ONGs denuncian que el 'sinhogarismo' afecta doblemente a las mujeres

Este año la Jornada de Personas Sin Hogar, que se celebra el 27 de octubre, elige como imagen un rostro femenino para destacar que el 'sinhogarismo' afecta doblemente a las mujeres, quienes junto a una menor visibilidad en la calle, son mucho más vulnerables a sufrir agresiones y situaciones de violencia.

HAZ25 octubre 2019

La mirada fija de Sara, una mujer sin hogar de 41 años, es la que se asoma, junto al lema Ponle cara, a los carteles diseñados para la Jornada de Personas Sin Hogar, que se celebra el 27 de octubre con el objetivo de impulsar en toda la ciudadanía la toma de conciencia sobre la realidad de exclusión social extrema de estas personas.

“Una situación que, lejos de remitir, se ha agravado en los últimos años y que tiene sus raíces en un modelo socioeconómico generador de descarte y expulsiones que tiene su mayor impacto en las personas sin hogar”, explican en nota de prensa desde Cáritas, una de las organizaciones promotoras de la campaña.

Al elegir como imagen de este año un rostro femenino se quiere destacar cómo el problema del sinhogarismo afecta doblemente a las mujeres, quienes junto a una menor visibilidad en la calle, son mucho más vulnerables a sufrir agresiones y situaciones de violencia.

“Me quedé sin trabajo, el banco me desahució y ahora vivo en la calle. Lo peor es que parece que dejas de existir. Llegó un momento en que no me importaba nada”. Estas palabras de Sara ponen voz a la experiencia de desarraigo que viven más de 40.000 personas que siguen estando en situación de sin hogar en todo el territorio español.

A estas se añaden las miles de familias afectadas por alguno de los 59.671 desahucios que se realizaron en 2018 en toda España, un 63% de ellos como consecuencia de los lanzamientos derivados de la Ley de Arrendamientos Urbanos y otro 32% derivados de ejecuciones hipotecarias.

Esta situación de vulnerabilidad a la que está sujeto el derecho a la vivienda en España viene rubricado también por los datos del VIII Informe Foessa presentado en junio pasado, donde se apunta a que casi 800.000 hogares y 2,1 millones de personas sufren situaciones de gran precariedad en la vivienda.

Con este diagnóstico social de fondo, las organizaciones promotoras de la jornada —Cáritas, Faciam (Federación de Asociaciones y Centros de Ayuda a Marginados), XaPSLL (Xarxa d’Atenció a Persones Sense Llar de Barcelona) y besteBI (Plataforma por la Exclusión Residencial y a favor de las Personas Sin Hogar de Bilbao)— urgen a toda la sociedad a “poner cara al sinhogarismo para tomar conciencia del verdadero alcance de esta sangrante realidad social”.

Cuatro propuestas

Junto a la diagnosis del problema y la denuncia de los efectos que la falta de vivienda supone para cientos de miles de personas en España, desde la Campaña de Personas Sin Hogar se lanza un llamamiento a la acción individual y colectiva para revertir esta realidad. De forma concreta, se hacen estas cuatro propuestas en el manifiesto escrito por los propios sin hogar:

  • A toda la ciudadanía, para liberarles de prejuicios y miedos, y aproximarles a la realidad del sinhogarismo, sobre todo a las personas que lo sufren, entendiendo su situación como una vulneración de derechos humanos y de dignidad que tiene solución.
  • A las entidades sociales, para que impulsen de espacios de coordinación y trabajo en red, de cara a avanzar en respuestas adecuadas y eficaces a situaciones de prevención del sinhogarismo de las personas con las que se trabaja.
  • A los medios de comunicación, para que lideren una información sensible y no estereotipada de la realidad de las personas en situación de sin hogar, donde se incorpore el discurso y narrativa de las propias personas afectadas por el sinhogarismo.
  • A las administraciones públicas, para articular unas políticas públicas de prevención del sinhogarismo reales, que se anticipen a la pérdida del hogar y que garanticen el acceso a los recursos necesarios para ello, promoviendo la creación de un parque de vivienda pública de alquiler social adecuado y facilitando el acceso a las personas en situación de mayor vulnerabilidad residencial.
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