado a pedir «algo más que sueldo». Esto, que es «rigurosamente cierto», según sus palabras, se ha demostrado sobre todo en los dos últimos años, pero que sobre todo llega desde París, con quien tienen permanente contacto con la empresa ‘matriz’. Este no es ya un fenómeno español o francés, y ni siquiera europeo, sino que es «generalizado».

Al margen de toda la información que pide el aspirante al puesto, la pregunta más formulada «tiene que ver con los horarios».

Precisamente por ello, –y como ocurre en este y en otros temas– «como pretendas ir en contra del signo de los tiempos te pegas el batacazo», defiende Pujol. Las inquietudes de los nuevos empleados no tienen nada que ver con las de antes, cuando se daba «el todo por el todo, sin condiciones y hasta morir, por la empresa». Hoy, la tradición y la formación son muy diferentes.

Precisamente la inversión en formación en las empresas es, a su juicio, «de las medidas más egoístas que existen» porque la empresa es la mayor interesada en que su gente sea la mejor formada, ya que el beneficio es directo para la compañía, aunque también para el empleado.

En esta línea, el plan de formación de la editorial es, según Juan Pujol, «imparable» y en él tienen fijados objetivos de crecimiento tan importantes como los que se fijan en relación a la cifra de negocio desde la ‘matriz’ en París.

En cuanto al ‘eterno debate’ de si la RSC es o no para las pymes o les sigue «quedando grande el concepto», Pujol reconoció que, por muy buena voluntad que se tenga, este tipo de políticas no se pueden hacer si no se da una premisa básica que dejaría fuera a algunas empresas que desearían hacer RSC pero que tienen «otras prioridades» empresariales mucho más acuciantes, como sobrevivir.

Y es que lo primero son las cifras, es decir, «tienes que tener un balance sufi- cientemente equilibrado y positivo como para cubrir las necesidades básicas primarias como impuestos, seguridad social, sueldos, etc., para que después de todo eso –«inevitablemente tiene que ser después»–, se comience a pensar en la RSC, pero una vez cubiertos estos aspectos –y teniendo en cuenta la premisa de que el capital «siempre es insaciable»– imprimiéndose la filosofía de la alta dirección de este convencimiento, es decir, «creérselo».

MEDIDAS QUE COMPENSAN. En este sentido, Pujol aseguró que en la empresa, en general, se tiene la suerte de que la compañía ‘matriz’ sea francesa, porque en estos países la mentalidad, tanto social como empresarial «es mucho más avanzada en materia de reivindicaciones sociales», con una legislación «mucho más abierta».

«Cuando yo tengo que dar cuenta de estas medidas y de su coste anual la dirección es la primera que los acepta de buen grado porque sabe que la compensación es casi inmediata», explica Pujol.

Cumplidas estas dos premisas, que, reconoce, «no son sencillas», defiende que la ‘ecuación’ RSC-beneficios «es difícil que no funcione» porque, para empezar, hay medidas de RSC, y sobre todo de conciliación, que no tienen coste en euros.

«Otras sí, pero incluso estas son claramente compensadas».

Es el caso de la figura del médico/asesor/ psicólogo con el que cuenta Lefebvre, que después de tres años pasando ‘consulta’ una vez a la semana en la empresa ha demostrado que genera una confianza del personal y una reducción del absentismo laboral «muy significativa».

La compañía ha calculado en un estudio el coste en euros que supondrían las bajas laborales de las personas que atiende este profesional y el resultado es de un claro descenso de las ausencias por consulta médica por parte de los empleados y por tanto del tiempo que emplean en esas consultas médicas externas.

«Nos sale más económico el coste del médico que el coste de los empleados durante el tiempo de ausencia por consulta médica fuera de la oficina», explica Pujol, ya que «nuestro médico atiende una media de entre 10-12 personas al día».

La compañía cuenta también con los servicios de un osteópata que acude regularmente a tratar espaldas y otras dolencias de los empleados, con cuyos servicios ocurre lo mismo: el pago de su trabajo es ampliamente compensado con la reducción de las bajas laborales por lumbagos, contracturas y dolores musculares por parte de los empleados que más horas pasan frente al ordenador.

A nivel de impacto ambiental en un sector como el editorial, Pujol indica que la política en Madrid es la misma que la que se aplica en el Grupo a nivel francés y sobre todo europeo, con una legislación mucho más estricta que la española.

En las oficinas de la capital — y a nivel más ‘doméstico’ y ‘modesto’– se estableció recientemente un Catálogo de Medidas favorecedoras del Medio Ambiente a aplicar en la «vida cotidiana» de los empleados: avisos en los baños de ahorro de agua, apagado de luces, fotocopiado por ambas caras, reciclado de todo el papel, etc.

«En un edificio de oficinas compartido con una gran empresa que cotiza en el Ibex 35, fuimos nosotros los que convencimos de que aplicaran estas medidas, porque cuesta tan poco como pedir al Ayuntamiento cuatro contenedores de separación de residuos para el catering de los empleados. Ahora reciclamos todos los del edificio», señala orgulloso.

Un ejemplo de medida que ha tenido una gran visibilidad y ha impactado a otras pymes es el ‘Día sin Cole’ organizado por Lefebvre: los días no lectivos para los niños en Madrid pero sí laborables para sus padres la empresa subvenciona el coste de actividades para los menores, a los que se recoge y devuelve en el lugar de trabajo de sus progenitores al principio y final del horario laboral.

En cuanto a los premios, Pujol quita importancia al hecho de conseguirlos para alimentar el orgullo y más bien opina que son positivos porque «dan visibilidad» a las empresas, en este caso pequeñas y medianas, que trabajan en este sentido y pueden servir de ejemplo y ánimo a otras.

Por Laura Martín