España, en el puesto 14 del ranking que mide la seguridad y protección de los niños

Save the Children lanzaba a finales de mayo el informe 'Infancias robadas', donde hace un análisis mundial sobre los factores que interrumpen la infancia, como la extrema violencia, los embarazos precoces o la explotación infantil.
HAZ12 junio 2017
<p>Foto: Diana Zeyneb Alhindawi/Save the Children</p>

Foto: Diana Zeyneb Alhindawi/Save the Children

España se encuentra en el puesto 14, junto con Francia, en el ranking del informe Infancias robadas, donde Save the Children analiza 172 Estados en función de distintos indicadores que impiden a los niños disfrutar de su infancia, como la extrema violencia, los matrimonios y embarazos precoces, la explotación infantil, la desnutrición o la falta de escolarización.

En un ranking encabezado por Noruega y con Níger en el último puesto, España se encuentra por debajo de países como Italia, Portugal y Chipre y por encima de Japón, Suiza y Australia. “España necesita hacer una inversión mucho mayor en infancia para prevenir, entre otros factores, los embarazos precoces, que suponen un obstáculo enorme en el crecimiento y desarrollo de las niñas”, explica Andrés Conde, director general de Save the Children. España, donde ocho de cada mil adolescentes dan a luz cada año, ocupa la posición número 24 de todo el mundo en tasa de embarazos adolescentes.

A nivel global, uno de cada cuatro niños en el mundo no puede disfrutar de su infancia. Al menos 700 millones de niños, aunque posiblemente sean cientos de millones más, han visto su infancia truncada a causa de la extrema violencia y los conflictos, que a veces obligan a las familias a dejar sus hogares; del matrimonio y embarazo precoz; la explotación infantil; problemas de salud o por la imposibilidad de ir al colegio.

“Los niños que crecen en una guerra, que son objetivo de grupos violentos, que sufren y mueren por enfermedades o que son discriminados se ven privados de todo lo que supone tener una infancia. Es inaceptable que, en 2017, millones de menores no tengan derecho a estar protegidos, aprender, crecer sanos y jugar. Debemos y podemos hacer algo para cambiar esta situación”, afirma Conde.

Aunque la mayoría de los países que se encuentran peor están en las zonas central y occidental de África, hay pequeñas señales de progreso. De hecho, desde 1990, las muertes de menores de cinco años se han reducido a la mitad. Esto demuestra que es posible mejorar la situación de estos niños invirtiendo en su salud y bienestar.

Por primera vez, Save the Children examina el impacto de los homicidios infantiles y revela que cada día más de 200 niños y niñas son asesinados en el mundo. Los países latinoamericanos, entre ellos Honduras, Venezuela y El Salvador, tienen los índices más altos de asesinatos de niños a nivel global como resultado de los altos niveles de violencia.

El informe revela además que:

  • Cada día, más de 16.000 niños mueren antes de cumplir los cinco años, la mayoría por causas que se pueden evitar.
  • Cerca de un cuarto de todos los menores de cinco años (156 millones) no están completamente desarrollados ni física ni mentalmente debido a la desnutrición.
  • Uno de cada seis niños en edad escolar en todo el mundo no va al colegio.
  • El conflicto ha obligado a uno de cada 80 niños en todo el mundo a abandonar su hogar.
  • 168 millones de menores trabajan en condiciones de explotación, de los cuales 85 millones lo hacen en condiciones muy peligrosas.
  • Cada siete segundos se casa una niña menor de 15 años.
  • Cada dos segundos una niña da a luz en el mundo.

“En 2015, el mundo se comprometió a que para 2030 todos los niños estarían escolarizados, protegidos y sanos, independientemente de su origen y clase social. Aunque se trata de un objetivo muy ambicioso, si los gobiernos invierten adecuadamente se podrá cumplir”, añade Conde.

Save the Children pide a todos los gobiernos que se aseguren, a través de sus políticas sociales y económicas, de que todos los niños disfrutan de su infancia sanos y protegidos de cualquier peligro. La ONG trabaja en todo el mundo con los más excluidos y marginados, proporcionando atención sanitaria, refugio, educación y protección frente a la violencia.

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