“A los filántropos les gusta que su labor repercuta más allá de la cantidad que donan”

Peggy Dulany, fundadora del Círculo Global de Filántropos

Peggy Dulany es doctora en Educación y heredera de una de las fortunas más emblemáticas de Estados Unidos. Inspirándose en lo que aprendió en su juventud trabajando de incógnito en Río de Janeiro, fundó hace 25 años el Instituto Synergos, una entidad no lucrativa que busca apoyar a líderes sociales y fomentar la colaboración para cambiar los sistemas que perpetúan la pobreza.

En 2001, Peggy invitó a su padre, David Rockefeller Sr, a unirse a ella en la creación del Círculo Global de Filántropos (Global Philanthropists Circle). Esta iniciativa reúne a miembros de las familias más adineradas y filantrópicas del mundo con el fin de que aprendan unos de otros y maximicen así su repercusión filantrópica. Peggy vendrá a Madrid este otoño a presentar el Círculo Global de Filántropos y a proporcionar un foro donde las familias españolas puedan hablar sobre donaciones estratégicas y filantropía familiar, entre ellas y con miembros de otras familias igualmente comprometidas procedentes de diferentes partes de Europa.

¿Podría describir brevemente el Círculo Global de Filántropos?

El Círculo Global de Filántropos es una red de familias de todo el mundo, actualmente alrededor de 75 familias de 25 países, que quieren que su labor filantrópica tenga impacto y quieren aprender mutuamente de sus experiencias.

El valor fundamental del Círculo es la interacción entre sus miembros. La participación está limitada a los miembros de la familia, lo que es también muy importante.

En el Círculo Global de Filántropos (CGF) la membresía se extiende a toda la familia. Una vez que alguien de la familia se afilia al Círculo puede también participar cualquier otro miembro que esté interesado. En más de la mitad de los casos se compromete más de un miembro. ¡Algunas familias llevan tres generaciones!

¿Qué hay detrás de su iniciativa Filántropos de la Próxima Generación?

El grupo de la Próxima Generación del Círculo Global de Filántropos incluye tanto hijos como nietos de familias miembros y algunos jóvenes que son miembros por su propia cuenta. Este grupo participa plenamente en las reuniones generales del Círculo además de reunirse entre ellos exclusivamente.

Las reuniones generales del Círculo proporcionan una oportunidad muy útil para los afiliados jóvenes y mayores, que no son padres e hijos, de hablar entre sí informalmente sobre cuestiones que puedan planteárseles con sus propios padres o hijos. De esta forma se tienden puentes entre las generaciones y este contexto más seguro facilita conversaciones que pueden resultar más difíciles en el seno familiar.

Las reuniones del grupo de la Próxima Generación ofrecen a sus integrantes la oportunidad de hablar sobre el desarrollo de su enfoque filantrópico, además de sobre otros asuntos relacionados con su papel singular en la filantropía y en la dinámica de su familia.

En una de las reuniones tuvimos a una familia muy numerosa en la que el abuelo controla todos los recursos de la gran fundación familiar. La siguiente generación posee algo de la fortuna heredada, pero los hijos de estos, que son los que trabajan más activamente en temas sociales, gozan de poco poder. Así que celebramos una reunión para esa familia e invitamos a dos o tres personas de otras familias que habían pasado por la misma situación y les fue muy útil.

¿Cómo funciona el Círculo Mundial de Filántropos?

Cuando los miembros de la familia identifican alguna cuestión sobre la que quieren aprender, el CGF detecta quién más lo está haciendo en la red, nosotros se lo referimos y luego los miembros hablan entre ellos. Los afiliados están muy abiertos a que otros miembros contacten con ellos.

Tenemos dos reuniones anuales solo para miembros, una en Nueva York y otra en otra parte del mundo. La próxima tendrá lugar en Londres en octubre y tratará sobre cómo integrar el emprendimiento en la filantropía. Los miembros participan en todas las sesiones y le sorprendería el gran interés que muestran los asistentes por escuchar a sus homólogos.

Como somos una organización mundial y no todos pueden desplazarse a Londres, a Nueva York, o a donde sea, tenemos reuniones y viajes de aprendizaje por todo el mundo, incluidos dos viajes anuales organizados formalmente.

Este año fuimos al sur de la India y llevamos el grupo a Cuba hace poco. En estos viajes dedicamos tiempo a enseñar cómo escuchar atentamente, porque las personas que están afectadas por los problemas que nos gustaría resolver suelen ser los que tienen mayor energía y determinación para solucionarlos. Hay que escuchar y colaborar.

También es importante salir al mundo. A menudo las familias adineradas viven aisladas del resto del mundo, por razones de seguridad, por sus muchas ocupaciones o por cuestiones geográficas.

Los viajes que preparamos están muy bien organizados, la seguridad es muy buena y hay un contacto muy abierto con la gente que vive en la pobreza, con gente que aporta soluciones valiosas. Nuestros miembros siempre se sienten seguros para participar y se crea un diálogo abierto.

¿Cuándo se produce la chispa?

Hemos notado que la filantropía no es solo la aplicación técnica de unos recursos. Es muy importante que la familia o la persona se apasionen.

Y para que se involucren de verdad primero tienen que saber qué les apasiona. Para ello tienen la opción de participar en un retiro que les permitirá reflexionar sobre lo que de verdad quieren hacer. Cada año celebramos uno o dos retiros. Uno es en mi rancho de Montana, también hemos hecho otros en Sudáfrica y en Australia, y estamos considerando la posibilidad de hacer uno en Europa. Es siempre en un lugar precioso y remoto.

¿Qué aconsejaría a los padres que desean transmitir sus valores a sus hijos?

Incluso en los casos en que uno está muy ocupado es posible encontrar el modo de inculcar nuestros valores. Mi propio padre estaba ocupadísimo pero aun así se las arreglaba para atender también a organizaciones filantrópicas y sin ánimo de lucro. Uno da ejemplo con lo que hace y con lo que dice. Si esperas a cumplir sesenta años, cuando tus hijos ya están crecidos, no recibirán el mensaje.

¿Qué ve en el horizonte de la filantropía y de los filántropos?

Quienes están implicados activamente en los negocios familiares piensan en un enfoque empresarial en lo que respecta a las necesidades sociales, ya sea inversión de impacto o emprendimiento social, o formas de medir el impacto con una metodología propia de los negocios.

¿Qué reflexión le gustaría compartir como despedida?

He descubierto que el modo más satisfactorio de hacer filantropía –como yo la entiendo, según la definición griega de «amor a la humanidad»– es con todo tu ser, poniendo sobre la mesa diferentes aspectos de todo lo que tienes. Fomentamos un enfoque de colaboración donde el donante no es simplemente una persona remota que da dinero, sino alguien que también aporta todos los recursos de que dispone y no solo su capital. Si nos fijamos en las personas adineradas vemos que generalmente suelen tener un alto nivel educativo, tienen influencias y capacidades. ¡Aprovechémoslo!

Por Kristin Majeska y Catalina Parra

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